Era un frío invierno, la nieve caía con delicadeza sobre la acera. Yo apenas tenía 9 años, pero recuerdo ese dia como si hubiera pasado ayer.
Mientras estaba en mi casa mis padres habían comenzado una pelea y eso para un niño de 9 años, bueno, no era lo mejor.
Tenia tanto miedo que salí corriendo de casa, hacia mucho frio afuera, pero no me importó y seguí corriendo. Llegue a una plaza cercana, fue en ese momento que lo vi por primera vez.
Al parecer me había quedado mucho tiempo mirándolo pues me miraba molesto.
—¿Que te pasa niño?—me pregunto mientras se levantaba del columpio—Niños de tu edad no deberían salir a esta hora.
En ese mismo instante pensé que eras el niño mas lindo del mundo, pero el inmenso frío borro ese pensamiento.
—Toma...—te sacaste la bufanda, para luego pasarmela—Se te nota bastante que tienes frío.
—Gracias...—te sonrei-Soy Park Jimin.
—Min YoonGi...—después de que me diera su nombre apareció un auto que se estaciono al lado de nosotros
—Entra inmediatamente YoonGi...—dijo una mujer asomándose por la ventana de ese auto—¿Que te he dicho de salir de la casa?
—Lo siento...—dicho esto entraste a ese auto, dándome un último vistazo y regalándome una sonrisa que jamás olvidaría.
Ya han pasado 10 años desde ese día, ese dia mis padres prometieron jamás volver a pelear en frente a mi y por momento lo han cumplido.
Recuerdo la segunda vez que te vi, yo tenia puesta tu bufanda. En esos momentos yo ya tenia 10 años y tu estabas en ese auto.
Había salido de casa por el simple hecho de que tenía que ir a comprar, fue entonces cuando un auto venia hacia mi, cuando paso al lado mio te vi y tu me viste.
Mi vista siguió ese auto, y una pequeña sonrisa se me formo al ver que el auto había parado y tu te habías bajado de el.
—Tanto tiempo sin verte Jimin...—me volviste a sonreir
—Señor tenemos que volver...—te dijo tu chofer, me miraste y sonreiste
—¿Quieres venir a mi casa?—me preguntaste mientras extendía tu mano.
—¿En serio puedo?—asentiste y yo acepte tu mano—Claro.
Me subi a tu auto para que luego llegáramos a tu casa, que el nombre casa le quedaba corto, pues era mas bien una mansión.
—No te sorprendas tanto—te reiste—¿Acaso nunca viste una mansión?
—Nunca...—respondí para luego abrieran la inmensa puerta y saliera esa mujer que al parecer era tu madre.
—Por fin llegas YoonGi...—luego me miro y sonrio—¿Quien es?
—El es Park Jimin...—me presentaste—Es un amigo
—Y yo pensaba que jamás conseguirías un amigo—para mi eso sonó cruel—Soy Min ShonLi, madre de este niño.
—Fue un gusto conocerla señorita...—me incline para luego sonreirle a mi nuevo amigo—Yo me tengo que ir, tengo que regresar a mi casa
—Si quieres te llevo...—me dijo YoonGi
—No es necesario...—me incline—Hasta luego.
Salí corriendo de ese lugar, me demore a lo menos una hora encontrar mi casa y al llegar me castigaron por no traer el pan.
Que viejos recuerdos, y pensar que ahora tengo 19 años. Aun recuerdo cuando te había ido a ver de sorpresa.
Había salido de casa, con permiso de mis padres por supuesto, y me dirigí inmediatamente a la tuya. Llegue rápido, pues me había aprendido el camino de memoria.
La reja estaba cerrada, así que toque el timbre y me atendió una mujer.
—¿Quien es?, ¿Que desea?—me preguntaron atravesó de ese parlante
—Soy Park Jimin...—respondí a la ligera pregunta—Y deseo ver a Min YoonGi
—Espere un momento...—se corto la transmisión, para que luego se abrieran las rejas—Puede pasar.
—Gracias...—dicho esto entre rápidamente, por el miedo a que se cerraran de la nada
Camine por un par de minutos hasta que llegue a la puerta principal, donde un hombre bien peinado y con traje me recibió.
—El Señor YoonGi lo espera en el salón—me dijo al parecer su mayordomo.
—Si... —camine por esa enorme mansión hasta que encontré el salón.
