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Agua por SatsukiSakaguchii

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Notas del fanfic:

Tiempo récord. Estoy temblando del puto nervio.

VAMOH A VOMITAR

Notas del capitulo:

Kanbhik significa "te amo" en Marroquí. 

Me sonó raro y dije YOLO, SUENA CHINGÓN.(?

Pues, no tengo mucho que aclarar. Siempre me explayo en notas finales.

     Agua, una maravilla de la vida. Tan fina y elegante para crear los más hermosos paisajes de esta tierra, para dar vida; pero a la vez tan fuerte y poderosa para destruir lo que en un segundo construyó.

     Agua. Incluso al pronunciarla se puede sentir como se desliza entre los labios. Es una palabra que da calma y que a la vez puede hacerte sentir que una fuerza inexplicable danza en todo el cuerpo.

 

Aqua. —Dijo en un leve susurro y sintió la tierra a su alrededor temblar. Cerró los ojos y vislumbró una bola de energía, similar a una canica, y cuando abrió los ojos, vio la misma energía sobre sus palmas abiertas. Contuvo un suspiro ahogado y se concentró en mantener la esfera en su lugar, mientras esta se hacía cada vez más grande. Después de un tiempo, sintió una punzada en la cabeza y dejó de sostener la esfera entre sus manos, empapándose al instante.

    Llevaba cinco meses que había descubierto esa habilidad suya y aún no podía mantener el control de agua por más de cinco minutos. Pero al menos, ahora podría darle una forma, pues antes sólo era capaz de salpicar agua por doquier.

     Cerró los ojos con fuerza y sintió como toda su magia se escurría por su cuerpo, abandonándolo poco a poco, más no sé preocupó, pues sabía que después de una siesta de una hora su magia regresaría. Se levantó con cuidado y se sacudió los restos de pasto que se le habían pegado al pantalón, inspiró y sintió un olor fresco.

El verano había llegado. Y el odiaba el verano, pues no lograba acostumbrarse a los cambios bruscos de calor, humedad y frío ocasional.

     Miró al cielo y se perdió en las nubes blancas y esponjosas que se acercaban a él cada vez con más rapidez. Entonces llegó una idea a su cabeza. Una idea que así tan rápido llegó, la descartó al instante. Su magia aún no era estable y no quería ocasionarse ningún daño, pero su subconsciente era terco, así que entrecerró los ojos y trató de concentrar su energía restante en las yemas de sus dedos. Sintió un extraño cosquilleo en el vientre y con una voz fuerte y demandante gritó al cielo:

— ¡Luxaqua!—Dio un brinco con violencia y sus ojos se desenfocaron. Trató de sostener sus sienes, pues sentía que la cabeza le iba a explotar, pero antes que pudiera levantar siquiera los brazos, tuvo la sensación de que su corazón comenzaba a latir más lento, y enseguida, perdió el conocimiento, desplomándose en el verde pasto.

    Su madre escuchó el grito, más dio por echo que era un grito de emergencia. Salió corriendo al jardín trasero y encontró a su hijo desplomado en el suelo, con los cabellos negros regados y mezclándose en la hierba como si fuesen ramas. Se arrodilló ante él y sostuvo su cabeza entre su regazo, y entonces, el cielo tronó con un fuerte estruendo, las nubes antes blancas ahora se veían grises, casi negras, y de inmediato comenzó a llover.

 

 

 

 

 

     Era 7 de julio y su familia preparaba sus vestimentas para el Tanabata. Yuu miró con el ceño fruncido el yukata que su hermana había escogido para el.

—Se te verá bien, es verde agua y tiene el detalle de hojas verdes olivo para resaltar tu blanca piel. Estas muy pálido, ¿has comido carnes rojas últimamente? —O algo así le dijo Yukie.

     Tocó la tela de su traje y sintió un escalofrío agradable. La tela era suave y seguro podría moverse con libertad en el Festival. Lo único que le hacia problema era el color tan masculino. Miró a su hermano mayor y negó lentamente.

—No entiendo por qué le diste a Takahiro un yukata azul y a mi el color niña.

—Es por tu cabello. —Contestó Takahiro en tono burlón. —Fácilmente podrían hacerte un moño con esa cosa.

