Existen miles de formas de sobrellevar la vida, la manera en la cual decidimos hacerlo es lo que nos diferencia del resto. Nacer, enfermar, envejecer y morir; los cuatro sufrimientos del hombre. Y tú, ¿A cuál estás sujeto? El talón de Aquiles del ser humano, su mayor debilidad, es lo que nos hace iguales al resto, lo que nos monopoliza. Porque todos lo tenemos, todos pasamos por ello, todos somos parte de estos sufrimientos y no nos podemos librar de ellos.
Entre los pros y los contra de cada persona, existe una historia; la desesperación y la felicidad, los polos opuestos de cada individuo, estos son solamente los sentimientos de cada quien, la reacción tras dicha historia; su personalidad.
Mi personalidad es, por decirlo de manera simple, algo inconcebible para muchos, repudiado y fácil de repeler. Las personas prefieren admirarme de lejos, como alguna especie de espectáculo de circo, o algún científico loco apunto de mostrar su obra “maestra”. Me he ganado la admiración de muchos, el odio también. Quizás mi visión de las cosas desde un principio fue algo excéntrico, viable, tal vez.
Principios, convicciones y doctrinas, no son más que efímeros razonamientos del ser humano cuyo propósito es corto e ineficaz. Aun así estamos sujetos a llevar estos como filosofía de vida y por lo tanto estando así mismo sometido al cambio inútil o eficaz que pueda producir.
Tantas maneras de ver la vida, sobrellevarla o de comprenderla, y aun así, nunca he conseguido una simple alma que pueda darle un pequeño entendimiento a mi forma de comprender o incluso, apreciar la vida. Las letras se convirtieron en mis mejores amigas, mi único apoyo, la alegría de mi vida. Las únicas capaces de asimilar mis ideologías y plasmarlas con la mayor exactitud.
Solo las letras pueden comprender mi sufrimiento y mis deseos.
Si habláramos de personas, he conocido cientos, no, miles de personas. Ninguna sola ha podido comprenderme, no por ser meramente diferentes, no podría considerarlo tan simple, sino por tener distintas filosofías de vida, diferentes modalidades de pensamientos, muchos llenos de absurdas contradicciones. Entre tantos hombres y mujeres está mi ex novia Lenalee, quien a pesar de tener un diplomado en letras, jamás entendió el porqué de mi predilección por perderme en mis historias. Alguien como yo, un ser literario de calibre, sólo podía expresarme mediante los libros y escritos. Ella nunca entendió las razones de preferir escribir mis penas, a expresarlas libremente.
Entre tantas razones que da la vida, puede estar la verdadera causa de nuestro rompimiento. A pesar de divertirse conmigo, hay cosas en la vida que no se pueden evitar, como buen literario pienso que las cosas tienen su razón de ser, es cuestión de esperar al llamado del destino tocar la puerta.
Porque la vida son sólo conjeturas que las personas intentan hacer banalmente mientras fluye el tiempo. ¿Por qué un tumulto de misterios debe ser comprendido? La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla.
Quizás, esa sea la verdadera razón de mi ignorancia sobre el tema, el no conocer la causa que nos separó. Sin embargo, al indagar un poco en mis pensamientos más profundos, puedo descubrir la verdad… He sido yo, todo el tiempo. Desde la primera vez.
Probablemente nunca sentí lo mismo que ella sintió alguna vez por mí, la quise, oh cielos… ¡Cuanto la quise! Pero no fue suficiente, mis sentimientos no eran los mismos, ni siquiera al principio. Amor… un sentimiento tan grande y difícil de describir, aquel que por algún motivo, no he llegado a sentir. Ese fue el comienzo de nuestra ruptura, el amor puro que solía profesarme nunca le sería devuelto, mucho menos con la misma intensidad.
Siempre sentí esa necesidad… de inventar historias. Estas han pasado por mi mente, lenta o rápidamente, fluida o tal vez algo forzosa, claramente o quizás algo borrosa, de vez en cuando toda una historia con principio y final, sólo faltando ser narrada de una forma apropiada, pero allí estaba: lista., existiendo dentro de mi cabeza. Es toda la comodidad que podía desear.
