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Fiebre. por cristinita9509

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, son propiesdad de Stan Lee y sus colaboradores, por otra parte el intento de historia es mia.

Notas del capitulo:

No se que hice xD pero bueno, me animé a escribir esto por culpa de una amiga y dije "Bueno que mas da si lo subo" :v y termine aqui.

Lamento si la trama no es buena o algo xD hice mi intento.

Soy nueva en este fandom.

(Mis titulos son feos )

 

- Charles, espera.- decía Erik tomando su brazo, continuaban intentando mover aquella antena sin éxito alguno, la frustración de Erik se hacía mayor al ver que su poder se estaba limitando, Charles solo quería dejarlo descansar, no quería que se forzara.

-Tranquilo Erik, yo sé que puedes hacerlo amigo, por ahora debes descansar.- se soltó del agarre y camino hacia dentro de aquel gran castillo para ir a encerrarse con sus libros en la biblioteca y descansar un poco, siendo seguido al poco rato por el polaco.

Erik se quedó pensando en que eran pocas las posibilidades de que pudiese mover aquel objeto, le parecía imposible y continuaba subestimando su poder.

La noche se acercaba, ahora ambos se encontraban en uno de los grandes estudios rodeados de repisas con pilas libros. La radio se escuchaba mientras jugaban una partida de ajedrez

-Deja de pensar en que no puedes hacerlo Erik, debes confiar más en ti, yo sé que podrás lograrlo.- Lehnsherr lo miró con algo de fastidio.

-Charles, ya sabes que me desagrada que entres en mis pensamientos, intenta no hacerlo, es mi privacidad.

-Lo siento amigo, no fue intencional. Es sólo que a veces piensas con tal fuerza que es imposible ignorarlo.

Cada movimiento causaba un silencio sepulcral en la sala, estaban realmente concentrados en aquel partido de ajedrez, Raven los miró antes de irse a acostar a su cuarto al igual que los otros jóvenes que ya vivían ahí, acostumbrados a la idea de ver a esos dos juntos la mayor parte del tiempo.

-Charles, quiero intentarlo. - Su mirada se fijó en la del contrario con tanta seguridad en él, que no sabía qué respuesta darle.

-Lo intentaremos mañana.

Ante esa respuesta, el castaño se enojó por pensar en que solo estaba siendo molestia.

-No te moleste mi buen amigo, simplemente quiero que lo intentemos cuando hayas descansado adecuadamente.

Erik no contestó, solo se levantó y salió de aquel lugar con prisa, no era necesario preguntar a donde se dirigía, pues Charles ya lo sabía.

Lo intentaría de nuevo, aunque sus fuerzas se fueran en ello.

Dudo un momento de dejarlo sólo, pero a los pocos segundos se levantó a seguirlo.

-Si no quieres ayudarme, bien, pero yo lo intentare.- su terquedad era algo con lo que no siempre se podía lidiar, así que Xavier lo observaba.

Erik forzaba demasiado su mente y cuerpo, tenía aquellos recuerdos de cómo se llevaban a su madre lejos, pero no eran suficientes, la ira no era suficiente motor para prender todo el potencial de sus poderes

-Erik, basta. Solo te agotaras.

Charles se notaba preocupado por lo que pudiese sucederle al mayor, después de todo en ese poco tiempo de conocerlo, había llegado a tomarle un gran cariño.

Las palabras eran ignoradas, terco como siempre, solo logro que su cuerpo se cansara de ser forzado, cayendo de rodillas, ya que para no caer al suelo, su amigo corrió en su ayuda.

-Te dije que te agotarías- dijo tratando de sonar enojado, pero más que nada estaba preocupado.

No había logrado ayudarlo a pesar de habérselo prometido, pero no se rendiría, encontraría una pizca de compasión y amor en la mente del castaño.

Por el momento, a como pudo lo tomó para llevarlo a su habitación ya que era la más cercana. Erik estaba semiinconsciente por lo que no se dio cuenta que se hallaba en el cuarto de Charles.

Lo dejó recostado entre aquellas sabanas de seda, lo miró un momento y acercó sus manos a la cabeza del mayor a la altura de la sien, quería ver como se encontraba pero no lo hizo, respetaba la decisión de Erik de querer privacidad.

Le quitó los zapatos y pensó en dejarlo ahí, mientras él se dirigía a otra habitación, pero la mano del castaño lo tomó por sorpresa al jalarlo hacia él a la cama.

-Charles...- susurraba con cansancio, no podía asegurar que estuviese completamente consciente.

-Aquí estoy Erik, lo hiciste bien. - reconfortarlo era lo mejor que se le ocurría, pero no pensó en la reacción del mayor.

-¿Bien? No puedo ni mover una maldita antena. ¿Por qué no te rindes conmigo Charles?

Lo miraba con pena, pena de saber que pensaba eso de sí  mismo.

-No me rindo y no lo haré porque confío en tu potencial, sé que eres más que ira y odio.

