2. – I’ll give you what I cannot take away with me
_ Bruce… Quiero hacerte el amor
El murciélago trata de comprender la magnitud de esas palabras. Piensa para sí mismo:
_ ¿Ah? Eso… es…
_ ¿Cómo?
_ ¿Acaso es una broma?
Kal El no lo suelta, esta aferrado, no lo está lastimando, pero le incomoda dicha confesión.
_ ¿Hacerme el amor?
Como si esas palabras su cerebro las estuviera razonando con lentitud.
_ ¿Hacerme el amor?
No es una doncella virginal que tenga que sonrojarse por tan atrevida petición, pero es su compañero de trabajo, ambos son hombres. ¿Qué ha hecho para que el hombre de acero piense así de él? De todos jamás lo creyó de Superman. Le da unas palmadas en el hombro izquierdo, al mismo tiempo trata de calmar su acelerado corazón, con voz que aparenta estar tranquilo y que nada le perturba responde.
_ Vamos… tenemos que revisar tu cabeza, insisto alguien te golpeo con Kriptonita.
Y si nadie lo ha golpeado, él lo haría hasta que razonara lo que le está pidiendo.
Varias preguntas vienen a su cabeza, pero todas son bloqueadas al sentir como una de las manos del súper hombre se desliza de la espalda a la cintura, es cuando se da cuenta que cualquier intento por huir será en vano, solo le queda confiar, que todo sea una pesada broma de su amigo. Pero ¿Qué sucederá después? ¿La broma se la tomara tan mal como la petición que escucho? No está para eso, pero si lo que desea es cierto…
_ No puede ser…
Murmura para sí mismo olvidando de que su compañero tiene súper oído y lo ha escuchado con claridad al igual como todas sus funciones vitales lo delatan.
_ Bruce… No… no te hare daño, no es mi intención… pero…
Lo estrecha hasta tocar los pectorales con los suyos, Bruce siente ese contacto, instintivamente trata de empujarlo, pero es inútil, es como si tratara de mover una puerta de acero de varias toneladas. El silencio de la Atalaya no ayuda en nada, sus sentidos están en alerta, escucha el murmuro de esa voz que se torna sensual, todo su ser se estremece,.
_ Pero… es lo que en realidad deseo…
Bruce cierra los puños con fuerza sobre ese poderoso pecho que lo tiene entre la espada y la pared, ambas pelvis se frotan en un movimiento involuntario donde sin desearlo se desbordan un sinfín de emociones de incertidumbre y miedo.
_ Miedo…
Rabia por su ingenua confianza, no puede aceptar que tiene miedo, no puede, pero su cuerpo lo traiciona, en realidad esta temblando. Clark sonríe con pesar al comprender que tal vez fue un terrible error, un impulsivo error.
Invadir el espacio de Batman es una falta de respeto, pero que este confíe y te muestre afecto como lo hizo hace un momento y pagarle con aprovecharse, es la peor traición. Pero no hay vuelta atrás a confesado sus oscuras intenciones a la persona que ama, aproxima su rostro hasta la mejilla pálida para acariciarla con sus labios hasta llegar al oído, susurra.
_ Hace mucho te deseo
El esfuerzo sobrenatural que hace, la lucha interna que lo carcome, está paralizado, la magnitud de esas palabras su cerebro las procesaba con una lentitud que no comprendía, nunca había pasado por eso, todo era pensar rápido, ser astuto, reaccionar de una manera inmediata, todo esto lo tenía fuera de lugar. Lo odia como odia sentirse indefenso, el coraje, la impotencia al comprender hasta donde había confiado en Superman.
_ No…
Golpea ese muro de acero con el puño cerrado consciente de que no lograra nada, el súper hombre se siente culpable, el placer morboso que le causa dominar a Bruce, como un corcel salvaje que no se dejara montar, Batman es así, ambas identidades son seres que no se doblegaran ante nada ni nadie y la prueba está aquí, entiende cual será el siguiente movimiento del caballero de la noche.
_ Kriptonita…
Toma ambas manos de las muñecas, el movimiento rápido y brusco provoca en el murciélago un dolor en el costado, lo soporta no va mostrar debilidad, aprieta los dientes mostrando una feroz mirada a su compañero que había escuchado el crujir de sus costillas.
_ ¡¡Te dije que no te hare daño!!
Olvidando el dolor, grita:
_ ¡¡Parece todo lo contrario así que suéltame!!
Es liberado, a paso rápido y sin mirarlo, el murciélago se dirige hacia el tele transportador da la última coordenada, la maquina se enciende, antes de ser trasladado a su ciudad, Superman vuela hacia él, lo besa sin aviso, no le da oportunidad de alegar, obliga que la boca de Bruce se abra para invadirlo con su lengua, el corazón se acelera más de lo normal, pero en ese mismo instante desaparece, la maquina lo traslada a Gotham dejando a Clark con el sabor de esos labios que tanto desea, sonríe.
_ No me voy a rendir…
Serás mío tarde o temprano.