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Notre Trésor por SombraSusurrosSuavidad

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Notas del fanfic:

N/A: Bonjour! Pues este es un fic que se me ocurrio hace muchísimo tiempo, pero recien ahora me animo a publicarlo... Ya casi por terminarlo, se me ocurrió otra idéa, la misma de esta, pero diferente. La verdad luego, me dediqué a pensar en ella simpelemente, pero no quisiera terminar esta. Quiero cumplirles y no dejaré la historia a la mitad.

Besos y caryños ~ Mar.

Notas del capitulo:

Ya les dije que era nueva? jajaja me agradaría que me dejaran sus opiniones, me ayudaría mucho a mejorar y darles algo cada vez mejor...pues ¡a leer!

Advertencia: se que no tendria que hacer falta por la página en la que estamos, pero si caíste aquí por simple casualidad, te advierto que mi historia contiene principalmente parejas homosexuales. Es decir slash, yaoi, relación hombre/hombre. Si eres intolerante a este genero, por favor sal de la pagina y abstente de leer.

La propiedad intelectual de Harry Potter no es mía (ya quisiera yo tener tanta suerte ~) yo solo uso la historia para jugar un poquito con ella..

                                                Notre Trésor

           

Capítulo 1

El despacho estaba pulcramente ordenado como siempre. Todo era de colores sobrios y elegantes. En el silencio del lugar solo se escuchaba una pluma correr con prisa sobre los papeles que eran movidos aquí y allá sobre el escritorio. De vez en cuando el rutinario sonido era interrumpido por el del hielo en un vaso de wiski.

Todo estaba en silencio y en calma como siempre, le ahogaba a veces, pero con el tiempo se acostumbró a la sensación. Antes el silenció era algo casi imposible de conseguir. Con Astoria, su antigua prometida, rondándole a cada rato con su voz chillona y sus charlas superficiales.

Ahora, su padre había muerto y una semana después del funeral se las arregló para cancelar la boda y por fin pudo deshacerse de la fastidiosa mujer. La familia de esta, y ella incluida, había estado furiosa, pero quien había dado su palabra del matrimonio no había sido él sino su padre, y su padre ya no estaba. Ahora era él quien estaba a cargo de la fortuna Malfoy y de los negocios. Y aunque poco era lo que quedaba de toda la gloria de su familia, pudo recuperar gran parte de sus antiguos negocios y conexiones. La comunidad mágica seguía teniéndole recelo al apellido, pero no por nada era un Malfoy, y los Malfoy sabían cómo salir adelante en cualquier situación.  

El silencio y el hilo de sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta al abrirse.

 - Señor. – era William Thompson, era de su confianza, y por eso era que le había encargado una tarea especial. Una que no le pudo cumplir en estos 4 años.

-  Te he dicho que no me gusta que me molesten mientras trabajo. – dijo sin siquiera mirarlo.

 - Es importante señor. – su vos se notaba agitada.

Al levantar la vista se encontró con un William muy desalineado, su pecho subía y bajaba con prisa a causa de la agitación y respiraba por la boca. Llevaba un montón de papeles desordenados y algunos hasta arrugados en sus brazos. Su ropa estaba mal puesta, y a pesar de todo esto, se veía bastante emocionado.

 - ¿Qué rayos te pasó? Luces deplorable. – dijo mirándolo crítica y desaprobadoramente.

 - Usted… - dijo mientras sonreía triunfante. – espero que aumente mi sueldo luego de esto.

Draco estuvo a punto de mandarlo a pasear, pero la curiosidad pudo más que él. Le indicó con la mirada que tomara asiento frente a él.

 - ¿Y bien? ¿Qué es eso tan importante? – pregunto una vez el otro se hubo sentado.

 - Señor… - dijo inclinándose sobre el escritorio y sonriendo aún más. – La encontré… - Susurró. – La encontré. ¡Yo, la encontré! – cualquiera que conociera a William diría que se había vuelto loco. Después de todo él siempre había sido muy serio.

Ciertamente la mayoría del tiempo era un hombre muy serio y centrado. Pero comprenderán que después de cuatro años buscando y buscando sin ningún resultado, que ahora apareciera de repente escrito en negro sobre blanco, era algo por lo que se le permitía el perder la compostura.

