Minato caminaba tranquilamente por los pasillos del hospital, tratando de no tomar atención a toda la gente que le miraba, la historia de ser el hijo mayor de la Jefa de cirugía se propagó como pólvora, y no solo eso sino que además era al parecer el novio de Uchiha Madara, el primogénito de Tajima Uchiha, de alguna manera la mitad del recinto sabía de su pasado, cómo ni idea, pero no le gustaba que todos supieran de su vida, de cierta manera se sentía violado, había guardado con tanto recelo su vida privada durante casi dos años y ahora estaba en la boca del mundo completo.
Había transcurrido una semana desde que colapsó en urgencias, cuando despertó se encontró con su madre a su lado abrazándolo, conversaron como no lo habían hecho nunca, le dijo sobre el hijo que tuvo con Kushina que se iba a llamarse Naruto, también de su propio estado de gravidez y como lo había perdido por causa de los golpes de Kurama, le contó parte de todo lo que había vivido en esos veinte años, su madre había derramado demasiadas lágrimas y le pedía continuamente perdón, mas no pudo contarle toda la verdad. Pensando en eso recordó que su madre le pidió tiempo para hablar con su padre y hermanos, porque ella no sabía cómo explicarle a ellos que estuvo casi dos años trabajando con él y no se los dijo, por lo que también le pidió disculpas, aún así Minato temía encontrarse con su padre aún más con sus hermanos sobre todo con Deidara.
Madara era otro asunto, lo iba a buscar todos los días, se sabía su horario al revés y al derecho, si tenía una cirugía de urgencias le esperaba en la habitación de Naruto, sonrió al pensar en él, era dulce, alegre, un poquito desconfiando y mañoso como un gatito engrifado pero era por el miedo, pero era hermoso, y parecía que de verdad Madara quería al niño.
Volviendo al tema central, el Uchiha no lo había atosigado tanto como creyó, menos mal, porque no estaba preparado para contarle todo, sabía que Madara era capaz de matar a alguien pero también sabía que tiempo ya no le quedaba, su ex novio, nuevo novio, o cómo sea, no iba a esperar una eternidad por tenerlo en su cama, la sexualidad de un Uchiha era legendaria. Ahí radicaba el problema, Madara había mostrado paciencia pero dudaba que la siguiera teniendo, más aún cuando el día anterior le había consultado por la fecha de su próximo descanso donde le dijo en toda sus letras que se cobraría los veinte años que vivió lejos de él.
Dios, solo esperaba que ahora que todo el mundo sabía quién era y que estaba nuevamente junto a Madara, no llegaran esas noticias a oídos de los Uzumaki sobre todo a Kurama, con solo pensar en él, su cuerpo se estremeciera de miedo…
Naruto apenas respiraba, trataba de no moverse en lo absoluto, solo para complacer a su nuevo “hermano” que por enésima vez estaba retratándolo, observaba el rostro serio de Sai, pálido y de finas facciones, ojos negros casi sin brillos, pero penetrantes, alto más de uno con setenta, delgado, el cabello tan negro como el de su padre y corto, Naruto no podía decidir qué género era, si doncel, varón o Bivacel. Su personalidad, bueno el primer día deseo matarlo, lo encontró un bocón desubicado que no entendía lo que era filtrar antes de hablar, de hecho Naruto creía que su nuevo hermano tenía incontinencia verbal. A pesar de eso le gustó la idea de tener un hermano y al parecer a Sai también, lo iba a visitar todos los días, le consultó cuáles eran sus colores favoritos para su nueva habitación, y qué cosa le gustaba.
Sonrió sin pensar, recordando como su vida había cambiado de la noche a la mañana, porque fue así un día era un infierno donde iba a morir por hipotermia o deshidratación, y al otro estaba en una camilla de hospital siendo atendido con máxima prioridad, recordó el momento exacto en el que despertó desorientado, preguntándose dónde se encontraba y frente a el estaba el hombre que lo había comprando mirándolo con una sonrisa apenas visible en sus labios
-Veo que despertó el señorito-Madara dijo levantándose de su lugar para ir con el rubio.
