Aún recuerdo con claridad la primera vez que te vi, me impresionó mucho la fortaleza que emanaba de tu ser, el rukh era tan brillante que me deslumbraba, incluso esas pequeñas aves parecían tenerte un cariño especial, seguro eras una buena persona, o eso pensé hasta que intenté detenerte para evitar que enfrentaras a Magnostad y decidí aparecer a los djinn frente a ti, pidiendo que me ayudaras a proteger este mundo y entonces me levantaste del piso con fuerza, Alibaba-kun intentó protegerme, pero tu cara...esa expresión en tu rostro...¡Me dio horror!!!
¿Qué estaba pensando cuando considere que eras una buena persona? Incluso parecía que me amenazabas con la mirada.
¡Y decir que prometí contarte lo sucedido en Alma Toran! ¡Jamás terminaré de disculparme con el rey Solomon!!!!! Decirle las cosas a Sinbad-ojisan estaba bien, pero a ti...¡Era como contarle un gran secreto a la persona equivocada!!!!!
Estaba lleno de dudas por lo que había hecho, no podía dejar de pensar que por primera vez en mi vida me había equivocado irremediablemente, pero ver cuanto arriesgabas por tu familia cambio mi manera de verte, llegué a creer que tal vez me equivocaba al juzgarte, pero no tuve oportunidad de comprobar si esa suposición era cierta, me quedé en Magnostad, tu volviste a Kou.
Cuando el país de los magos logró estabilizarse viaje a Sindria, me sentía nostálgico, un país en el que viví por mucho tiempo, el sol que iluminaba con alegría, la agradable brisa sobre mi piel, pero...no estaba feliz...algo me hacia falta...y ese algo eras tú, en ese momento aún no me había enamorado de ti, o eso creía, es probable que me enamorara de tu brillante rukh sin darme cuenta de ello.
Los días pasaban con normalidad y cada vez pensaba más en ti, no tenía motivos para ir a Kou así que no podía ir a verte, y aún si lo hubiera hecho no cambiaría nada porque no sentirías nada por mi.
Un día llegó Alibaba-kun diciendo que nos habías pedido ser tus escoltas para acompañarte a la cumbre, me sentí feliz pero mi amigo decidió no llevarme con el, decía que te interesaba mucho mi poder, no supe que pensar, quería correr el riesgo, pero al mirar la preocupación en mi candidato decidí no darle una preocupación más, ya tenía demasiados problemas.
Le deje ir, pero me quedé con las terribles ganas de verte.
Decidí distraerme preparando dicho evento, cuando llegó el día señalado, por fin pude verte, el sentimiento en mi pecho era más intenso aún así me dabas miedo, tal vez no termine acostumbrandome a ti jamás.
Conté la historia de ese mundo para que todos pudieran entender que las guerras no te llevan a ningún lado, no se si mi mensaje te llegó, pero supongo que de alguna manera pensábamos lo mismo, no conquistas países por simple poder, lo haces para unificar al mundo, nuestro objetivo es el mismo, por desgracia nuestros métodos son distintos.
Apoyaste tu mano en mi hombro agradeciendo la historia y no pude evitar estremecerme, lo que me confundió, no lograba entender que buscaba al acercarme a ti, aunque cada día lo deseaba con más fuerza.
Trate por todos los medios detener a Hakuryuu-onisan , no quería que iniciara una guerra, y sabía lo importante que era para ti, no quería ver que sufrieras, pero no estaba preparado para lo que ocurrió, ese día perdí a Alibaba-kun, por más que intenté traerlo de regreso no pude hacerlo, incluso dejé de dormir por días con tal de conseguirlo pero todos mis intentos fueron en vano.
Con la esperanza de que un día pudiera despertar le pedí a Yunan-kun que cuidara de su cuerpo para mantenerlo lejos de Al Thamen ¿por qué no lo hice yo? Me sentía inseguro, mi amigo quedó en tan terrible condición porque no pude protegerlo, no quería que sucediera nuevamente...sentí que el dolor me sumia en la oscuridad, me sentía perdido y viaje sin dirección fija, deje que el rukh me indicara a donde ir, ni siquiera prestaba atención al camino, no recuerdo si estaba cansado o los pensamientos que pasaron por mi mente, lo único que recuerdo de ese día es que te vi contemplando el atardecer desde una ventana, mi cuerpo reaccionó solo y me lancé a tus brazos, me sujetaste con fuerza y no supe más, supongo que termine desmayandome.
Desperté en tu cama, lo intuí por el aroma, me miraste con seriedad, pero ya no me asustabas, porque podía ver preocupación en tu rostro, sin saber porque lo hacia decidí contarte le ocurrido, para mi sorpresa me consolaste y me tomaste entre tus brazos de manera protectora, no pude evitar llorar, lloré como nunca al punto que sentí que mi pecho iba a explotar, no se si en ese entonces sentías algo por mi, pero limpiaste mis lágrimas y besaste mi frente, me sonrojé y seguramete tenía una expresión muy tonta porque empezaste a reír, quede impresionado, tu sonrisa era muy bella, no creía posible que pudieras hacer ese tipo de gesto, pero me sentí afortunado de poder verlo.
