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Amarte como te mereces por Kouichi_RedSun

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Notas del fanfic:

Hola, este fanfic surgió por inspiraciónd e tanto jugar Kingdom Hearts, jaja, si, es algo tonto, pero además, siempre me ha gustado mucho el RokuSora, es una de mis parejas favoritas, espero disfruten este fanfiction dejen sus reviews con su opinión y sin más que decir, disfrutenlo.

Notas del capitulo:

Bien, este es el primer capítulo, como ya dije, espero que disfruten este fanfic, casi tanto como yo voy a disfrutar escribirlo, no teniendo más que decir, los dejo para que lean.

Una mañana tranquila, en la localidad de Haruna, en la prefectura de Gunma, en Japón, un joven de cabellos rubios, de 16 años de edad, caminaba rumbo a su escuela, la preparatoria local, el nombre de ese chico, Roxas, un muchacho un tanto discreto, un tanto rebelde y social, sin embargo, siempre siendo un muchacho responsable y aplicado en sus estudios, sabiendo perfectamente cuando alguna situación estaba llegando demasiado lejos, sin embargo, si se veía involucrado en una pelea, su cordura era conducida directo al caño y se perdía hasta que dejara casi muerto a su víctima o él perdiera el conocimiento por los golpes, fuera de eso, era un muchacho calmado, un buen alumno, el joven que poseía unos ojos azules, de un hermosos color azul profundo, finalmente había llegado a la escuela, sentándose en donde siempre, en la esquina trasera, que daba directo a la ventana.

 

-Hola, Roxas- saludó una jovencita de cabellos rubios y ojos color celeste, agitando efusivamente su mano y abrazando al rubio.

 

-Hola, Naminé, buenos días- dijo riendo un poco y correspondiendo el abrazo - ¿Cómo te encuentras hoy? - preguntó el muchacho con una sonrisa pintada en sus labios.

 

-Muy bien, hay, vieras que estoy muy feliz, mi papi dijo que por mis calificaciones este año, me regalaría un auto para que pudiera usar mi licencia de aprendiz- dijo la rubia emocionada -Ya no tendré que usar el aburrido coche de mi papá- dijo la chica con ilusión.

 

-Hey, al menos tu padre tiene un buen auto, recuerda que mi papá tiene un viejo Toyota y ese sí que da vergüenza- dijo Roxas cruzándose de brazos.

 

-Hay, pero ese coche no es nada bonito, negro, grande y pesado, no es nada femenino- dijo la joven de cabellos rubios.

 

-A veces me pregunto ¿Qué harías si tu padre no tuviera dinero? – preguntó el rubio con ironía mientras la joven que le acompañaba empezaba a reír.

 

Por otra parte, en la azotea de la escuela, un joven de cabellos plateados, de 17 años y unos hermosos ojos color turquesa, miraba con impotencia a un castaño con unos ojos idénticos a los de Roxas, de un azul hermoso y profundo, que no se atrevían a ver directamente al joven que tenían en frente.

 

- ¿Por qué? ¿Qué tiene él que no tenga yo? - preguntaba Riku, ese muchacho de cabellos plateados, cuerpo fornido, una personalidad encantadora, competitivo, atlético, fuerte, todo un galán, la clase de chico por el que las nenas forman una fila.

 

-Lo siento… Riku, pero… No es por algo que hicieras tú, simplemente… No me siento bien siendo tu novio, yo estoy muy convencido de que serías el mejor partido, pero… Nadie elige a quien querer… Lo siento- dijo Sora, ese muchacho castaño, risueño, inocente y tierno, un poco ingenuo y de muy buen corazón.

 

- ¡¿Es decir que piensas echar 3 años de relación por la borda?!- preguntó Riku exaltado, haciendo que Sora sufriera un sobresalto.

