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Fermaportus por Uruhasa_13

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Notas del fanfic:

¡Espero que les guste! Si alguien está interesado en leer los demás shots (No todos son de temática homosexual) les dejo el enlace. 

 

Fermaportus

 

Notas del capitulo:

Buenas, espero y disfruten mucho de este shot. 

 

 

Era más o menos medio día y todos estaban en el gran comedor disfrutando de su almuerzo para poder seguir con su día. Como siempre, el bullicioso salón estaba inundado de un olor a panqueques recién hechos y a salchichas, lo normal en un día cualquiera. Pero particularmente en una de las mesas del centro, perteneciente a la casa Hufflepuff había un muchacho que no se sentía del todo bien, se sentía abrumado por la extrema felicidad que inundaba el ambiente.

Jack tenía un agudo dolor de cabeza por toda esa felicidad desbordada a su alrededor, no soportaba el festival de amor que pasaba en ese momento. El día de San Valentín estaba cerca y todos a su alrededor parecían estarlo festejando desde antes, todos tenían a una persona con la que pasar aquel día tan especial  y después estaba Jack, una especie de Grinch del día de los enamorados.

-Quita esa cara ¿Quieres?-le dijo una voz varonil pero aguda a su lado

El muchacho giró la cabeza para encontrarse con un par de ojos violeta que lo miraban alegre, con aquella sonrisilla traviesa. No era otro más que Ian, el mejor amigo de Jack que siempre tenía aquella risueña personalidad que lo hacía radiante.

-No quiero, detesto esta época del año

-Eres un amargado, anda, sonríe para mi

Era imposible que Jack le dijera que no a aquel rostro, era demasiado lindo como para negarse así que relajó aquella expresión dura y volvió a poner una sonrisa en sus labios. No era precisamente la mejor sonrisa del mundo pero era suficiente para que Ian dejase de insistir.

-Me gusta este olor a azúcar que tienen los pasillos esta semana

-Es por eso del día de los enamorados

-Que día tan lindo ¿No lo crees? Seguramente te volverán a llover regalos como cada año

-Si…

-No entiendo porque no te gusta, eres muy popular entre las chicas ¿Por qué no solo escoges a una de ellas?

Siempre era el mismo dilema. Si, Jack siempre estaba rodeado de chicas que lo seguían a todas partes pero lejos de gustarle, lo encontraba tremendamente fastidioso, ni siquiera podía tener una práctica de quidditch normal sin tener que estar escuchando los continuos gritos de sus admiradoras.

Aunque todas esas chicas, por más hermosas que pudieran ser, Jack no podía verlas más allá de admiradoras y era por la simple razón de que Jack ya estaba enamorado de una persona muy especial. Aquella persona no podía saber que él estaba enamorado porque tenía miedo de que él dejara de ser su amigo.

Ian era la única persona en la que Jack pensaba en esas épocas del año y también era su principal razón de odiar estas mismas, el hecho de no poder estar con la persona que él quería simplemente lo hacía ponerse como un verdadero amargado.

 

 

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Después del almuerzo, los muchachos se encaminaron al invernadero para la clase de herbología, Jack iba algo distraído, solo quería que terminaran las clases para poder ir a la práctica de quidditch, después de todo, eso era lo único que lo hacía olvidarse de los problemas, o por lo menos hasta que llegaban sus admiradoras.

-¿No es fascinante?- le susurró Ian cuando estuvieron en el invernadero mirando a los bubotubérculos

-¿Estas cosas apestosas?-se burló

El amor que Ian le tenía a las plantas mágicas siempre había sido un tema de burla entre ambos, Ian siempre encontraba “fascinantes” las especies de plantas más extrañas de todas. La herbología había sido una de sus muchas pasiones y eso todo el mundo lo sabía.

-Algunas de estas cosas apestosas podrían salvar tu trasero algún día

-No lo creo

Pero no tuvieron más oportunidad de charlar porque la profesora entro a paso apresurado para dar su clase y entonces los dos guardaron silencio.

