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Matrimonio concertado por aiakafuri

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Notas del fanfic:

Por motivo de celebración, ya que cumplo un año aqui en amor yaoi; les traigo este fic se me ocurrio al ver una imagen.

 

Muchas grcaias a todos los que han tomado un minuto de su tiempo y leer mis fanfics. 

 

Este sería mi segundo fic sobre alfas y omegas :3

 

Espero les guste

 

Los persojanes no me pertenecen

Notas del capitulo:

Espero les guste

El sol estaba a su máximo esplendor, faltaban un par de minutos para el medio día.  Una gran casa antigua rodeaba un pequeño lago y en él, el sacerdote esperaba con nervios a que los futuros esposos llegarán, pues no todos los días se casaba un cambia—formas en peligro de extinción y mucho menos en un matrimonio concertado, porqué una vez que aceptaban el compromiso no había vuelta atrás.

 El ruido atrajo su atención, observó ambos lados y los vio; un padre y una madre guiaban al omega, quien tenía cubierto los ojos, al igual que el alfa.

 

Un omega con sus ilusiones rotas y un amor no correspondido, vistiendo un kimono blanco se dejó guiar hacia el  sacerdote y a encontrarse, por primera vez, con quién sería su esposo: un alfa desconocido.

 

Un alfa por la promesa de mantener el legado de su madre, se acercaban al sacerdote y a quien sería su esposo: un omega desconocido, al que tendría que aprender amar, aunque su corazón le perteneciera a un beta.

 

El momento de conocerse llegó, ambos fueron colocados frente a frente y la cinta que cubría sus ojos fue despojada.

 

 —Tú— fue lo único que dijeron al reconocerse.

 

 

 

———————————Un meses antes————————

 

 

 

En una gran mansión de encontraban dos alfas cenando. El ambiente había estado algo tenso durante la cena.

 

—Tenemos que hablar— dijo un  castaño de ojos color miel a su único hijo.

 

Bajo los cubiertos y limpió su boca.  Sentía extraño a su padre en esos días y tal vez eso era —Dígame padre.

 

El alfa de león y magnate de los negocios: Akashi Masaomi, se removió en su lugar y miró fijamente a su hijo  —Seijūrō... Como sabes, a esta edad tú alfa interior debió o está por reconocer a su omega.

 

Se removió incómodo en su lugar. Tarde o temprano esta plática iba por llegar, pero había un problema... Un gran problema, su alfa había reconocido a un beta. —Lo sé...— respondió.

 

—Bien. Sabes que tú especie está en peligro de extinción, y por ello, necesitas encontrar un omega débil para que tú gen predominé y poder tener cachorros como tú—trató de explicar.

 

— Lo sé— volvió a responder. Su  madre, Akashi Shiori era una de las últimas leonas de descendencia de leones rojos.

 

—¿Has reconocido a algún omega?— cuestionó preocupado.

 

Dudó unos segundos —...No.

 

Soltó un suspiro de alivio —He encontrado aún omega de bajo calibre y le he pedido para un matrimonio concertado.

 

—¿Qué hiciste qué?— gritó levantándose de su lugar.

 

Ya esperaba esa reacción —Lo que oíste. Es lo mejor, tú mismo me expresasteis el deseo  de tener bebés iguales a ti y tú madre para continuar su linaje.

 

—Pero...

 

—Lo sé, eres muy joven y el omega también. Lo he visto de lejos y es muy bondadoso— comentó recordando la sonrisa del omega.

 

—¿Quién es?— preguntó histérico.

 

—No te lo diré. Todo lo que debes saber es que no ha aceptado casarse contigo. Su familia decidió que él fuera quien eligiera— explicó.

 

—¿El omega  sabe quiénes somos?

 

—No. Le dije a su padre que se lo mantuviera en secreto, pero.... ¿Hay alguien verdad?— su hijo asintió —¿Qué es?— preguntó refiriéndose a si era omega o beta.

 

—Beta... Un beta hombre— dijo bajando la mirada.

 

—Seijūrō sabes que…

 

—Lo sé— grito y comenzó a caminar de un lado al otro. Un alfa y una beta  sólo podían procrear  si eran mujer con hombre, pero dos hombres no se aseguraba un embarazo y si llegaba a quedar preñado, lo cual era muy raro, tenían betas pero  aun así no era seguro; el beta y bebé podrían morir en el intento.