 

-Lo siento Riku… De verdad, lo siento, tus horas perdidas, perdón por la actuación, yo de verdad quisiera amarte, pero… Pero no puedo, no me sale del pecho, lo intento y me freno… Llevo años fingiendo… Aquellas lágrimas que viste, no eran de alergia… Era depresión- admitió el castaño con la mirada baja y empuñando las manos.

 

-Sora, por favor, no hagas esto, tu y yo estamos hechos el uno para el otro, no hagas esto- le suplicaba Riku al más bajito, con la voz algo quebrada.

 

-No Riku… Me detuve este tiempo por no querer herirte, sin embargo…Te hago más daño sosteniéndote una relación con mentiras, perdón por crearte una ilusión, pero… Yo no puedo seguir contigo, Riku… Lo siento- dijo el castaño de 16 años, dispuesto a salir de la azotea.

 

-Sora, por favor, no me dejes o yo… De verdad no sé de qué sea capaz, no quiero perderte- Decía Riku con la mirada baja y sujetando bruscamente el antebrazo de Sora, reteniéndolo con fuerza.

 

-Riku, agh… ¡Déjame, me duele! – gritó el castaño adolorido y forcejeo vanamente con el mayor.

 

-No, ¡No te perderé! – gritó con enfado el muchacho de ojos turquesas, mientras ejercía más presión sobre la muñeca del menor.

 

-D-De verdad, ¡Suéltame, Riku, me duele, me duele mucho! – gritaba el castaño, hasta que finalmente Riku entró en razón y aflojó el agarre, dando tiempo a Sora de sacar su mano y empezar a sobar su muñeca.

 

-Sora, yo… lo siento, no quise… - Las palabras del muchacho fueron silenciadas por la voz del castaño.

 

-Cállate, no quiero escuchar pretextos… Yo… Creí que podíamos terminar en buenas condiciones, pero… No, no quiero verte, me das miedo… Riku- dijo el castaño con la mirada baja, procediendo a salir corriendo de la azotea, con dirección a su aula, que era la misma en la que iba Roxas.

 

-Bueno, Roxi- Llamó Naminé al rubio, a quien llamaba así de forma afectuosa, siendo que este volteó a verla con curiosidad - ¿Cuándo te le declararás a Sora? – Le dijo ella con total frescura y despreocupación.

 

Roxas se puso rojo y la miró algo fastidiado -Podías gritarlo desde la ventana al patio, si quieres- dijo desviando la mirada -Además, sabes que Sora es novio de ese gorila, Riku, no tengo oportunidad- dijo el joven rubio con algo de amargura.

 

-Oh, no estoy segura, según algunas personas, Sora planeaba terminar con Riku, así que podría ser tu oportunidad- dijo la rubia con picardía.

 

-Agh… A veces eres… Odiosa y das… Miedo, pero… Aún si Sora terminó con él, no creo que se fije en mí- dijo Roxas con simpleza, recibiendo un pequeño golpe en su frente.

 

-No seas bobo, eres un gran partido, Sora sería un idiota si no se fijase en ti- dijo Naminé con una amplia sonrisa, buscando animar a su mejor amigo.

 

-Quizá… Pero no sé, igual me da algo de miedo decirle- dijo Roxas con un desdén de vergüenza en su voz, mirando a la puerta, justo en el momento que entró Sora, con su típica sonrisa, haciendo que Roxas soltase un suspiro al verlo.

 

-Vaya, sí que te trae hecho un idiota, suspiras como toda una colegiala enamorada- dijo la rubia al ver la reacción de su amigo ante la llegada del castaño.

 

-Cállate, Naminé- dijo Roxas con un deje de fastidio, mientras sacaba sus cosas de su maletín, poniendo un cuaderno, un lápiz y un bolígrafo en su escritorio.

 

-Bueno, aunque deberías tratar, no creo que Sora te odie de por vida por eso- dijo Naminé ya en un tono más serio, haciendo que su amigo empezase a reflexionar sobre eso -Bueno, nos vemos, chico enamorado- dijo Naminé sonriendo y caminando a su lugar, pues el profesor recién había entrado al salón.

