Bufó molesto.
El dolor que invadía sus pies lo estaba matando, sin contar lo apretada que estaba la faja a su cintura. Estaba seguro que en cualquier momento se desmayaría a causa del dolor que le brindaban aquellos ropajes. Añadiéndole a eso las obscenas miradas que lo desnudaban descaradamente. Odiaba esto, los odiaba a todos, en especial al estúpido de Young Bae.
‘’—Fue tu culpa por hacer esa apuesta. —‘’ Pudo escuchar perfectamente lo que su mejor amigo le diría si escuchase sus pensamientos. Aunque, sinceramente, estaba en lo correcto.
Forzó una alegre sonrisa y se dirigió de nuevo hacia una mesa, dispuesto a servirle sus bebidas a los clientes.
—Oye, preciosura, ¿no estás en el menú? Es que muero por comerte…
Ji Yong se sintió a desfallecer, iba a matar a ese cretino por ser tan vulgar y en especial por dejarle en claro lo femenino que lucía con aquellas prendas.
—Lo siento, yo no soy comida para puercos. —Dijo naturalmente con una dulce sonrisa. Podía ser que en ese momento era una supuesta ‘’chica’’ pero con él nunca, nunca nadie se podía meter.
Y claro que la satisfacción no tardó mucho en invadirlo, después de todo, la expresión que adornaba el rostro de aquel asqueroso tipo era algo digno de admirar. Sin mencionar las risas burlonas que le dedicaron sus amigos. Ah, al parecer no sería una noche tan mala.
Se giró sobre sí mismo caminando en dirección contraria de aquella mesa una vez que ya les había dejado sus órdenes, lamentablemente tendría que seguir trabajando.
Para su mala suerte, chocó con alguien gracias a estar fuera de este mundo pensando en miles de cosas a la vez. Maldijo en voz baja. Ahora, gracias a aquel accidente se encontraba en el suelo enfrente de otro cretino el cual simplemente no había optado por fijarse bien en su camino. Joder, ese lugar estaba lleno de cretinos.
Alzó la mirada removiendo unos cuantos mechones de su rostro para poder observar bien a quien estaba enfrente suyo.
—Oh, lo siento, ¿me permitirías ayudarte, señorita? —Se disculpó aquel apuesto hombre extendiéndole la mano.
Ji Yong quedo embobado mirándole por unos segundos. Era muy apuesto, demasiado diría él, además que se encontraba perfectamente bien vestido y se veía alguien bastante educado. No obstante, Ji Yong no estaba del todo agradecido, aquel tipo le había dicho ‘’señorita’’, es decir, indirectamente le había dicho que parecía mujer y eso era algo que él no toleraba incluso vistiendo aquello. Se enderezó por sí solo ignorando por completo al hombre enfrente suyo.
—No, gracias, me puedo levantar sola. —Aclaró orgulloso.
Él sabía lo mucho que dolía cuando una mujer se dirigía a ti con esas palabras, era como un golpe a tu orgullo y hombría, y solamente por eso, él lo aplicaba. Podía ser que aquel individuo fuese buena persona y no tuviese malas intenciones escondidas detrás de aquel amable gesto, pero no podía confiar, no en un bar con una -casi-minifalda y maquillaje.
—Entonces permíteme invitarte algo, por favor. Eres muy linda y sería un gran honor el que aceptaras.
Ji Yong soltó un suspiro mientras se acomodaba la falda. —Enserio no quiero nada. Estoy bien.
Tal vez si no le hubiese dicho ‘’Eres muy linda’’ hubiese aceptado. Irónico, ¿no? El hombre sólo intentaba conquistarlo con halagos y lo único que hacía era provocar un enfado.
El hombre sonrió divertido y Ji Yong se sintió como si estuviese presenciando una obra de arte en vez de a un simple humano. Es que en serio era jodidamente apuesto, ¿acaso era legal ser así de apuesto? Ji Yong no estaba seguro de eso.
—Así que una chica difícil, ¿eh? —Comentó aún más divertido.
—Gracias por notarlo, cariño. —Dijo Ji dedicándole un guiño.
—Entonces me esforzaré aún más para lograr conquistarte.
Ji Yong quería reírse a carcajadas ahí mismo para luego desilusionarlo con un cruel: ‘’No soy una chica, lo lamento.’’ Sin embargo, le gustó la idea de jugar con la sexualidad de aquel tipo. Sólo por un rato, pensó para sí mismo.
—Ah, sólo pierdes tu tiempo. —Le aclaró dándole una leve palmada en el pecho.
—¿Eso crees? —Preguntó. —Bueno, cuando estés completamente a mis pies, veremos quién tenía razón. —Dijo decidido.
