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Uno cambia para bien si es con la persona correcta por Kiryuu Mayuki

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Notas del capitulo:

Hallo! este es un nuevo fic Cherik, jejeje bueno, esto se me ocurrió cuando escuche de ZZ Top "Bad to the bone" no sé pero me inspiró a hacer el fic, aunque la historia no tiene mucho que ver con la canción XD. Bueno, el titulo se basa en las malas experiencias que vi de mis amigos, y ahí me dije, "uno puede cambiar para bien si es con la persona correcta" y de ahí Bam! el fic XD, Bueno no los distraigo más.

 

Enjoy.

 

Disclaimer: Las películas de X-Men no me pertenecen, ni tampoco los personajes (empieza a escuchar música corta venas) Pertenecen a sus respectivos creadores, es un trabajo sin fin de lucro.

 

En esta historia, los mutantes aceptados después de arduas peleas (tal y como la aceptación del matrimonio homosexual) Esta historia toma lugar en Westchester.

 

* = Conversaciones telepáticas

Capítulo 1: Changes

 

Gemidos desaforados, gritos de placer de una sola persona y movimientos frenéticos piel contra piel, uno que otro objeto empezó a moverse por todo el temblor, la cama se quejaba del salvajismo, pero al poco rato todo termina.

 

Un hombre de cabello castaño claro y piel blanca se levantó de aquella cama ajena, el muchacho con el que había estado había caído dormido al minuto de haberlo hecho. Cuando el hombre terminó de vestirse se marcha inmediatamente del cuarto sin decir adiós o un beso como hacen los amantes. Se subió a su motocicleta y arranco sin mirar atrás.

 

Ya eran las tres de la mañana cuando llegó a su casa que se encontraba en una zona casi desierta, su morada era pequeña, pero el jardín era lindo, a su madre le gustaba mantenerlo así, al estacionarse, seis perros grandes fueron a saludarlo, les acaricio dándoles una sonrisa amable y se fue directo a su habitación a dormir antes de que amaneciese y tuviese que ir a dar clases.

 

Se levantó automáticamente a las seis, bebió su café tinto con tostadas preparo la comida de sus canes; que consistía más en sobras y uno que otro ingrediente más, ponerla en platos de latón individuales de tamaño grande, llamar a sus mascotas, se alisto y se marchó directo a la escuela donde impartía clases de física.

 

La secundaria 801 (1) era una escuela renombrada por la preparación de sus alumnos y la capacidad de sus educadores, tanto mutantes como no mutantes tenían una relación armoniosa después de años de lucha para ser aceptados, y, aunque había gente que no lo aceptaba de manera rotunda, ya era muy poca.

 

Al llegar y se encontró en el camino a uno de sus mejores amigos que también manejaba una motocicleta, Logan Howllet, el maestro de historia, un mutante con la habilidad de sacar garras metálicas del dorso de sus manos, un sujeto rudo y serio, congeniaba bien con Erik a pesar de no ser partidario del ajedrez u otros libros que no sean de historia.

 

- Debo suponer que esa marca en tu cuello no lo hicieron los mosquitos - dijo señalando la marca para evitar que hicieran comentarios al respecto, aunque parecía divertido.

 

– Fue lo de siempre.

 

– Hablas como una prostituta - dijo entrando con él al recinto.

 

– Seria gigolo en todo caso, y yo solamente disfruto de otra persona luego de eso me marcho, nada más, nada de sentimentalismos - dijo mientras entraban a la sala de profesores.

 

Esa era la vida de Erik Lehnsherr, de lunes a viernes dar clases, sábado; ir a ver a su madre al cementerio, salir con amigos o acompañar de compras a las amigas a las que no podía decir no, corregir exámenes o tareas, reparar maquinaria, y uno que otro domingo beber tranquilamente ligarse a un chico (a pesar de no ser un Don Juan, pero siempre funcionaba), cogérselo y marcharse antes que sean las tres de la mañana.