—Dejen de pelear ustedes dos. —Naoko era la madre de los tres hermanos. Era una mujer con facciones duras, pero con un corazón más frágil que una rosa. — ¿Te sientes seguro de ir al festival? Tiene quince días de tu accidente. —Yuu se puso nervioso y asintió.

—Tranquila, iré con Akira, así que él puede cuidarme. —Naoko asintió y dejó el asunto.

     Yuu tenía miedo de usar su magia de nuevo. Después de caer desmayado había pasado cinco días enteros en cama sin poder despertar. Tenía pesadillas y visiones que el no entendía. Por ocasiones veía mares, ríos y lagos en completa tranquilidad y a los pocos segundos se convertían en lluvias torrenciales o inundaciones.

      Sentía corrientes eléctricas en el cuerpo y al menos una vez al día, sufría una convulsión. Sus padres habían intentado llamar al médico, pero por alguna razón, todo el estaba bien. No había nada que demostrara alguna enfermedad.

     Fueron cinco largos días en los que no dejó de sufrir. Cinco días en Kyoto en donde no dejó de llover.

      Fue a su habitación y se desvistió en completo silencio. Se acarició los brazos mientras se despojaba de su camisa y se miró al espejo. El recordaba sus ojos más oscuros, pero con el paso de los años estos se volvían más claros, más azules.

     Se vistió con el yukata y sonrió al ver que en su manga derecha llevaba un pez blanco, y en la izquierda un pez negro.

     Se recogió el cabello en una coleta alta, se calzó las sandalias y tomó un pequeño abanico que hacía juego con su traje. La noche estaba húmeda, y el calor era tremendo.

     Yuu nunca había sido apegado a la religión, pero si a sus tradiciones. Así que mientras su familia iba al templo a dar las gracias y pedir sus deseos, el de inmediato corrió al festival donde su mejor amigo le esperaba.

—Te ves mejor que la última vez. Bien dicen que hierba mala no muere. —Akira le sonrió y le dio una palmada en la mejilla. Llevaba un yukata amarillo con colores blancos y negros. En verdad parecía un canario.

—Gracias, supongo. —Yuu se encogió de hombros y se abanicó tratando de calmar el calor que sentía. Se hizo un corto silencio hasta que Akira estalló en risas.

—Si no fuera porque eres muy feo, la gente pensaría que eres mi novia. —Yuu le tomó la mano y parpadeo repetidas veces.

—Pensaba que nuestro amor era sincero mi vida, no puedo creer que solo soy un juego para ti. —Akira siguió riendo y lanzó la mano de su amigo lejos.

—Yukie se lució con el traje

—Le dije que quería algo más masculino y no me prestó atención. Al menos la tela es suave y fresca. —Akira se encogió de hombros restándole importancia.

—Ven, vayamos a comer algo. No quise nada a la hora de la comida para comer algo de cada puesto —Ambos sonrieron y corrieron a la zona de comida.

     Ambos estaban sentados en una banca de piedra mientras comían una paleta helada de fresa. Estaban llenos y se sentían reventar, pero siempre había espacio para el poste… aunque ya llevaban tres postres distintos.

—¿Has intentado hacer ‘woosh woosh' otra vez? —Akira hizo movimientos exagerados con las manos imitando a los magos que salían en las películas. Yuu negó.

—No, aún tengo miedo Akira. No puedo explicarte lo que sentí mientras dormía, pero era horrible. Quería pedirle a alguien que parara mi agonía, pero no tenía voz. No quiero pasar por lo mismo. —Akira lamió una gota que escurría de su paleta y se quedó pensando un rato.

—¿Seguro que nadie de tu familia se dio cuenta?

—Afortunadamente no. Pero me pone de nervios. Yukie es muy observadora.

—Bueno, no le des más vueltas al asunto. Pero yo creo que deberías superar el miedo e intentar controlar esa cosa que haces. Tal vez en algún momento lo llegues a ocupar.

     Yuu pensaba “¿Cómo podría ser útil sólo hacer pequeñas ondas en cuerpos pequeños de agua?” era lo más que su magia podía hacer. Al menos, sin que el perdiera la conciencia. Dejó su mirada fija en un puesto de juegos, específicamente donde había pequeños peces para pescar, cuando un olor lo despertó de su ensoñación.