Tener preferencias o similitudes con el resto de las personas a mí alrededor nunca fue la aspiración de mi vida, sin importar cuantas veces me lo pidieron, no podía cambiar algo que desde un principio quise que se mantuviera de esa forma, estático, según mi forma de ser y no según la interpretación que los demás poseen de mi personalidad, “qué es apropiado y qué no, qué puedes hacer y qué no, qué prefieres hacer y qué no”. Me resultó imposible desde el primer instante.
Amo soñar, revivir esas experiencias en mi cabeza, reales o ficticias, cada una de esas expresadas bellamente como se lo merecen. Es por eso que no podía maravillarme con los demás cuando hacían algo excepcional, como el resto solía reaccionar, puesto que en mi mente las maravillas son incluso mayores y más vistosas, dignas de admirar. Por eso decidí hacerlo, estudiar letras, ser un escritor. Ese fue el principio de mí ser, el principio del “yo”, o mejor dicho, de mi “yo” actual.
Cada día, cada minuto, cada segundo… se convirtió lentamente en algo monótono, aburrido, simple… Solamente en mi cabeza salía lo insuperable, extraordinario e insólito, la vida hecha un revoltijo de aventuras y experiencias inusuales, un singular método para entretenerme y maravillarme, perderme entre mis fantasías.
Ese fue el inicio de mi perdición. Alguno sabrá, ¿Qué sucede cuando evitas socializar?, ¿Cuándo algo predecible deja de serlo y eso causa no saber distinguir entre la realidad y la fantasía?, ¿No saber cómo actuar? Nunca creí que algo así podría pasarme, sonaba inconcebible, absurdo. No obstante, heme aquí, en una situación tan impetuosa como esta.
Kanda Yuu, el nombre del ser menos predecible que he llegado a conocer, acompañado de Allen Walker, el joven más simple e incauto con el que he hablado en mis dieciocho años de vida. No fue un encuentro amistoso, predestinado, no, fue… extraño, impresionante en su mayoría. ¿Quién diría que Allen Walker, el niño prodigio, tuviera un vocabulario tan… vulgar? De Yuu lo esperaría, es como el pan de cada día, en cambio viniendo del albino es más una sorpresa, ver algo como eso de mí sería más creíble, en una de mis tantas bromas a los susodichos. ¿He mencionado lo mucho que me gusta molestarlos? Tal vez he de necesitar otro hobbie, uno menos… ¿Suicida? Mis compañeros no se caracterizan por tener un temperamento fácil de manejar.
Justo en frente de mí observé al albino lleno de pintura, empapado de pies a cabeza, gritándole a Yuu quien sabe cuántas verdades. A pesar de no conocerlo hace mucho, jamás imaginé una escena como esta. Y no pude evitar preguntarme, ¿Qué diablos has hecho esta vez, Yuu?
…Yuu es un idiota, un verdadero y GRAN idiota.
A pesar de escribir tan elocuentemente, de mi amplia comprensión en las reacciones de los individuos en mis historias, sus sentimientos y pensamientos, en la realidad mi interpretación de los demás es por decir poco; pobre, casi inexistente. En cambio, Walker, el chico albino, suele ser dueño de una amplia indulgencia, poseedor de una tolerancia y amabilidad nata. Es, quizás, la persona más interesante que he llegado a conocer.
¿Qué cosa en el mundo puede lograr que un ser tan compasivo como Allen, el niño prodigio, suelte aberraciones por palabras? Oh, bendita ignorancia, Kanda Yuu tenía que ser.
Mis divagaciones sin importancia ya no deberían ser el centro de atención, creo que disfrutaré por un rato el espectáculo, ¿Qué función tendrán preparada para mí esta vez?
- ¡¡BAKANDA!! ¡¿CÓMO PIENSAS ARREGLAR ESTO?! ¡¡¡IDIOTA ENGREÍDO, CARA DE NIÑA!!! ¡¡ACABAS DE ARRUINAR MI TRAJE, INFELIZ!! ¡¿QUÉ CLASE DE RETARDADA ACCIÓN FUE ESA?!
- Che, estúpido Moyashi, ¿Quién te manda a estar en el medio? Tu ineptitud no es mi problema – uuuuhhhhh Allen se va a molestar con eso, ¡Casi puedo visualizar a Yuu retorciéndose de dolor en el piso, sujetando sus partes nobles! Oh, ¡Eso me ha dado una idea! Jojojo casi puedo saborear la victoria de mi nueva travesura. Los observé gritarse un poco más mientras planeaba mi estrategia, mi hermosamente maravillosa estrategia. – Tienes valor para atreverte a hablarme así, prepárate para morir, Moyashi. – observé como el amargado colocaba velozmente a mugen en el cuello del niño albino, sonreí, esto sería más entretenido de lo que creí.
