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Mr. Lonlely por Kunay_dlz

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Notas del fanfic:

Los personajes de Danny Phantom pertenecen a Butch Hartman.

Estaba escuchando la canción de Akon con este título y bueno, esto surgió, espero que les guste.

 

Oh, y la advertencia de siempre: no hay final feliz.

 

Tal vez luego suba un cap desde el punto de vista de Vlad pero no estoy segura.

 

 

Mr. Lonely

 

 

 

No es justo. No es justo esto que intentas hacer… Vlad. Después de estos años, luego de luchar en batallas pues tenía esa impresión que tú eras mi archienemigo, aunque tus planes por conquistar el mundo o la Zona Fantasma no ayudaban, a pesar de las alianzas temporales y de las pocas veces que logramos hablar con calma y sin terminar en una discusión… seguí con esa mentalidad que tan solo existen héroes y villanos en el mundo.

Incluso después de los peligros que acechaban ambos mundos a los que pertenecemos, me planteaste uno que me tomó más que desprevenido… dijiste algo que sacudió todo mi mundo y que alteró mi manera de vivir. Sí, suena extremo pero es la verdad.

Un día dijiste que sentías ‘amor’ por mí. Dijiste que no era nada comparado por lo que solías sentir hacia mamá. Dijiste que poco a poco, con cada encuentro, había algo que te mostraba y que ibas atesorando… dijiste que terminé cautivándote. Dijiste tantas cosas embarazosas que yo como buen adolescente confundido hice lo que cualquiera haría… salí corriendo.

Fue un shock total, mi cerebro se negaba a reconocerlo, mi mente gritaba que te habías vuelto completamente loco y todo era un plan tuyo para dejarme fuera de combate. Pensé muchas cosas, algunas cosas extrañas, algunas cosas dolorosas y otras que llegaron a avergonzarme. Y sin embargo, después de un tiempo en que logré calmarme un poco, volviste a aparecer frente a mí… me dijiste las mismas cosas pero esta vez evitaste que escapara. Lograste hacer que hablara contigo, me escuchas hablar y hablar sin parar y a veces me escuchabas decir cosas sin sentido, y luego, tú tratabas de responder mis dudas y seguías firme en tus palabras de ‘amarme’.

Me diste más tiempo, esta vez pensé con más calma y sin paranoia, luego volviste a aparecer y me pediste permiso para cortejarme. Me burlé de tus palabras tan antiguas, tú insistías, intenté enfadarme y pese a todo, terminé cediendo ante ti. Acepté ser ‘cortejado’. Primero pensé que andarías de acosador y que podrías hacer cosas humillantes… pero, fuiste distinto a lo que sospeché: apareciste un día a invitarme a desayunar, acepté y al otro día me vi en Paris contigo, disfrutando de exquisitos postres y platicando amenamente. De ese desayuno, salieron varios temas a tratar, temas de los que te encargaste de adaptar a tu favor… para impresionarme.

Maldición. Vlad, me llevaste a la NASA a subirme a uno de esos simuladores del espacio, la gravedad cero es distinta a volar o flotar como fantasma, fue todo un reto, fue divertido. Me llevaste al desierto de Nuevo México para observar una lluvia de estrellas, me llevaste a Alaska para ver una aurora boreal, me llevaste a los observatorios Mauna Kea en Hawaii. Incluso, para una tarea de historia, me llevaste a la Zona Fantasma a un lugar donde existe un asentamiento de fantasmas chinos, ahí aprendí sobre su antiguo sistema de gobierno desde varios puntos de vista… me llevaste a los museos de China para verificar los datos y no decir de más.

Si bien esos ‘regalos’ fueron extraordinarios, lo que más me agrada era que esas cosas eran pensadas para mí, en mis gustos y en mi curiosidad por otra cultura… el que estuvieras a mi lado, el que te tomaras el tiempo para planear esos viajes, el que sonrieras cuando me veías perder el habla debido a la sorpresa.

Esos grandes gestos que tú llamabas ‘detalles’ eran apenas significantes que cuando iniciaste a tomarme de las manos, a acariciar mis mejillas y, a darme un par de besos tiernos, suaves y llenos de cariño, tu gran confianza se esfumaba por temor a ‘asustarme’ y te dejaba en este estado de primerizo enamorado. Estas muestras de cariño, inocentes, tímidas, sin la presión de alguien que espera una respuesta… fueron las que ganaron mi corazón.