-Hola-Fue lo único que atinó decir el menor, la presencia del Uchiha lo apabullaba.
-Cómo te encuentras-
-Como si un toro me hubiese corneado-Dattebayo-Contesto-Gracias por no dejarme morir, supongo-Soltó con una risita entre tímida y nerviosa.
-Por supuesto que no te dejaría morir-Pasó una de sus manos por la cabellera del rubio-Ah, no me he presentado, soy Uchiha Madara, y ya sé tu nombre-Se adelantó al menor- Naruto tengo una propuesta que hacerte te gustaría escucharla-
-Es lo menos que puedo hacer-
-Bueno empecemos que te compré a tus tíos, no es un tema que trataré contigo en este momento, ellos me contaron que no tenías estudio más que la primaria-Naruto bajó la mirada, le habrían dicho a ese imponente hombre que lo habían sacado porque le juzgaron como un burro, por tener problemas para hablar y leer, si lo sabía Madara lo escondía bien-Estaba pensando no te gustaría volver a estudiar retomar donde lo dejaste, y después estudiar una profesión, porque a mí me encantaría pagar por tu educación-Madara sonrió al ver lo brillante que se ponían los ojos azules del menor.
-Usted quiere darme educación-Naruto no podía creérselo-Seguro hay alguna trampa en esto-Ttebayo, espero que no sea que tenga que darle un órgano o prostituirme-Dijo con cierto temor, la risa de Madara lo relajó.
-Divertido, Dios, que divertido, No, Naruto no quiero que hagas nada de eso, ni siquiera hay una trampa-Le tranquilizó el Uchiha-Sabes te pareces a una persona de mi pasado, a una muy importante, cuando te vi no pude dejar de apreciar el parecido, y pensé quizás tú podrías haber sido mi hijo, cuando escuché la sarta de idioteces que decían tu familia de ti, deseé ser tu familia, ser tu padre, y pensé por qué no, podía adoptarte, mi hijo Sai siempre ha querido un hermano, él tiene diecisiete así que un hermano de diecinueve no le hará mal, te gustaría ser de mi familia- Dijo despacio
-Señor Usted está loco-Afirmó Naruto comenzando a llorar-No puede ir recogiendo niños en la calle porque se le parecen a un ex novio, menos salvarles la vida, darle estudio y adoptarlos, creerán que les está tomando el pelo-Sollozó, sintió que su cama se hundía, Madara estaba a su lado limpiando sus lágrimas.
-Loco estoy, Naruto, pero te aseguro que no ando recogiendo niños por las calles, solo a ti y porque te pareces demasiado a Minato, dudo que exista alguien que se le parezca más que tú, quizás si él tuviera un hijo-Le sonrió, acariciándolo-Además tú me traes mucha suerte-
-Pero debe haber una trampa-Ttebayo-Insistió-Escuché algo sobre un prometido para ¿Sasuke? ¿Podría ser?-Dijo inseguro, apenas recordaba.
-Vaya memoria te cargas y en el estado en que estabas recuerdas-Dijo riendo-Bien te contaré, tengo un hermano que a su vez tiene un hijo que es una puñetera patada en el culo-Sonrió al ver los ojos grandes de Naruto expectantes-Se llama Sasuke, y es un Casanova no hay doncel ni jovencita que pueda resistírsele y él no tiene problema en dar amor, digamos que es un maldito Play Boy-Explicó
-Cómo entro en todo esto-Inquirió.