Me enteré de que Hakuryuu-onisan te declaró la guerra, quería ayudarte pero estaba confundido después de escuchar sus palabras, aún así te diste una oportunidad para tratar de aliviar mi dolor, quizá no de la manera más sutil, pero así eres tu.
La batalla fue complicada, muchas vidas se perdieron y una vez más, fui incapaz de hacer algo, fuiste derrotado y decidiste rendirte, todo por el bien de tu familia, se decidió que serías ejecutado, los asuntos de Kou no son de mi incumbencia, no tengo manera de intervenir sin importar cuanto me importe, y aún así, cuando supe que onisan te visitaría no pude reprimir mi angustia, corrí lo más rápido que mis piernas me lo permitieron, y te vi siendo amenazado, trate de convencer a Hakuryuu-onisan de que estaba mal lo que hacia, pero una vez más solo le hice enojar, el ya había tomado una decisión.
Supongo que de alguna manera tus palabras le convencieron de permitirte vivir, tuve que utilizar magia para simular tu muerte, cuando vi la cabeza de la ilusión caer al suelo, sentí que todo me dio vueltas, era como ver que te había pasado a ti, y sin embargo no pude evitar sonreír, porque significaba que estabas vivo.
El dolor en mi pecho disminuyó un poco, esperaba que Alibaba-kun estuviera bien, y tenía grandes deseos de poder verte, decidí esforzarme para mejorar mi magia, para proteger a las personas que me importan.
Pero una vez más fui ingenuo, Arba-san estuvo a punto de asesinarme, pero decidí no rendirme, quería ser tan fuerte como lo eres tu, logré escapar y segui estudiando, sin embargo no dejaba de pensar en ti, cuando estaba en Kina logré por fin darme cuenta de lo que sentía por ti...me había enamorado, solo esperaba tener una oportunidad para confesar mis sentimientos.
El rukh me hizo saber que Alibaba-kun necesitaba ayuda así que decidí contactarle, pero Arba-san me encontró, tuve que dejar Kina en compañía de Mor-san y Hakuryuu-onisan para ir al continente oscuro, cada día me alejaba más de ti, pero tenía la esperanza de encontrarme contigo en un futuro.
Las cosas se dieron de manera inesperada, pero después de una gran lucha el mundo pudo ser salvado de una inminente guerra, y lo primero que pensé fue en ir a buscarte, como ya lo hiciera una vez utilice mi magia y no tarde en llegar contigo, después de tres largos años de no vernos, no sabía que decir, mi piernas temblaban y me acerque de manera torpe.
-Aladdin-dijiste de manera dulce.
-Kouen-ojisan...
-No me digas así, solo Kouen esta bien.
Sonreí y me acerqué a ti, pero me sorprendi al notar que me abrazabas con fuerza.
-¿Qué...pasa...?-articulé confundido.
-¿Cuánto tiempo más me vas a hacer esperar?
-¿Qué? ¿De que hablas?
-¿Qué eres idiota?
-¡¿Eeeeeeeeeeeehhhhhhhh?!!!!-grite sorprendido y molesto-¿Por qué me...?
Sin darme la oportunidad de decir una sola palabra besaste mis labios, sentí que me derretía ante el contacto, por lo que obviamente no te detuve, era lo que deseaba con toda mi alma, separamos nuestros labios y te mire con una sonrisa que correspondiste.
-¿Eso significa que sientes algo por mi?
-Siendo un magi creí que serías más listo, si no sintiera algo no te habría consolado tantas veces.
-Así parece que soy un lloron.
-Lo eres, pero todo mío, te amo Aladdin.
Esas palabras eran como un sueño para mi.
-Te amo Kouen.
-Ya lo se, siempre me miras con esa cara de tarado.
Tenía ganas de decirle muchas cosas, pero como siempre no puedo ser como Alibaba-kun o Judal-kun que contestan sus groserías, me tiene bajo su poder.
-Eres un grosero-dije molesto y fue el peor insulto que se me ocurrió en ese momento.
-Pero soy todo tuyo, prepararte magi porque esta vez no te dejare ir.
-Eso espero.
-No tengo dinero, ni título, en realidad no tengo nada para ofrecerte, más que mi amor, así que conformate con eso.
-No quiero nada más.
Dinero, fama, títulos ¿cuándo me ha importado eso? Y estoy seguro de que lo sabe, porque me sonríe con una seguridad que no deja espacio para las dudas, pero aún si me enamoré del peor hombre del mundo, soy más feliz que nunca y espero pasar el resto de mi vida a su lado, si, eso estaría bien.
-Aún quiero que me cuentes todas las verdades del mundo-sonrió.
Sin duda me enamoré del peor hombre, pero gracias a sus palabras y su rukh se que el también me ama, y sin importar lo difícil que pueda ser, no deseo otra cosa.