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El cervatillo en la trampa del perro de caza por Gamancay

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Notas del capitulo:

Hello (suena la canción de Adele) éste es mi primer fanfic, espero que te guste el comienzo y gracias por animarte a leerlo.

 

Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, sino a J.K. Rowling.

El Tribunal estaba, literalmente, en llamas. La gente corría de un lado a otro, como normalmente pasaba después de los fines de semana.
Estaba corriendo todo lo que me daban mis pobres pies, éste día sí que iba a ser movido.
El lugar estaba abarrotado de gente, por lo que me sentí afortunado al encontrar un lugar en el ascensor.
El Tribunal de Magistrados de Londres me había aceptado hace dos años, a tan corta edad había alcanzado un cargo por el que las personas matarían. Obtuve un Doctorado en Leyes a los 24 años, con títulos intermedios en Derecho Penal y conseguí  empleo en el Tribunal gracias a las recomendaciones de mis docentes.
Sí, sé lo que están pensando...”éste mal nacido, seguro que no salía nunca de su hogar, con tal de tragarse todos los libros de su carrera”… Pues, tienen razón. Lo necesitaba, necesitaba ser el mejor, sino nunca lograría mi meta siendo un satisfactorio…
¿Cuál es el nombre de éste tan afortunado hombre? Pues, Severus Prince. Horrible nombre, lo sé. Lo he odiado toda mi vida, en especial por los motes insultantes que siempre me han perseguido.
Volví a la realidad cuando escuché el timbre del ascensor, estábamos en el piso tres donde tenía que bajarme. Empujé a unos cuantos para abrirme camino hasta la puerta. Como es de esperarse, la gente me observó con furia. Ya estaba acostumbrado a eso y no me importaba, así que seguí mi camino hasta mi oficina. En ella ya se encontraba la jueza McGonagall, sentada al frente de mi escritorio.
Hoy tendría que verlo…maldición.
-Buenos días Severus-. Ella era mi docente de Derecho Civil en la facultad, fue una de las que aconsejó al Tribunal de aceptarme. Una mujer amable y educada, hasta que se enfadaba, lo cual era bastante seguido...
-Buenos días Minerva,  siento el retraso, el metro estaba repleto, al igual que el ascensor…-.
-¿Aún no piensas comprarte un automóvil, cierto? Ganas lo suficiente como para cambiar de vehículo todos los años. ¿Cuál es el problema?-.
-Los encuentro un gasto innecesario-. Mentí, me aterrorizan. Además de que nunca aprendí a conducir uno, tampoco tuve una figura paterna o materna que se dispusiera de tiempo para enseñarme.
-Olvídalo, pasemos de tema-. “Te lo agradezco” pensé. – El Scotland Yard ha abierto un nuevo caso, la semana pasada encontraron un cadáver a las costas del río. Sabrás más del tema cuando leas el expediente y lo firmes. El Agente Black pasará a recogerlo al mediodía-.
-¿Por qué?-. Mi voz fue más como un lamento, que una pregunta.
-¿Por qué, qué? Sé que el agente no te simpatiza, sinceramente creo que nadie te simpatiza…-. Dijo esto último como en un susurro. -Él es un hombre amable y muy respetuoso, no entiendo cuál es el problema-. “Que tú no lo conoces tanto como yo y que no te tomaría como blanco de burlas cada que te viera”. Estaba cansado de repetírselo mil veces, ¿pero cómo iba a creerme? Si el muy despreciable, sólo actuaba como un cerdo cuando estábamos a solas.
-No se preocupe, no dije nada…-.
-Claro. Nos vemos Severus… Por cierto, no olvides que mañana tenemos una reunión con el Tribunal -. Diciendo eso con voz autoritaria, se retiró de la oficina.
Observé la pila de documentos por autorizar/denegar, y devolví mi mirada hacia esa carpeta del Scotland Yard.
 