La clase pasó sin nada interesante más que un par de chicos llenos de pus asqueroso de la planta que estaban tratando. Como siempre, Jack no podía mantener los ojos lejos de Ian que se veía especialmente emocionado por aquella planta que a Jack le daba nauseas.

Igual, las demás clases transcurrieron sin más para los Hufflepuff que preferían tomar los estudios con calma al igual que la mayoría de las actividades escolares. Aquellos muchachos se habían acuñado una reputación algo poco favorable y los demás siempre los subestimaban pero los mismos Hufflepuff se esforzaban por no parecer de esa forma.

El equipo de quidditch de Hufflepuff siempre se quedaba atrás en las competencias lo que no ayudaba en nada pero Jack estaba preparado para hacer que eso cambiara, después de todo había estado entrenando muy duro para dar su mejor esfuerzo en la cancha.

-Esta vez no nos quedaremos atrás-les decía Jack a su equipo

Jack había trabajado mucho para convertirse en el capitán del equipo de Hufflepuff y estaba decidido a ganar la copa. Él jugaba en la posición de guardián lo que le daba una buena oportunidad de guiar al equipo en el campo de juego, y ese año ninguna admiradora tonta lo detendría. Pero la victoria de su próximo partido tendría un significado especial.

Su próximo partido, que sería contra la casa de Griffindor, sería el día catorce de febrero y no se le ocurría una idea mejor que dedicarle la victoria a esa persona de la que había estado enamorado. Ese sería el día en que se le declararía a Ian pero para poder hacerlo necesitaba ganar y solo así tendría el valor para hacerlo.

Claro que la práctica no estaba siendo nada fuera de lo común, incluso había un grupo de chicas en las gradas gritando y vitoreando al muchacho aunque este las hubiese bloqueado por completo para que no rompieran su concentración.

 

 

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En la sala común de Hufflepuff, Ian estaba sentado en uno de los sofás apoyado en la mesa de en medio haciendo la tarea para el día siguiente, pues a diferencia de Jack, él si era aquel estereotipo de Hufflepuff que se atrasa con los deberes. Se suponía que tendría un plazo de dos semanas para terminar aquel informe sobre la quema de las brujas de Salem pero como siempre, Ian lo había dejado para último minuto.

-¿Otra vez dejaste la tarea para último minuto?

Se trataba de una alegre muchacha que siempre estaba tras Ian, una dulce chica de hermosos risos de oro y mejillas de porcelana adornados con labios  finos sonrosados. Su nombre era Leia una chica un grado más abajo pero que siempre era atenta con sus demás compañeros, parecía que ella también acababa de hacer deberes porque no traía la capa puesta, la camisa la llevaba por fuera y arremangada, además de la corbata floja.

-¿Qué?-dijo fingiendo ofenderse-¿Quién te dio esa idea de estar dejando mis deberes a último minuto?

-¿Sabes? Me gusta mucho la historia-se sentó a su lado- y hace tiempo leí sobre la quema de brujas, puedo ayudarte si quieres

-¿Lo harías?-saltó emocionado

Ella asintió muy rápido con la cabeza y entre pergaminos y tintas siguieron haciendo el trabajo. Leia se acercaba lo más que podía a Ian, se insinuaba indiscretamente y el chico no se lo negaba, se sentía muy cómodo al lado de Leia, de todas maneras ,él no era tan popular como su amigo y que una niña bonita le hiciera caso le hacía sentir que por lo menos no era invisible. Claro que seguía siendo invisible para la persona que quería que lo notara, tal vez Leia sería una buena manera de entretenerse.

Y así se fue la tarde y parte de la noche, los dos se quedaron en la sala común de Hufflepuff hasta tarde, la tarea ya estaba terminada, al igual que los dos muchachos que habían estado ahí trabajando. Ian se había quedado dormido en el sofá y Leia estaba sobre su pecho plácidamente dormida en medio de la obscuridad de la noche.