      Sintió nervios, como su abdomen se contraía, el corazón se le aceleraba, escuchaba su propio flujo sanguíneo y las manos comenzaban a sudarle. Quería saber de donde provenía el olor. Pero no podía identificar de qué dirección venía.

     Era un olor cítrico, como la cáscara de un naranja fresca. Olía a una flor huele de noche, olía… olía a felicidad.

      Y sin querer sonrió. Al darse cuenta, enfocó su vista y vio una cabellera castaña recogida en un moño entre la multitud del puesto. Lo siguió con la vista y pudo ver cómo la persona se movía hasta llegar al estanque de los peces. Llevaba un traje blanco con salpicaduras rosa pastel, y pudo entonces ver la cara de esa persona.

    Era como ver el sol al amanecer después de una noche de lluvia. Era la luz que iluminaba incluso a las profundidades del abismo, sus ojos irradiaban una luz que eran capaces de iluminar la ciudad entera, y esos labios que mordía al estar concentrado en atrapar un pez… parecían fresas frescas recién cortadas.

— ¡Shiroyama préstame atención!—Un golpe en su cabeza lo hizo despertar y se giró avergonzado, esperando que su amigo no hubiese notado lo embobado que había quedado por aquel hombre, pero la mirada acusadora de este le decía “lo vi todo, no me mientas”

—Lo siento, me perdí —Yuu sonrió al darse cuenta que remarcó lo obvio. Miró de nuevo al hombre de los peces y noto que ahora movía la mano más frenéticamente, seguro porque no podía agarrar un pez.

     Toco la pierna de su amigo y se levantó de un salto caminando en dirección al puesto de juegos. Se colocó a una distancia considerable y miro con detenimiento a los peces moverse en el agua. Y sin pensarlo chaqueo los dedos y el agua comenzó a ir en dirección contraria, haciendo que el castaño por fin atrapará un pez.

     Yuu se sintió levemente mareado y se asusto, pero al escuchar la dulce risa del otro pensó para si mismo que volvería a hacerlo una y otra vez.

— ¡Al fin, lo logré! —El castaño sonrió victorioso y la señora del puesto le entregó su pez en una bolsa de plástico. Este giro eufórico y antes que Yuu pudiera reaccionar, ambos chocaron de manera brusca. —Oh lo siento mucho, disculpe en verdad. —Hizo múltiples reverencias y Yuu no pido hacer nada más que perderse en el limbo. Sus ojos eran de un color miel y pudo ver un poco de delineador negro en ellos.

—No hay problema. —Carraspeo un poco y sacó su abanico del cinturón. De repente tenía mucho calor. —Lindo pescado —Puteo mentalmente y se avergonzó aún más.

—Lo acabo de ganar, y era especialmente el que quería. ¿No crees que sea muy buena suerte? —Yuu asintió y lo miro curioso.

—No eres de aquí ¿cierto?—Sus ojos miel lo miraron sorprendido—Lo digo por tu acento.

—Soy de Kanagawa, pero me mudé hace dos años, pensé que había desaparecido mi acento por completo.

—Usas ciertos modismos que no don propios de aquí. No creas que soy un experto. Yo tampoco nací aquí así que por eso lo noté.

>> Shiroyama Yuu, mucho gusto —Extendió su mano y el otro enseguida la sostuvo.

—Takashima Kouyou. Un gusto. —Sonrió y Yuu sintió como si la luz del sol corriera libremente por su cuerpo. Lo que era curioso, pues eran pasadas las ocho de la noche.

—Ah y yo soy Akira Suzuki, soy amigo de esta bestia, pero me dejó abandonado ahí sentado hace cinco minutos. —Takashima miro a Akira confundido y de repente rio suavemente.

—Pareces un canario. —Yuu se carcajeó acompañando al castaño mientras Akira fingía un enojo que definitivamente no sentía.

     Yuu no sabía cómo explicarlo, pero se sentía completo.

 

 

 

 

 

    

     Recorrieron la feria varias veces más y exactamente a las diez en punto se juntaron con las demás personas para ver los fuegos artificiales. De repente Yuu se sintió ofendido al ver que los otros dos eran más altos que él.