Lucius y Cissa me habían invitado a un restaurante chino a celebrar nuestra aceptación en la facultad. Lo que no sabía es que en realidad era una juntada con los que serían nuestros nuevos compañeros en el comienzo del año.
Apenas ingresé me sentí como un cervatillo rodeado de lobos.
Nunca fui sociable, pero intentaba no molestar a nadie. Suponía que si no molestaba a nadie, no me molestarían a mí. Graso error.
Desde la secundaria, un grupo de inútiles se las habían apañado por hacerme la vida un poco más difícil de lo que ya era. Cuando ingresé a la universidad creí que todo eso había quedado atrás…otro graso error. El líder de ese maldito grupete de cuarta, también quería estudiar Derecho, por lo cual todos sus súbditos irían con él a la misma facultad.
Así que allí estaban, llamando la atención (como siempre) en el centro del repleto restaurante. Para mi suerte, mis queridos amigos estaban lo suficiente alejados de la muchedumbre.
-¡SEVERUS! ¡SEV, LLEGASTE!-. Narcissa se puso de pie para abrasarme como saludo. Lucius me dio dos palmadas en el hombro mientras me sonreía.
-Creímos que nos rechazarías a último momento-.
-Si hubiera sabido que habría tanta gente…-.
-No seas aguafiestas Sev, la pasaremos bien, ya verás-. Cissa siempre intentaba sacarle el lado bueno a las cosas para que yo me sintiera bien. Si estos dos tuvieran un hijo, sería el más malcriado de todos.
Cuando estaba a punto de comentar algo, escuché unos gritos insoportables, ya sabía de donde provenían.
-¡Vamos Peter! ¡No seas cobarde! ¡Es solo un pedazo de pescado con picante y unos chuches de aquí y allá!
-No te creo James, te vi echarle no sé cuántas cosas a ¡ESO! No voy a comerlo, ni loco-.
-¿Entonces quién va a comer ésto, Peter?... ¡Ya sé! Ya que nuestro querido Snivellus nos ha honrado con su visita, ¿por qué no lo invitamos a comer?-. Y ahí estaba, sabía que no debería haber ido.
De la misma mesa una cabellera rojiza se acercó al gafotas de Potter. -Basta James, déjalo en paz-. Aún me dolía el pecho cada vez que la veía…Lily…
-Lily, mi amor, es solo una broma. Vamos Sevi, es solo un bocadito-. Comenzó a acercarse a nuestra mesa lentamente. Quería desaparecer, como tantas veces desee.
-Potter, déjate de bromas y madura de una vez-. La voz de Lucius lo hizo detenerse y por un segundo me alivié, pero Potter sabía cómo seguir siendo un grano en el culo.
-Pero si no estoy haciendo nada malo, es solo un mordisquito Sev, no te hará daño. Vamos-. El hijo de puta seguía sonriendo mientras yo buscaba por donde escaparme, pero como estábamos al fondo, solo tenía un pasillo para salir y lo estaba ocupando Potter.
-Jaaaaames -. Reconocí esa maldita voz. No me había dado cuenta que no estaba cuando llegué. -Deja de jugarle bromas a nuestro querido ex­-compañero-.
Sirius Black, el demonio en persona.
Si le preguntabas a cualquiera si podía describirte a Black, todos responderían lo mismo: amable, caballeroso, leal, atractivo y un pedazo de mierda. Claro que lo último solo lo opino yo.
-¡Sirius, hermano! Solo estaba siendo amable-.
-Pero para él no lo es. Vayamos a la mesa, me muero de hambre-. Mientras esos dos hablaban, yo intentaba escapar de la situación porque sabía que no se quedarían tranquilos. Pero ocurrió lo que estaba evitando, sentí que tropezaba con algo… Black había puesto su pie en mi camino cuando los estaba rodeando para irme. Choqué con una mesa y me llené el rostro con comida.
- ¡O no! Lo siento, ¿estás bien?-. Cuando mire su rostro, vi su sonrisa sádica, como siempre que me hacía una jugarreta. No respondí, me giré y limpiándome con la manga de mi sweater, salí de ese lugar escuchando los gritos de Narcissa para que no me fuera.
 