-Mi familia es poderosa, y ahora mi hermano tiene un contrato con una familia la Uzumaki, y existe una joven de esa familia encaprichada con Sasuke, corremos el riesgo de perder el negocio, porque sabemos que el idiota de Sasuke jamás querrá casarse con ella, pero ella está presionando para que eso suceda-Explicó-Tú entras ahí, nos gustarías que te cases con Sasuke, obviamente, no tendrías que estar con él ni nada, solo fingir que son pareja, y como eres varón luego de unos dos años podrían divorciarse-
-Con todo lo que usted está dispuesto a darme, no veo inconveniente a aceptar, pero si Sasuke no está de acuerdo, no sé qué harán, además creo en su palabra que él no tratara de meterme mano, ¿verdad?-
Madara quedó en silencio, observando al rubio, no podía decirle, ya que no tenía idea de cómo contestar, no estaba seguro si a su sobrino le iba a gustar o no el rubio, aunque él, Madara, encontraba a Naruto mono, no tenía idea de Sasuke, quizás si se lo presentaba a Itachi, el hermano mayor de su sobrino dolor de culo, podría dilucidar, ya que ambos tenían gusto muy similares y una inclinación por los y las rubias.
Después de aclarar esos puntos, Madara le contó sobre su hijo y de su familia, de la idea de adopción y como necesitaba su consentimiento, también le explicó que se iría a vivir con su familia, un complejo Uchiha, casi un fuerte, donde todos vivían juntos, cada uno en su propio hogar por supuesto, a Naruto le agrado de la idea, de que hubiera un Dojo, un salón de Kendo, Arquería, un gimnasio, al parecer vivían en un mini pueblito para ellos, como muchas aéreas verdes, piscinas gigantes, grandes terrazas hasta un saloncito de té y eventos, muy cerca de hogar estaba el club donde la crema y nata de la socialité nipona se reunía, Madara tranquilizó a Naruto diciéndole que él iba a tener clases de etiqueca y protocolo, y como estudiaría nadie tenía porque saber de su pasado.
Estaban en eso cuando alguien los interrumpió, Naruto miró al recién llegado sorprendido realmente se parecía a él, un médico de cabellos rebeldes rubios, ojos azules como el cielo, más o menos alto como de uno con setenta, facciones dulces pero guapas, no sabía si era un doncel o un varón, quizás era un Bivacel, aunque suponiendo que era eso, estaba seguro que no lo iba a decir, los Bivacel hombres que no son ni donceles ni varones, tienen ambas funciones, tienen la capacidad de engendrar como un doncel y también de procrear como un varón pero a diferencia de los donceles que eran altamente fecundo pero raramente pueden fecundar a una mujer, los Bivacel por su parte eran altamente infértiles, les costaba mucho ya que sus cuerpos no estaban completamente aptos para la tarea, ellos ni siquiera podían amamantar y también les costaba fecundar a un doncel o una dama, la gente los despreciaba, ninguno de ellos servía para ser el esposo de un varón de una dama o doncel, por lo que siempre eran escogidos como amantes, los favoritos, ninguno corría mucho riesgo de fecundar y muchos estaban hambrientos de cariño y amor, sufrían mucho.
Naruto se preguntaba si él era uno, ya que no se sentía como un varón pero tampoco como doncel al menos nunca había experimentado el tan llamado “celo”, todos los donceles lo experimentaban cuando su primer proceso de menstruación donceliana, que era completamente diferente a la de una mujer, llegaba.
-Por cómo me miras, pareciera que nuestro parecido te dejó atónito-Comentó Minato.
-¿Eh?-Naruto le miró sin comprender-Lo siento-Ttebayo, no estaba pensando en eso-Contestó apenando.
Minato se quedó en silencio un momento, tratando de apaciguar su corazón ¿Ttebayo?, ¿En serio? Tenía que ser un chiste, era un tipo de muletilla, como el que tenía Kushina el infame “Tteba Ne”.
-Oh, en qué pensabas, me mirabas mucho-Inquirió Minato.
Naruto le miró un par de veces antes de contestar la pregunta con pena- Pensé que usted parece ser un Bivacel, lo siento, yo…-Pero todo murió en su boca al escuchar la estridente risa de Madara.
