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Momiji por Samantha0507

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Notas del fanfic:

Los personajes de KNB NO ME PERTENECEN, son solo usados como diversion y sin animos de lucro.

Notas del capitulo:

Espero les guste, muchas gracias a la Kure por todo su esfuerzo en estas convocatorias, muchas gracias a quienes participan escribiendo, dibujando o leyendo, gracias por mantener el grupo activo.

 

Este regalito es para mi querida y antigua Beta Nohe!!! que estuvo de cumpleaños hace unos días, que la adoro mucho.

Murasakibara giraba en la sala como gato enjaulado, estaba molesto, como nunca había estado en su vida, no podía creer lo que sus ojos habían visto, una extraña irá le subía desde el estómago solo de recordar las imágenes que había presenciado.

 

Se dejó caer sobre el sofá de la sala sosteniéndose la cabeza, decir que estaba frustrado era poco, hasta algún punto se podía decir que se encontraba decepcionado.

 

Apretó los ojos esperando dejara de molestarle toda la situación, pero la imagen de los cuerpos tocándose sobre la cama, la imagen de esos cuerpos haciéndose suyos, pero es que a quien se le ocurría la brillante idea de hacer un video sexual, que acaso querían restregarle su relación en la cara.

 

Se sentía defraudado, luego de tantos años estaba perdiendo a su cerecita, tenía prueba entre sus manos de su pequeña cerecita ya nunca más sería suyo.

 

El tiempo no había pasado en vano y el gigante de Yosen ya se estaba en sus cuarentas, todo lo infantil que era en secundaria seguía siendo parte de él, su amor por los dulces incluido, pero en minutos como este, él era un hombre y sus ganas de partirle la cara al cierto pelinegro no disminuían, tenía ganas de matar al moreno.

 

Miró a la puerta de la habitación por la cual deberían estar por salir los culpables de su mal humor y su molestia, estaban en el segundo piso y por muy atlético que fuera el pelinegro no podría dejar de torcerse alguna parte al caer si trataba de escapar por la ventana.

 

El primero en aparecer fue el pelirrojo, quien traía el rostro cubierto de lágrimas, se había puesto pálido, parecía que perdería el conocimiento en cualquier momento, podía asegurar que su salud no era la mejor en ese minuto, seguido muy de cerca del pelinegro quien lo miraba de forma segura, pero no desafiante, de alguna forma sabía que le guardaba respeto y de alguna forma, algún tipo de cariño.

 

Murasakibara al percatarse trató de acercarse al más bajo, pero los brazos del muchacho con el lunar fueron más rápidos que los del mayor, el más alto oprimía el cuerpo del pelirrojo contra su pecho, dándole la fuerza y la estabilidad que le faltaba.

 

—Demonios. —Murasakibara se dejó caer contra el sofá nuevamente, tratando de relajar un poco el malestar que se le formaba en la boca del estómago, ya no sabía que lo molestaba más, sí el haber visto la escena anterior o el tenerlos frente a él, como si fueran una pareja de enamorados. — Me deben una explicación, necesito entender, ¿realmente creen que esto es divertido? realmente creen que esto no me iba a doler, se dan cuenta lo que nos están haciendo, somos, éramos una familia y ustedes se ponen a hacer esas estupideces.

 

El gigante realmente parecía furioso, era como que le salía humo por las orejas, sus mejillas estaban rojas, aunque podía verse un toque de tristeza.

 

Murasakibara no caía en la tristeza, en la perdida, en todo ese sin fin de emociones que están pasando por su pecho, por su cerebro, por todo su ser;  le picaban las manos por golpear al pelinegro, sentía que podía llorar y gritar, simplemente sacar de su interior toda esa terrible sensación que estaba pasando por él, era una mezcla de emociones demasiado grandes para él.

 

Estaba tan celoso, tan desesperado por todo lo que estaba pasando, no era justo, le estaban arrebatando aquello que tanto amaba, aquello que deseaba fuera solo suyo para siempre, ese pelirrojo era suyo y el del lunar  venía en plan de arrebatárselo, de quitárselo, el llevaba tantos años cuidándolo, protegiéndolo, amándolo y ahora como si nada ya no era suyo, no, nadie tenía el derecho a llevarse algo que amaba.

 

Las ganas de llorar se hicieron visibles en los ojos del gigante, quien simplemente nuevamente miraba el suelo.

 

—Nosotros…

 

— ¿Ustedes qué? — Akashi entró dejando la frase de su hijo a medias, Tatsuya y Shun seguían al emperador, volviendo todo repentinamente más tenso. —Issei me encontré con tus padres afuera, ellos me dicen que les pediste venir de forma urgente, Atsushi ¿qué está pasando?

 

Murasakibara miró a Momiji quien seguía estando rodeado por los brazos del hijo de su amigo, el parecido entre Tatsuya e Issei era increíble.

 

Issei se mantenía firme, incluso ante la fría mirada que  Himuro le estaba dando, Shun por su parte analizaba la situación, esperando encontrar un indicio de lo que su hijo quería hablar de forma tan urgente con ellos y con sus suegros.

