Harry tenía muchas dudas, pero sabía que la única que podría ayudarle a aclarar su mente era su mejor amiga, así que en cuanto pudo, habló con ella para poder quedar a la hora del su descanso y contarle finalmente su peripecia; aquel extraño momento en el que lo imposible sucedió y a manos de quien menos lo imaginaba.
Al principio estaba reacio a comenzar a narrar, pero una vez que calmó su nerviosismo no perdió detalle alguno esperando ilusamente una seriedad absoluta y condescendencia por su situación. Pero lo que menos esperó fue una Hermione muerta de la risa entre cada parte contada del épico encuentro que había tenido en las duchas.
La chica casi ni podía respirar del ataque de risa.
-Ni siquiera sé porque me molestó en contarte Herms- exclamó Harry más rojo que un tomate ocultando su rostro entre sus manos.
-Ay Harry no es para que te enojes- dijo secando la comisura de su ojo que ya hasta lagrimeaba -si por el contrario, deberías de alegrarte ¡Estas son buenas noticias! ¡quiere decirte que estás a curado!- El chico arqueó una ceja incrédulo.
-No lo creo...- Harry lo había pensado esa noche y se sentía más que humillado por decirlo en voz medio alta -lo intenté en casa pero... nada de nada- Hermione borró su sonrisa mientras se le quedaba viendo pensativa frotando su barbilla.
-Pues debió de ser algo que hizo que motivo a tener ese despertar- dijo seriamente analizando en su mente toda la historia.
-No lo sé-
Harry se sentí abatido. ¿Porque entre todas las personas tenía que haber reaccionado de manera tan efectiva con Draco Malfoy? “¿Por qué se sintió tan bien?” se preguntó sintiendo un calorcillo expandirse desde su pecho hacia su cuerpo de solo recordar su calidez y cercanía invadiéndolo, probando su boca con deseo impregnado y succionando la piel tan sensible de su cuello.
-¡Ya se! ¡Seguramente debieron de ser los chupetones que te dio!- dijo señalando las múltiples marcas de su cuello que Harry por instinto se llevó la mano para intentar inútilmente cubrirlas -déjame intentar algo- dijo aproximándose para hacer lo mismo.
La boca de su mejor amiga no se sentía ni de cerca a lo que sintió en ese momento, mucho menos cuando le mordió ligeramente.
-Mione... no... sé siente raro- dijo tratando de apartar a su amiga que bufó molesta por no ver reacción alguna en los pantalones de su amigo.
-Hum creo que no pasó nada-
-¿Y tienes que lucir así de decepcionada?- dijo preocupado por su molestia –mira, te agradezco por sobre-pensar en esto, pero creo que solamente fue cuestión de un momento… dudo que se vuelva a repetir…-
-Pues la verdad es que no entiendo- colocó su mano sobre su barbilla verdaderamente aireada por no poder resolver el misterio - a menos que... ¡sus cuerpos sean compatibles!- exclamó triunfal como si hubiese dado en el calvo –esa es la única explicación lógica-
-Mione por Dios que es un chico…-
Harry se sintió desmayar cuando lo escuchó y le pidió que bajara la voz.
-¿Y qué tiene malo?-
-¡Que no soy gay!- dijo haciendo una expresión horrorizada. Él ya se había hecho a la idea de alguna ve salir con una linda chica con la que le gustaría pasar el resto de su vida y tener una familia… así que no, no le interesaba ver en los pantalones de alguien, algo muy parecido a lo que él tiene, muchas gracias.
-Válgame Harry no es para que te pongas así, no sabía que eras homofóbico…- dijo haciendo una comisura.
-El hecho de que no me guste un pene cerca del mío no me hace homofóbico, porque no lo soy; he convivido gran parte de mi vida con Remus y Sirius y bien sabes que los adoro con todo el corazón- la castaña dejó salir el aire contenido de sus pulmones.
-Está bien, está bien, pero no decía que sus cuerpos son compatibles por eso, sino porque en este caso, la química está actuando sobre ti y parece ser que solo aplica porque es Draco de quien estamos hablando-
-¿Cómo?- se había perdido un instante. La chica torció los ojos dándose paciencia procurando hacer que comprendiera con peras y manzanas.
