El tiempo es extraño, en ocaciones pasa sin que nos demos cuenta y en otras, se estanca y nos tortura lentamente, pero sin importar cómo les persona, las cosas siempre cambian.
Solo había pasado un año desde su despedida en la base del árbol mundial y ni siquiera se había dado cuenta de eso, si no fuera por su hermana que insistió en celebrar las fiestas, habría continuado con su viaje sin mirar atrás.
Eran seguidas las llamadas, mensajes y cartas, fueron extrañas las ocaciones en las que sintió que se había separado de Gon y eso era muy bueno, pero ahora...las cosas eran un poco diferentes.
Nunca tuvo la intención de mentir, al comienzo pensó que era evidente, igual tenía la culpa por dejar que Gon pensara lo que se le diera la gana. Pudo haberle dicho, pero las cosas no habrían sido tan divertidas y no sería lo mismo. Además, también se había esforzado en que Gon creyera la mentira, el problema era como hacer ahora para seguir manteniéndola, después de todo, en un año pueden cambiar muchas cosas y Killua había pasado de ser una tabla con exceso de musculatura, a ser un capullo de rosa a punto de florecer.
Si, Killua en realidad era una chica.
Siempre le resultó demasiado raro que el moreno no se diera cuenta, pero Gon era un caso especial y en ese tiempo juntos no había diferencia entre ellos de la cintura hacia arriba, la diferencia entre las piernas siempre la oculto, además se aseguraba de entrar primero y salir al final, así en los baños juntos no había mucho que ver bajo el agua ni mucho menos bajo la pequeña toalla, nunca le avergonzó su pecho desnudo, no había nada que ocultar, nada que llamara la atención, nada de que preocuparse y así Gon creyó en Killua siempre como otro chico.
Ahora es muy diferente, se preguntaba en qué momento pasó, como sucedió tan rápido. Su pecho apenas había comenzado abultarse, aún podía mantener todo bajo control con vendas, pero su cintura se había vuelto más angosta y parecía que sus caderas estaban más anchas, quizás solo era su trasero.
No importaba cuanto entrenara, su cuerpo no quería volverse más masculino. Alluka le había conseguido muchas revistas con guías de ejercicio, habían mucho recomendados para resaltar los atributos femeninos y se esmeraba en evitarlos y hacer los que estaban en la lista de “no recomendados”
En fin, ya no importaba lo que hiciera, algún día tendría que darse cuenta. Después de todo, no podía escape de su genética y su madre era un ejemplo de cómo sería su cuerpo al crecer, Gon no podría seguir pensando en Killua como un chico cuando tuviera un par de melones por delante o cuando fuera madre...madre? Nunca en su vida, en sus catorce años de vida, nunca, repito, NUNCA! Había pensado que eso, inevitablemente tendría que pasar. Ahora que tenía que aceptarse como chica se daba cuenta de lo molesto que era serlo.
Era posible que en algún punto de su viaje, sí quiso realmente ser un chico, pero ahora quizás había la pequeña posibilidad de que fuera bueno ser chica, de todas formas Alluka le había dicho que podía convertirlo en chico si se lo pedía, eso dependería de cómo se dieran las cosas con su mejor amigo, con el que tenía una “cita” en un par de días.