No pudo evitar soltar una leve risilla, ese tipo iba enserio.
—Eso lo veremos luego, lindo. —Rió Ji Yong para luego darse una media vuelta marchándose de ahí.
El contrario le tomó del brazo antes de que pudiese alejarse más, y lo atrajo hacia sí mismo. —¿Tendré el honor de saber el nombre de ésta bella dama?
Ji tragó saliva algo nervioso. Joder, es que mientras más lo veía más apuesto lo encontraba.
—No, tú deberás descubrirlo. — Dijo con una sonrisa coqueta ocultando su nerviosismo.
Se alejó del hombre dirigiéndose hacia donde sus dos amigos lo esperaban con cara de idiotas. Podría apostar todo su armario a que esos dos habían presenciado la reciente escena. Mierda, eso significaban burlas seguras por parte de ambos.
—Ji, que aventado, a penas llevas dos días con esto y ya te estás ligando a alguien. —Se burló un divertido Seung Ri.
—¿No deberían de estar trabajando en vez de estar mirándome? —Preguntó el mencionado.
Young Bae negó. —Yo tengo un descanso y Seung Ri me está acompañando.
Ji Yong frunció el ceño observando a ambos. —¿Por qué yo tengo que trabajar y ustedes pueden estar aquí sin hacer nada? —Se quejó.
—Porque así es la vida, Ji. —Dijo encogiéndose de hombros. —A propósito, Bae, me parece que me debes algo…—Recordó formando una sonrisa juguetona y maliciosa mientras estiraba la mano esperando a que Young Bae le colocase unos billetes en ésta.
Ji Yong observó la escena asombrado, ¿acaso habían apostado por él? —Bae, ¿por qué le das dinero? ¿Han apostado por mí? —Preguntó ofendido.
—Sí. —Afirmaron ambos al unísono.
—Apostamos cuanto te tardarías en coquetearle a alguien, yo aposté por menos de tres días y Bae apostó por más de tres. —Explicó. —¿Y adivina quién ganó? —Dijo sonriente agitando los billetes.
Ji Yong se cruzó de brazos. —¡Pero si no he coqueteado con nadie!
—¿Entonces qué estabas haciendo hace unos segundos? —Preguntó ahora Young Bae.
Ji soltó un suspiro. —Estaba jugando con ese tipo, él piensa que soy una chica.
—No lo culpo, si no supiese que eres tú, ya te hubiese intentado ligar. —Admitió Seung Ri.
—Soy hombre.
Young Bae acomodó la peluca de Ji cuidadosamente. —Eso ya lo sabemos, sólo que vestido de mujer no te ves muy varonil que digamos…—Intentó explicar Young Bae.
—No sé qué me has intentado decir, pero sí me veo varonil, me veo como una mujer muy fea.
Seung Ri soltó una melodiosa carcajada. —¿Y cómo explicas todos los tipos que han intentado conquistarte, hyung?~
—Son gays, todos son gays.
Gracias al comentario de Ji Yong, Young Bae y Seung Ri comenzaron a reírse aún más fuerte, llamando la atención de los demás empleados.
—¿Cómo tú? —Preguntó Seung Ri con las risas en la boca.
—Yo soy bisexual.
Young Bae interrumpió la divertida plática entre Seung Ri y Ji Yong intentando aguantarse la carcajada. —El punto, Ji, es que la mayoría de los tipos de aquí te encuentran atractiva y por eso te quieren coquetear. —Aclaró Young Bae.
Ji Yong estaba a punto de reclamarle cuando justo llegó su superior, no era una sorpresa muy grata encontrarlos sin hacer nada, así que después del largo regaño, los tres volvieron a sus respectivos trabajos. Así que, Ji Yong tuvo que volver a trabajar fingiendo una sonrisa y tragándose las miradas lascivas que recibía. Gracias al cielo, unas horas después aquel infierno terminó y pudo volver a su casa a quitarse las incómodas ropas que vestía y el maquillaje que adornaba su rostro.
Se dejó caer sobre su cama con cansancio, últimamente después del trabajo terminaba con fuertes dolores en todo el cuerpo y con cansancio extremo. Se había arrepentido de haber hecho la apuesta, no había nada de bueno en aquel trabajo de mierda; bueno, le empezaba a divertir el pensar en jugar con la sexualidad de aquel tipo del cual ni su nombre sabía, claro que sabía que habría consecuencias en aquellos actos que estaba cometiendo, sin embargo, poco le importaba eso, quería divertirse y aquella era una ocasión única la cual no perdería.
Sonrió cayendo en los brazos de Morfeo, se moría por ver la cara del tipo cuando le dijese: ‘’No soy una chica.’’