-Que parecer ser que tu cuerpo solo reacciona de la manera más natural posible gracias a que Draco tiene algo que activa tus sentidos- el chico volvió a sonrojarse y abatido dejó caer su cabeza contra la mesa.
-No sé si eso suena peor o no...-
-Tienes que admitir que suena romántico- Hermione se puso en modo soñador y Harry solo pudo los ojos en blanco. No, No le parecía romántico absoluto, de hecho, le daba un poquito de miedo el hecho de que ese mismo chico por el que su cuerpo reaccionaba, se le había confesado y lo había atacado sin miramientos.
-Opps creo que la sesión se da por terminada porque que ahí viene tu galán- canturreó su amiga para su bochorno.
-Hermione...-
-Hola Harry… Granger- saludó Draco sentándose en la misma banca de ellos con su almuerzo a cuestas. Hermione ahogó una risilla cuando vio el cambio de semblante en el pálido rostro cuyos ojos grises estaban perdidos en el cuello del moreno que evadía a toda costa su contacto.
-Pues bueno creo que me tengo que ir- sonrió tomando su mochila, viendo con divertimiento a su amigo buscando su ayuda. Por más que quería a Harry sabía que tenía que enfrentar cualquier cosa que estuviera a punto de pasar; solo para darle un poco de ánimo le murmuró un “buena suerte” y se marchó.
-¿Qué es esto?- dijo comenzando a molestarse viendo la mancha de su cuello tornarse violeta con marcas de dientes que cuando él se las hizo no estaba ahí -¿no dijiste que no tenías novia?- Harry tembló.
-Y no mentí…- dijo desviando su mirada -no es para te molestes –percibió problemas cuando tirando de su brazo el rubio lo alejó de la mirada publica hacia el almacén. Antes de siquiera poder procesarlo Draco lo arrinconó contra la pared.
-Entonces explica- Harry enfocó la mirada nervioso. No podía evitar que su cuerpo reaccionara y se sentía tonto por sentirse emocionado y asustado al mismo tiempo todo cortesía de ese chico que fruncía sus rubias cejas.
-No es nada…-
-¿Cómo jodidas no es nada? ¿Te andas enrollando con Granger?- el ojigris parecía apunto de explosión entre más segundos dejaba transcurrir. Ni siquiera sabía porque debía de darle una explicación, pero extrañamente sentía que así era.
-No, ella es mi mejor amiga, casi mi hermana… jamás haría algo así con ella… además, tiene novio- sus mejillas se sentían arder -Solo fue un experimento ¿ok?-
-¿¿Sacarte moretones es un experimento??-
-¡No! Claro que no… es solo que yo… no puedo… yo… - murmuró algo inteligible que Draco arrugó el ceño.
-¿Qué?-
-Que s-soy impotente, ¿vale?- chilló sumamente avergonzado cubriendo su rostro con ambas manos; no podía creer que lo hubiera dicho, pero ahí estaba, llanamente dicho y esperaba que lo comprendiera y por todo lo que es sagrado, alejara su cuerpo del suyo que ya estaba poniéndose demasiado caliente...
-¿Qué clase de estúpida escusa es esa?- preguntó sumamente aireado y Harry boqueó. “¿Cómo que estúpida?” -¡si pude verte como te pusiste después de que te besé… incluso ahorita!- se veía indignado y molesto, pero Harry lo estaba más.
Se había expuesto para explicarle y él le salía con eso.
-¡Que no es estúpido!- hizo una pausa ante la incredulidad del rubio –¡es la verdad, maldita sea! ¿Por qué te diría algo tan vergonzoso si no fuera verdad?- hizo un puchero ahogando el nudo en su garganta. Se sentía abochornado y no sabía dónde esconderse. Draco se le quedó mirando intensamente como dudando si creerle o no.
-¿Entonces eso quiere decir que cuando andabas con la Weasley…?- no pudo terminar la frase y las mejillas de Harry ganaron color que recargó su cabeza en el pecho del más alto.
-No… solo estúpidamente ha reaccionado contigo… ayer fue la primera vez que sucedió…- Draco después de pensárselo un momento que le supo eterno a Harry, sonrió tan lleno de sí mismo.
