Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Experiencias Adultas por MidNightFlower

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este fic es un AU totalmente y espero que sea de su agrado! Esta inspirado en uno de mis mangas favoritos "Otona Keikenchi" de Nekota Yonezou-sama!!

 

Los personajes de Harry Potter pertenecen a J.K Rowling!!

 

 

Mirando una cabellera pelirroja pasar, Harry no pudo evitar suspirar con abatimiento. La chica en cuestión iba firmemente abrazada de su nueva conquista y con un ceño fruncido le mostró indiferencia haciéndole sentir aún peor.


-Sigo preguntándome que fue lo que le hiciste Harry. No es que no me alegré que ya no estén juntos, ya que era extraño verte con mi hermana- exclamó el pelirrojo frente de él regresándole al aquí y el ahora. Harry jugueteaba con desgano con una de sus papas fritas y le lanzó un bufido molesto.


–Tienes que admitir que era extraño, pero bueno, al menos para mí- hizo como que le dieron escalofríos –Aunque la verdad, no tengo ni idea de que fue lo que le hiciste para que se animara a terminar contigo, si estaba locamente enamorada de ti…- dijo haciendo una mueca antes de echarse a la boca el ultimo bocado gigante de su hamburguesa.


-No le hice nada, Ron- contestó Harry con un nuevo suspiro. "Bueno no intencionalmente" se respondió decaído ocultando su vergüenza tras su vaso de refresco.


Ginny le gustaba y mucho, por eso es que cuando pudo y se armó de valor, la invitó a salir. La chica con sorpresa y una dulce sonrisa aceptó gustosa, haciéndole pensar a Harry que todo iría bien y al menos así parecía que sería. Al principio, como la mayoría de las relaciones, todo era flores y nubes, con tímidos roces de mano, cálida cercanía y besos discretos carentes de toda maldad o sensualidad.


Pese a que ambos decidieron llevar la fiesta en paz para ver hasta donde llegaban, más tardó una en cansarse que el otro por la tranquilidad con que llevaban su relación de seis meses sin más que besos húmedos y una insinuante segunda base.


Ginny quería avanzar y llevar las cosas a otro nivel y de una u otra manera le insistía con mudas señas y gestos que Harry asiéndose el obtuso no daba la mano a torcer. Simplemente se sentía muy nervioso con respecto a eso; ella era su primera novia y quería complacerla, pero parecía que aunque no se sintiera listo, la perdería sin más todo por su indecisión.


Con la esperanza de que sucediera un milagro, no se dio cuenta hasta después que lo complicado de su relación había llegado a un punto de quiebre.


EL principio del fin llegó un jueves lluvioso, podía recordarlo claramente como si fuera ayer. No tenía práctica de soccer y Ginny  le dijo que ni sus padres ni hermanos estarían en casa; así que ocultando todas sus reservas con respecto a su vacilación, fue a la casa Weasley esperando lo mejor.


Comenzaron bien, entre arrumacos, frotes y besos picantes, todo fue subiendo de nivel demasiado rápido y Ginny lo arrojó a la cama con determinación. Estaba preciosa, solamente usando una atrevida lencería blanca. “¿Te gusta lo que ves?” fue lo que le preguntó mientras con traviesas sonrisas le desprendía su pantalón y Harry se preparó mentalmente para por fin perder su virginidad; pero con lo que no contó fue con lo que pasó a continuación.


“¿Es enserio?” preguntó una octava más alta cuando vio que su miembro, más que flácido que un espagueti mojado, no hacía caso a ningún estímulo manual del mundo exterior.


La pelirroja lucía horrorizada y Harry aún más porque no podía creer que aunque se sintiera bien en cada fibra de su cuerpo, ahí abajo, simplemente nada de nada. “¡ERES IMPOTENTE!” chilló haciéndose para atrás. Harry intentó calmarla y ella volvió a gritar con su ego ofendido “¡NO ME VUELVAS A TOCAR, IMPOTENTE!” con su frágil virilidad herida se marchó, dando por terminada la relación con la que fue su primera novia.


Por un instante pensó que aquello solamente había sido un caso aislado y que no se repetiría, pero tras intentos fallidos consigo mismo y vergonzosas recreaciones mentales de escenas eróticas de alguna revista, no había podido por ningún motivo conseguir una erección.