Por alguna razón en especial recordé ese día. Tomé esa carpeta y comencé a leerla.
 
Ya pasadas dos horas del mediodía, me moría de hambre. Me había quedado dormido y como salí apurado no alcancé a desayunar como me hubiera gustado. Por lo que en esos momentos mi estómago me reclamaba atención. Pero claro, no podía irme, debía esperar al pulgoso de Black para entregarle esa mierda de documento.
Era increíble, pero aún con 26 años, Black me seguía haciendo la vida imposible.
Escuché que la puerta de mi despacho se abría violentamente. Nadie entraba a mi oficina de esa forma tan abrupta. Nadie, excepto Black.
-Supongo que Snivellus debe tener los papeles listos hace como dos horas, ¿no?-. No quería girarme para verlo. –Es de mala educación ignorar a la gente- dijo con una voz infantil.
-La ordenanza ya está aprobada-. No lo mire a los ojos, simplemente le empujé los documentos por el escritorio. Quería que se fuera, por su culpa no había podido ir a almorzar con Draco y sus padres.
Normalmente yo recogía a Draco del jardín de infantes y almorzábamos juntos en alguna plaza o una cafetería. Era un favor que siempre aceptaba con gusto, cada vez que sus padres no alcanzaban a recogerlo.
Draco se había convertido en una de las pocas cosas que hacían mi vida brillar. Era un niño hermoso, con el porte de Lucius y la dulzura de Narcissa. Amaba a ese bebé desde que pateaba en el vientre de su madre. Fue un gran honor para mí que me eligieran como su padrino. Un título que a mi parecer valía más que el de abogado.
Quién se imaginaría que una persona, que catalogaban siempre como un ser sin sentimientos, se derritiera con cada sonrisa de ese pequeño.
El rugido de mi estómago me trajo al presente, al igual que una voz odiosa.
-Vaya forma de tratar a un igual, Prince. Siento haberte hecho esperar tanto, pero una secretaria con buen busto reclamaba mi caballerosidad. Si sabes a lo que me refiero-. No lo estaba mirando, pero ya me imaginaba su estúpida sonrisa.
-Caballerosidad dices. Lo que eres es un vulgar, no un caballero-. Comencé a ordenar una pila de documentos. –Si no necesitas nada más, por favor retírate-.
-Siempre tan simpático Snivellus…y no, por ahora no necesito nada más… ¡Nos vemos en unos días!
“Ojala y Dios no lo permita” pensé.
Cuando escuché la puerta cerrarse, largué un pesado suspiro y acaricié el puente de mi nariz. Al fin podría ir a comer algo.
Me dirigí hasta el perchero de mi oficina a buscar mi abrigo, cuando vi algo fuera de lo común en mi escritorio. No podía ser lo que me estaba imaginando. Me acerqué despacio, como si lo que estaba en ese escritorio fuera a explotar en cualquier momento.
No podía ser verdad…
Era una viandita, y estaba rellena con sándwiches y fruta. Me quedé observándola como un loco por unos segundos.
Eso no estaba ahí antes de que entrara el pulgoso…
Él no podría haberla dejado ahí a propósito…o ¿sí?

 

 

 

Notas finales:

Espero y que haya sido de su agrado :)

Y si fue así, ojalá pueda traerles el segundo capítulo en poco tiempo.

Tenía pensado escribir toda la historia seguida, pero por la universidad no me puedo dar el gusto :'c

¡¡Muchas gracias y nos leemos pronto!!

Imagen del capítulo:

 http://img03.deviantart.net/498f/i/2016/146/3/4/fanfic__el_cervatillo_en_la_trampa_del_perro_by_gamancayokami-da3wvlw.jpg

Pd: la imagen del capítulo la hice yo jejé. Tengo planeado hacer una imagen para cada capítulo.


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