En medio de todo esto, Jack entro a la sala con su escoba en la mano lleno de barro y heridas, su equipo se había ido del campo al anochecer pero Jack se quedó un rato más practicando y solo quería llegar al dormitorio, ni siquiera le importaba tomar un baño, quería llegar y relajarse pero lo que vio le rompió el corazón.

Miró calmado a Ian dormido con Leia por un rato, después de eso solo se encaminó a los dormitorios de los varones sin hacer ruido, no tenía energía de lidiar con nada de lo que estaba pasando.

 

 

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Durante la semana siguiente Ian no podía entender el comportamiento de su mejor amigo, él lo evadía cada que podía y se pasaba las tardes enteras en el campo de quidditch lo que hacía que Ian lo buscara siempre pero sin conseguir nada así que pasaba todo ese tiempo con Leia y cada vez se hacían más cercanos.

Uno de esos días, Ian estaba buscando a Jack para poder hablar un poco, no podía vivir sin su mejor amigo, así no tendría a nadie que lo regañara cuando se atrasaba en sus tareas pero no era eso lo importante, simplemente la ausencia de Jack era un vacío imposible de llenar en él, era como si algo le faltase y Leia no podía ocupar ese espacio.

Encontró un momento durante el entrenamiento de quidditch cuando el buscador por accidente cayó de la escoba, nada muy grave pero aun así Jack insistió en que lo llevaran a la enfermería y así fue. Él estaba sentado en una banca en el campo esperando a que el buscador regresara de la enfermería y su demás equipo también que se había tomado un descanso. Este era el momento que Ian había estado esperando así que solo corrió para bajar de las gradas y entrar al campo.

-Jack-le saludó cauteloso

-Ah, eres tú-dijo sin mirarlo

-¿Qué sucede? Me has estado evitando-decía con una sonrisa nerviosa en el rostro

-No te estoy evitando, solo te dejo más tiempo para ella

-¿Ella?

-Si-dijo él algo fastidiado-la chica con la que estabas durmiendo el otro día ¿lo recuerdas? Creo que no pasarás el día de San Valentín solo como pensabas

Era todo un malentendido, Ian sabía que no era culpa de Jack y que era razonable que se hubiera confundido pero por alguna razón una rabia injustificada se apoderó de él, se sentía ofendido por la actitud del mayor, no podía creer que su mejor amigo estuviese diciendo cosas tan tontas.

-¿Acaso te molesta que ella y yo salgamos?-dijo deliberadamente-tú siempre estás rodeado de personas ¿es mucho pedir que me miren de vez en cuando?

Y esto solo fue echarle leña al fuego, claro que Ian y Leia no salían y tampoco sentía nada por ella pero el calor del momento lo hizo decir aquello además de que ahora se habían enfadado uno con el otro. Ian se mordió el labio inferior para retener las lágrimas que estaban a punto de salir así que solo dio media vuelta y regresó.

Mientras, Jack solo lo miraba regresar con la mandíbula apretada tratando de no mostrarse débil, aún tenía un partido de quidditch por ganar y lo haría con o sin Ian.

 

 

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La mañana del catorce de febrero amaneció con un aroma a azúcar y a poción de amor inundando el aire de todos lados, desde la mazmorra de Slytherin hasta la torre de Griffindor, toda la escuela estaba con el humor para el amor.

Todos menos, claro, el equipo de quidditch de Hufflepuff cuyo capitán los había hecho levantarse al amanecer para poder ponerse en forma para el partido aunque esa era una manera que encontró Jack para poder distraerse toda la mañana hasta el partido, pero no podía dejar de pensar que ese hubiese sido el día en que por fin se hubiese confesado, pero debía ganar el partido aunque realmente no tuviera sentido.

Las horas transcurrían apresuradas para todos porque el estadio estaría lleno de parejas que iban a ver el partido y después de toda la espera así era. Las gradas no tardaron en llenarse de todos los estudiantes, además de que el campo de quidditch estaba adornado con motivos del día de San Valentín haciéndole las cosas más pesadas a Jack que ya estaba bastante estresado.

