Estar enfermo de amor es lo más terrible que hay
quizá el decirlo suene poético o romántico pero no lo es...
Pero ¿como no enamorarme de él?, es perfecto
Por lo menos ante mis ojos, el no dejara nunca de serlo...
Aquella tarde Guillermo había terminado de hacer los ajustes para grabar el inicio de temporada de su serie más popular, paso horas configurando el servidor con cada pequeño detalle para que todo estuviese perfecto y no hubieran fallas menores o alguna interrupción, después de todo él sabía que a su pareja le gustaba la perfección.
De hecho el había aprendido varias cosas desde que se había mudado con él, gracias a los fans y a toda esa gente que quería verlos juntos... después de todo y finalmente Samuel había decidido estar con él.
Era por eso que siempre se esforzaba para él, para demostrarle que era competente y lo que haría lo que fuese por él...
Sin embargo nunca era suficiente...
-Samu- habló el menor mientras entraba a la habitación de su colega.-
-Terminé los preparativos de...- no pudo terminar su oración, antes de que dijese algo aquellas imágenes ya estaban en su cabeza, las mismas imágenes que Samuel veía en el computador.
-Te dije que tocaras antes de entrar...- casi gritó este al notar su presencia, pero simplemente cerro aquellas fotos, al parecer las fangirls no eran todas unas "niñas", y había muchas que se lo dejaban en claro a ambos cuando les enviaban cierto tipo de fotos.
-Lo siento yo...- intentó disculparse pero de inmediato fue silenciado.
-Ni siquiera las palabras te entran de buenas a primeras a la cabeza...- volvió a escupir aquello con la frialdad de siempre, sin embargo esto no le preocupo, Guillermo sabía que Samuel trabajaba muy duro y estaba estresado, las cosas ya se le pasarían después.
-¿Qué estas mirando? Ah, estas fanáticas cada día están más locas, no creo que a Elvis le petaran el correo con este tipo de cosas...- soltó una risa antes de cerrar las pestañas, a Guille le encantaba escuchar esa risa, le gustaba ver que él fuera feliz...
-Como sea, si terminaste lo del servidor creo que podríamos empezar a grabar...- dio un par de pasos antes de llegar hasta él.-
-Espero y esta vez no lo estropees...- dijo antes de tomarle por la barbilla y besarle, a Guille le encantaban sus besos, le hacían saber que él estaba ahí para él y que no lo lastimaría jamás...
Ojalá lo mismo dijeran las marcas en sus labios, cuerpo y corazón...
-¿Qué esperas? Mueve ese culo antes de que yo mismo lo saque a patadas...- dicho esto le dio un pequeño empujoncito hacia la salida.
¿Alguna vez amaste a alguien que sabias que era malo para ti?
¿Alguien que te lastima una y otra vez y que lastima a cualquiera que esté a tu alrededor, pero aun así lo perdonas porque perderlo dolería mucho más?
-Ups... Samuel, yo...- el corazón casi se le sale al ver como la conexión de su compañero era interrumpida, haciendole perder la partida del juego.
-¿Vegetta?...- preguntó por el micrófono pero nada se escuchó, el simplemente trago saliva esperando a que no se hubiese enojado, normalmente él es paciente y bastante tolerante pero, este no era un directo... no había nadie que los viera de por medio...
-¿Tu eres imbécil?- aquella voz a sus espaldas casi le hizo caer de la silla, ahí se encontraba el en el marco de la puerta recargado, simplemente observándolo, con aquella mirada que él amaba pero que sin embargo no significaba algo bueno.
-Samuel yo...- se levantó de inmediato de la silla para intentar calmarlo.- Estaba atacando lo que dijiste y...- podía verse tranquilo pero...
-"Estaba atacandolo que dijiste", deja de hablar estupideces...- el mayor simplemente dejo salir aquel enojo al tomarlo del brazo y colocarlo contra la pared.
-Es solo un juego yo...- tartamudeo intentando defenderse pero le fue inútil, segundos después ahí estaba él de nuevo gritando...
-Solo un juego, ¡un juego que estábamos ganando y tenía que salir a la perfección para poder salir esta noche sin preocupaciones... pero no, ahí estas tu jodiéndome como siempre las partidas!- sintió una bofetada directo en el rostro antes de que el primer golpe lo alejara unos pasos de él.
-Pero...- susurro intentando contener el dolor y el llanto, no quería causar más problemas.
-¡Silencio...!- de nuevo aquel golpe vino tan fuerte que esta ves logro tirarlo al suelo, haciéndole chocar contra el respaldo de la silla tirando un par de cosas de por medio.
-Mira nada más, ¿ves lo que me has hecho hacer?- suspiro el mayor fastidiado al momento de acercarse, esta no era la primera vez que esto sucedía.
-Anda levántate... sin llorar no hagas dramas... - Guillermo simplemente ahogo sus gemidos mientras Samuel le ayudaba a levantarse, no quería que los vecinos escucharan esta discusión, hacen muchos problemas y no quería meter en algún lio a su "pareja" si ellos llamaban a la policía de nuevo.
-Ahora tenemos que grabar de nuevo...- volvió a hablar sin importarle como la sangre comenzaba a brotar de la comisura del labio de su compañero.
-Pero no fue...- intento hablar pero un par de brazos, cada uno en sus hombros le silencio.
-Cállate, cállate ya...- volvió a alzar la voz, oprimiendo sus dedos sobre su piel, dejando aquellas dolorosas marcas.
-No quiero más putas excusas...- lo sacudió un par de veces antes de volver a dejarlo caer sobre la silla y mirarle sonriente.
-Quiero que cierres esa boquita y me dejes en paz un momento...- suspiro finalmente antes de dar media vuelta hacia la puerta.
Este intento hablar, de hecho se levantó para seguirle pero fue en vano.
-Eso me gano por coger como pareja a un crio... - fue lo que alcanzo a escuchar aquel joven antes de que aquella puerta se cerrara de golpe en su rostro.
El chico solo miro a la puerta, y esperó...
En cualquier momento entraría con esa alegre sonrisa y le diría que todo fue una confusión, que había sido sin querer, le abrazaría y besaría.
Que él era lo más importante de su vida y nunca más volvería a hacerle daño...
Lo esperaba ansioso, con una sonrisa en los labios, porque, al fin y al cabo, era lo que tenía que pasar.
-Va a volver...- susurro a si mismo mientras limpiaba aquel carmesí resbalando por su boca.
-Tiene que volver...Él sabe que lo amo...Es lo único que me importa en la vida...
Claro que me quiere... Sólo que no sabe cómo decírmelo...
Solamente hace esto para ayudarme con mi carácter, es puro teatro...
para hacerme una persona más fuerte.
En realidad me ama, me ama tanto como yo lo amo a él...
Volverá, me perdonará y seremos felices juntos...
Pero aquella puerta no se volvió a abrir...
En aquella enorme y desolada habitación sólo se podía oír la respiración agitada del chico y las sirenas de una patrulla que retumbaban por las paredes.
La luz tenue apenas era visible por aquella cortina que cubría perfectamente la ventana, estaba oscuro, pero Guille sólo necesitaba ver la puerta...
"Vamos a ser felices juntos..."
Las saladas gotas comenzaron a rodar por su mejilla, misma que seguía con aquel tono rojizo y aquella inflamación. Su cuerpo entero se convulsionó con un sollozo.
"Lo siento... Lo siento..."