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Las etapas de un rompimiento por Elle Trancy

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Notas del fanfic:

Otro de mis fics del fondo del baul de mis recuerdos.

 

Este me encanto escribirlo ya que estaba pasando por las etapas del rompimiento y este fic me ayudo muchisimo. Espero te ayude a ti tambienn♥

Negación

 

Era una madrugada fría y desolada. Volvía del bar, tambaleándose y vomitando en cada esquina. Como si aquello fuera muy de él.

 

 

 

Se agarraba de las paredes, apoyándose en ellas para aclarar sus pensamientos confusos y su revoloteante mente, la cual no le dejaba pensar en claro. ¿De cuándo acá él era un alcohólico sin remedio?

 

 

 

 

Sacudió su cabeza y volvió a ver a su alrededor, intentando descifrar donde carajos estaba.

 

 

“Broadway” Leyó en algún lado, su lógica no daba para más información, sólo sabía que estaba cerca de casa.

 

 

Camino derecho y en línea recta, o al menos eso pensaba, cuando en realidad dejaba un zigzag de mierda en el camino por haber pisado caca de algún maldito perro.

 

 

 

Le restó importancia con un chistido, solo quería ir a casa y recostarse de su enorme y solitaria cama para dejar todos los recuerdos atrás. Pasaron unos cuantos minutos hasta que pudo reconocer que aquello que veía, era el edificio donde residía actualmente.

 

 

Un domiciliario bastante humilde y simple a pesar de lo egocéntrico que un Uchiha podría llegar a ser... Sin embargo, y después de todo, después de escapar olímpicamente de sus obligaciones como heredero y sub-director de las empresas Uchiha Company en Japón y correr detrás de un “amorío” en NY, no vivía tan mal.

 

 

 

Sabía que aquello iba a ser temporal... lo sabía, antes de darse cuenta que en realidad, la huida, el viaje, el aplicar sus conocimientos en el inglés y el sobre esfuerzo fueron en vano.

 

 

 

 

-Es un maldito mal agradecido – Le dijo al viento, como si este fuera testigo de sus penas y amoríos.

 

 

 

Subió hasta el último piso mientras divagaba en sus pensamientos, y en su fuero interno el desengaño del amor. Llego hasta la puerta y metió la llave, no supo interpretar si no traía la llave correcta o le habían cambiado la cerradura. Miro el número de piso y la letra de puerta para asegurarse que era la suya; 10 – E; enseguida se dio cuenta que se había pasado cinco pisos.

 

 

Maldijo y bajo los pisos que se había pasado hasta llegar a la puerta correcta. La llave giro y abrió la puerta, la cual rechino en cuanto el dueño la empujo hacia adentro.

 

 

En el trayecto hasta su habitación las prendas iban cayendo al suelo, los zapatos embarrados de mierda, la camisa vomitada, los pantalones manchados de alguna extraña sustancia, la bufanda que había pasado de ser de blanca a gris y el pasamontañas. Pero antes de lanzarse a su amorosa cama, corrió al baño semi-desnudo y regurgito todo el alcohol en su anatomía dentro del inodoro.

 

Seco sus labios con el dorso de su mano y gateo hasta su cama, cruzando la puerta del baño, bajando un escalón, pero algo le detuvo, en el trayecto encontró una pieza intima. Era un boxer negro con blanco, que obviamente no era suyo.

 

 

 

Lo tomo y lo miro un momento, mientras intentaba hacer memoria, y recordó:

 

 

 

 

- ¡No los encuentro! – Dijo levantándose del piso.

 

 

 

- Ya, Gaara, por favor... ¿Quién necesita boxers para ir a trabajar?

 

 

 

El más bajo frunció el ceño y negó con la cabeza. A la vez que se colocaba la camisa y salía de allí.

 

 

 

 

 

Su corazón se oprimió ante el recuerdo. Aquellas cuatro paredes habían sido testigo de muchos encuentros, podían contar muchas historias increíbles que aquella cama había vivido.

 

 

 

Subió a la cama y en posición fetal, sin soltar aquella prenda, se durmió.

 

 

 

 

 

 

Ni los rayos del sol pudieron con aquel sueño pesado que el pelinegro se gastaba. Tal era la embriaguez de la noche anterior que sus oscuros orbes se descubrieron solo al final de la tarde. Cuando el sol ya se había puesto y las aves anidaban después de un largo día de marcha.

 

 

 

Estiro su brazo buscando aquella maraña de cabellos carmesíes a su lado. Pero lo único que encontró fue almohadas, sábanas y un boxer. Cayó en cuenta de lo sucedido el día anterior.

 

 

 

 

- Tsk – Dijo con voz ronca por haber estado tantas horas sin beber ni una gota de agua – Seré idiota.

 

 

 

Rodó por la cama hasta llegar al borde y se estiró.

 

 

 

Tuvo que sobar  su espalda cuando sin darse cuenta, se estiro más de lo que su cuerpo aguantaría en el borde del colchón y cayó al suelo.

 

 

 

Volvió a maldecir. Y se levantó dispuesto a darse un baño, y arreglar el desastre que le esperaba afuera.

 

 

 

 

 

 

El resto de la noche transcurrió “normal”. Sasuke aún esperaba que salieran detrás del matero o se metieran por la ventana esos molestos tipos de las bromas por televisión, y le confesaran que Gaara sólo le había gastado una cruel broma.

 

 

 

 

Y espero, mientras limpiaba las manchas de los pasos de mierda.

 

 

 

Y espero, mientras metía la ropa a la lavadora.

 

Siguió esperando durante la madrugada, y parte de la mañana. Mientras los hilos de agua mojaban su cuerpo, imaginando que en cualquier momento le abrirían la cortina de la ducha y grabarían en vivo su desnudo cuerpo, mientras vestía, tomaba su tablet, llaves y demás; que saldrían debajo de la cama, mientras abría la puerta para luego salir a la universidad; que le sorprenderían en las escaleras, o el ascensor...

Llego a la Universidad aún esperando a los malditos camarógrafos a que al menos le hagan pasar un mal rato en el bus, a que Gaara le pidiera disculpas y le besara y que después de eso solo quedaran tontos recuerdos y una historia que contar en alguna fiesta de la universidad, esas a las que solían ir juntos.

 

Pero jamás aparecieron. Porque aquella mañana, dos días después de lo sucedido, cuando se encontró cara a cara con el pelirrojo; Este desvío la mirada, y junto a ella, su camino. Evitándolo olímpicamente.

 

 

 

No. No había sido una broma. Sabaku no Gaara había cortado con la relación de Uchiha Sasuke y su persona de una manera tajante y directa – Muy directa – para luego “correr” a los brazos del pintor, Sai.

 

No, no, no. Eso no era posible; Era solo una mala pasada de su terrible y extensa imaginación. Simplemente no podía ser real. Sabaku no Gaara NO podía terminar con un Uchiha. La gente desea estar con un Uchiha, no terminar la relación con uno.

 

Siguió su camino restándole importancia, puede que los camarógrafos se hayan retrasado. Los esperaría unas horas más...

 

Notas finales:

Si mi bebé me lo permite, actualizo en 48 hrs. 

 

Los review son el mejor apoyo. 

 

Gracias♥


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