El salón era mas grande que mi casa, estaba adornado con un candelabro que tenia al parecer diamantes, habían sillones, que parecían demasiado caros para sentarme en ellos, las inmensas ventanas y un piano junto a ellas.
—Hola Jimin...—me saludaste al notar mi presencia—Ven, siéntate a mi lado.
Estabas sentado en el banco del piano, me hiciste un lado, que yo gustosamente acepte.
—¿Por que viniste?
—Solo vine a ver a mi amigo...—te sonrei—¿Sabes tocar?
—Si...—miraste el piano—¿Quieres escuchar?
—Me encantaria—dije emocionado
—Bien...
Dicho esto empezó una bella melodía, era realmente hermosa, tal pura, tal delicada, como si con la canción te estuvieras describiendo a ti mismo.
Fue en ese momento que te equivocaste de nota, se suponía que vendría una aguda y pásaste a tocar una grave. Retiraste tus manos con miedo, y miraste el piso desilusionado.
—Tocas hermoso...—te asegure, pero no levantaste tu mirada—Todos se equivocan.
—Pero...
—Como yo el otro dia—le interrumpi—En vez de comprar tomate, compre una manzana.
Me miraste, para luego reír. Inconscientemente empecé a reír contigo, realmente esos días contigo eran hermosos.
Aun estoy nervioso, se supone que hoy haríamos una travesura sin que tu madre supiera, pero todavia no llegaba la hora. Y pensar que este plan empezó hace ya nueve años.
Ir a tu casa ya se me hacia común, pues creo que pasaba más tiempo contigo que con mis demás amigos.
—¿Entonces nunca has salido de casa?—esa pregunta fue la bomba de todo mi plan
—No...—dejaste tu libro de lado—Siempre tuve una salud delicada, me enfermaba con el mínimo cambio de temperatura.
—Ya veo... —sonrei—¿Que te gustaría ver?
—El mar.
—¿Solo eso?
—Tambien me gustaría ver una lluvia de estrellas.
—Pero las puedes ver desde tu casa
—Siempre las lluvias de estrellas son demasiado tarde—suspiraste—Yo me tengo que acostar a las nueve.
—Tu mamá es una aburrida...
—Tienes razón...—te reíste ante mi comentario—Pero aun así, agradezco que me cuide.
—Es una gran mujer.
—También me gustaría tocar la nieve.
—Pues solo tienes que tocar tu piel... —me rei—Ya que tu piel es tan blanca como la nieve.
Desde ese día el invierno fue mi estación favorita, pues en esa estación te conocí y por qué la nieve que caía se parecía a tu piel.
Ahora vivía en un departamento, pues mis padres ya querían que me independizar y eso hice.
F—Bien...—dije viendo la hora—Ya es hora
Salí de mi departamento rumbo a tu hogar, ya eran las cinco de la mañana, en plena vacaciones de invierno. El clima no era perfecto para que saliera, pero si se abriga yo creo que podría funcionar.
Todo estaba apagado, nadie estaba despierto a no ser que tu ya estés listo. Retrocedí un poco, tome aire y salí corriendo para poder saltar la pared.
—¿Que haces?
—¿Me estabas esperando YoonGi?—le pregunte mientras me sentaba en la punta de la muralla
—Sin ti, ¿como quieres que cruce esta muralla?—me reí, lo mire y note que estaba demasiado abrigado, aunque creo que así es mejor—¿Me vas a ayudar o no?
—Claro, claro... —le entendí mi mano—¿Alcanzas?
—Obvio idiota...—me agarro la mano—Soy más alto que tú.
—Aun así... —lo tire hacia mi, mientras este dio un salto y así se sentó a mi lado—Te ves hermoso esta noche.
—Deja de bromear Minie—me sonrio—Ayudame a bajar
—Claro, claro... —baje por donde había subido y le extendí mi brazos—Salta a mis brazos princesa.
—Prefiero caerme...
—Que cruel...
YoonGi salto hacia mi, lo agarre antes de que tocara el piso, para luego bajarlo con cuidado, sonreí mientras agarraba su mano.
—Te voy a llevar a un lugar que te encantará...—dicho esto salí corriendo con él de la mano
—Oye Jimin no corras tanto...—se quejó como siempre lo hacia
Hace tiempo te volviste así, pues no querías mostrarte débil y que mejor manera que ser frío, pero conmigo se que no duras mucho con eso.
—Jimin escúchame...—frene derrepente, haciendo que el chocara con mi brazo—Avisa idiota...