—Me encantan los fuegos artificiales. —Yuu asintió dándole la razón al castaño —Me gusta pensar que depositamos en el templo.

—Yo no creo en esas cosas. —Takashima miró sorprendido al pelinegro y parpadeo repetidas veces. —En mi opinión los deseos no existen. Todo es consecuencia fe la ley “causa y efecto”

—Tal vez, pero no puedes negar que hay cosas que no puedes explicar, y me gusta pensar que es la magia o algún ser divino quien te da un pequeño empujón.

— ¿Se ha cumplido alguna vez algún deseo tuyo? —Takashima asintió. — ¿Cuál?

—Desee atrapar un pez este año. Cada año lo intento y nunca lo logró. —Yuu fijo su vista en el cielo y escuchó como alguien decía que el templo estaba a punto de cerrar. Comenzaron los fuegos artificiales y Yuu corrió sin descanso hasta el templo. El no era religioso. Pero en su papel, deseo poder cumplir los sueños de Takashima mientras su corta magia se lo permitiera.

“La felicidad de Takashima Kouyou”

 

 

 

 

 

      Cuenta la leyenda que Orihime, hija del rey del Cielo, disfrutaba tejiendo vestidos para su padre y encontraba en esta actividad todo lo que podía desear para ser feliz. Así pasaba plácidamente los días en la Llanura Alta del Cielo. Pero una mañana, al dirigirse al telar, Orihime vio a un joven y apuesto pastor de bueyes llamado Hikoboshi y se enamoró perdidamente de él. Ambos contrajeron matrimonio, pero al estar enfrascados en su amor, descuidaron sus deberes, así que el Rey los castigo separándolos  y los convirtió en estrellas para siempre. Sin embargoles fue concedida la posibilidad de volver a verse una noche cada año, la noche del séptimo día del séptimo mes. Esa noche las urracas acuden a volar sobre el río Celestial y con las alas totalmente desplegadas forman un puente por el que Hikoboshi cruza el río camino de los brazos de su amada.

     Desgraciadamente para los amantes, su encuentro anual depende de las condiciones meteorológicas: si esa noche está despejada, también lo estará el camino que les unirá. Pero si esa noche llueve, la crecida del río Celestial impedirá a las urracas formar el puente. La lluvia de esa noche es más triste que las de las demás noches y por ello se llama la lluvia de las lágrimas.

   

 

 

 

    Cuando Yuu regresó todo sudado al lado de Akira, se dio cuenta que este lo miraba preocupado. Vio como una gotita de lluvia caía en la nariz de su amigo y cayó en cuenta que tenía los puños muy apretados; sorprendido, los abrió y comenzó un aguacero.

     Akira le gritó algo que no pudo entender, pues estaba concentrado en no perder de vista a Kouyou, quién corría a refugiarse de la lluvia. Pero al cabo de unos segundos, lo perdió entre la multitud.

      Esa noche, sin saber por qué, Yuu lloró sin consuelo alguno. Akira le abrazó hasta tranquilizarlo, y entonces se quedó dormido en los brazos de su amigo.

     A la mañana siguiente el aire fresco se colaba por su ventana. No sabía cómo había llegado hasta su futón, pero al sentir los ojos hinchados una lluvia de recuerdos llegaron a su mente, y sintió ganas de llorar otra vez.

     Era un maricón de primera.

 

 

 

 

     En su primer encuentro, él tenía diecisiete años. Ahora era un hombre hecho y derecho (o bueno, al menos eso creía) al tener 21 ya cumplidos. Nunca había vuelto a ver a Takashima. Y cada que lo recordaba le daba una punzada en el pecho.  Sonrió con melancolía y miró el traje que Yukie le había hecho ese año para la festividad. El último, pues pronto se iría a Tokio a vivir con su esposo y su próximo hijo.

   Era blanco y tenía flores rosa pastel y verde agua. Llevaba el cabello hasta los hombros y ya no usaba ningún tinte. Ahora su cabello se veía achocolatado y algo quebrado, como debía de ser naturalmente.

    Saludó con alegría a Akira, quien ahora tenía el cabello rubio y un piercing en la boca. Parecía que mientras más maduro se volviera uno, más infantil se volvía el otro. Justo cuando estaba a punto de abrazar a su amigo, Yuu sintió una mano en su hombro y un olor a naranja muy conocido.