-Hagámoslo como en las prácticas-bramó Jack antes de salir al campo de juego

 

 

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Al término del partido, todos regresaron al colegio, había un bullicio que venía desde la entrada, eran los alumnos que habían ganado el partido, fanfarrias y cantos hacían eco en la monumental arquitectura del castillo, algunos cuadros se unieron a la celebración  y otros se taparon los oídos en busca de algo de paz. Griffindor había salido vencedor en el encuentro.

El equipo de Hufflepuff, como siempre, había tomado su derrota lo mejor posible y los jugadores regresaron rápidamente para poder pasar el resto del día celebrando San Valentín, todos menos el capitán Jack que estaba sentado en una de las escaleras de piedra cerca de la cocina, no se atrevía a entrar a la sala común pero no por vergüenza sino por miedo de encontrarse a Ian y a Leia celebrando San Valentín.

Sus jugadas habían sido lentas, su equipo no tenía coordinación y eso también era su culpa, aunque les había dicho a todos que hicieran lo mismo que en los entrenamientos él no lo había hecho, llenándose la cabeza con pensamientos abrumadores sobre Ian. Ahora no solo lo había perdido por su insensatez y celos sino que también sería la vergüenza de su casa, incluso llegó a pensar que todo eso se lo merecía porque no era digno de ganar y eso englobaba a Ian y el partido.

Pero no estaba solo, Ian lo miraba desde lejos, estaba muy consternado por la actitud tan pesimista de Jack y quería ir a consolarlo pero tenía miedo de ser rechazado de nueva cuenta. Esa mañana había tenido que rechazar la propuesta de Leia de ser algo más que solo amigos y la había rechazado precisamente por Jack. Ian siempre estaba tras él como una sombra a la expectativa disfrazado de su mejor amigo solo para estar cerca de la persona a la que quería y verlo de esa manera tan deprimido le partía el alma.

-Jack…-dijo cauteloso acercándose a él-Jack ¿Estás bien?

El mayor escondió su cabeza en sus manos en cuanto escuchó a Ian acercarse, no quería que él lo mirara de esa forma tan patético y tan destrozado, sin mencionar que no quería verlo con Leia, no necesitaba más decepciones por ese día.

-No hagas esto Jack

-Vete Ian… solo déjame solo –dijo con voz temblorosa

-¿Cómo me pides esto?- se sentó a su lado –no puedo verte de esa manera

-Es San Valentín, ve con Leia

Eso sí que era el colmo, Ian estaba harto de ese asunto tonto y sin sentido además de que ya no podía ni un segundo más así. Tomó las manos de Jack y las apartó de su rostro para tomar este entre sus manos y mirarlo a los ojos.

Los obscuros ojos marrón de Jack estaban enrojecidos además de tener una expresión de niño regañado. No pudo aguantar ni un solo segundo más, acercó su rostro hasta terminar en un suave beso.

Al separarse, se miraron a los ojos como si no supieran que es lo que había pasado y más aún Jack que se había sonrojado hasta las orejas.

-¿Qué pasó…?

-Acabo de besarte, tonto

-Pe…pero tú y Leia

-Jack, eres un completo idiota ¿lo sabías?-decía con una ligera sonrisa en sus labios-pero así te quiero

Esta vez fue Jack quien tomó la iniciativa, pasó una de sus manos por la cadera de Ian y lo acercó a él para besarlo de nuevo, esta vez más profundamente. Ese beso significaba que todo lo que había pasado había valido la pena, todas las dudas quedaron en el pasado porque finalmente estaban en donde querían estar, uno al lado del otro.

Claro que un simple beso no iba a calmar sus ansias, se necesitaban mutuamente y no había mejor manera que esa para demostrarlo, las manos de Jack jugaban en la espalda de su pareja que solo dejaba que su ahora amante hiciera todo lo que quisiera. Pero la repentina pasión no quitaba que estaban en los pasillos de la escuela y alguien podía verlos. Con cuidado, Ian rompió el beso y se separó de Jack para mirarlo de nuevo con una enorme sonrisa en sus labios, el mayor se había quedado con los ojos cerrados que fue abriendo poco a poco.