-Naruto te puedo asegurar, que Minato es un doncel, muy doncel-Dijo divertido el Uchiha-Pero tiene la complexión de un Bivacel, es de familia, son los infames Namikaze Senju- Dijo aún sabiendo que Naruto no le iba a entender.
-¿Minato?, ese no era el nombre de su ex –
-Por eso te dije que tú me traes suerte, te traje aquí para que te trataran, y encontré a mi escurridizo noviecito-Contesto al tiempo que abrazaba por la cintura a Minato apegándolo a su pecho-No es lindo mi novio-
-No dijo que era su ex novio-Naruto le miró con los entrecerrados, Minato parecía avergonzado y Madara dichoso.
-Lo era, pero lo pille y lo atrape-
-Los Uchiha son de temer pequeño-Aseguró Minato mientras desasía el abrazo-Namikaze Minato, un gusto-Dijo tendiéndole la mano al otro rubio.
-Rumikawa Naruto, también es un gusto-Aceptó la mano del galeno sonriéndole.
-Entonces Naruto te gustamos como tus nuevos padres-Inquirió Madara feliz.
-Madara-Le llamó la atención el médico girándose para mirarlo feo y sorprendido al mismo tiempo.
-Sí, me encantaría, nadie pensaría que no somos padre e hijos, verdad Dattebayo-Comentó apuntando a Minato.
El Namikaze sintió sus ojos escocer, era verdad, nadie dudaría que fueran padre e hijo, eran casi idénticos, se llamaba como su hijo, y tenía la muletilla de Kushina, hubiera sido el hijo perfecto de ellos dos, sintió la poderosa mirada del Uchiha sobre él, sonrió levemente.
-Me gusta la idea-Contestó Minato-Aunque no me gusta tu padre-Agregó apuntando a Madara haciendo reír a Naruto al ver la cara del Uchiha.
Minato luego lo examinó, le dijo todo referente a su estado y cuántos días debía quedarse en el hospital, conversaron otras cosas después, Naruto se vio riendo como en mucho tiempo no lo hacía.
Al otro día llegó Sai con su cara de póker, le miró un largo rato desde la entrada de la habitación y luego dijo:
-Sasuke te empotrará contra la cama-Fue la primera oración que recibió de su nuevo hermano.
-Qué-Gritó Naruto azorado.
-Rubio de ojos azules, aires de inocentón, pinta de doncel, papá dijo que no lo eras, pero lo pareces, eres justo lo que Sasuke elige siempre de la carta, pero ten cuidado es un demonio estreñido-Le advirtió.
-Joder, el señor Madara dijo que Sasuke no me iba a tocar, además deberías empezar diciendo quién eres-Ttebayo-Se cruzó de brazos molesto.
-Mono hasta cuando te enojas, Sasuke la va a tener cuando te conozca y yo disfrutaré cada momento-Soltó una sonrisita de duende malvado-Soy Sai, tu hermano menor, y no es señor Madara es papá, acostúmbrate- Sin más se fue a recostar a su lado y le quitó el mando a distancia, para cambiar la tele de canal, comenzando a pelear porque éste la dejaba en canales en ingles y Naruto no entendía nada-Solo lee y entenderás-Le dijo cansando del griterío del rubio.
-No puedo-Contestó avergonzando
-Por qué pasan muy rápido los subtítulos-
-No sé leer-Reveló rojo hasta las orejitas evitando ver a Sai
Sai le miró un momento, su padre le dijo que Naruto había tenido una vida dura hasta ese momento, pero no le dijo que no sabía leer, vio la vergüenza en el rubio y sintió algo que no reconocía, lo atrajo a él y lo acomodó a su lado ante la sorpresa del mayor.
-Yo te leeré entonces, y luego le diré a Iruka-Sensei que venga a verte, es bueno enseñando, seguro te gustará…
Sai luego de eso comenzó a leerle a Naruto, y desde entonces aparecía en la mañana antes de ir a la preparatoria y luego de ella para estar con su nuevo hermano, habían creado un lazo fuerte, Naruto se dio cuenta que Sai necesitaba cariño al igual que él y también un amigo.
