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Bestia. por Ale Moriarty

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Notas del fanfic:

Advertencias: Posiblemente Ooc. Tensión sexual.


Manga/Anime: Bleach


Pareja: GrimmIchi


Palabras: 679 –viñeta creo-

Bestia.

Y es que a pesar de que cualquier persona relacionaría a Ichigo con un radiante Sol, para Grimmjow era diferente. Para el de cabellos celestes Kurosaki era una Luna.

¿Cómo había llegado a esa conclusión? Era sencillo… Ichigo era la única luz resplandeciente en medio de su profunda oscuridad.

Grimmjow aullaba, gritaba su nombre, alzaba la voz para encontrarlo, gruñía desesperado por encontrar a ese hombre tan destellante que removía las sangre en sus venas.

Por eso Ichigo era una luna.

Y a causa de ello, Grimmjow se había convertido en una completa bestia que no podía saciar su sed de sangre.

Ahora mismo lo tenía bajo su cuerpo y su respiración se agitaba en gran medida, su deseo se incrementaba y se saboreaba a su presa.

La mirada ocre de Kurosaki se mantenía fija en sus ojos celestes, retándolo, mostrando ese orgullo que definía su esencia, aun cuando estuviera ahora mismo a merced de las garras de la pantera, no mostraba señales de quererse doblegar.

Pero no solo la bestia que dormía en los adentros de Grimmjow había despertado, sino que ahora mismo, un ser similar comenzaba a brotar en el interior del pelirrojo.

El aire frio golpeaba sus rostros pero todo se detenía a su alrededor.

Solo se podían escuchar sus respiraciones y los latidos resonantes de su sangre en cada una de sus orejas.

Pero ahora que estaba cerca de la Luna, la bestia interior de Grimmjow quería correr libremente por cada rincón. Había alcanzado al objeto de su interés y necesitaba tocarlo.

Restregó sus uñas por la ropa del Shinigami y desgarro aquellas prendas negras que cubrían la piel que tanto ansiaba tocar.

Kurosaki hablaba, maldecía, jadeaba… daba igual lo que hiciera, el de orbes celestes estaba ensordecido por las palpitaciones de su sistema circulatorio, su sangre hervía hasta quemar y su corazón latía lleno de sentimientos de ansiedad, deseo, expectativa… de sentimientos que desconocía.

—    ¡Detente maldita bestia!—pero ya era tarde, no importaba lo mucho que lo empujara y atacara, no se movería.

Clavo sus dientes en el hombro izquierdo del pelirrojo y escucho el gemido del contrario. Oh la dulce melodía, aquella suave voz sin petulancia, sin rastro de desprecio, era sumamente perfecta. Era suculenta.

Sus falanges se paseaban por el ahora pecho desnudo del Kurosaki, rasgando la piel a su paso, marcando territorio como un animal, la sangre que saboreaba tenía una sensación diferente, era dulce, sabrosa, adictiva.

Le encantaba.

Quería más, sentía que Ichigo tenía la llave secreta de una sensación más emocionante que la de asesinar. Ansiaba conocer aquella sensación desconocida pero atrayente.

La deseaba.

Sus dedos seguían palmando todo y el dominante cuerpo que siempre mostraba el Shinigami, ahora se retorcía debajo de él.

Oh, la dulce tentación.

El hermoso placer visual.

—   Deja de bromear conmigo… bestia…

Seguía parloteando, intentando detener algo que ya no tenía marcha atrás.

Grimmjow tenía un hambre inmedible, un apetito que solo se podría saciar por medio del cuerpo del menor.

Las manos del peli azul se detuvieron justo en el pecho del Shinigami, el ritmo acelerado de Ichigo era tan apresurado que sorprendió al que se asemejaba a un felino.

Eso era, quería penetrar hasta el corazón de Ichigo

Quería consumirlo, que le perteneciera.

Quería que fuera suyo por completo.

—   Grimmjow…—su sangre cantaba a la par de la melódica voz, esa sería su canción.

Su luna estaba clamando porque se la devorará.

Ningún santo podría salvar a Kurosaki del final que Grimmjow le tenía planeado, llegaría hasta el final, porque al fin el escurridizo se había dejado atrapar.

—   Te desgarrare toda tu pureza

Declaro finalmente, mientras sellaba su ensangrentada boca con la del pelirrojo y penetraba la cavidad bucal de aquel que siempre mostraba un lado obstinado.

Kurosaki no había jugado bien sus cartas… porque por más que quisiera negarlo, lo deseaba tanto como Grimmjow a él.

Su bestia también aullaba por la sangre y el corazón de aquella pantera gigante.

Al final de todo, Kurosaki era la luna que provocaba que Grimmjow quisiera aullar.

Su destino estaba entrelazado, no podían escapar.

Fin.

 

Notas finales:

¿Algún review?

Lo agradecería bastante.


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