 

Algo que se había hecho un habito, sólo que el último era un muy mal habito y tal como lo había dicho el hombre, nada de sentimentalismos, un "¿Te llamo luego?" o "Eso fue bueno", ni siquiera había conversaciones de cama, él se marchaba antes siquiera de preguntar de manera apropiada el nombre de su amante de un par de horas, además que jamás se había sentido atraído por sus amantes que no sea estrictamente física, bueno no hasta el momento.

 

– Buen día chicos - saludó una chica de cabellos rojos, ojos color miel y piel color azul marino, acompañada de una mujer rubia de ojos azules.

 

– Buenas Raven, Emma - dijeron al unisón y las chicas se sentaron justo al lado del castaño, la chica pelirroja lucia muy feliz.

 

– ¿Algo muy bueno para contar? - inquirió Logan.

 

– Sí, no dejó de hablar de ello todo el camino a la escuela, ya no le recogeré - dijo Emma que siendo una mujer muy hermosa era de un carácter completamente diferente.

 

-Pues sí, alguien muy especial será el profesor substituto de biología.

 

– Es ese tipo Hank - respondió el castaño claro, se refería a un gran amigo de la chica quien ella quería mucho.

 

– No, no es Hank, el aún está haciendo sus papeles de la universidad, es...

 

– Shh, el director - señaló Erik a un hombre viejo de constitución grande y con una muy obvia entrada.

 

-Buen día colegas, hoy nos acompañara por estos tres meses un nuevo maestro de biología, ya que la maestra de biología sigue en recuperación de su estado emocional.

 

– Fuiste tú ¿Verdad? -rió Emma, en seguida Logan y Raven miraron a su compañero señalándolo de manera obvia como culpable de lo sucedido ignorando la presentación.

 

– No me miren yo no le hice nada - dijo en voz baja – No me no me acosté, no me acuesto, ni me acostaré con ninguno de mis compañeros de trabajo...

 

– Bueno, les presento al profesor Charles Xavier - el director presentó a un hombre de cabellos castaños, ojos increíblemente azules y una boca de un tono rojo demasiado tentador.

 

– Claro hasta ahora - dijo manteniendo la seriedad pero con una mirada coqueta al nuevo quien se había girado a verlos, para de inmediatamente ser pisado por Raven, obviamente el castaño claro hubiera hecho un gesto de dolor por la agresión pero no quería mostrarlo así que solo frunció su ceño y miró con ojos inquisidores a su amiga.

 

– Buenos días, soy Charles Xavier, un gusto - se presentó el muchacho con mucha educación, y una linda sonrisa.

 

Erik simplemente asintió el saludo sin decir palabra alguna, pero igual quejándose internamente por el pisotón.

 

***

 

– Bienvenido señor Xavier, ellos serán sus colegas, si necesita ayuda estaremos más que felices en ayudarlo - dijo el hombre sonriente a la cual el chico sonrió de igual manera.

 

Toco la campana para entrar a las aulas, cuando todos los maestros se retiraban, Raven fue a abrazar al hombre.

 

– Charles estoy muy feliz de que trabajes aquí -sonrió la chica.

 

– No pensé que vendrías a trabajar a una escuela como maestro suplente -dijo Logan estrechando de forma amistosa al otro, los otros dos se había marchado ya que ellos eran en extremo puntuales.

 

– Bueno es que solo será por este lapso ya que después iré a dar clases a la universidad -sonrió mientras veía de un lado a otro buscando a los otros amigos de Raven -¿No estaban con otros?

 

– Sí, son nuestros amigos, pero tienen una manía con llegar a tiempo, así que se van antes que todos siquiera se levanten de sus asientos -rio la chica de ojos miel -En el almuerzo te los presentare, primero te llevare a tu clase -dijo yendo del brazo con el muchacho a quien consideraba su hermano mientras se despedía del otro hombre quien iba a su clase.