En el presente estaba como una estatua para que su hermano terminara de dibujarlo, pasaron otros diez minutos antes de que Sai le diera respiro.
-Pensé que no terminarías nunca- Naruto dijo mientras se estiraba.
-Eres un buen modelo, muy bueno-Sai le dio un vaso con refresco-Cuántos días te quedan antes de salir de esta prisión-
-Mina…-
-Papi-Le cortó Sai-Hasta cuándo dile papi a Minato y papá a papá-Dijo.
-Le podrías decir papi a Minato-San-Inquirió el rubio.
-Al menos tiene más pinta de papito maternal que mi madre-Dijo triste.
-Si le llamas papi, lo hare- Negoció el rubio-Bueno, papi dijo que dentro de unos cuatro días podría darme el alta-Informó.
-Está bien, yo le diré papi también, así que no te olvides como llamarlos-
En la entrada estaba afirmado Minato escuchando a los menores, de pronto tenía a dos jóvenes hablando de él como un progenitor, sonrió quedo ambos muy a sus modos eran muy monos.
-Minato-Llamó Tsunade un poco nerviosa, su semblante la evidenciaba.
-Pasó algo mamá-Le costaba volver a decirle mamá, porque parte de él aún estaba enojado con ella, pero la otra parte la más grande la extrañaba.
-Dan está aquí, escuchó en el club que Madara había regresado contigo y quería saber si yo sabía del tema-Explicó-Minato tampoco está el solo, está con tus hermanos- Eso explicaba el nerviosismo.
-Está bien, madre, vamos hacerle frente a esto-Tomó la mano de la mayor para darle fuerza.
Luego de caminar unos cuantos pasillos llegaron al despacho de Tsunade donde la esperaban el resto de su familia, al entrar Minato observó a su padre, con su cabello largo y blanco, con esos azules como el cielo que lo miraban expectante, también a Yahiko de cabello entre castaño y cobrizo de ojos claros, era un varón de ceño fruncido, a su lado su hermano menor Deidara de largo cabello rubio brillante, ojos azules y grandes, un doncel hermoso, cuando lo vio por última vez tenía casi nueve años y siempre supo que fue a quien más daño causó.
-Vaya, vaya, Si es Minato-Dijo Deidara tratando de controlar su ira-después de veinte años de larga ausencia, qué les parece, y cuando regresa lo hace de la mano del varón que deshonró eres realmente un sinvergüenza-Trató de no usar maldiciones ya que siempre las decía.
El aludido no dijo nada, porque estaba claro que con Deidara ese comentario sería así de mordaz.
-Cómo has estado Minato-Saludó Yahiko tendiéndole la mano, mano que aceptó el mayor de los hermanos.
-Estoy bien gracias, y tú-
-También muy bien, es bueno volver a verte-Dijo pero sin ápice de sentimiento o alegría reflejada en su rostro de póker.
Se sintió incomodo sus hermanos no parecían complacidos, sentía la hostilidad sobre todo de parte de Deidara.
Su padre en cambio fue hasta él, abrazándolo con fuerza, susurrándole cuánto lo buscó y cuánto le extrañó. Se emocionó había extrañado a su padre, siempre fue muy apegado a él, su carácter siempre era pasivo y conciliador a diferencia de su madre.
Después de separarse cosa que costó unos minutos, se sentaron y el primero en abrir la boca fue Deidara.
-Qué demonios hiciste en todos estos años, espero que no puteando-
-Deidara te lo advierto- Le cortó el rollo Yahiko-Quedamos claro que escucharemos a Minato-
Minato miró a sus hermanos habían cambiado, cuando se marchó Deidara era un niño dulce y tímido, pero muy enérgico y obstinado, Yahiko por su lado dos años menor que él a sus trece años ya demostraba madurez y seriedad pero tenía una mirada sincera, ahora solo veía cinismo.
