Marik no pudo evitar que sus ojos se abrieran como platos al contemplar el escenario frente a él.
Sus ojos vacilaron sobre las tres... No. Cuatro personas que ocupaban la habitación a la que recién había entrado. Se fijo primero en la única fémina, tumbada en una cama con las sabanas hasta el cuello y visiblemente cansada pero con una sonrisa que, antes, Marik seguramente no hubiera comprendido.
El mayor de los varones estaba al lado de ella, abrazándola delicadamente, sonriendole y dedicándole hermosas palabras al oído. Un cuadro enternecedor y muy dulce, según percibía de los pensamientos de su hikari.
Malik... Le había dado un dulce beso en la frente a su hermana nada mas entrar a la habitación e inmediatamente se había apartado para dejar que Odion consintiera a la morena. En su lugar, Malik volcó toda su atención en un pequeño bulto azul que reposaba en una extraña y alta camita, a un lado de la mujer.
Los ojos de Malik brillaban como las mismas estrellas. Rebosaban de ternura y amor, Marik casi pensó sentir celos de que esa mirada no fuera dirigida a él, pero no podía culpar a su hikari... aquella minúscula criatura también llamaba su atención.
No fue sino hasta que Malik le llamó para que se acercara que se movió de la puerta, donde había estado recostado desde que todos entraran. Camino inseguro hasta su lado y puso ambas manos en las barandas de aquella peculiar cama para inclinarse a ver mejor aquello que tanto revuelo provocaba esos días.
Era pequeño, menudo y algo arrugado, como una oruga. Envuelto casi en su totalidad por una manta azul celeste, apenas se le veía el rostro color canela, aunque bastante claro y algo sonrosado, se notaba que había heredado el tono de piel de su familia. La boquita rosada estaba algo entreabierta y un ligero hilo de saliva bajaba de esta mientras que los párpados de aquella criatura estaban cerrados.
Marik podía sentir que Malik se preguntaban insistentemente ¿de qué color serian su ojos?
De repente, aquel tranquilo y pequeño bulto comenzó a hacer pucheros tiernos pero que demostraban incomodidad, sus manitas diminutas comenzaron a agitarse y el infantil llanto del recién nacido no tardó en llenar la habitación.
—Waaa, nee-san ¿Qué hago? —preguntó su hikari, algo nervioso de ver al neonato llorar.
La morena rió —debe tener hambre, Malik ¿podrías cargarlo y traerlo? —dijo tranquila.
— ¿Yo? —se señaló incrédulo — ¿segura? —ella asintió.
Dudoso, pero con sumo cuidado, Malik deslizó sus manos por debajo del pequeño cuerpo, asegurándose de sostener bien su cabeza y apoyando el resto del cuerpo en su otro brazo. Todo bajo la atenta mirada de su yami.
La pequeña criatura menguó su llanto al estar en brazos de su tío y, lentamente abrió sus ojos. Los ex-guardianes del cetro milenario se sorprendieron.
El bebé de Ishizu... tenía los mismos ojos de Malik.
Número de palabras: 483.
Es taaaaaaaan hermoso cuando una imagen te da inspiración! 😻
Vi una imagen en instagram y la idea explotó en mi cabeza.
La escribí de inmediato, tal cual llegó. Si quieren verla está en mi pagina de face
Espero les haya gustado ^^
Nos leemos proximamente
¡Ja ne, minna!