 

Cuando pasaban por las aulas los profundos ojos azules de Charles se posaron en un hombre que escribía formulas en la pizarra, era alto de porte imponente, y daba una explicación a sus números, cuando este lo volteo a ver no hizo gesto alguno solo se dio la vuelta.

 

La mujer de piel azul miraba a su hermano con extrañeza y algo de miedo, fijarse en ese hombre no era buen presagio.

 

Charles llego a la clase, se presentó como se debía ante los estudiantes, e impartió una clase muy buena, los alumnos habían tomado atención a todo lo explicado, aunque otro motivo era que el maestro era muy guapo.

 

Para la hora del almuerzo todos se encontraron, excepto uno.

 

– Muy bien, ella es Emma Frost - dijo Raven a la chica rubia de antes.

 

– Un placer cariño, soy Emma, la maestra de química - sonrió de forma coqueta al nuevo -y sí, soy mutante, telépata como tú.

 

– Increíble - dijo el chico de cabellos castaño con una amplia sonrisa.

 

– Sí, hay algunos de los nuestros aquí, como Raven, Logan, tú, yo y Erik.

 

– ¿Dónde está Erik? - pregunto Raven.

 

– Donde siempre, sabes que no es de los que le gusta estar en contacto con la sociedad, comió algo y se fue.

 

– ¿Erik?

 

– Sí, Erik Lehnsherr, el maestro de física, no viene muy seguido a comer con nosotros, es bastante solitario.

 

No sabía quién era, ni como lucia, pero le parecía un sujeto interesante. Ya después preguntaría mejor, quizás lo vería en las aulas, cuando la campana sonó, todos se retiraron, Charles se dirigió a los sanitarios gracias a las indicaciones de Logan. Lastimosamente no recordaba como volver a su clase. Genial, se había perdido.

 

Camino sin rumbo por los pasillos, pero nada, y sentía mucha vergüenza de preguntar. Hasta que se topó con alguien quien estaba por entrar a un aula. Un hombre de ojos color verde grisáceo, si se podía dar esa definición a esos ojos tan fríos y profundos, cabello castaño claro, bastante alto de piel blanca y porte frívolo, serio, altivo, alguien no proveniente de América, sino de ¿Alemania? Era el mismo hombre que había visto al ir a su clase.

 

– ¿Esta perdido? -pregunto el hombre, había sido muy fácil saber que estaba perdido, ya que su cara de angustia lo decía todo.

 

– E-eh, pues sí, estoy perdido, es que es mi primera clase y...

 

– Oh, tu eres el nuevo maestro - dijo serio – Muy bien, creo poder acompañarlo a su clase -dijo mirando serio el pasillo y giro su rostro hacia su clase -Hagan los primeros ejercicios de la página 120 volveré de unos minutos -y cerró la puerta y empezó a caminar -¿No quería ir a su clase?

 

– S-Sí - dijo el castaño yendo detrás del más alto, cuando llegaron al aula el hombre se despidió del más bajo y se marchó rápidamente a su clase.

 

– Profesor ¿Por qué llego tan tarde? - pregunto una alumna

 

– Bueno, tuve un percance al llegar y otro profesor me ayudó - dijo tranquilo evitando evidenciar que le habían guiado a su aula por que se había perdido.

 

– ¿Habla del profesor Magneto? - dijo otro.

 

– ¿Magneto?

 

–  Sí, el maestro de física, bueno le decimos Magneto por sus poderes, pero en realidad se llama Erik Lehnsherr.

 

Así que había sido ayudado por el hombre solitario del que hablaba Raven.

 

***

 

Cuando el profesor de alias Magneto a su aula de clase, todo estaba tal y como había dejado, muy bien, era uno de los maestros a los que no era nunca una buena idea desobedecer.

 

Aun pensaba en esos bonitos ojos azules del profesor nuevo, pero inmediatamente se olvidó del tema y continúo con su clase.