 

Akashi se quedó en silencio, mirando el dvd entre las manos de su esposo, hasta que una idea pasó por la cabeza del más bajo, no tenía que sumar dos más dos, para saber que el mal semblante de su esposo y el rostro descompuesto de los menores podía significar.

 

—Díganme que ese dvd no es suyo. — Akashi se apretó el tabique esperando apaciguar el pequeño malestar que se acrecentaba con el paso de los segundos, esperando una respuesta no solo de los menores, sino una por parte de Atsushi también, pero ante el sonrojo de los menores fue fácil de deducir cual era el contenido de ese dvd.

 

—But…Issei, que demonios. —tanto Tatsuya como Shun se habían quedado perplejos, Himuro quería partirle la cara a su propio hijo, como se le había ocurrido la estúpida idea de hacer un dvd sexual, pensaba que su hijo era más inteligente. —nosotros te criamos de otra forma, no para hacer esas barbaridades.

 

—Papá lo siento. —un tono de tristeza se logró ver en el rostro del menor, Issei amaba a su padre y sabía que lo estaba decepcionando.

 

Pero antes de decir algo el instinto maternal del ojo de águila y del emperador les dijo que algo más pasaba en la casa.

 

—Momiji, hijo, tienes algo que decirnos. — Shun miró a su hijo, mientras Akashi hablaba, al parecer las cosas se complicarían un poco más.

 

—Yo…—Momiji dudaba un poco, el gigante por primera vez dándose cuenta de la posición en que Issei sostenía a su hijo, en como las manos de ambos se quedaban sobre el vientre del pequeño. —mamá, papá, lo siento, Issei y yo, no queríamos, pero solo paso. —el menor solo decía frases al azar, una tras otra. — estoy embarazado.

 

Nuevamente el silencio se llenó la sala, todos habían quedado perplejos, pero fue el gigante quien rompió el ambiente, ya que simplemente se puso de pie saliendo de la sala bruscamente.

 

— ¿papi? — la voz de Momiji sonaba quebrada, mientras los brazos de Issei lo apretaban un poco más.

 

Akashi se quedó en blanco, sin saber cómo actuar hasta que vio a su hijo deslizarse al suelo entre los brazos de un aterrorizado moreno, quien lo acunaba como podía en su pecho mientras lo movía suavemente, Momiji se había desmayado.

 

Miró a su lado, Shun se había acercado a los menores ayudaba a Issei para que recostara a Momiji sobre el sofá, por su parte Tatsuya estaba en silencio, procesando la escena, se mantenía al margen, pero con un extraño gesto en el rostro.

 

—Shun, cuidarías a Momiji, iré por Atsushi, Tatsuya…—

 

—Tranquilo, esperare a que vuelvas para que hablemos los cuatro. —Himuro no levantó la cabeza del suelo ni una vez, no miró a su hijo, a Akashi, a nadie, simplemente se acercó a uno de los balcones para poder tomar un poco de aire, mientras encendía un cigarrillo, Akashi miró las manos de Tatsuya, temblaban, las nuevas noticias lo habían sorprendido más de lo que cualquiera supondría.

 

La noticia los había conmocionado a todos de formas diferentes, notó como Momiji poco a poco recuperaba el conocimiento, Shun estaba con él, así que simplemente se alejó en busca de su esposo.

 

El cuarto que ambos compartían estaba en penumbras, pudo verlo sentado en el borde de la cama encogido, con la espalda curva, se encontraba Atsushi, ya no tenía el dvd entre sus manos, ahora simplemente sostenía la foto que descansaba generalmente sobre su mesita de noche.

 

—Atsushi…

 

—No quiero Aka-chin, se lo que vas a decir y no quiero, no me gusta, no quiero que se lleve a Momiji. —el emperador no se sorprendió de que Atsushi lo llamara por su apellido de soltero, después de todo siempre que el mayor tenía pena o miedo hacía lo mismo, lo que no se esperaba era una escena como esa por parte del gigante.

 

—Atsushi no crees que estas siendo un poco egoísta, Momiji tiene que hacer su vida.

 

—pero es pequeño, es mi cerecita, es el regalo de Aka-chin, no quiero darle mi regalo a nadie más, no quiero que nadie lo tenga, solo yo, ya se llevaron a mi princesa y ahora quieren quitarme a mi cerecita, a mi pequeño.

 

—Atsushi. — el pelirrojo se sentó a su lado tomando la mano del más alto, notando como las lágrimas se agolpaban en los ojos del emperador. — estas celoso, simplemente sientes celos de que ahora sea otro el hombre que cuide a nuestro pequeño.

 

—Claro que los estoy. — Atsushi hasta podía escucharse un poco ofendido, pero haciendo un puchero infantil. —no quiero perder a mi hijo, no quiero tener que compartir a mi cerecita, no quiero que nadie tenga a mi hijo.

 

— Atsushi amor, Momiji siempre será tú hijo, siempre será tú cerecita, ahora más que nunca necesita a su papi, nuestro bebé se convertirá en mamá. — fue con esas palabras que la voz del emperador se quebró, dejando salir un llanto desde el fondo de su pecho, iban a ser abuelos, las emociones habían terminado por ganarles la batalla.