El castaño se limitó a reír un poco sarcásticamente. Acto que le pareció extraño al telepata, quien no dudo en posar su mano en la frente del mayor. Corroboró que tenía fiebre, una realmente alta. ¿Eso causaba su delirio de ira? ¿Eso hacía que quisiera intentar mover aquella antena tan tercamente?

No, la fiebre solo lo tenía mareado y exhausto, aquellas cosas eran las que realmente quería hacer el mayor, no necesitaba leer su mente para saber eso.

-Erik, debes descansar, mañana lo intentaremos, pero necesito que duermas para que la fiebre baje. Si quieres puedes darte una ducha.

No respondía, pero Charles sabía que un baño era buena idea, sin embargo, al momento de intentar retirar las prendas, sus manos fueron alejadas con fuerza.

Comprendía que Erik era reservado y no quería que alguien lo viera expuesto.

-De acuerdo, descansa querido amigo.- se retiró y fue directo a la habitación de Erik, encontrándola tan ordenada; no se cambió las ropas, simplemente se quitó los zapatos y el cinturón para acostarse, apagando las luces quedando el castillo completamente a oscuras.

La noche pasaba, ciertamente estaba siendo tranquila. De pronto, Charles sintió como el colchón se sumía ante otra presencia en la cama.

Abrió lentamente los ojos y se dio media vuelta, viendo con la ligera luz de la luna que se filtraba por la ventana, el rostro del polaco.

-¿Erik? ¿Te sientes bien? - su mano de nuevo quería tocar su frente, pero no logró acercarla bien, ya que la frente del mayor se acercó a la del oji azul, quedando ahora pegadas.

Sentía su respirar tan cerca ¿Dormido? no lo sabía el telepata, intentaba ver sus vibraciones mentales pero no sentía nada fuera de lo que normalmente se diría que su mente hacía en sueños.

Entonces, suponía que Erik no era consciente de los actos que estaba haciendo. No le molestaba el hecho de tenerlo cerca, en realidad comenzaba a sentirse realmente cómodo con la situación.

No es que compartir la cama sea un problema, pero, el problema llegó cuando los brazos del mayor lo rodearon por la cintura, acercándose más y enredando las piernas entre las suyas.

¿Alguna vez había estado tan pegado a Erik? Claro que no y eso es porque respetaban su espacio.

El respirar y el olor de Erik comenzaban a marearlo ¿Se estaba enfermando también?

Lo consideraba una posibilidad, aunque en el fondo sabía la razón.

Su corazón empezó a palpitar acelerado cuando la mano que rodeaba su cintura comenzó a bajar, tocando un poco su cadera y rozando con ligereza su trasero aun sobre las ropas.

-Erik- susurro el de ojos zafiro, queriendo y no al mismo tiempo que la situación terminase

Pero esa mano no se detuvo, no tocaba de manera indecorosa, simplemente ligeros roces pero estos lograban estremecer y encender cierta parte del cuerpo de Charles.

¿Qué estaba soñando? Trató de meterse a su mente pero de nuevo recordó que Erik no deseaba eso. Entonces pensó en controlar la situación, tomando con delicadeza aquella mano moviéndola para alejarla de sus glúteos.

Un suspiro de alivio salió de sus labios cuando logró retirarlo, pero tenía ahora un problema entre las piernas. Pensaba en ecuaciones, en problemas o experimentos genéticos, en cualquier cosa que hiciera que su mente se despejara y aquella erección bajase.

Pero no, todo empeoró cuando la pierna del castaño rozo; podría asegurar que casi intencionalmente, contra el miembro del telepata.

-Ah- involuntariamente dejo salir un suspiro.

Ya se sentía bastante extraño como para llegar ahora a esa situación,

-Quiero....- sus labios apenas habían dejado escapar esa palabra, Erik estaba soñando con algo o alguien y manifestaba sus sueños en la realidad, su brazo de nuevo rodeo a Charles, y su rostro se acercaba ahora invadiendo el poco espacio que quedaba entre ellos.

Charles se encontraba estático, miraba como los labios de su amigo se aproximaban a él, pero no hacía resistencia, es más, en algún momento su mente le brindó la idea de que ya los quería cerca.

Pocos segundos bastaron para que aquellos labios se unieran en un beso casto, que pasaba a ser lento pero de algún modo pasional. Charles no correspondía del todo al encontrarse confundido, pero comenzaba a disfrutar de la situación.

Sus ojos se cerraron mientras el beso continuaba, sintiendo, como la mano que acariciaba su cintura, tocaba nuevamente su trasero, apretándolo. El oji azul soltaba uno que otro jadeo mientras seguían con el beso, su erección rozaba varias veces con las piernas de Erik, su cadera se movía con lentitud buscando más de aquel roce.

Sus manos empezaron a rodear la cabellera de su amigo, quien ahora intensificaba el beso abriendo sus bocas, dejando que sus lenguas exploraran la cavidad bucal del otro.