 

-Bien, demos inicio a la clase, muchachos- dijo el profesor con esa seriedad que le caracterizaba, empezando una lección de literatura que estaba poniendo a dormir a Sora, que se sentaba hasta atrás, pero en la esquina contraria a Roxas, fue en ese momento que el profesor divisó a Sora dormido sobre su banca -Bueno, Sora, como veo que sabes todo lo que voy a dar en esta clase, quisiera que me digas, ¿Cuál es el título real de la obra a la pertenece “El jorobado de Notre dame” y quien la escribió? – preguntó el profesor expectante, haciendo que Sora se despertase de golpe, siendo recibido con tal pregunta.

 

-Eh… Yo… Esto… El título original…- balbuceaba Sora aún adormilado y mirando a todos lados, fue en ese momento que un papelito golpeó su cabeza, cayendo en su escritorio, miro al emisor de aquel papel, viendo a Roxas asomándose entre sus compañeros, haciendo señales de que lo abra, Sora miró el papel y disimuladamente lo abrió.

 

-Sigo esperando, señorito- dijo el profesor con cara de pocos amigos, casi listo para bajar un punto al joven castaño, siendo que estaba distraído con su lista, buscando el nombre de su alumno “Favorito”.

 

-Ah… El título es “Nuestra señora de París” y el autor es Víctor Hugo- dijo Sora ocultando velozmente el papel, antes de que el profesor lo voltease a ver, con una clara expresión de sorpresa en su rostro, no esperaba el joven castaño respondiera y mucho menos que respondiera correctamente.

 

-Correcto…- dijo el profesor desconcertado, y bajando su lista -Solo… Solo no se distraiga de nuevo- dijo el profesor aún con sorpresa.

 

-Eh… Si, profesor- dijo Sora con una pequeña sonrisa, procediendo a mirar al rubio y levantar su pulgar derecho en señal de agradecimiento junto a una adorable sonrisa, que provocó en Roxas una sonrisa algo boba

 

El resto de la clase prosiguió sin percance alguno, al fin, llegó la hora que muchos de los alumnos esperaban, la tan querida hora de descanso, Sora quería agradecerle a Roxas por haberle ayudado de esa forma, empezó a buscarlo por todo el patio, hasta que llegó a la parte trasera de uno de los edificios de la escuela, un lugar poco transitado y escucho sonidos raros, como si dos personas estuvieran golpeándose, no perdió tiempo y fue a mirar, encontrando a Roxas tendido en el piso, con Riku encima y ambos en un intercambio  de golpes.

 

- ¡Deténganse! – gritó Sora en cuanto los vio, corriendo para intentar separar a los dos chicos - ¡Basta ya, alto! - gritaba el joven castaño mientras intentaba apartar a Riku de Roxas, llevándose también uno que otro golpe, pero al final logrando separar a los dos jóvenes - ¿Roxas? ¿Estás bien? - dijo mirando al rubio que tenía sangre saliendo de su boca.

 

-Sí, estoy bien, Sora- dijo el rubio limpiándose el labio con su brazo, Sora miro al peliplata con enfado y se acercó a él.

 

- ¿Qué te sucede? – Dijo Sora con molestia y acercándose al chico de ojos turquesas - ¿Quién te crees que eres para venir y golpear a otras personas? – dijo Sora cada vez más enfadado.

 

-A mí no me engañas, Sora- dijo Riku tomando con brusquedad la muñeca del castaño -Es por este imbécil que me dejaste, yo soy mucho mejor que él- decía Riku ciertamente enfadado.

 

-Riku… Gh… Suéltame, me duele- dijo Sora forcejeando con el mayor para que le soltara, con pocos resultados, pues claramente, Riku superaba a Sora en fuerza, de no ser porque Roxas se lanzó y dio un puñetazo justo a la nariz de Riku.