 

—Entonces— cuestionó.

 

No sabía si al beta le gustaban los hombres y también estaba lo que el beta quería, y no sabía si le correspondía —Yo...

 

—¿Olvidaste la promesa que le hiciste a tú madre?— preguntó. Sabía que era un golpe bajo usar a su esposa, pero quería que Seijūrō tuviera hijos y con un hombre beta eso no era posible… No sin consecuencia, podía terminar perdiendo al beta y al bebé en caso de quedar preñado.

 

—Está bien. Me casaré, pero que nadie se enteré—  apretó los púños y bajo la mirada —Permiso— dijo antes de salir.

 

Masaomi miró que su hijo abandonaba la cena. Tal vez debió esperar para informarle.

 

Corrió hasta su habitación y cerró la puerta con seguro. Camino hasta su cama y se dejó caer en ella. Tenía que olvidarlo, por su promesa tenía que olvidar al amor de su vida.

 

—————————

 

—Akashi-kun... ¿Estás bien?— preguntó un inexpresivo Kuroko Tatsuya, un omega de perro siberiano.

 

—Sí— respondió desanimado.

 

Quince días habían pasado desde que su padre le notificó lo del acuerdo y aún el omega no respondía. Hasta ahora sabía que era un omega hombre.

 

—¿Seguro Akashicchi?— preguntó Kise Ryōta.

 

—Sí...— volvió a responder. Todos en la mesa se miraron algo preocupados por lo deprimido del león.

 

—Será mejor ir a clases— dijo Midorima Shintarō. Todos se levantaron y salieron de la cafetería. 

 

Los estudiantes abrían paso a los alfas y omegas elite. Teiko era una escuela para alfas, omegas y betas de entre 16 a 19 años; asistían jóvenes de todas clases sociales. Entre estos jóvenes estaban los alfas y omegas de elite,  reconocidos por su belleza y personalidad. Cualquiera caía rendido por ellos, pero la mayoría ya  tenía a su pareja y no tenían ojos para otra persona; a excepción de Akashi Seijūrō. Un alfa cotizado entre omegas y betas, pero  que rechazaba a todas las personas que se le confesaban.

 

Tomó asiento en su pupitre y miró por la ventana. Esos días habían sido una tortura, aún no había aceptado el matrimonio pero sabía que tarde temprano el omega aceptaría. Después de todo, su familia sería recompensada monetaria mente y nadie se negaba al dinero.

 

La hora de la salida llegó; tomó sus cosas para marcharse a casa, se despidió de sus compañeros y salió del salón de clases rumbo a las escaleras. Llegó a la acera dispuesto a esperar a su chofer, pero una voz que hizo  su corazón latir rápidamente.

 

—A—Akashi-kun.

 

Volteó y lo miró —Furihata-kun— dijo nervioso.

 

Kōki miro a la persona que amaba. Había decidido decirle sus sentimientos. Sería su única oportunidad —¿Podemos hablar?— pregunto nervioso.

 

—Sí ¿En qué te puedo ayudar?— dijo aproximándose al beta.

 

—¿Podemos hablar en privado?— preguntó al ver que los miraban.

 

—Claro— respondió. Cuando llegó el auto, subieron y se dirigieron a un parqué cercano, bajaron y se sentaron en una banca disponible debajo la sombra de un árbol.

 

Tras un silencio incómodo Seijūrō habló —¿De que querías hablar?— cuestionó aún nervioso. No era la primera vez que estaban solos, siempre buscaba la manera de estar con Furihata Kōki. Biblioteca, pasillos, escaleras, el jardín... Cualquier lugar para verlo.

 

Se levantó y miró al pelirrojo —Q—que—que...— se abofeteó sus mejillas — Akashi-kun... Me gustas. Estoy enamorado de ti— confesó y bajo la mirada. Tenía miedo, pero tenía que decir lo que sentía.

 

Esas palabras resonaban en su cabeza. La persona que amaba lo amaba, sintió su corazón latir de forma descontrolada y sus mejillas sonrojar. Sin querer liberó su aura alfa, aunque de eso no servía contra Kōki, pues era un beta.