-  ¿C-cómo? – Thompson estaba tan feliz por su logro, que no notó el estado de shock en el que se encontraba su jefe. - ¿Te refieres a… ella?

Preguntó entre balbuceos. No podía ser posible. El mismo William le había dicho que era imposible y que era usar el tiempo en algo inútil. Él le había dicho que él pagaba ese tiempo, así que siguiera buscando. Pero había sabido que él tenía razón… ¿Y ahora… la encontró?

 - ¡Claro que a ella! ¿A quién más sino? – preguntó frunciendo el ceño. Como si la pregunta fuera ridícula.

Bueno, la verdad es que la pregunta si era ridícula. William trabajaba para él desde hace diecisiete años y el único trabajo que lo había puesto a hacer era solo eso: buscarla.

Intentó concentrarse, y ordenó sus pensamientos recobrando la compostura.

 - ¿Cómo es que lograste…? ¿Cómo la encontraste? – preguntó. Entonces la sonrisa fue menguando en el rostro de William hasta desaparecer.

 - No fue nada agradable, creame. – dijo con seriedad. – Esos malditos muggles. – agregó con enfado.

  - ¿Muggles? ¿Qué tienen que ver los muggles? – no es que no hayan pensado en la posibilidad, pero conociendo a su padre y su odio por estos…

 - La encontré en el mundo muggle.

  - Pero ya buscamos allí, buscamos en todos los sitios posibles e imposibles.

  - Bien… déjeme explicarle. – tomo unos papeles y se los pasó al rubio. – Ella está en Argentina.

 -  ¿América?

 - Así es. En la América muggle. El señor Lucius la llevó y la abandonó en un orfanato, fue adoptada a los diez años por el matrimonio Herrera. – dijo mostrando las actas en los papeles. – José Víctor Herrera, - le mostró la foto de un hombre no muy mayor, cabello oscuro una no muy grande barba y aspecto de empresario de cuarta (a opinión de Malfoy) y luego le mostro la foto de una mujer con una cálida sonrisa, unos ojos miel que miraban con dulzura y el cabello castaño hasta los hombros. – y Susana Cristina de Herrera.

-   ¿Tiene una familia? – preguntó con voz un poco queda por el nudo en su garganta.

-    La tenía. – dijo el castaño, William y el rubio lo miro exigiendo mayor rapidez en sus respuestas. – Este 2 de febrero, su hija, María, perdió a su familia.

-    ¿Un accidente? ¿Enfermedad? – preguntó sintiendo un poco de pena por la mujer y por ella, María, era un nombre demasiado muggle… pero era un lindo nombre.

-    Es sobre eso que… - dijo tratando de buscar las palabras.

-   Ve al grano. – todos sabían que Draco Malfoy no se andaba con rodeos y no le gustaba que los demás lo hicieran, en especial cuando se trataba de trabajo.

 -  Usted sabe que ella nació el primero de febrero, este año cumplió 15 años. Al no tener presupuesto suficiente solo celebraron en familia. Su padre adoptivo no estuvo presente, al parecer desde hace año y medio comenzó a beber entre otros vicios. Al día siguiente no apareció sino hasta la noche, y lo hizo totalmente ebrio. Al parecer se puso violento e intento lastimar a la niña. – el rubio palideció. – No se preocupe, ella no salió herida, sin embargo su madre adoptiva al intentar defenderla termino siendo torturada y asesinada frente a María. Al parecer esta situación hizo que la magia que estaba sellada en su interior saliera para protegerla.

-  … - Malfoy no sabía que decir. ¡Demonios! María debía estar pasándola muy mal. En el fondo maldijo una y mil veces a su padre por haberla dejado en ese entorno lleno de bárbaros e inútiles muggles.

-   ¿Señor? – llamó William sacándolo de sus pensamiento en los que asesinaba y volvía a asesinar al maldito que se había atrevido hacerla sufrir.

 -   ¿Dónde está ahora?

 -  Al parecer volvió al orfanato. Está recibiendo ayuda psicológica.

La quiero aquí. No voy a permitir que siga viviendo entre muggles

Notas finales:

Gracias por leer. como dije arriba, sus opiniones serían de mucha ayuda para mejorar... Nos encontramos en el próximo capítulo!

Besos y cariños ~ Mar

 


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