-Después de escapar de casa estuve con Kushina Uzumaki, hasta que Kurama nos encontró y nos separó a mi casi me mata, y luego me llevo a otro lugar donde me tuvo durante dos años-Contó mientras removía incomodo, sin mirar a ninguno de los presentes, pero tanto sus padres como Yahiko se miraron entre ellos ante la información revelada- Luego me escape, estuve un tiempo en Kanawaga dónde busqué trabajo en una panadería, también me daban el hospedaje y la comida, la paga era mala pero como tenía techo no importaba, me puse al corriente con mis estudios hice dos por uno, a los diecinueve saqué la preparatoria y luego di la prueba de postulación a medicina de la Universidad T, me becaron cuando estaba buscado un lugar para vivir-Se quedó callado unos minutos porque lo que iba a decir iba a traer serías consecuencias, sus padres le animaron a continuar-Me encontré con mi padrino-
-Con el tío Jiraiya-Inquirió Deidara sorprendido.
-Sí, y él me acogió en su casa, les rogué tanto a él como a Orochimaru-San que no les dijera a ustedes nada de mí, estuve viviendo con ellos hasta que terminé la universidad…-
-Espera, espera, espera…cómo es eso que estuviste con la serpiente maldita y la rana loca-Grito Tsunade-Estuvimos muchas veces en su casa, mientras tú estabas en la universidad, nunca te vimos-
-Me escondía en el cobertizo –Respondió apenado.
-Voy a matar a esos dos-Susurró furioso Dan-Estuviste frente a mis narices durante años, porque nunca dijiste algo-
-Porque tú y ella dijeron que no querían verme nunca más-Contestó Minato apenado-Mi padrino con el tío me convencieron de hablar con ustedes, entonces cuando ustedes contestaran que si deseaban verme yo saldría pero dijeron que no querían saber de mí, que los había decepcionado, así simplemente decidí no mostrarme ante ustedes nunca más-
-Minato, estábamos enojado, desapareciste del mapa, dejaste plantado a Madara, lo humillaste, a su familia y a nosotros, te escapaste sin dar razones más allá de que ibas a tener un hijo con alguien que no conocíamos hasta hoy-Dijo molestó Dan.
-Espera- Deidara se puso de pie- Kushina Uzumaki, esa no es la loca que se mato hace unos años-
-Deidara- Grito Yahiko al ver el rostro de Minato.
-Qué acaso es mentira, siempre jugando con un muñeco, llamándolo Naruto, gritando y haciendo cosas horrorosas, delante de todo el mundo, dejando en vergüenza a su familia, y mira que era dramática lanzándose desde el techo de su casa gritándole al pobre de Kurama todas esas atrocidades, justo el día de su propio compromiso- Vociferó molesto- Tú dejaste a Madara por una loca, tú osaste ir en contra de lo establecido, tú arruinaste tu vida, la honra de tu familia, arruinaste a esa tonta mujercita, y provocaste con tu estupidez que los Uzumaki sufrieran pobre de Kurama-
-Pobre-Exclamo Minato al borde del llanto-Ese hombre es un monstruo- Grito asustando a los demás- No sé qué tipo de relación tienes con él para defenderlo tanto, pero él destruyó mi vida por completo, no tienes idea de lo que he sufrido-
-MERECIDO TE LO TIENES POR PUTA- Grito Deidara al tiempo que lo abofeteaba- ME DA ASCO SER TU HERMANO- Volvió abofetearlo- TE MERECES TODO LO QUE TE PASÓ-
-CREES QUE MERECÍ SER GOLPEADO A TAL PUNTO DE ABORTAR- Fue su turno de explotar- SOLO POR ENAMORARME TU AMADO KURAMA CREES QUE TENÍA EL DERECHO DE MANTENERME COMO SU PERRA DURANTE 2 AÑOS, NO TIENES IDEA DE CUÁNTAS VECES ABUSÓ DE MÍ NI CUÁNTAS VECES ME GOLPEÓ, HASTA QUE PUDE ESCAPAR, NI SIQUIERA SABES LO QUE ME HIZO, PERDÍ MI HIJO CON MADARA AL CUAL SI AMABA Y AMO, PERDÍ A MI HIJO NARUTO CON KUSHINA A QUIEN TAMBIÉN AMABA, MI ÚNICO ERROR ERA NO PODER DEJAR IR A UNO DE ELLOS, PERDÍ TODO, PERDÍ MI VIDA, MI DIGNIDAD Y MI LIBERTAD, TU AMADO KURAMA ME ARREBATÓ TODO ÉL COLOCO EN MÍ UN CINTURÓN DE CASTIDAD QUIRÚRGICO, VIVO CON DOLOR DESDE DIECINUEVE AÑOS, CREES QUE ME MERECÍA TODO ESTO SOLO POR ESTAR ENAMORADO SOLO TENÍA QUINCE AÑOS- Terminó de gritar cayendo de rodillas.
