Mui- Bou kiss.
Él era Akashi Seijuro, el heredero de una importante empresa en el país, era alguien bien parecido, rico... Importante en pocas palabras, pero había algo que aun a pesar de todo eso no había hecho y era besar a alguien.
Kuroko ya había besado a Momoi (por accidente claro) y Kise había tenido ya tantas novias que era realmente imposible contarlas; y si ellos ya habían podido besar a alguien él no debería sentirse inferior al no haberlo hecho. Es más, a su parecer debería alegrarse ya que Midorima ni Murasakibara lo habían hecho tampoco, por lo cual dudaba que alguna vez tuvieran la oportunidad de hacerlo y ni hablar de Aomine, no quería ni pensarlo si el ya lo habrá hecho con alguien.
Su boca dejó salir un suspiro cansado, no le gustaba nada hacia donde se dirigían sus pensamientos, a él realmente las relaciones humanas le parecían innecesarias y de gente débil, pero había hecho una promesa a su madre y una promesa con ella era sagrado,para él. Había prometido que la persona que mereciera su primer beso debería ser la persona que tocara su corazón de mil maneras y que le haría sentir cosquillas en la barriga... Tenia que admitirlo, su madre era una romántica y se lo había pegado a él.
Un último suspiro abandonó sus labios y con decisión se dirigió a los vestuarios, de todas formas tenia mejores cosas que pensar como por ejemplo el porque Atsushi lo estaba evadiendo desde hace una semana. Era el vice capitán y debía concentrarse, todos confiaban en él.
La práctica ese día era similar a cualquier otra que hubieran tenido: Atsushi y Shintarou habían discutido, Tetsuya había intentado detenerlos, la cosa se agravó aún más cuando Ryota y Daiki hicieron comentarios que ni al caso, para que finalmente el capitán se cansara de sus juegos y los obligara a todos a correr alrededor de todo el instituto. Si, había sido normal, pero había algo que le dolía y a la vez le molestaba de sobremanera con referente a la actitud del más alto del equipo para con él
El titán era para Akashi alguien especial de cierto modo que aún no lograba explicar, algunas veces fantaseaba que con él sus labios perderían la virginidad. Asi que Atsushi debería de dejar de ignorarlo por el bien de su salud mental.
Sin pensarlo mucho decidió seguir a su compañero, sabia que diario se detenía en el combini para abastecerse de Mau-bou o alguna otra chuchería que se le antojara.
-Aka-chin, deja de seguirme- mencionó aún con molestia en la voz cuando al salir de la tienda vio a su vice capitán recargado aun lado de la puerta con aire pensativo esperándole.
-Primero, necesito que dejes de ignorarme Atsushi-menciono decidido, pero lo único que obtuvo de su interlocutor fue una miraba enigmática, un bufido y sus pasos separándolos.
Por primera vez desde que tenía uso de razón Akashi Seijuro puso los ojos en blanco y siguió a su compañero de equipo, nadie le hacía un desplante a un miembro de la familia Akashi.
Atsushi daba un paso y él tenia que dar dos o tres para alcanzarlo o al menos mantener un ritmo adecuado para no perderlo de vista, hasta que finalmente se cansó y adelantando como pudo varios pasos, se plantó frente al más grande cerrándole el paso y encararlo, pero lo que no esperó (o tal vez si) fue que Atsushi se molestara de tal manera por haberlo seguido que sin pensarlo dos veces estampó la golosina que tenia en su mano sobre el rostro de Akashi, el cual quedó completamente sucio de golosina y con una expresión de incredulidad total.
Murasakibara bajó el rostro esperando el regaño, sabía que había hecho algo malo, solamente estaba frustrado por sentir cosquillas en el estómago cada vez que su pelirrojo compañero se encontraba cerca. Akashi se limpio el área de los ojos para poder observar a su acompañante y poder retirarse, asi que dio vuelta pero una mano grande y curiosamente grande atrapó su muñeca con una extraña suavidad, asi que se giró lentamente aguardando la disculpa básica que Murasakibara debía de decir.
Pero nada de palabras salio de es boca con sabor a caramelo ya que esta se encontraba demasiado ocupada en tomar sus labios con fiereza intentando limpiar estos de los restos de la golosina.
Si, este era como el primer beso que le había descrito su mamá hace tiempo, incluidas las cosquillas en la barriga, se alegraba que este fuera con Atsushi, ya que simplemente podía esperar que hubieran más primeros besos con la persona que tocaba su corazón en ese momento.