Era bochornoso admitir derrota para su hombría, pues consideraba que como adolecente, casi adulto de 17 años, ya debería tener experiencia de alguna clase mínimo; si hasta su querida amiga Hermione con su novio por correspondencia Viktor y Ron con su novia de dos años Lavander lo había conseguido con éxito o al menos así le contaron a grandes rasgos… pero dada su penosa primera experiencia, no se sentía animado a iniciar alguna otra esperando no ser expuesto al ridículo por su monumental problema.


Ninguno de sus amigos cercanos ni Ron sabían a ciencia cierta porque había terminado con Ginny, la única que lo sabía tras una ardua investigación sobre lo que le sucedía, era Hermione quien guardaba silencio por respeto a su amigo y Harry realmente esperaba que su secreto siguiera oculto; pues no soportaría un nuevo golpe a su orgullo masculino.


-¿Nos vamos hermano? Que tengo que ver a Lav mas tarde y Hermi seguro y va a regañarnos si no la ayudamos con el proyecto mensual- Harry asintió dejando la basura en su lugar, acomodando su chamarra porque veía las nubes amenazantes que presagiaban lluvia.


¨¨*¨¨*¨¨*¨¨*¨¨*¨¨


Harry disfrutaba de su vida a pesar de ese tumultuoso bache que tenía con su persona. Con paso calmado regresó a su cálida casa en la que vivía con su padrino y su novio de años Remus quienes se habían hecho cargo de su persona tras perder a sus padres cuando tenía la corta edad de 4 años en un horrible accidente automovilístico, lo recibieron en su casa con las puertas abiertas con la promesa que no le faltaría nada y que lo querrían como un hijo; promesa que mantuvieron al pie de la letra.


No tenía nada que reprocharles pues como tutores y padres había sido sensacional. Lo cuidaba y mimabas con mucho cariño y él no podía ser más que feliz.


-¿Otra vez comiste afuera Harry?- preguntó Remus con tono preocupado –sabes que la comida chatarra es deliciosa de vez en cuando, pero no aporta nada nutritivo- puso sus manos en la cintura esperando una explicación que Harry solo se rascó nervioso la nuca.


-Vengo Remsie que es un chaval, es obvio que esa comida es la que más le llena- dijo dándole un beso en la mejilla para calmarlo.


-Lo siento Rem, pero Ron insistió, realmente lamento no haber comido tu pastel de carne…-contestó genuinamente arrepentido.


-Si quieres te puedo calentar un poco-  sugirió dirigiéndose a la cocina pero Harry negó.


-No es por presumir cachorro, pero quedó para chuparse los dedos-


-Me encantaría, pero tengo que salir- hizo una pausa cuando dos pares de ojos lo miraron detenidamente – hay practica de básquet en la tarde… y como Ron esta lastimado de la pierna, tendré que ser yo el capitán y dirigir- El de ojos como la tormenta bufó.


-Oh Harry yo pensé que era por una linda chiquitita que te la ibas a encontrar y después yum, yum- dijo bailoteando sus cejas y un movimiento vulgar con sus manos, haciendo reír abiertamente a Remus y muy nerviosamente a Harry.


-Ya sabes que para Harry siempre están primero los estudios junto con los deportes y ya después las chiquititas, Siri- dijo en tono cariñoso el castaño –aunque espero que pronto nos presentes a alguien, cachorro- dijo alborotando sus cabellos.


-Sí, claro…- murmuró Harry bajado la vista. Ojala y fuera así tan sencillo.


¨¨*¨¨*¨¨*¨¨*¨¨*¨¨


El entrenamiento había ido bien, sus compañeros trabajaban arduamente y no era difícil dirigirlos, ya lo había hecho antes, pero consideraba que hubiera sido más divertido si Ron estuviese ahí con sus bromas ocasionales y comentarios divertidos.


Tras un arduo entrenamiento de baloncesto, Harry esperó a que todos se hubiesen ido para darse una ducha, era una manía que tenía pues las multitudes siempre conseguían ponerlo de los nervios. Frunció el entrecejo cuando notó que cierto chico rico había tenido la misma idea que él y estaba de lo lindo gastando agua y vapor que comenzaba a inundar las regaderas.


Era Draco Malfoy, el chico en cuestión más codiciado de la escuela, no sólo era el más asquerosamente rico que viajaba en un súper auto con chofer incluido, si no que era el que siempre se estaba disputando el primer lugar en excelencia con Hermione y casi siempre la vencía, sino que también  era un atleta nato, participando en todos los deportes que a él le gustaban desde la natación hasta su pasión que era el soccer.