El cosquilleo que provocaba ese roce era demasiado para el cuerpo de Charles, que si bien ya tenía experiencia sexual, al estar con quien consideraba su amigo y además siendo hombres, lo sentía con más intensidad.

-Erik...- se separó dejando un pequeño rastro de saliva que desapareció a los pocos segundos. Miraba como los ojos del contrario seguían cerrados. De nuevo pensó en entrar a su mente y ver que soñaba, seguramente con una linda jovencita, pensó. Pero no lo hizo.

Se fijó que no era el único con un problema entre las piernas. Su mano bajó, y con timidez, palpó aquel bulto resaltante del castaño, quien movió su cadera hacia delante buscando más que un simple roce.

Lo pensó de nuevo, se supone que estaba soñando, entonces tendría cuidado de no despertarlo, se acercó nuevamente a aquella erección y la tocó con más firmeza, rozándola continuamente mientras escuchaba cada jadeo ronco que el mayor dejaba salir de su garganta.

Eso lo provocaba más, quería oír más de esa voz, ver más de esas expresiones tan desconocidas hasta ahora.

Desabrochó el pantalón del polaco y metió su mano de una sola vez en aquella apretada ropa interior que aprisionaba ese pene palpitante.

Ya estaba mojado, pudo sentir como aquella viscosidad se impregno en sus dedos.

Poco a poco fue tocando ese falo en toda su extensión, sintiendo como se le marcaban las venas.

Apretándolo y escuchando como el castaño jadeaba con más fuerza, temía levantarlo.

Mientras tocaba el falo de su amigo, frotaba el suyo sobre la rodilla del mayor, aun con las ropas que ya dejaban notar la humedad saliendo de ellas.

Quería acomodarse de mejor forma, por lo que retiro su mano del pene y movió un poco al magnético, dejándolo bien recostado boca arriba, bajándole un poco esos molestos pantalones y ropa interior para hacer lo mismo con sus pendas.

Sus miembros estaban ahora expuestos, tenía la tentación de juntarlos y no dudo en cumplirla, se colocó encima, solo sentir que rozaron causo una descarga eléctrica por toda su espina dorsal.

Relamió sus labios para continuar con el contacto, quería besarlo nuevamente, sus deseos carnales se manifestaban.

Se inclinó hacia el frente intensificando el movimiento de su cadera, el pre seminal causaba que sus miembros resbalaran con más facilidad.

Buscó los labios del polaco, llegando a ellos y poseyéndolos sin timidez ahora que la lujuria se apoderaba de él.

Erik parecía más excitado ante los actos que eran cometidos a su cuerpo.

Mordía el labio inferior de Charles, quien sólo disfrutaba de ese gesto, de cómo las manos del castaño apretaban de nuevo su trasero para juntarlo más y más a su erección, ambos se movían con frenesí.

Sus piernas temblaban anunciando la pronta llegada del clímax, sentían como sus cuerpos explotarían de tanta cachondez. .

Y así fue, ambos derramaron aquel líquido blancuzco en el cuerpo del otro. Los jadeos eran fuertes, incluso, Charles dejo salir un ligero Erik de sus labios.

Sus cuerpos temblaban, estaban sudados y acalorados a pesar de que la noche era fresca.

Poco a poco, Erik se removió entre las sabanas, abriendo ligeramente los ojos.

-¿Charles?

Por alguna razón, buscaba a su amigo, sin embargo, se encontraba completamente sólo en la cama, con la ropa con la cual había ido con su terquedad a intentar mover aquella antena.

El sonido de la puerta termino de levantarlo

Al ver como el de ojos azules se adentraba, intentó ponerse en buena postura, sentándose a la orilla de la cama y sintiéndose un poco mareado.

-¿Cómo te encuentras Erik?- Charles le hablaba con total normalidad.

-¿Cómo debería encontrarme? Estoy bien- sin embargo seguía confundido.

- Bueno amigo mío, tuviste una fiebre alta durante la noche. Me temo que tuve que cuidarte.

-Ya veo, gracias. – su voz era neutra, tal vez por lo adormilado que se encontraba; hizo ademan de levantarse y al parecer de querer tomar un baño, aun con los pensamientos confusos.

Cuando el polaco se retiró a asearse, Charles desvaneció aquella sonrisa que sus labios rojizos le habían brindado. Se notaba con una tez de culpabilidad.

-Perdóname Erik, pero no puedo permitir que sepas que pasó, no ahora.- Susurro para sí Charles, recordando cada tacto de aquella piel, cada beso y el olor de aquel hombre.

Notas finales:

Bueno, espero no haber horrorizado a alguien, quien sabe si vuelva a escribir algo por esta categoría xD si les gusta quiza me anime :v si no pues ya que e_e espero que les haya gustado y si no respete la personalidad de los personajes o algo, disculpenme. 

Bueno me voy :v Nos leemos.


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