 

Kōki había comenzado a temblar por lo nervios.

 

Seijūrō tomó eso como miedo a su respuesta. Sabía que aún que lo aceptara, no podía tener bebés a costa de la pérdida de su amado. Y Kōki una vez le dijo que quería tener hijos y casarse... Casarse. Kōki tenía que casarse para poder tener lo que anhelaba. —Furihata-kun— el castaño lo miró —Yo... Lo siento. No puedo corresponderte, siempre te eh —dudo— Siempre te eh visto como mi... amigo y... ya tengo a alguien— dijo con dolor.

 

Su corazón se rompió en mil pedazos. Lo sabía, siempre lo supo. Quiso aferrarse a las esperanzas que sus acciones le daban a entender y por lo visto, lo mal interpretó. Akashi tenía a alguien en su vida.  Se forzó por sonreír —Lo sé. Gracias por escucharme— salió corriendo del parque, y mientras se alejaba sus mejillas se llenaron de lágrimas.

 

 

Corrió y corrió hasta llegar a su casa. Subió a su habitación sin saludar a su madre y se encerró, se dejó caer en su cama y continuó llorando. Las palabras de Akashi Seijūrō  resonaban en su mente, lo había rechazado y ya estaba con alguien.   Fue iluso al creer que Akashi Seijūrō se enamoraría de él. Fue tonto, mal interpretó la amabilidad que Akashi tenía con él y ahora había sido rechazado.

 

—Kōki ¿Qué pasa?— preguntó Mei Furihata una beta pelinegra.

 

—Nada— respondió limpiándose las lágrimas.

 

—Kōki— dijo en un tono de voz que su hijo hablaría.

 

—El alfa que me gusta ya tiene a alguien—  dijo llorando.

 

Mei se aproximó a su hijo y lo abrazó —Lo siento. Ella presentía que Kōki estaba enamorado.

 

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Lágrimas surcaron sus mejillas —Perdóname Furihata-kun. Te amo— dijo mientras lo observaba alejarse.

 

—¿Está bien, Seijūrō—sama?— preguntó Nash Golf un alfa agresivo, era un excelente chofer y guardaespaldas. Tenía media hora viendo al menor en la misma posición.

 

—Vamos— dijo con la voz ronca y subió a la camioneta. Al llegar a la mansión subió a su habitación y no salió en toda la tarde.

 

Lloró como niño pequeño al rechazar a la persona que amaba. Peor aún, le había dicho que ya estaba con alguien. El rostro de dolor y esa sonrisa forzada lo perseguiría el resto de su vida.

 

—Me dijeron que no bajaste a cenar. Te tengo noticias —dijo entrando a la habitación y se encontró con un lloroso Seijūrō —¿Qué sucedió?

 

Intento hablar varias veces  hasta que pudo —Lo rechace.

 

Frunció el ceño —¿Qué?

 

—Me dijo que estaba enamorado de mí y lo rechace. No puedo estar con él. No podemos tener bebés y él quiere bebés, quiere casarse... Le rompí el corazón a la persona que amo— dijo jalándose el cabello.

 

—Lo siento— dijo abrazando a su hijo.

 

—Oh si... ¿Cuál era la noticia?— preguntó limpiándose las lágrimas.

 

—Aceptó...— dijo nervioso.

 

—¿Cuando?— preguntó.

 

—Hace 20 minutos — respondió sentándose en la cama.

 

—¿Cuánto pidió?— preguntó sentándose.

 

—Nada— respondió.

 

—¿Perdón? ¿Nada?— preguntó incrédulo.

 

—No quiere dinero— respondió aún confundido. Nadie se negaba al dinero y menos viniendo de él.

 

—¿Entonces que quiere?— preguntó sorprendido.

 

Sonrió —Puso dos condiciones— Seijūrō miró atónito a su padre, nadie condicionaba a Akashi Masaomi —Se conocerán el día de la ceremonia. Justo cuando estén parados uno frente al otro.

 

—¿Qué?— preguntó desorientado. Se supone que se conocían antes para ver si congeniaban.

 

—El día que se casen se conocerán. Después de la boda quiere mínimo un año para que se enamoren o gusten, para poder tener al bebé— explicó.

 

Se sintió aliviado con esa condición —¡Qué omega más raro!— exclamó.