—Estamos cerca...—lo sujete con más fuerza—¿Tienes frio?, ¿Te sientes bien?
—Tranquilo, estoy bien—empezaste a caminar—¿Donde estamos?
—Es un secreto...—le tape los ojos—Pronto amanecera y no quiero que veas la sorpresa.
—Bien, bien...—volvió a caminar siguiendo mis pasos—Si choco contra algo te mataré
—Claro~....
Caminamos por unas tres cuadras, hasta que llegamos donde quería. Estábamos en una playa, que ahora estaba llena de nieve.
—Justo a tiempo...—sonreí mientras le quitaba mis mano—Ahora puedes ver YoonGi.
Por un momento pensé que tus ojos se te saldrían. Por fin pude mostrarte lo que tanto anhelabas, por fin te pude mostrar el hermoso mar y que mejor que acompañarlo con un amanecer.
—Jimin tu...
—Lindo no...—sonreí—Quería mostrarte el mar como tu siempre quisiste
Un ruido sordo de hizo presente, desvíe mi mirada de ese hermoso amanecer hacia donde estabas tu. El miedo inundó mi mente.
—YoonGi no es gracioso...
Verte tirado en la nieve era mi peor pesadilla.
—Me habías dicho que estabas bien...—me agache y agarre su cuerpo helado para abrazarlo—Vamos YoonGi, háblame...
—Ji... min—te mire, el cuerpo que tenia entre mis brazos estaba tiritando, lo cual me asusto aun más.
Lo agarre en modo princesa y salí corriendo rumbo al hospital, no esperare a que un bus pare.
El aire me faltaba, mi pecho quemaba por la horrible falta de aire, pero no quería dejar de correr, mis pies ya no daban más pero tenia que llegar rápido al hospital.
—Maldición...—susurre
Apenas había llegado al hospital cuando unas enfermeras de me acercaron, bueno, de acercaron a YoonGi
—¿Que le paso?—me pregunto una de ellas.
—Se desmayó y luego empezó a tiritar...—le respondí mientras recuperaba el aire
—Traigan una camilla, el señor Min YoonGi se desmayó—dijo la enfermera
Todo pasó en cama rápida, de repente la camilla ya había llegado, se llevaron a YoonGi dejándome solo en la sala de espera, el miedo volvió y la desesperación no era menor.
Tuve que llamar a su madre, la cual me grito enojada o tal vez era decepciónada, o las dos igual podían ser.
—¿Donde esta mi hijo?—me pregunto al llegar
—En revisión...—le respondí sin mirarla
—Gracias...—esas palabras eran las que menos me imaginaria escuchar—Me dijieron que llegaste corriendo a aquí...
—Fue mi culpa que llegara aquí...—la interrumpi—Yo lo siento, solo quería mostrarle el mar y... y...
—Tranquilo Jiminie—me abrazo—No es la primera vez que pasa, estará bien
—Familiares de Min YoonGi—dijo el doctor que atendía a YoonGi
—Nosotros...—respondió la tía ShonLi mientras me abrazaba
—Pueden pasar a verlo...
Dicho esto la tía me agarro de la mano y camino conmigo hasta llegar a la habitación de YoonGi.
—Con permiso—dije mientras entraba, fue entonces que lo vi, apenas escucho mi voz abrió los ojos—Hola YoonGi
—Hola Jimin...—su voz apenas se escuchaba
—Mi niño...—la tía fue rápidamente a abrazarlo, yo igual lo hice, pero espere a que ella lo soktara—Me tenias preocupada
—Lo siento mamá—dijo mientras yo terminaba el abrazo
—Idiota...—le dije mientras bajaba la mirada—Te pregunte si te sentías bien, me mentiste.
—Lo siento Minie...—siempre usando ese sobrenombre para que no me enoje con él—Pero quería ver tu sorpresa.
Me puse a llorar, el susto de mi vida había pasado y él está sonriendo lo más feliz de la vida, mire a la tía porciacaso estaba molesta por que estaba llorando, pero era todo lo contrario, estaba sonriendo, mire a YoonGi y este extendió su mano para secar las lágrimas.
—Tanto te afecto mocoso...—se rió—Solo me desmayé
—A la mitad de la nieve.
—Gracias por estar junto a YoonGi—me dijo su mamá—Aun así, ambos están castigados por salir a escondidas.
Todos nos reímos, realmente era agradable estar en familia, fue entonces que recibí una llamada.