    Entonces, esa punzada tan conocida en el pecho se hizo presente.

     Se giró y sintió que fueron horas, lo que en realidad fueron segundos. Miro a Takashima a los ojos mientras este le sonreía con ternura.

—Cuanto tiempo Yuu.

—Cuatro años exactamente, no es que vaya contando los años, pero sí. — Takashima rio y Yuu pudo notar que ya no sonreía con la misma inocencia de antes.  Cuando Yuu se giró de nuevo para ver a su amigo, vio que este se iba alejando y le agradeció mentalmente. Solo él sabía lo mucho que había añorado ese momento.

—Ven, vayamos por un pastel de durazno. —Yuu asintió y lo siguió, aunque realmente no le gustaba el durazno.

—Te busque desde ese día Shima, ¿puedo llamarte Shima verdad? —Takashima asintió y no dijo nada más, Hasta entonces Yuu reparó que su cabello ahora era más rubio. Yuu sostuvo la mano del otro mientras este se sobresaltaba. —Shima,  eres lo más bonito que he visto en toda mi vida. —Y se sonrojó al escuchar sus propias palabras. Que ridículo sonaba en voz alta. —Quiero decírtelo, porque no sé cuándo te vuelva a ver.

    Shima siguió comiendo su pastel en silencio y Yuu se sintió pequeño a su lado. No sabía que decir o hacer, pero tampoco quería irse. Aunque parecía la opción más viable para su pobre dignidad. Shima ordenó una botella pequeña sake y Yuu susurro muy lento “aqua”.

     Dentro de su vaso, creo varias ondas y burbujas con distintas figuras, en esos cuatro años, había aprendido a usar sus habilidades a la perfección.; y Takashima no podía dejar de ver su vaso asombrado.

—Es día, yo te ayude a ganar el pez. —Entonces Shima alzó la vista y lo miró sorprendido. Yuu alzo la mano y el agua se elevó, jugó con ella entre sus dedos y volvió a dejarla en el vaso.

—Yuu… ¿cómo hiciste eso? —Sostuvo sus dedos con suavidad y verdadera curiosidad. Entonces sonrió, sonrió de la misma manera en que lo recordaba. Y su corazón se llenó de calor. Limpió el sudor de su frente con su mano libre y le sonrió de vuelta.

   Shima lo soltó y Yuu extraño su tacto. Al mirarlo de nuevo, y lo tenía a pocos centímetros de distancia, y sus labios e unieron, callando cualquier sonido que los rodeara.

    Vio luces de colores, vio estrellas, vio ríos en calma y flores danzando al aire. Sintió sus suaves labios que en algún momento le habían recordado a las fresas, e incluso pudo saborear la miel de estas.  Se acercaron cada vez más y comenzó una pequeña brisa que refrescó el horroroso calor de verano.

     Se separaron, se miraron a los ojos y volvieron a besarse con mayor intensidad. Y cuando por fin les dolieron los labios de tanto besarse se separaron y rieron. La gente los miraba como un par de locos, pero  nada importaba en ese momento más que ellos dos.

—Yuu, tus ojos. —Shima lo miró con curiosidad y Yuu asintió. —Son más… azules. Son color del cielo. —Yuu asintió y acarició las mejillas de Shima.

—Cada año se hacen más claros y no sé por qué. —Shima negó y beso la nariz del otro.

 

     Se besaron un rato más y decidieron caminar alrededor de los puestos sintiendo la suave brisa de verano en las partes desnudas de su piel. Un ave pasó volando al lado de Yuu y dio un respingo. Shima rio y siguieron caminando.

    Esperaron sentados en el pasto a que los fuegos artificiales comenzaran cuando Shima sintió como Yuu se recargaba en su pecho.

—Cada año, escribía en mi deseo el volver a verte.

—Pensé que no creías en los deseos.

—Quería que sucediera un milagro. Quería volver a verte. Shima, tu eres un milagro en mi vida. —Shima rio avergonzado y asintió.

—Volví por ti Yuu. —Yuu lo miro confuso y Shima siguió hablando.