 

—Es un buen chico—  dijo sonriendo.

 

—Eso veo— murmuró.

 

—Sé que te duele lo de ese beta... ¿Cómo se llama?— preguntó después de la mirada fulminante de su hijo.

 

—Furihata Kōki— murmuró bajando la mirada.

 

De seguro entendió mal —¿Cómo?

 

—Furihata Kōki— dijo más fuerte.

 

Casi le da un infarto. Ahora entendía por qué aceptó casarse. Seijūrō le había roto el corazón —Ya veo...— decidió no decir nada, su hijo se llevaría una gran sorpresa.

 

—¿Cuándo es la boda?— preguntó.

 

—15 días— respondió.

 

—¿Por qué tan rápido?— cuestionó alterado.

 

— Entre más rápido mejor, él me dejo decidir la fecha. Tiene el corazón roto y quiere olvidar a esa persona. Le dije que eres un alfa caballeroso, sabrás darle tiempo y enamorarlo— dijo recordando su plática con Furihata.

 

—Esto no puede empeorar— murmuró. Acababa de romperle el corazón a Furihata y, ahora, su futuro esposo venía en la misma situación.

 

—Lo sé— respondió con una pequeña sonrisa. —¿Quieres que invite a tus amigos?— preguntó antes de cerrar la puerta.

 

—No. No quiero hacerle más daño a Furihata-kun— dijo dejándose caer en la cama.

 

—Entendido— Masaomi cerró la puerta tras salir y se dirigió a su despacho. Tenía que hacer los arreglos para el  sábado de la boda, pero algo no lo dejaba tranquilo ¿Qué haría Furihata Kōki al saber que la persona con la que se casaría, era la misma persona que le rompió el corazón? No podía retractarse y,  (No cuando Seijūrō era un alfa en extinción y Kōki ya había aceptado) si lo hacía, su familia sería la que pagaría las consecuencia.

 

 

—————20 minutos antes —————

 

Se despertó cerca de las 9 de la noche. Bajo las escaleras y escuchó a sus padres.

 

—Mi niño con el corazón roto— dijo su padre Kōta Furihata. Un beta castaño descendiente de una omega y un beta.

 

—Nunca pensé esto. Ahora entiendo su negativa con la boda— dijo Mei —¿Él ha vuelto a llamar?

 

—No. Quiere que Kōki le llame y él mismo acepté o decline— respondió.

 

—Llamaré ahora mismo— dijo exaltando a su padres.

 

—Kōki no...— trataron de decir.

 

—Es mejor darle una respuesta a ese señor— dijo determinado.

 

Cuando sus padres le dijeron de la oferta de matrimonio se negó. No se casaría un desconocido y su padre tampoco querían decirle quien era el que hacía la oferta. Una oferta tentadora para quienes no tenían una estabilidad económica y sus padres la tenían. No eran ricos ni de  la alta sociedad, pero sí tenían los medios para estar bien financieramente. Aún no entendía como esa persona se enteró de su secreto... Él era un omega, el primer omega en su familia después su abuela, quien antes de fallecer le había enseñado a ocultar sus orejas, cola y su aroma; ella había sido violada por ser una omega débil y no quería lo mismo para él. Durante años se ha hecho pasar por un beta, y el no haber tenido su primer celo  lo ayudaba.  Tal vez por eso Akashi no lo quería. Si tan sólo le hubiese dicho... No. Tú sólo viste algo que nunca existió— se dijo mentalmente.

 

Kōta tomó el celular y se lo entregó a su hijo.

 

Kōki tomo el teléfono y vio que decía número privado, no había nombre o alguna pista. Marco llamar y tras tres tonos escuchó un " buenas noches " —Ha—habla Furihata Kōki.

 

—¿Furihata-kun? Esperaba tú llamada ¿Aceptas o no casarte con mi hijo?— escuchó la fuerte voz que le causó un escalofrío.

 

Miró a sus padres —Acepto... Pero tengo un par de condiciones— dijo decidido.

 

 

 

 

—————————Al siguiente  día ————————

 

Ambos llegaron a sus clases y agradecían que no tomaran clases juntos, sus amigos los vieron deprimidos y escucharon que el día anterior se fueron juntos.