 

—Sei-chin…

 

—Mi bebito, mi bebito ahora tendrá su propio bebé y su pancita crecerá, mi bebito creará vida en su cuerpo y…—gimió tratando de recuperar el aliento. —seremos abuelos. — el llanto se incrementó.

 

Los grandes brazos del gigante acercaron el cuerpo del emperador, miró su rostro bañado en lágrimas, los ojos de Akashi eran hermosos.

 

—Sei-chin, cuando Momiji nació prometí que lo cuidaría y lo amaría para siempre, que no dejaría que nadie le hiciera daño, sabes Sei-chin siempre sentí que Momiji era un regalo para mí, amo a Yukari, es mi ángel, mi niña, mi pequeña, Kari-chin es mi nena, pero Momiji es diferente, cuando lo miró te recuerdo tanto, me recuerda como era Aka-chin en Teiko, como me mirabas, como me cuidabas, incluso su voz se parece, tiene tú rostro, tu dulzura.

 

—Atsushi…

 

— ¿Seguiré siendo su papá? No tendrá nunca otro papá, no dejará de ser mi bebé.

 

—No Atsushi, ni aunque él tenga sus bebés dejaras de ser su papi. —se quedaron abrazados con una linda sonrisa en los labios, imaginando como sería ver a su pequeño traer una vida al mundo.

 

Atsushi estaba realmente celoso de que Issei Himuro se estaba llevando a su pequeño, pero en el fondo estaba agradecido, conocía a Tatsuya y su crianza, había sido estricto con el moreno, pero ante todo le había enseñado valores, conocía a Shun y todo el cuidado, los modales que el ojos de águila había inculcado en el menor y ante todo conocía a Issei, conocía el amor que el menor profesaba por su hijo, Issei amaba a su hijo y lo cuidaba como nadie lo podría imaginar, no había mejor candidato para estar con su pequeño.

 

Salieron del cuarto tomados de la mano, aun con cierta angustia en su pecho por todo lo que se le venía a su hijo ahora, Momiji solo tenía 16 e Issei estaba en su primer año de carrera, la vida se les complicaría de muchas formas.

 

Murasakibara se acercó a su hijo, Momiji lo miraba angustiado, aún estaba pálido y un poco débil por el desmayo, pero al sentir los cálidos brazos de su padre, simplemente se dejó llevar, el calor de su padre siempre había sido tranquilizador, siempre se sentía tranquilo entre sus brazos.

 

Shun alejó a su hijo dándole un poco de espacio a los brazos del gigante, el moreno menor estaba nervioso, pero  debía ponerse los pantalones y actuar como un adulto.

 

—Murasakibara-san. —Issei sabía que aunque amaban al bebé y lo cuidaría, había sido un error adelantarse de esa forma, por ende trató de actuar maduro frente a su suegro, dejando la cercanía que tenía con el gigante desde que llego al mundo de lado, estaba dispuesto a dejar la universidad por su pareja, incluso estaba preparado para recibir un golpe del gigante o de su padre, había abusado de la confianza de todos y se merecía una reprimenda.

 

—No Issei. —La voz de Atsushi era firme, por un segundo el pelinegro tembló, estaba asustado, una suave mano sobre su hombro llamó la atención del menor, Himuro le dio un suave apretón mostrándole su apoyo. — Sigo siendo Mukkun, después de todo ahora somos familia.

 

—Papi—Momiji gritó apretándose contra el pecho de su padre, el pelirrojo menor estaba sumamente contento, su padre los estaba apoyando y Himuro lo estaba haciendo a su manera también.

 

Tanto Shun como Akashi se quedaron al margen, observando como sus esposos se portaban como los mejores padres que podrían existir.

 

 

—¿Te imaginabas siendo abuelo tan joven? —Shun secó sus lágrimas. —Son tan pequeños, tengo miedo por ellos, fue tan difícil para mí, para Tatsuya, no quiero pensar en que Issei y Momiji pasen por lo que nosotros vivimos.

 

—Tranquilo Shun, ellos nos tienen a nosotros, ahora seremos una hermosa familia. — una suave sonrisa apareció en el rostro del emperador,  su familia crecía todos los días un poquito más.

 

 

FIN

 

 

 

Extra.

—Sei-chin— ya era de noche, había conversado toda la tarde de cómo serían las cosas ahora, su hijo y la familia Himuro se habían marchado muy tarde, cuando el cansancio ya había mermado en ellos.

 

—Dime Atsushi.

 

—¿Cómo le diremos a tú papi-chin que será bisabuelo? — El pelirrojo dejó caer lo que tenía en las manos, el recuerdo de su padre queriendo matar al gigante cuando supieron de su embarazo paso por su cabeza, ni siquiera quería pensar en la reacción de Masaomi, sería un gran caos, el pelirrojo se alegró de que Issei fuera veloz, le tocaría huir por un tiempo.

Notas finales:

Errores los arregolere sobre la marcha!!


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