 

-El muchacho dijo que lo sueltes ¿Acaso eres sordo? – Dijo Roxas, quien salió en defensa del menor -Ahora vete, o las cosas no se pondrán lindas- dijo Roxas apretando los puños, claramente, Riku no le temía, sin embargo, al ver la expresión de odio que le dirigía Sora, prefirió retirarse.

 

Sora miró a Roxas con una pequeña sonrisa e hizo una breve reverencia -Gracias, es la segunda vez en el día que me ayudas- dijo el castaño con un tono de voz suave y muy lindo.

 

-No, no importa, pero ¿Es cierto lo que dijo? ¿Lo dejaste por mí? – Preguntó Roxas con algo de ilusión en su voz, pues como podía ser cierto, podía ser que no.

 

-Eh… Yo… Riku es un idiota a… a veces dice cosas… Que no debería decir y yo… Eh… Mejor me voy, gracias de nuevo- dijo Sora apresuradamente y salió corriendo, dejando a Roxas con una sonrisa, pues ese nerviosismo solo podía significar una cosa y ahora que todo apuntaba a su favor, no dejaría pasar esa oportunidad, el resto del día pasó con tranquilidad, Roxas había ido a la enfermería para tratar la herida de su labio y ahora caminaba a casa, con una sensación de cosquilleo en el estómago.

 

-Voy a demostrarte que… También me gustas, Sora, te amaré como realmente te lo mereces- dijo el rubio con una sonrisa y empezó a correr camino a su casa, saludando a sus padres velozmente y encerrándose en su cuarto -Pero… ¿Cómo lo sorprendo? – Se preguntaba el rubio con algo de duda - ¡Ya sé! – Exclamó con una sonrisa dibujada en su rostro, tomó varias hojas de vivos colores y las unió, empezando a escribir algo en estas, pasadas un rato, finalmente lo había terminado, posteriormente, tomó un hilo transparente y diversas cuentas de plástico y empezó a hacer un dije, el cual terminó con forma de una “Llave espada”, enganchó el dije a una cadenita de metal y sonrió -Listo, solo falta el toque final para mañana.

 

Tras hacer sus deberes y de más, Roxas se fue a dormir, metiendo las hojas, el dije y todo lo necesario en su maletín, incluso él se había sorprendido, contrastaba mucho lo que hacía ahora a lo que dijo a Naminé hace menos de 24 horas, pasó a una florería, a comprar unas rosas blancas, y una sola rosa roja al centro, para finalmente llegar a la escuela, había llegado temprano, para tener tiempo de acomodar todo y así lo hizo, lentamente el salón se fue llenando, sobre el lugar de Sora había un cartel que decía “Me gustas mucho ¿Quieres ser mi novio? Atte. Roxas”, las rosas estaban en su escritorio y el dije junto a estas, Sora no pudo evitar sonrojarse al ver aquello y miró al rubio, que estaba parado frente a su lugar.

 

-Roxas, yo… ¿Yo te gusto? – Preguntó con incredulidad el muchachito de cabellos castaños y ojos azul profundo.

 

-Sí, me gustas mucho, Sora, desde que te vi por primera vez- dijo el rubio de ojos idénticos a los de Sora con un leve sonrojo en sus mejillas.

 

-Roxas yo… Yo si quiero, quiero ser tu novio- dijo el castaño abrazando al rubio con una sonrisa y mirándolo directo a los ojos.

 

-Gracias, Sora, no desperdiciaré la oportunidad que me das, de verdad, yo quiero amarte como te lo mereces- dijo sonriendo ampliamente y posteriormente, besando los labios del castaño, ante un “Awww” general de sus compañeros de clase.

Notas finales:

Bien, gracias si llegaron hasta aquí, espero que lo hayan disfrutado, que les pareciera interesánte la idea, me gustaría leer sus reviews, con sus opiniones y críticas (Obviamente constructivas), gracias por leer.

 

Matta ne.


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