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Galletas de coco y café por Etsuko Sohma

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Notas del fanfic:

YooMin, porque siempre quise escribir uno. Corto como siempre, porque yo solamente sé escribir drabbles y viñetas, y uno que otro oneshot, no más. 

 

Galletas de coco y café

 

 

Su mirada castaña se mantenía fija y atenta en la puerta de entrada de aquel café al que acostumbraba a ir desde hace siete años. Con las ansias anidadas en su pecho, cada segundo que trascurría se volvía un gota nueva de incertidumbre y desesperación.

 

La campanilla, colocada estratégicamente en la esquina superior izquierda de la puerta, sonó cuando la puerta fue abierta. Por ella entró la figura estilizada de un hombre ocultó tras unas costosas gafas de sol.  Dejó sobre la superficie de madera su taza caliente de café, sin poder beber de ella ante la llegada del hombre al que esperaba. Aquel que atravesó el establecimiento hacia él con su andar elegante, sereno y seguro.  

 

La sonrisa que se dibujó en el rostro contrario lo cegó por unos instantes cuando el hombre se detuvo delante de él. Los golpeteos raudos de su corazón contra su pecho no se hicieron esperar. Y la idea de sufrir un infarto le asustó por un momento. Siete años transcurridos y su cuerpo seguía reaccionando de la misma manera.

 

—Maknae —Pronunciaron los labios rojos que representaban la perdición para él, el recuerdo de los besos que le proporcionaron en el pasado acudieron a su mente en forma de flashes, se obligó a ignorarlos antes de que tomara asiento frente a él. Lo vio  pedir a la mesera una taza de café negro con una de azúcar. “No ha cambiado nada” pensó.

 

—YooChun —dijo casi en un susurro. El mayor sonrió nuevamente, se quitó las gafas, y cuando sus ojos se encontraron con los contrarios luego de tanto tiempo, la simple acción  provocó una sensación electrizante en sus cuerpos. Difícil de ignorar, difícil de olvidar.

 

Luego del mutuo reconocimiento, el silencio prospero entre ellos. El café negro de YooChun fue entregado junto con un plato de sus galletas de coco favoritas. Las manos del mayor se movieron con lentitud y con gestos refinados, tomaron la taza roja de café y la acercaron a sus labios. Dio un pequeño sorbo. Y él, sin poder despegar su mirada del mayor, fue consiente de cada uno de sus movimientos. De cómo sus ojos se cerraron disfrutando del placer que aquel café le proporcionaba con un solo sorbo del caliente líquido. Le escuchó suspirar muy suavecito al abrir los ojos de nuevo, casi imperceptible, sino fuera porque no perdía detalle alguno de su rostro, de verdad no se hubiera dado cuenta de ello.

 

— ¿Cómo has estado, ChangMin? —El mayor rompió el silencio, tomando una galleta de coco, y sin importarle mucho estar en un lugar público y permitiéndose perder un poco de su educación,  remojó la galleta dentro de la taza de café. ChangMin sonrió por primera vez; eso tampoco había cambiado. YooChun no lo había hecho.

 

—Hoy mejor que nunca —Lo miró fijamente sin miedo y sin pena de lo que su boca decía, él tanto como el mayor eran muy honestos con sus palabras—. ¿Y tú, Hyung?

 

Entonces YooChun le prestó atención de nuevo. —Hoy mejor que nunca, ChangMin. —Para después llevar la galleta a su boca y comerla.

 

—No has cambiado en nada —comentó, notando al mayor sopear otra galleta de coco y ofreciéndosela después a él, que sin dudas abrió su boca y la comió, YooChun comió el resto. Aún después del tiempo alejados, eso parecía mantenerse tan natural e inalterable entre los dos.

 

—Y veo que tú tampoco —Mostró su sonrisa de niño bueno, esa que el menor siempre creyó tan inocente y hermosa por igual. —Sigues tomando el café con leche, tan infantil.

 

—Es más infantil lo que tú haces. Sumergir la galleta en el café como los niños en la leche —rebatió sonriendo. Feliz de que el tiempo no los haya cambiado en demasía.  

 

YooChun se recargó en sus codos y apoyó el rostro en una mano, mirando atentamente a ChangMin, el menor ni se inmuto. Tomando otra galleta, se la colocó entre los labios, y con su mirada traviesa que decía: "Cómela". Su dedo índice se movió con un coqueto "Ven aquí y cómela". ChangMin enarcó su ceja, ¿estaba jugando, tocándole el orgullo? El menor se aproximó a su rostro y abriendo la boca, tomó la otra extremidad de la galleta con sus labios y dientes. Ante la fuerza impresa en la acción, la galleta de coco se partió, pero eso no evitó que ChangMin tomará por la nuca al mayor y se apoderará de sus labios. Ambos sabían que eso era lo que esperaban.

 

Sonriente, YooChun acarició sus labios, los lamió con la punta de su lengua rosada, causando deliciosos escalofríos en su columna; y después, profundizo el contacto de sus bocas sin prisas como había hecho él hace unos segundos atrás. YooChun mordió su lengua, y también al final del beso, mordió su labio inferior, succionándolo con cierta fruición que causó en él más placer que hizo hervir su sangre.

 

—Sigues sabiendo dulce, Minnie —le dijo luego de separarse de él, saboreándose los labios—. Si, definitivamente dulce —Se acomodó recto en su silla, dando un nuevo sorbo a su taza de café negro.

 

ChangMin se detuvo a pensar unos segundos, mirando a YooChun que volvía a sumergir otra galleta de coco en su café; por si sola su boca se movió. —Tú sigues sabiendo a coco y café. —Los ojos de YooChun brillaron, con una chispa de diversión, alegría y otra de cariño.

 

—Así que… a coco y café —Palpó, tamborileando sus dedos a un lado de una servilleta sobre la superficie de la mesa, no podía estar seguro de ello, pero parecía sopesar sus palabras—, Ya no eres tan brillante ChangMin-ah. ¿En serio, coco y café? —Le sonrió de medio lado, ChangMin sintió la excitación creciendo en su cuerpo—, ¿No será que estoy tomando café y comiendo galletas de coco?

 

Mirando detrás de YooChun, ChangMin suspiró y negó. —No —Regresó su mirada castaña hacia el mayor y sonriéndole convencido pronunció—. Coco y café es perfecto para ti. Siempre has sabido igual, hyung.

 

 

...

Notas finales:

Tenía más de tres años ocultó entre mis demás documentos, cuando lo vi creí que debía de ver la luz en A-Y, y por eso está aquí. Gracias por leerlo C: 

Hasta otra, esperemos C: 

E.S.


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