Todos en la habitación se habían quedado en silencio sorprendidos por lo dicho por Minato quien estaba llorando sin al parecer darse cuenta que lo hacía, y al mismo tiempo temerosos de la persona que estaba detrás de Minato, Madara…
Madara estaba llegando cuando vio pasar a Minato con Tsunade a su oficina y al abrirla pudo notar al resto de la familia de su rubio, frunció el ceño al ver a cierto bicho que odiaba por hacer la vida de uno de sus sobrinos a cuadros, así que fue tras ello, la idea era estar fuera pero si escuchaba el más mínimo insulto de parte de alguno de los presente contra Minato, él intervendría.
Lo último que se imagino fue escuchar lo que Minato le había revelado a su familia, él tenía razón solo tenía quince, Sai de diecisiete le parecía un niño y Minato había pasado por tanto durante todos esos años, trataba de calmarse, pero sentía que hasta el más minúsculo musculo de su cuerpo tenía vida propia y se movía furiosamente, sentía la sangre hervir casi queriendo explotar de sus venas, estaba en shock, furioso queriendo matar a alguien, pero al mismo tiempo tenía la imperiosa necesidad de tomar a Minato y llevarlo lejos de su familia.
Madara se acercó a Minato y lo tomó en vilo, éste reaccionó sorprendido al verlo, se miraron un segundo antes que Minato sollozara.
-Perdóname, perdóname, perdóname- se aferró al mayor rodeando el cuello del Uchiha con sus brazos y escondiendo su rostro en el pecho de éste.
-Hace mucho que te perdoné, sabes que jamás te haría daño aunque lo deseara-Susurró, mirando a la familia del Namikaze- Te amo desde siempre-
Comenzó a caminar, sabiendo perfectamente donde llevar a su rubio, muchos les miraron pero nadie decía nada.
Naruto estaba junto a Sai, éste como todas las tardes estaba leyéndole un libro, a petición del rubio, el menor le estaba leyendo Cumbres Borrascosas.
Cuando la puerta fue abierta por Madara con Minato en brazos, ambos chicos se alarmaron. Sai se levantó de la cama de Naruto preocupado, el rubio quedo paralizado sin saber qué hacer porque tanto él como Sai podían escuchar el llanto del mayor. Madara depositó a Minato al lado de Naruto.
Naruto le miró la manera en la que lloraba el mayor era estremecedora, sintió que se quebraba. E instintivamente abrazó a Minato.
- Vamos papá, suelta todo-Besó los cabellos tan rubio del mayor como los suyos-Me tienes aquí-
Minato al escucharlo se aferró a su hijo y simplemente comenzó a llorar, aferrándose a ese chico, soñando que él era el hijo recién nacido que perdió. Lo que no se esperó Minato fue sentir otro par de brazos a su alrededor, Sai también lo estaba consolando.
Madara solo miró a su familia, prometiéndose que los protegería de todos, hasta de él mismo si era preciso…