 

Cuando acabo la jornada, el maestro se despidió de Logan quien tomo su motocicleta y se marchó, pudo divisar que estaba el nuevo esperando que Emma y Raven saliera de su charla con el director acerca de las actividades de la escuela, no tomo importancia, se subió a su motocicleta y cuando estaba listo para arrancar....

 

– Ehm profesor Lehnsherr - alcanzo a decir, logrando que se detuviera y lo mirase -Gracias por lo de hoy, sin su ayuda pues...

 

– No hay problema - dijo tranquilo volviéndose a poner el casco – Pero deberá conocer la escuela para evitar perderse de nuevo. Bueno nos vemos - se despidió y se marchó.

 

Tal vez había sido algo frío, pero era un tipo que no podía con su carácter, además así sus amigos lo conocieron frío y serio.

 

Vio la hora y creyó que era un buen momento para ir al Diablo Rojo.

 

***

 

Cuando Charles se despidió de ese hombre no quiso entrar en su mente, le parecía algo descortés, pero no pudo con la curiosidad, sólo quiso ver un poco, muchos de ellos no eran recuerdos felices, casi la mayoría era envueltos en el sentimiento de soledad.

 

No pudo evitar pensar en esos ojos de nuevo. Salió de sus cavilaciones cuando su hermana lo despertó.

 

– ¿Charles estas bien?

 

– Sí, estoy bien.

 

– Los alumnos dijeron que te habías tenido un problema y Erik te ayudó.

 

– Pues sí, tuve un percance y él muy gentilmente me ayudo eso es todo.

 

La pelirroja decidió no preguntar más y se marcharon en el auto de Emma quien no había dicho nada y sólo veía a Charles con ojos picaros.

 

Pasaron tres semanas rápidamente, y todo marchaba bien, ser telépata le ayudaba mucho con sus alumnos adolescentes, y en lo que respectaba al resto de los maestros tomo marchaba bien, claro excepto con Erik, no era que se llevasen mal, pero la relación era muy seca, sus alumnos y amigos le había dicho que no era de los que uno se hacía amigo fácilmente, era un hombre muy difícil.

 

Casualmente un día de la semana tenia libre entre horas, así que podía conocer mejor el lugar ya que aún faltaba mucho para conocer, había un lugar en especial que quería conocer. La biblioteca.

 

Cuando llegó, notó que era un lugar grande, había libros de todo tipo en enormes repisas, en la zona de juegos había un tablero de ajedrez, eso le gustó, el ajedrez era su juego favorito, y fue entonces cuando lo vio, estaba jugando solo una partida, se veía concentrado. Tal vez...

 

– Ejem - carraspeo llamando la atención del maestro – Profesor Lehnsherr ¿Puedo acompañarte en su partida? - dijo en un tono amigable, el otro sólo lo miro fijamente.

 

– ¿Juegas?

 

– Sí bastante.

 

– Te lo advierto, soy muy bueno - dijo en un tono arrogante, lo cual era verdad, hasta el momento nadie le había ganado en una partida.

 

– Entonces mucho mejor - sonrió confiado mientras se sentaba en frente de él. Acomodaron las piezas y el juego comenzó, era excitante, ambos usaban todo tipo de estrategias en el juego, hasta que...

 

– Jaque mate - dijo uno con júbilo y el otro sorprendido de haber sido derrotado, era una mezcla de enojo y pura satisfacción de haber tenido una buena partida.

 

– Pues te felicito, no me habían ganado hasta ahora - sonrió de forma sincera, en la que mostró su fina y al parecer filosa dentadura, le pareció linda.

 

– ¿Aún hay tiempo para otra? tengo tiempo para una más, claro, si le parece.

 

– No veo porque no - dijo con aire de desafío y continúo otra partida, esta vez sí hubo conversación.

