Haou y Jehu han sido amigos desde hace mucho tiempo, en realidad desde la infancia, su relación es algo complicada de describir, pues si bien se llaman de esa manera, más parece que el peli azul solo sigue al menor, todo el tiempo intenta llamar su atención diciendo y haciendo cosas que al otro puedan interesarle, pero nada parece surtir efecto en ese joven de fríos ojos dorados.
¿Por qué? Simplemente así es y Jehu lo sabe, pero el que seas consiente de una situación no implica que no pueda lastimarte.
¿Por qué Haou no puede ser como su hermano gemelo Judai? El si es un chico tan amable, dulce, alegre, divertido, pero es una lastima, no es el al que quiere, no es la persona que se adueño de su corazón, y a pesar de todo tampoco piensa traicionarlo, aunque este no muestre el más mínimo interés.
¿Es una obsesión? Tal vez. ¿Qué si es un enfermo? Es muy probable, pero ¿quién en todo el mundo tiene derecho a juzgar lo que siente? ¿Qué si lo lastima? Eso solo le concierne a el y nada más.
-¡Jehu!-le saluda su hermano.
-¿Qué sucede Johan?
-¿Estas esperando a Haou?
-Si.
-No es sano para ti, te lo he dicho muchas veces, vas a salir lastimado y no quiero verlo-dijo preocupado.
-Entonces no lo veas, simplemente mira hacia otro lado.
-¡Pero!
-Yo no me meto en tu relación con Judai, ¿por qué no puedes dejarme tranquilo?
-No es mi intención el hacerte sentir incómodo pero...
-¡Entonces no lo hagas! ¡¿Crees que disfruto que no me haga caso?! ¡Yo también estoy harto de rogar! ¡Pero no puedo arrancar este amor de mi pecho!-puso una expresión aterradora, mezcla de enojo y frustración.
-Lo siento.
-No debes disculparte-intenta tranquilizarse-solo estas preocupado, pero entiende, tus palabras me hacen daño, no siempre la preocupación de alguien hace bien, a veces las personas solo queremos que nos dejen solos, el único que puede hacerme feliz es el, se que es injusto para ti, pero eres mi hermano y no voy a metirte.
-Entiendo-bajo la cabeza-estaré en casa si quieres platicar.
-No lo haré.
El oji esmeralda se marchó, mientras su hermano se quedaba con un horrible sentimiento, ama a Johan, pero es consiente de que su amor por Haou no va a ningún lado, incluso puede terminar siendo destruido por el y no quiere arrastrarle a tan penoso destino, pues ante todo es su querido gemelo.
Continúa esperando fuera del mismo edificio a la misma hora, la biblioteca a las dos de la tarde, sabe que el vendrá, siempre lo hace, que rabia que no sea para verle a el.
Y tan puntual como siempre, nota a un joven de cabello castaño vestido de negro que camina lentamente hacia la entrada, con ese aire majestuoso, tan sublime, que sin tener la intención y sin que el haga nada te obliga a respetarle.
-Hola Haou.
-Buenas tardes Jehu-le dijo de manera fría sin molestarse en dirigirle una mirada.
Pero no importa que actué como si no existiera, es feliz si puede estar a su lado.
Ambos entran al lugar y toman asiento, como de costumbre el menor toma un complicado libro, mientras el otro solo le mira, ¿para que desgastar sus ojos en paginas polvorientas cuando le tiene a el, sabe que el amor que tiene puede ser fácilmente confundido con una horrible fijación, pero no importa, siempre y cuando no le aleje de su lado es feliz.
Y así pasan las horas, incluso pareciera que Haou no se ha movido ni un centímetro, algo imposible, aunque no siendo el castaño.
Es impresionante ver que no cambia en absoluto su expresión cuando lee algo de su interés, ¿por que el escrito llama su atención cierto? ¿Por qué lo haría si no?
El menor se pone de pie mientras su amigo como siempre le sigue, deja el libro en el estante y se dispone a salir del lugar, caminan por la calle en dirección al hogar del castaño.
-¿Estuvo interesante el libro?
-Algo.
-¿De que trataba?-pregunta fácil de responder si hubiera visto la portada, como es evidente no lo hizo.
-Política.