-¿Qué pasa?-preguntó muy bajito

-Estamos en los corredores de la escuela, no podemos hacerlo aquí

-¿Ha…hacerlo?-dijo sonrojándose más

Ian amaba ese lado tan vulnerable de Jack, le encantaba ver sus mejillas rojas y pensar que era su culpa pero sobre todo le encantaba ver que Jack había vuelto en sí.

-Vamos a un lugar más privado ¿te parece?

Jack asintió muy rápido y le dio la mano a Ian que lo guiaba. Los pasillos estaban desiertos, todos estaban celebrando en el comedor o en sus salas comunes además de una que otra pareja en los jardines y besándose en los pasillos pero estaban muy ocupadas entre ellos como para darse cuenta de Ian y Jack que iban de la mano buscando un lugar tranquilo. Pronto se encontraron con una puerta que no habían visto antes y sin pensarlo dos veces entraron ahí para encontrarse con un cuarto reducido lleno de escobas y artículos de limpieza, concluyeron rápidamente que debía ser el armario del conserje.

-Lamento haber perdido el partido-dijo Jack

-Deja de pensar en eso-le respondió empezando a besar el mentón del mayor

-Se supone que después de ganar el partido te declararía mi amor

Entonces Ian se quedó quieto y se separó de Jack para mirarlo con sorpresa, ahora era él quien se sentía tonto y culpable.

-Me gustas-dijo Jack-me encantas…

Y volvieron a besarse, rápidamente Jack reclamaba lo que era suyo tomando a Ian de la caderay acercándolo más y más. Pronto las túnicas y corbatas estaban en el suelo, Jack se había acomodado en este mismo mientras Ian estaba sentado sobre las piernas de su amante. Se besaban mientras cada uno se deshacía de lo que quedaba de ropa hasta solo estar en ropa interior.

Se besaban como si no hubiese un mañana, Ian comenzaba a mordisquear levemente el labio inferior de Jack hasta que en un mal movimiento le mordió muy fuerte provocándole una pequeña herida pero lejos de molestarle esto pareció sobre excitante y le siguió besando sin importarle que ahora sus bocas tenían un sabor metálico.

Ian estaba impaciente, comenzaba a frotar su sexo con el de Jack por sobre sus ropas, el mayor  estaba muy excitado, no pensaba muy bien y era eso mismo lo que lo hacía comportarse así. Ante las suplicas de Ian, Jack bajó su ropa interior empezando a masturbarlo lentamente mientras el menor gemía entre besos, aquel sonido era lo más hermoso que jamás había escuchado, incluso amortiguado por sus labios, no importaba.

Inesperadamente Ian comenzó a mudar sus besos de los labios de Jack a su mentón, luego a su cuello y más tarde ya estaba en su torso y su vientre y en cuanto llegó al nacimiento del vello púbico Jack se estremeció pero simplemente dejó que las cosas siguieran.

Ian por su parte, estaba ya desesperado y quería probar lo que Jack tenía entre las piernas y al quitarle la ropa interior se dio cuenta de que su amigo no lo iba a decepcionar. Comenzó suavemente a lamer primero los testículos de Jack haciéndolo soltar algunos suspiros ahogados. Esto le encantaba, tener el placer del mayor en sus manos (o su boca) era simplemente sobrexcitaste así que siguió adelante dando largas lamidas hasta la punta en donde ponía atención extra hasta que por fin lo metió todo a su boca provocando un gemido ronco directo de la garganta de Jack.

El muchacho movía su cabeza de arriba abajo lentamente mientras desviaba la mirada al rostro de Jack que estaba roja por completo y sus ojos estaban entrecerrados lo que le daba un aire más sensual. Poco a poco la velocidad iba en aumento y para hacer las cosas más interesantes a veces usaba los dientes dando leves mordidas.