—Hola... —conteste sonriendo
—¡Jimin!—retire el celular de mi oído por el grito, realmente molesto—¿Como te fue?
—Estoy en el hospital...
—¡¿Que paso?!—pregunto preocupado
—Tranquilo Tae...—me rei—Nada grave.
—Que alivio...—escuche su suspiro—Mandale mis saludos a YoonGi... espera... Kookie igual le manda saludos.
—Claro, mandale saludos a Kookie—de nuevo juntos—¿Que hace en tu casa?
—Yo estoy en su casa...—me respondió feliz—Me invitaron a cenar y de paso me quede a dormir.
—Bien, adiós Tae.
—Adiós Jimin.
Dicho esto corte la llamada, gire hacia YoonHi que me miraba esperando a que le digiera quien me llamo
—Fue TaeTae...—le dije sonriendo—Él y Kookie te mandan saludos y ánimos para que te mejores.
—¿Kookie?—pregunto la tía confundida
—Jeon JungKook...—le dije su nombre completo—Es el novio de Tae, mi amigo raro.
—¿Los que fueron la otra vez a la casa?
—Ellos mismos...—sonrei
Un día había llevado a mi cinco amigos a la casa de YoonGi, al principio se comportaban nerviosos, pero después se soltaron y empezaron a bromear. Nos volvimos grandes amigos los siete, desde ese día siempre visitaban s YoonHi cada vez que podían.
•••
Ya han pasado dos días desde lo ocurrido, y todos había ido a ver a YoonGi, incluso Jin el que estaba mas lleno de pruebas de nosotros seis, pues YoonGi no iba a la universidad.
Esta noche era especial, pues tenia algo que mostrarle a YoonGi, pero esta vez no lo sacaría del edificio. Pedí permiso al doctor para quedarme, me costo un poco pero lo logre.
—Hola YoonGi—lo salude mientras entraba a su habitacion
—Se supone que la hora de visita había terminado...
—Me dejaron quedarme...—me senté a su lado—Tengo algo que mostrarte.
—No puedo salir de la camilla...
—No es necesario que salgas...—revise la hora—Todavía falta, ¿Quieres jugar a algo?
—Tengo 21 años, ya no soy de juegos.
—Pues te canto entonces...—tosí para que supiera que iba en serio y empecé a cantar.—Tierno conejito, ¿donde estas?...
—No me cantes canciones infantiles—dijo mientras me tiraba su almohada—Regresa mi almohada.
—Quitámela.—dije mientras le mostraba la lengua
—Por favor Minie.
—Esta bien...—suspire, siempre me ganaba con esa cara—¿Te sigo cantando?
—No gracias.—respondió enseguida
Estuvimos hablando durante dos horas, fue entonces que me acerque a la ventana y la abrí de golpe, mostrando la sorpresa que le iba a dar a YoonGi.
—Esas son...
—Te presento la lluvia de estrellas...—le sonrei
—Hermoso...
Tu eres lo mas hermoso que he visto, pero jamás me atrevía a decírtelo. Sonreí con ternura, tu cara de asombro por ver algo nuevo me encantaba.
—Te amo. —dije sin más
Tu me miraste fijamente, revisando su mentía o no, pero yo jamás le mentía, jamás.
—Ya te he dicho que no es gracioso.
—No es una broma YoonGi...—me acerque a él y puse mis manos en sus mejilla—Te amo Min YoonGi y siempre lo he hecho.
Apoye mi frente con la tuya, para luego cerrar mis ojos, no quería que ese contacto se fuera. Fue en ese momento que sentía algo húmedo tocar mis manos, abrí mis ojos y te vi llorando.
—Yo igual te amo Park Jimin y siempre te he ama...—no te deje terminar, pues cerré ese hermoso momento con un beso tierno, que fue correspondido por ti inmediatamente.
Nos separamos y nos quedamos viendo, sin separar nuestras frentes, tus mejillas estaban tan rojas que me daban ganas de apretarlas, pero arruinaría el momento.
—¿Te quedaras a mi lado?—me pregunto de la nada—Aunque vuelva al hospital.
—Estaré contigo, estaré contigo aunque tu ya no quieras más mi compañía, estaré contigo todo el resto de tu vida, jamás te dejare.
—Se mi novio Jimin.
—No era necesario decirlo. —lo bese—Obviamente seré tu novio, y tu seras el mio.
—Te amo Jimin.
—Yo igual YoonGi...—sonrei—Y prometo siempre estar a tu lado
—Siempre a tu lado.