 

—¿Qué sucedió con Akashi-kun/Furihata-kun?— preguntaron. Kōki estaba acorralado cerca de la fuente escolar  y Seijūrō cerca de la cafetería.

 

—Nada— respondieron evadiendo el tema —Vamos a desayunar.

 

Cuando Kōki llegó y lo vio, desvío la mirada y siguió con sus compañeros. Mientras que Seijūrō no apartó la mirada y observó al castaño.

 

Tetsuya vio entre ambos y notó el ambiente tenso, algo debió suceder con ese par. Seijūrō se volvía algo impredecible cuando estaba con el castaño —Furihata-kun.

 

—Waaa Kuroko-kun— gritó casi soltando su bandeja.  La mesa donde se sentaron sus amigos estaba cerca la de los 'Elite', aunque se llevaba con la mayoría no le gustaba interactuar con ellos, pero si desayunaban juntos de vez en cuando.

 

—Lo siento. No pretendía asustarte ¿Desayunas con nosotros?— preguntó.

 

Por un segundo miró al pelirrojo y lo vio desviar la mirada —Lo siento. Prometí desayunar con Fukuda-kun— dijo con una sonrisa forzada. Muy notoria para Tetsuya y sus amigos, pues estaban acostumbrados a esas sonrisas.

 

—Sabes que a  Akashi-kun...— trató de decir.

 

—¡NO!— grito llamando la atención de los demás —Digo...  Yo me quedaré con Fukuda, nos vemos luego—  se alejó rápido y se sentó dándoles la espalda. No quería ver al pelirrojo, su corazón no soportaría verlo. Lo único que tenía que pensar era en ese alfa desconocido que sería su esposo.... Esposo, esa palabra le daba miedo pero quería olvidar a Akashi y trataría de amar a ese alfa. Se esforzaría por amarlo aunque su corazón le perteneciera a otra persona.

 

Una pequeña lágrima surco su mejilla y la limpio rápidamente, pero esa acción no pasó desapercibida por nadie de la mesa donde estaban las elites. Ellos miraron al pelirrojo y éste sólo bajo la mirada.

 

 

—————————

 

Los días siguieron avanzando lentamente. Seijūrō miraba desde la lejanía a Kōki; el castaño se veía triste y le dolía saber que él era  el culpable.

 

Por su parte, Kōki estaba aún dolido y nervioso por la boda. Se casaría el sábado y justo antes, por pedido de quien sería su suegro, firmarían un contrato pre—nupcial. Eso le dio a entender por qué ofrecían tanto dinero, la familia debería ser de alta sociedad y de solo pensarlo le daba miedo. Hasta ahora, al único que le había dicho de su boda era a Fukuda. El cual, al enterarse se negó una y otra vez, pero también sabía su atracción por Akashi Seijūrō y su reciente rechazo, así que término comprendiendo porqué aceptó el acuerdo y solo le deseo su felicidad.

 

Sacudido su cabeza para despejar su mente y camino hacía el baño. Entro y lavó su rostro, cuando se dispuso a salir del baño chocó contra alguien. Levantó la mirada y se encontró con esos ojos rojos —Akashi— chilló y rápido retrocedió.

 

Le dolió la reacción —Furihata-kun yo...— trató de decir.

 

—Co-con permiso— trató de huir pero el pelirrojo lo detuvo.

 

—Lo siento. No quise...

 

—Akashi-kun no tiene nada que sentir. Fue mi culpa,  fui yo quien mal interpretó su amabilidad— se soltó y salió corriendo. Se detuvo en el jardín y se la paso llorando hasta que terminaron las clases.

 

 

 —No mal interpretasteis nada, Furihata— pensaba mientras lo veía alejarse. Regreso a su salón y se quedó allí hasta que terminaron las clases.

Cuando llegó a su casa se encontró con su padre.

 

—Vamos. Tenemos que ir por tú ropa. Él ya la eligió— dijo Masaomi cuando lo vio entrar.

 

—¿Qué eligió?— preguntó entregándole  su bolso escolar al mayordomo.

 

—Kimono tradicional— respondió.

 

—Supongo que también elegiré el tradicional— comentó algo fastidiado, prefería un traje formal.