-Espera Ian voy a…

No pudo terminar de decir nada, le llenó la boca se semen a Ian que no pudo retenerlo por mucho así que lo escupió a un lado pero aún le quedaban hilos de aquel líquido espeso chorreándole en la boca dándose un aspecto sucio pero definitivamente muy sensual.

-Lo lamento…-jadeo Jack

-No te preocupes-dijo limpiándose el semen con el antebrazo

Ian regresó a sentarse en las piernas de Jack y tomó su miembro entre sus manos para masajearlo y volverlo a poner erecto. Se daban besos apasionados y caricias superficiales mientras las manos de Ian trabajaban lo mejor que podían y no le tomó mucho tiempo para volver a tener  a su amante listo para seguir adelante.

-Ven aquí…-gruño Jack

Puso una mano en el trasero de Ian y le dio un apretón seguido de una nalgada que hizo eco para después volver a apretar y hacerlo alzar la cadera, aprovechó este momento para meter la punta de su pene en la entrada de Ian.

-Eres un tramposo-le riñó Ian

Y entonces de un solo sentón Ian metió toda la virilidad de Jack en su cuerpo siendo recibido por un gruñido ronco del fondo de la garganta de él. Jack sostuvo el trasero de Ian para darle mayor soporte y quedarse dentro. Ian se empezó a mover lentamente de atrás hacia a delante, había gotas de sudor que le caían por el mentón y terminaban en el pecho de Jack. Luego cambió el movimiento de cadera para subir y bajar rápidamente haciendo que su propio miembro se frotara en el estómago de Jack que no permitió que esto siguiera de esa manera y empezó a masturbarlo.

Pero eso era un poco aburrido, Jack regreso las dos manos al trasero de Ian y lo levantó para empujarlo suavemente, Ian sabía perfectamente lo que él quería así que se puso rápidamente en cuatro, alzando el trasero tentando a su compañero.

-anda… date prisa

A Jack se le hacía agua la boca y no lo pensó más, enseguida comenzó a estimular la entrada de Ian con la boca. Se ayudaba con las manos metiendo a veces uno que otro dedo para estimular más rápido, además de que hundía la cabeza lo más que podía para llegar lo más profundo que pudiese, después de todo lo que quería era darle el mayor placer a su acompañante.

-Eso es tan sucio…- susurró Ian con los dientes apretados- sigue así, así…

Los gimoteos de Ian solo alimentaban el apetito sexual de Jack que seguía cada vez más adentro moviendo la cabeza de lado a lado rápidamente, incluso deseo poder tener una lengua algo más larga aunque no era el único que pensaba de esa forma.

-Vamos Jack…-gimoteó Ian- tienes algo más largo que tu lengua

Una vez más hizo que Jack se avergonzara pero no le duró mucho porque también quería volver a hacerlo, el suave interior de su compañero lo esperaba y quería ir lo más pronto posible. Dio una última lamida que fue desde los testículos de Ian hasta su ano metiendo la lengua y moviendo un poco más.

Finalmente e puso en posición y de una sola envestida estuvo dentro de Ian una vez más moviendo sus caderas atrás y adelante muy rápido, a este punto los dos estaban ya completamente perdidos en las sensaciones.

Era increíble el giro radical que había dado la situación en un solo momento, Jack tenía los ojos cerrados disfrutando de ese sentimiento y esa sensación en su estómago que subía por todo su cuerpo dándole calor. De alguna manera no lograba terminar de comprender cómo era que eso estaba pasando, siempre había sentido algo muy especial por Ian y no había tenido el valor de decirlo antes y ahora, en ese lugar ambos estaban consumando sus sentimientos por el otro.

En cuanto a Ian, él también habría guardado silencio por culpa de las chicas que estaban siempre alrededor de Jack, pensaba que con ellas él no necesitaría un admirador que le estorbara pero nada de eso podía borrar su sentir y tampoco los pensamientos y deseos que ahora estaban haciéndose realidad.