—En realidad solo venía de visita en aquel tiempo, pero tu mirada irradiaba mucha felicidad y me vi incapaz de mentirte. Pero volví con la esperanza de volver a verte. —Yuu se sonrojó y se dio cuenta que no era el hombre hecho y derecho que creía ser.

—No me mires así, como un loco. Solo quiero que sepas, que desde hace años quería decirte que… no puedo dejar de pensar en ti. Por alguna razón, a veces soñaba contigo. En mis noches de verano, cuando el calor no me dejaba dormir, solo podía ver tus ojos y ese cabello negro y largo que tenías. Por eso me dio curiosidad ver tus ojos más claros esta vez. —Shima vio a los ojos de su acompañante y los vio más claros aún. Frunció el ceño y besó su frente.

— ¿Es un poco precipitado si te digo que te amo?

—Sí, en realidad bastante. De hecho, es un poco incómodo. —Hizo una mueca y se retorció levemente.

—Lo siento, tenía la necesidad de decirlo. ¿Al menos puedo decir que te quiero? —Shima asintió. —Sabes, podría morir en este momento y ser feliz. Ya no tengo que imaginar tu cara en las modelos de los catálogos de maquillaje.

— ¿Qué?

—Siempre imaginaba a que sabrían tus besos, o como se sentirían tus manos sobre mi cabello…

—Espera, no entiendo nada. Eso no es romántico Yuu. —Shima comenzó a reír, por algún motivo, las declaraciones no le hacían molestia alguna.

 Kanbhik —Yuu susurró y cerró los ojos.  Los fuegos artificiales comenzaron y Shima comenzó a mover estrepitosamente a su amado.

 

 

 

 

 

     Al llegar al hospital, el cuerpo de Yuu estaba vacío, no había sangre, no había ningún tipo de líquido en su cuerpo. Como si toda el agua lo hubiese abandonado. Shima lloró, lloró sin control y se culpó, se lamentó y se preguntó qué habría sido de ambos si él hubiese ido antes a verlo. Si no hubiese tardado tanto.

     Entonces tocó sus lágrimas y sintió su sabor en la boca. Sintió un latido extraño y sonrió. Yuu siempre estaría con él. En cada fibra de su cuerpo, en cada lágrima, en cada risa, en todo.

   Yuu era el agua que necesitaba para vivir.

    Entonces, cada que terminaba el siete de julio, una suave brisa refrescaba el calor, y Shima salía a mojarse en ella mientras dejaba correr libremente las lágrimas.

    Porque no importaba donde estuviese. La brisa siempre estaría ahí. Sus lágrimas estarían ahí.

    Yuu estaría ahí.

 

 

“Cuando tengas sed, seré tu agua, y estaré cerca.
Cuando quieras beber, seré tu agua, y estaré cerca.”

Notas finales:

Siento que el final me quedo bien pedorro, pero pues ni pei.

De eso a no cumplir gggggg

Aoi x Uruha es mi golden OTP, DÉJENME

Creo que no hay mucho que explicar, lluvia, verano, calor, humedad, la estación del año QUE MAS DETESTO. bueno, eso.

Siento que no profundice demasiado, pero buaaaaaaano, era la idea.(?

Lo de los catalogos (AKA en latinoamerica Avon) es 100% real no fake. Un amigo se masturbaba con las chavas de lencería XDDDDDDDD (rompí la seriedad del momento, PERO ES AOI POR DIOH

Este... qué más(?

No pus no sé, me gustó la idea después de todo. Siento que me quedó bien gay, bien mñeh pero 8D

Suerteeeeeeeeee y éxito a las demás participantes.

Y jueces, pls be gentle :c

Esta velocidad para escribir no se la daba ni a mis expos de la escuela (?

Ya, espero no se me haya ido algo o que haya perdido escencia o así.

SÍ, SÍ ,SÍ, ESTOS MARICONES ME ENCANTAN ((?

Ya pues, quiero agradecer a mi beta reader que no leyó el producto final pero me estuvo chingue y chingue para que terminara, Daniel RF, mil gracias :,) te hamo

 

Ya, odio, tomates, putazos, lo que sea, en un review o por twitter

@Mama_Polla_

 

*hamor para todos*

 

—La Pechu (?


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