En la siguiente cita, en Italia, acepté ser tu pareja.

Pasó más tiempo, cada vez fui más feliz contigo, y te encargaste de hacerme sentir querido, necesitado, amado. Y, cuando nos creímos listos, dimos a conocer nuestra relación.

Hubo problemas y supimos salir adelante. Seguimos juntos y una vez que cumplí dieciocho años, me mudé contigo. Vlad, la ‘celebración’ del inicios de nuestra vida juntos fue algo especial, Vlad, me hiciste el amor de una manera tan tierna y tan de dicada que tan solo lloré por la felicidad que sentí me mataría. Pensé que algo así debía ser prohibido, pensé que si hacíamos ‘eso’ muy seguido terminaría muriendo de felicidad. Nuestra vida juntos fue como un sueño.

Un sueño que duró tres años y dos meses.

Empezaste a cambiar. Eras distante, cada vez te veía menos, cada vez tenías más ‘asuntos’ que atender en tu empresa, más viajes hacia los lugares donde tenías inversiones, más reuniones en tu laboratorio con fantasmas… por cada plan cancelado, por cada cita perdida y por cada noche de usencia, me entregabas flores y regalos costosos. Flores que no me gustaban, reglaos impersonales que no necesitaba y algunas veces ni sabía lo que eran o la utilidad que tendrían.

Un día lo entendí. Me tenías en un ala de tu castillo con lujos y cosas que podría necesitar, me tenías tan pulcro y cuidado como aquellos cuartos donde guardas cosas valiosas, como los cuartos repletos de tus trofeos.

¡Maldición Vlad!

Te enfrentaste a Amity Park, como su Alcalde desaprobaban que ‘salieras’ con un chico años menor, te enfrentaste a la ira de papá, te enfrentaste a los reproches y a la suspicacia de mamá, te enfrentaste a las posibles explicaciones de tus ‘sentimientos confundidos’ que Jazz decía cada que la veías; te enfrentaste a los fantasmas para que nos dejaran en paz y no interfirieran, te enfrentaste a Sam y Tucker tantas veces con tal de explicarles que no era uno de tus planes malvados para dominar el mundo, el tenerme a tus pies tan solo te daría ventaja en la toma del poder… te enfrentaste a mí para que te aceptara… te enfrentaste a ti mismo para aceptar tus sentimientos por mí.

Y todo esto, toda esta lucha, claro que merecías un trofeo, me ‘obtuviste’ después de todo.

Me tienes encerrado en tu castillo, me tienes como un príncipe en una cárcel de cristal… y yo como idiota no me había dado cuenta.

No hasta ahora.

Hoy que es nuestro aniversario y que cancelas la cena en Italia… y me dices que no salga del castillo. No sin ti. Además de este estúpido ramo de rosas rojas y un dije de diamantes con un rubí en el centro.

¡Quién piensas que soy!

Te lo dije y creo que hasta ya lo intuías que no me gustas las flores rojas, me recuerdan las Flores de Sangre que casi me matan.

¿Joyas? Sabes que no me gustan la piedras que brillan, menos los dijes, ni siquiera soporto usar corbata ¿Cómo rayos usaré ‘collares’?

Me siento decepcionado. Me siento herido. Me siento humillado de cierta manera.

Lo siento VLad, pero no quiero ser un trofeo ni para ti ni para nadie.

No te atrevas a decir que ‘huir’ no es algo que yo haría, no sin pelar antes, y por si no te has dado cuenta, estos últimos meses luché por ti, luché con todo lo que tengo y ni así logré tener tu mirada en mi… entendí el mensaje, ya no soy lo solía atraerte, ya soy quien te cautivó cuando tuve catorce. Ahorremos dramas Vlad, este es el adiós.

Si piensas en buscarme para ‘pedir una explicación’, no lo hagas. No llevo conmigo las costosas joyas o esos regalos finos, todo está ahí en el ala que me pertenecía, también dejé una fotografía mía para que no se vea tan vacía. Para que sigas teniendo el ‘trofeo’ por el que tanto luchaste.

No voy hacia Amity Park, no regresaré con mis padres y no le contaré a Sam y Tucker de nuestra separación. Como dije, ahorrémonos el drama y no les contemos, hacerlo atraería problemas para ti, para ellos y para mí.

Adiós Vlad, gracias por los años de felicidad que me diste.

 

 

Fin.

 

Notas finales:

Gracias por leer.


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