El amor que sentían uno por el otro era más fuerte que muchas cosas sin importancia y ahora que estaban juntos las cosas les serían más sencillas.

-Ian… Ian estoy a punto

-Un poco más…-suplicó-aguanta solo un poco más

Jack entendió perfectamente que debía hacer algo así que se inclinó sobre el cuerpo de Ian y con una de las manos comenzó a masturbarlo para ayudarlo a llegar más rápido. El menor luchaba contra sus propios espasmos provocados por el placer, quería prolongar todo eso lo más que pudiera pero no le fue posible por mucho.

-Ah… Diablos…

Y con esto, Ian terminó en la mano de Jack que no se quedó atrás y pronto se dejó ir estando dentro de Ian. El menor ya no pudo sostenerse, las rodillas le temblaban y los brazos también además de que el semen de Jack comenzaba a escurrirle fuera del cuerpo.

-No te quedes ahí tirado Ian, debemos irnos antes de que alguien nos descubra

-Es… es fácil para ti decirlo-jadeo-no puedo moverme

-Al menos vístete y te llevaré cargando de regreso al dormitorio

-Déjame saborear el momento ¿no?

-Saboréalo en la sala común

-Pero ahí no voy a poder hacer esto

Con algo de dificultad, Ian se levantó y se abrazó al cuello de Jack para besarlo en los labios superficialmente pero entonces ya no hubo escapatoria para Ian porque Jack lo tomó por la cintura y profundizo el beso, quería saborear aquellos dulces labios y seguir tocando esa piel de porcelana, lo necesitaba y lo amaba profundamente. No necesitaba más, ahora estaba completo y feliz, ya ni siquiera recordaba el asunto del partido de quidditch  y todo por Ian que lo estaba haciendo sentir mucho mejor.

-Hay que vestirnos-susurró Jack sobre los labios de Ian

-¿Por qué? ¿No te gusta verme desnudo?

El talento de Ian de avergonzar a Jack había evolucionado a un nuevo nivel, ahora podía usar su sexualidad para divertirse más. El menor no pudo resistir la risa cuando vio el rostro rojo de su amante.

Ian le dio un beso casto en los labios a Jack antes de separarse y empezar a vestirse, seguramente nadie había notado su ausencia con tantas celebraciones alrededor.

-Tal vez aún queden algunos pasteles en el comedor

-¿Cómo puedes pensar en comida Ian?

-¿Qué? Tener sexo ilegal en el closet de la limpieza da hambre

Volvieron a besarse antes de salir del closet para encaminarse al gran comedor y como era de esperarse nadie se había dado cuenta de nada, ahí estaban todos celebrando y comiendo dulces azucarados hasta hartarse.

 

 

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Esa noche, cuando ya todos estaban bajo las sábanas, Ian se levantó a media noche sonriente y radiante como un sol, pasó la vista por todo el cuarto viendo a sus amigos durmiendo hasta que su mirada se detuvo en la cama de al lado, la cama de Jack.

Se puso de pie despacio para no despertar a nadie y caminó hasta la cama contigua en donde se sentó haciendo que Jack se despertara.

-¿Qué haces?-susurró adormilado

-Hazte a un lado

Ian alzo las sábanas y empujó con su propio cuerpo a Jack hasta estar bajo estas mismas frente a frente justo en la mitad de la noche cuando nadie podía verlos.

-Alguien puede vernos

-Eso que, nosotros solíamos dormir juntos todo el tiempo ¿lo recuerdas?

-Cuando estábamos en primer año

Jack sintió como Ian se acomodaba bajo las sábanas para acurrucarse en su pecho, él lo abrazó por la cintura sintiendo lo más que podía, le encantaba sentir ese calor que le daba su compañero. Entonces le dio un beso en la frente para regresar a dormir.

 

 

 

 

Notas finales:

Les reitero que si les ha gustado, pásen a leer la serie completa. Muy buenas noches y gracias por leer. 


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