-Hola Potter- saludó con esa siseante voz que lo estremeció. Nunca habían interactuando más allá de las normas de etiqueta, pero como no le interesaba mucho hablar de una amistad con sus ocho letras, saludó secamente.


-Malfoy- le dio un asentimiento de cabeza secando su cabello húmedo con una toalla. Realmente no estaba muy seguro de que hablar con él así que acomodando sus lentes guardó silencio.


-¿Porque tan solo?- preguntó el chico recargando su peso contra la puerta mirándolo con curiosidad. Harry se sentía intimidado por ese escrutinio, pero no lo demostró.


-Porque Ron se lastimó el tobillo y está descansando en su casa- impugnó poniendo su mochila en el hombro.


-Cierto, lo había olvidado… fue muy valiente en no detener el juego por su lesión- se quedó meditabundo el rubio.


Harry puso los ojos de plato. Le parecía increíble que el chico hablara bien de su amigo pues aunque para él, Draco Malfoy no era más que un chico popular, sabía que Ron le traía cierta aversión por ser tan increíblemente rico siendo que sus padres trabajaban en el mismo lugar y más aun porque le había quitado la oportunidad hacía 5 años y medio de salir con la chica que le gustaba. Razones que a Harry le parecían infantiles, pero que mejor para no armar polémica, dejaba a su amigo despotricar a gusto.


-Sabes, creo que es la primera vez que podemos conversar nosotros solos sin Weasley que me saque la vuelta- sonrió el chico evitando que Harry pudiera avanzar.


-Sí, tienes razón- dijo desviando la mirada. No sabía porque pero el chico lo ponía nervioso.


-Siempre te he considerado muy interesante Potter ¿estas saliendo con alguien?- dijo seriamente parándose frente a él. Era más alto y su colonia embriagaba sus fosas nasales.


-Eh… no tengo novia; no me gusta nadie-


-No sabes cuánto me alegro. Había pensado rendirme si me hubieras dicho que si…- la sonrisa en el rostro afiliado le hizo temblar.


-¿Eh?-


-Me gustas Harry…-


Más tardó en llegar la información de lo que el chico se había abalanzado contra él. Draco atacó sin piedad sus labios que Harry entre la sorpresa no sabía cómo responder. Era bizarro que estuviese siendo devorado de esa manera experta por quien menos pensó y volviéndose una gelatina, cerró los ojos por instinto.


La lengua del rubio pedía permiso de colarse en su boca y Harry siendo débil ante las inquietas manos que lo tocaban de tal manera especial y decidida le dio una oportunidad que no desaprovechó. Tembló de pies a cabeza cuando sintió la abrasiva humedad llenándolo, explotando el interior de su boca, probándolo sin recato, lo hizo jadear.


-¡Ngh! ¡No! ¡Espera!- chilló golpeado con la cabeza en el acto al rubio.


-¡OUCH! ¿Qué?- Los ojos grises se clavaban en los suyos con una ceja arqueada que cuestionaba una muda pregunta que simulaba algo así como “¿Por qué demonios pides que me detenga?”


-Yo…- cerró los ojos cuando los labios de Draco se situaron en su cuello y comenzó a succionar con avidez arrancándole uno que otro dulce jadeo -¡NO!- recuperando el aliento tras ese delicioso letargo que había experimentado, lo apartó con ambas manos.


Harry carraspeó cuando el pulgar de Draco delineó la comisura de sus labios –yo n-no soy… err… ¡no me gustan los hombres!- dijo apretando los ojos esperando un golpe, una rabieta o algo del popular chico. Pero ninguno de los dos llegó, solo un bufido irónico.


-¿Es enserio Potter?- preguntó arrastrando sus palabras –porque parece ser que aquí tu amiguito está muy emocionado por seguir nuestro jueguito- dijo repasando su labio inferior con su sonrojada lengua.


Harry miró de hito en hito sin poder pronunciar palabra alguna. Estaba que no se la creía y casi podía escuchar el sonido de las trompetas y coros angelicales. Parpadeó dos veces atónito mirando el creciente bulto que se formaba en sus pantalones orgulloso y seguro de sí mismo “¿Es enserio? ¿Una erección?” se dijo antes de regresar la vista al rubio “¿Qué? ¡¿Una erección ocasionada por un franeleo de Draco Malfoy?!” 


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).