-¿Así que solo conmigo tu amiguito se pone feliz?- se relamió los labios y Harry se estremeció de pies a cabeza por esa muestra de sensualidad que pensó que se desmayaría. No sabía que se había apoderado de él. ¿Por qué se sentía así con ese rubio insolente?
Ni tiempo le dio para pensar pues salvajemente lo atacó con un beso lleno de pasión.
¨¨*¨¨*¨¨*¨¨*¨¨*¨¨
Lo llevó al almacén de cosas extraviadas donde sabían que nadie se entrometería. Harry era un manojo de nervios. Todo eso era muy nuevo y no sabía cómo actuar; pero parecía que su cuerpo estaba más que listo a lo que sea que le hiciera ese rubio que poseía sin reparo sus labios, con una maestría que hacía que se le doblaran las rodillas de solo sentir su abrumador calor.
Sentía como los botones de su camisa se abrían, pero solo podía sentir los labios de Draco succionando cada porción de su piel, como si fuese lo más delicioso que hubiese probado.
-¿Entonces la chica pecosa no te tocó por aquí?- preguntó travieso, bajando el zipper de sus pantalones, acariciando la delgada tela de algodón.
Harry negó efusivamente apretando los ojos, dejándose llevar por las intensas sensaciones que sentía. Una sonrisa triunfante surcó el rostro del ojigris quien con delicadeza.
-¿Q-Q-Que e-es tas haciendo?- chilló cuando el chico ya en cuclillas sacaba su más que erecto pene dandole un lengüetazo sin decoro. Ni sintió a qué hora le había bajado los pantalones que yacían libres en el suelo.
-¿Qué parece que estoy haciendo Harry?- dijo acariciando con su pulgar su goteante hendidura sacándole débiles jadeos –Te voy a hacer la mejor felación de tu vida… - Harry tragó saliva con dificultad gracias a la intensidad de esa mirada gris.
Antes de poder refutarle que no necesitaba eso de él, Draco se introdujo el miembro a la boca como si fuese un dulce salado que estaba disfrutando. En sus dedos sintió los cabellos rubios, y como se resbalaban entre ellos; no podía mantener los ojos abiertos por las indescriptibles sensaciones que le estaba provocando, pero cada que entre cada roto jadeo, contemplaba su miembro perderse en esa ardiente boca que succionaba y lamia a partes iguales, entraba y salía a un tan marcado ritmo impuesto por el rubio que no podía evitar querer mover sus caderas, queriendo llegar más adentro.
-No… Draco… yo…- se sentía en el borde del abismo del éxtasis, estaba a punto de llegar a su cumbre y no sabía qué hacer.
-Está bien…-murmuró el rubio con la voz rasposa sin dejar de utilizar sus manos –puedes correrte en mi boca…- Harry volvió a temblar por tan sensual sugerencia que dejándose llevar obedeció.
Jamás había hecho algo como aquello y fue glorioso como si todo su cuerpo se volviera una suave y sensible gelatina que temblaba al más mínimo roce. Tal vez fue demasiado intensa por ser la primera vez o porque el chico en cuestión era un as en la materia; pero fuera como fuera, fue la mejor maldita cosa que le pudo suceder.
¨¨*¨¨*¨¨*¨¨*¨¨*¨¨
Todo su cuerpo temblaba y se sentía en un estado metafísico que apenas y tocaba el suelo con sus pies. Por dicho suceso se saltó sus últimas clases, pero había valido cien por ciento la pena. Sentía que estaba un paso más cerca de la adultez y poco importaba que fuera de manos de cierto rubio que en definitiva sabía lo que hacía.
-¿Dónde estabas Harry?- preguntó Ron mirando su celular –Mione no me ha dejado tregua en una hora y media ¿puedes creerlo? Si sigo escuchando sobre derivadas e integrales creo que moriré- dijo de modo teatral.
-Ronald, deja de ser tan exagerado- rijo la castaña rodando sus ojos antes de escudriñar con sus ojos castaños a su amigo desaliñado –y bien Harry, ¿se resolvió algo sobre tu asunto?- el pelinegro se sonrojó masivamente.
-Creo que soy esclavo de la lujuria- suspiró quedándose en su mundo de ensoñación mientras Hermione reía de lo lindo siendo Ron el único que los miraba a uno y a otro con expresión desencajada por lo que acababa de escuchar.
-¿De qué me perdí?-