- Es Allen, Bakanda afeminado.
- Veo que no valoras tu vida.
- Me impresiona que sepas como seguir una conversación, al parecer si puedes seguirme el paso en algo. – oh, eso fue duro, Allen que bueno que llegue a conocerte, ¡No pensé que morirías tan joven!
- No quiero escuchar lo que un mocoso sin talento con complejo de niña me diga, no sirves ni para entretenerme un rato. - replicó acercando más su espada al cuello del albino, si es que eso fuera posible.
- Basta ustedes dos. – escuché una voz arruinarme la entretenida escena, ¡Justo cuando más me estaba divirtiendo! – ¿Qué clase de ejemplo es ese? Ustedes, quienes son los que más representan la Academia, compórtense más adecuadamente. - ¿Aún sigue hablando? Casi me duermo a medio monologo… ¡Ah, Yuu está diciendo algo!
- Tsk, otro afeminado más. – ¡Oh por dios! ¡¡Ha insultado a…!! A… Mmmm… ¿Cómo era…? ¿Drink? ¿Vink? ¿Milk?
- Link-san, no se meta por favor, Kanda tiene discapacidad intelectual y no sabe lo que afeminado significa. ¿Alguna vez te has visto en un espejo, Bakanda? – un aura negra ha rodeado a Yuu, sino fuera por dos puntos, ya se le hubiera echado encima al albino, ¡Qué desperdicio! Si hasta la sonrisa de Allen se ha vuelto tétrica.
- ¿No me están escuchando? Dije que… – y hasta allí llegó, creo que incluso yo pude sentir su dolor, pobre dos puntos, recibir un golpe de Kanda es una cosa, ¿Pero un golpe de Kanda Y Allen? Auch. Pude sentirlo, ¡Es mi momento de deslumbrar!
- Yuuuuuuu~~~, Moyashi-chaaaaan~~~~ - grité con todas mis fuerzas, abrazándolos a ambos en el proceso, ¡¡Ahhhhgggg mi estómago!! He podido sentir lo que dos puntos-san sintió hace unos instantes… Pero sus codos no podrán detenerme, ¡Mi travesura apenas ha comenzado! – ¡Yo también me alegro de verlos! – contesté con mi mejor sonrisa pero… dan miedo, Yuu y Allen dan mucho miedo, que mirada tan amenazante.
- ¿Qué quieres, conejo entrépito? – que humor tan maravilloso tiene, alguien se levantó con el pie izquierdo esta mañana. – Pronuncia mi nombre otra vez, y te desgarraré la garganta. – noté el filo de su espada dejar al albino y llegar en cuestión de segundos a milímetros de mi cuello, si pudiera verme, aseguraría estar totalmente morado, que aterrador.
- Lavi, ¿Qué quieres esta vez? ¿No será otra de tus idioteces, verdad?
- Auch, sentí como si una estaca se clavara en mi pecho, escuchar eso de Allen, ahhh ¡Que dolor! Casi no puedo respirar, ¡Moriré! – si no fuera porque su mirada era terrorífica, hubiera jurado que Allen se molestó aún más con mis palabras, bueno, fue eso o el aura negra aumentando en tamaño, ¿Ehh, la de Yuu también?
- Conejo dramático/Baka Lavi exagerado.
- ¡Qué felicidad! ¡¡Conocen mi segundo nombre y hasta el tercero!! Ya puedo morir en paz. – carraspee apenas noté la ira de ambos incrementar, me gusta mi vida. – No se preocupen, no pienso interrumpirlos por mucho, sólo vine a decirles que he tomado mi decisión. – apenas mencioné eso, ambos disolvieron sus auras oscuras y cambiaron su expresión por una de sorpresa, tuve que reprimir mi sonrisa malévola con todas mis fuerzas. – Mi decisión fue… ¡AMBOS! – me alejé cinco pasos para atrás en el microsegundo que pronuncié la última palabra, no quería otro golpe.