-Te gustan ese tipo de temas ¿verdad?-preguntó con una sonrisa.
-Un poco.
Y como toda la vida se quedaron en silencio, un silencio para muchos incómodo, no para el peli azul que se aferra a cada instante que pueda pasar en su compañía, llegan al lugar y Haou se detiene en la puerta.
-¿Vas a pasar?
-Si, sabes que me gusta venir a comer-sonríe nuevamente, es probable que su sonrisa no sea precisamente dulce, pero la muestra con toda la sinceridad y amor que hay en su ser.
-Bien.
En el recibidor se encuentran con el otro castaño.
-¡Bienvenidos!!!!!-dice con su clásica y hermosa alegría.
-¡Judai!-le saluda el oji naranja.
-¡Jehu! ¡Hermano!
El oji miel le miro serio mientras el se lanzaba a los brazos del peli azul como de costumbre, sin duda es mucho más cariñoso que su amigo, si tan solo se hubiera fijado antes en el, no, lo que siente por Haou es demasiado intenso, nunca sentiría eso por alguien más.
El chico les dejo solos, pues se dirigía a una cita con Johan.
El par se quedo en silencio probando los alimentos hasta que el oji naranja tuvo que marcharse a casa, si por el fuera se queda por siempre ahí, pero tiene familia, y para el también es importante.
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Su amistad continúa sin cambios, tan monótona como cuando niños, era de esperar, el que se hubiera enamorado de Haou no cambia nada, ¿o acaso esperaba que este le prometiera amor eterno? Si claro, como si fuera ese tipo de hombre.
Sabe que su relación no sufrirá algún cambio, es consiente, pero ya comienza a fastidiarle el tener que esperar algo que jamás llegara.
Si tomara lo que quiere por la fuerza al menos tendría una oportunidad, así que le ha citado en el lugar con las más hermosa vista de la ciudad, espera que el entorno y lo que tiene que decirle provoque algo en su duro corazón.
Y ahí están, el atardecer es hermoso, pero nada comparado al oji dorado.
-Tengo algo importante que decirte-menciona el peli azul.
-Te escucho.
-Te amo.
Como lo suponía su expresión no cambio ni un poco, lo temía pero duele más de lo que esperaba, por primera vez no pudo contener más su dolor.
-¡No vas a decir nada! ¡¿En serio?! ¡¿Es que no te importa?!
Pero el otro continua tan impasible como siempre.
-Lo sabía, creo que siempre lo sospeche, para ti no significo nada, ni siquiera soy basura ¡Nada!!!
La decepción era grande, los sentimientos aplastantes, su corazón...destrozado.
Sintió un fuerte mareo debido a la brutal confusión, no pudo sostenerse en pie, pero esto era malo, el lugar en el que esta parado no es precisamente el más seguro, todo por querer una buena vista, ¿acaso es tan malo el desear que alguien te ame? Al menos para el es así.
No se sostiene más, y cae en dirección a la nada, a un vacío a varios metros de donde se encuentra, pero ¿qué importa si se lastima? ¿qué importa si se mata? Es como si nunca hubiera existido para la persona que ama, en este punto le da igual, cierra los ojos resignado, cuando siente que alguien le toma entre sus brazos, abre los ojos de golpe, no puede creerlo.
-¡Haou!
Ni siquiera en inminente peligro de muerte cambia su expresión, pero es lo que menos importa ¿por qué el también esta cayendo si no estaba cerca de Jehu? ¿Acaso se ha lanzado con la intención de salvarlo?
-¡Suéltame!!!!!-grita el oji naranja desesperado-¡Te harás daño! ¡Tienes más posibilidades de sobrevivir si me abandonas!
Pero Haou no le hace caso, sabe lo que puede pasarle, no tiene dudas nunca las tuvo, aún si no puede decirlo Jehu es lo más importante para el.
De pronto nada, el peli azul tiene un terrible dolor en su cuerpo, es incluso difícil ponerse de pie, esta aturdido y bastante herido, su mano se mueve torpemente hasta que toca algo...
-¡Haou!!!!
El terror le invade, si el esta lastimado, no hay palabras que puedan describir a su amigo, es claro que le ha protegido, esta inconsciente, parece que tiene una terrible herida en la cabeza porque no deja de sangrar.