 

 —Vamos. Almorzáremos en algún restaurante— agregó tomando su celular y arrastro a su hijo para abordar el auto.

 

 

——————————————

 

El sábado llegó y tanto Kōki como Seijūrō se encontraban nerviosos.

 

—¿Por qué viertes todo eso a la bañera?— preguntó Kōki viendo a su madre.

 

—Para que tú piel quede suave— dijo terminando de verter el aceite de rosas.

 

—Pero sino me va a tocar— dijo avergonzando.

 

—Lo sé, pero tiene que marcarte y quiero que tú piel sea suave a su tacto— dijo con una sonrisa al ver lo avergonzado.

 

Sus mejillas de sonrojaron ante las palabras de su madre, había olvidado la marca. Nada más de imaginarlo le entraban nervios.

 

—Vamos, báñate. No tenemos todo el día— dijo Mei viendo la hora.

 

—————————

 

—¿Nervioso?— preguntó Masaomi a su hijo.

 

—Por supuesto— respondió mientras observaba a través de la ventana.

 

—Llegaremos pronto. Entraremos por la puerta sur y el abogado estará esperándonos— informó viendo la hora.

 

—Está bien— respondió.

 

———————————————

 

—Akashi-sama, el joven ya firmó— dijo Imayoshi Sousuke. Un alfa de temer.

 

—¿Alguna objeción?— preguntó viendo el documento.

 

—Sí, no quería firmarlo. Dijo que no era necesario, pues si llegaban al divorcio él no quería nada de ustedes— explicó viendo al Akashi menor.

 

—Se convenció por la cláusula— fue una afirmación.

 

—Así es. Aún qué estaba enojado con usted y conmigo por no dejarle ver el nombre de Akashi-kun. Su padre tuvo que leerle todo para que confiara.

 

—Un joven sensato— extendió el documento a Seijūrō —Firma— dijo cubriéndole el nombre de Kōki.

 

Seijūrō miró receloso a su padre y aun así firmó el contrato pre-nupcial.

 

—Vamos, es hora— dijo y le cubrió los ojos a Seijūrō.

 

 El pelirrojo sintió su corazón latir rápidamente. Era increíble que fuera a conocer a su  futuro esposo justo segundos antes de casarse.

 

 

————————————

 

—Cariño, es hora— dijo Mei a su nervioso hijo.

 

—No puedo hacerlo— dijo temblando.

 

—Tú aceptaste esté compromiso— dijo su padre.

 

Miró a sus padres, ya no podía retratarse. No si quería que sus padres siguieran viviendo —Lo sé. Fue mi decisión.

 

—Todo estará bien. Él te cuidará— prometió el castaño mayor.

 

Asintió y se colocó la cinta que le cubriría sus ojos —Estoy listo.

Se dejó guiar por su padre y su madre, le ayudaba con el kimono. Siguiendo la tradición, eligió un kimono muy sencillo en color blanco puro, en el borde tenía pequeños chihuahuas. Le gusto al verlo, al parecer su futuro suegro los había mandado a confeccionar especialmente para él, eso fue lo que le dio a entender la mujer que los atendió.

 

—Intenta ser feliz. Olvídate de esa persona e intenta ser feliz— dijo Mei.

 

—Eso quiero mamá— dijo con un nudo en la garganta y al borde del llanto. Para muchos pareciera que está huyendo de sus sentimientos pero no, huía para poder volver amar y enamorarse de quien sería su esposo.

 

————————

 

Furihata Kōta, Furihata Mei y Akashi Masaomi guiaron a sus respectivos hijos hasta donde estaba el juez. Los Furihata vieron aún guapo castaño que de inmediato reconocieron. Mei  no podía creer con quien se iba a casar su hijo, pues su esposo no le dijo quiénes eran la familia solicitante. Su hijo le había platicado que tenían amigos en común, tal vez sería algo incómodo al ser conocidos.

 

Se detuvieron justo frente al sacerdote del templo y despojaron de la cinta a sus hijos.

 

La mirada roja y chocolate se miraron reconociéndose —Tú.

 

Frente a él, estaba la persona que amaba.

 

 

Notas finales:

¡Gracias por leer!
Espero les haya gustado

 

El segundo capitulo aun no tengo fecha de publicación, pero espero no pase de mayo

 

Ai


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