 

– ¿Quién le enseño a jugar? - dijo moviendo el caballo.

 

– Nadie en especial, donde viví por años jugábamos esto cuando nos aburríamos -dijo mirando sus piezas hasta mover una – ¿Y usted?

 

– Mi padre, el me enseñó absolutamente todo, le tome interés y bueno -sonrió el hombre. Seria sencillo saber más de Erik, podía leerle la mente si quisiera, pero eso no estaba bien, ya lo había hecho la otra vez y se sintió culpable de ello, odiaba usar su telepatía en otras personas sin su consentimiento, así que lo haría a la antigua.

 

Las piezas seguían en movimiento.

 

– Disculpe pero, ¿Por qué sus alumnos le llaman Magneto?

 

– Por esto...-dijo haciendo flotar una moneda en su mano y haciéndola jugar entre sus dedos – Puedo mover objetos metálicos a voluntad.

 

– Fascinante...

 

– ¿Y su habilidad?

 

– Pues soy telépata - dijo mirándolo pero rectifico al instante – Pero no use mis poderes para ganar en el ajedrez, lo juro.

 

– Confió en su palabra - dijo con una mirada entre divertida y algo seria, pero le causaba risa que el hombrecito diera explicaciones a su victoria, en si había sido más ternura, pero descartó la idea al instante.

 

Después de un rato obtuvo su venganza, ganó Erik. Si bien Charles era un poco mal perdedor en el ajedrez esta vez no se enojó, encontrar un igual era satisfactorio.

 

Ya era hora de irse a sus aulas.

 

– Deberíamos jugar más seguido - dijo el alemán.

 

– Sí, suena bien - sonrió saliendo de la biblioteca cuando ambos se toparon con cierta mujer eternamente vestida de blanco.

 

– Hola Charles, hola Erik - saludó con una sonrisa inocente, opuesto a sus pensamientos -Charles, Raven te anda buscando, ve antes de que comiencen tus clases.

 

– Gracias Emma, nos vemos profesor Lehnsherr.

 

– Deja ya las formalidades, me hace sentir viejo, sólo dime Erik - dijo sin emitir sentimiento alguno.

 

– Está bien, sólo si tú también me llamas Charles - sonrió algo apenado por lo dicho.

 

– Ok, nos vemos luego Charles.

 

– Bueno nos vemos Emma, Erik - y el hombre se marchó.

 

–* "Deja ya las formalidades"* - repitió la chica telepáticamente yendo detrás de su amigo quien también había emprendido marcha –  *"Me hace sentir viejo"*

 

– *Basta Emma.*

 

–* "Solo dime Erik"* – dijo a través de su mente con tono de burla, ya que pocas veces su amigo mostraba interés en cómo le decían.

 

-Emma – esta vez la llamó con un tono de voz molesto.

 

– *Oh vamos, es tierno y estúpidamente asombroso de tu parte mostrar interés romántico en alguien*.

 

– *¿Romántico? Deja de decir tonterías, Charles parece ser un buen tipo, no tiene nada de malo hablarnos por nuestros nombres de pila*

 

– *Claro, claro, dejare que te engañes a ti mismo, veamos cuanto duras* - le  dio una palmada en la espalda y se dirigió a su clase.

 

El hombre hizo lo mismo, mientras caminaba, recordaba las partidas de ajedrez, la forma en la que gano e intentaba saber porque no podía sacarse la mirada y sonrisa de Charles de su mente.

 

Si las cosas iban así, no iban a acabar bien.

 

Continuara....

Notas finales:

¿Qué tal? ¿Gusto o no? Bueno, espero que hayas sido de su agrado este es mi primer Cherik en capítulos, a ver qué tal nos va.

 

(1)    Sólo las fujoshis investigadoras saben el significado de 801 7w7 y ya que en U.S.A algunos de los nombres de los colegios son Primaria 102, Secundaria 120, etc. salió natural el nombre de la escuela


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