Su vista se nubla, esta a punto de desmayarse, pero si lo hace su amigo no tendrá salvación, con las pocas fuerzas que tiene llama a una ambulancia, y con trabajo logra dar su ubicación, comienza a sentir frío, pero como puede se acerca a Haou.
-Lo siento, si no fuera de esta forma tu no...
Pero no pudo decir más, se quedó dormido.
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En el hospital.
El oji naranja despertaba lentamente, se sentó con cuidado en la cama, mientras su gemelo le miraba con tristeza.
-Jehu...
-Johan...yo...¡Haou!!!-se alteró.
-No te preocupes-el oji verde le detenía para evitar que se hiciera daño-esta vivo, solo inconsciente, aunque me parece que se dio un fuerte golpe en la cabeza y se rompió un brazo, pero su vida no corre peligro.
-Casi murió por mi culpa, lo mejor sería alejarme de el.
-Eso no es verdad-le dice Judai que acababa de ir con ellos.
-Si continuó con el puede ocurrir algo peor.
-Es probable, pero sin ti el no podrá continuar.
-No es verdad, el puede vivir perfectamente sin mi.
-¡¿Por qué no te das cuenta?!!-grito el chico de los ojos avellana.
Hasta Johan esta sorprendido no es común que se enojé.
-¡¿Crees que si lo importaras se hubiera arriesgado de esa manera?! ¡¿Crees que te deja estar a su lado por lastima?! ¡Que poco le conoces! ¡No te rindas! ¡Ve a verlo!
El mayor estaba aturdido, las palabras del castaño habían sacudido por completo su mundo, su interior.
Como pudo se puso de pie siguiendo las indicaciones del menor para dirigirse a la habitación de su amado, entró lentamente, le dolió ver tantos vendajes en el, y todo por su culpa, si tan solo no hubiera sido tan terco, si tan solo le hubiera dejado ir, si tan solo se conformara con su amistad, nada de esto hubiera pasado, se acerca al joven y se sienta en la cama, suspira mientras toca con suavidad la mejilla del oji miel.
-Lo siento, si no hubiera dicho lo que sentía no habrías salido lastimado.
Para su sorpresa este le miraba.
-No pensé que estarías despierto...¿Por qué lo hiciste?
-Porque me importas.
-¡¿Qué?!
-Para mi siempre ha sido difícil expresar lo que siento.
-Lo se.
-Pero cuando te vi caer mi cuerpo reaccionó solo...pensé que te iba a perder.
Se quedó callado un instante como meditando lo que diría a continuación.
-Te amo Jehu, siempre ha sido así.
El peli azul abrió los ojos sorprendido, estuvo a punto de llorar de emoción.
-Yo también te amo Haou-volvió a confesar su sentir.
-Se que soy difícil y lo lamento, pero no quiero perderte.
-No quiero separarme de ti.
-¿Te gustaría ser mi novio?
-¡¿Enserio?!
-Si.
-¿No estas jugando verdad?
-No.
-¡Si quiero serlo!!!
El menor hizo un extraño gesto de manera sutil, ¿era acaso una sonrisa?
El mayor se lanzó a darle un abrazo, el castaño le miro serio.
-Aún me duele Jehu.
-¡Lo siento! Creo que mejor me voy para no molestarte.
-Tengo una idea mejor, duerme conmigo.
El oji naranja se ruborizó, no así para su amado que jamás va a cambiar, pero eso no importa, sabe cual de importante es para el, se recuesta a su lado mientras se cubre con las sábanas, para su sorpresa Haou le toma entre sus brazos importandole poco el dolor, se acerca al rostro de Jehu y le da un beso en los labios.
-Quédate a mi lado-menciona el castaño.
-Por siempre, es genial saber que sientes lo mismo.
-Que no pueda expresarlo, no significa que no te ame.
Y los dos unen sus labios con dulzura, muchos querrían corregir la personalidad de Haou, soñar que el amor le va a cambiar, pero no Jehu, le ama tal cual es, porque aún si no puede demostrar con facilidad lo que siente, ha sido testigo de que su novio es capaz de morir por el, aunque esta vez le toca a el protegerle, por el resto de su vida esta bien porque nada le brinda más alegría que permanecer al lado de tan frío y apasionado ser.