- ¡¡¡¡¿¿¿¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEÉ????!!!! – el grito de ambos fue tan fuerte que tuve que taparme mis oídos, ¡Qué desconsiderados! Supongo que entonces no tengo porque tener piedad, ¿Cierto?
- Sí, ¡Ambos! Ya le he dicho a Komui. – eso último es mentira. Oohhh ¡Cuanto me está costando reprimir mi risa! – De ahora en adelante, tendrán que trabajar en el proyecto juntos, ¡Felicidades, podrán representar la Academia, tendrán la oportunidad de obtener mucha fama! Tengo grandes expectativas de ustedes, sueeeeerteeeee~~~~ - en lo último fue imposible no reírme, tanto que apenas lo noté tuve que correr los más rápido que mis piernas pueden dar, ¡Cuan peligrosos son! No importa, de ahora en adelante tendré entretenimiento personal, ver trabajar a esos dos juntos será taaan divertido~~
- La cucarachaa, la cucarachaaaaa~~~ yaaaaa no puede caminaaar!! Porque le faaalta, porque no tiieeeeneeeee, diiignidad y castidaaaaaad!! – escuché a lo lejos la voz de Komui cantando la “serenata” que le pedí dedicará al par que dejé atrás, ese día fue muy entretenido también, Yuu y Allen pasaron por tantos colores que pude ver un arcoíris en sus rostros, estaban tan avergonzados… Amplié aún más mi sonrisa, definitivamente; Allen y Yuu se llevan genial. Escuche un pequeño alboroto detrás de mí y decidí asomarme cuidadosamente otra vez sin que el albino o el afeminado me vean. Eh, ¿Qué hace Lenalee allí?
- No opines sobre esto, Lenalee, es cosa entre hombres, oh, bueno, al menos un intento de hombre y yo.
- ¿Qué dijiste, Bakanda? Te reto a repetir eso de nuevo. – noté la sonrisa de Yuu ensancharse, oh no, ¡Lo dirá de nuevo!
- Dije que tú no sabes lo que es ser un hombre. – respondió altanero, por un segundo creí ver a Allen estrangulando a Yuu, pero Lenalee tenía que abrir su boca, ¿Por queeé?
- Tú no sabes lo que es ser un hombre. – Uhhhhhhhhhhhh ¡¡De la boca de Lenalee!! ¡¡Está blanco!! ¡¡¡YUU ESTÁ EN BLANCO!!! Escuché la risa más estruendosa e inconfundible de todas, Allen se retorcía en el suelo sujetándose el estómago, sus ojos están llorosos, ¡Llorosos! Observé cinco venas palpitantes de ira pura salir en el rostro de Yuu, yo… ya no me siento muy seguro observando esto, tal vez debería huir. – Kanda, cálmate. Tú también Allen-kun. No pienso eso, pero fue la única forma de que notarán mi presencia y dejarán de pelear. Komui-nii los llama. – ¿Está diciendo que sólo vino para eso? Pobre Yuu, su dignidad y orgullo debe estar por el suelo.
- Me largo. – dijo el amargado, echando chispas por todos lados. En cambio Allen seguía riendo, ¿Será esto una especie de venganza para él? Yuu lo notó y se regresó, ¿Qué tiene planeado ha…?
- Ahgg – lo pateó… ¡LO PATEÓ! ¡¡Y con todas sus fuerzas!! El albino olvidó como respirar por unos segundos, ahora parece estarse retorciendo pero de dolor. – Maldito Bakanda. – murmuro por lo bajo, apenas y audiblemente, otra vez con aquella mirada de ira.
- Maldito Moyashi. – respondió dándose la vuelta y retirándose del lugar, el aura oscura de ambos regreso a donde pertenece: su irritable existencia.
- ¿Estás bien, Allen-kun? – le preguntó Lenalee, para nada preocupada, con la misma expresión de gracia que yo.
- Me las pagará… – fue lo único que dijo, reitero: pobre Allen.
- ¿Qué sucede aquí? – escuche una voz a mis espaldas que me hizo saltar del susto, casi grito pero recordando que el albino aún sigue allí, queriendo asesinarme, me hizo contenerme. Es Komui.
- ¿Sabes? No tienes por qué matarme de un infarto – le repliqué con la mano en el pecho, acelerado.
- Oh, pero sí parece que estás haciendo algo interesante. – me devolvió el gesto con una sonrisa, a veces pienso que este tipo no está en todas sus casillas, debería revisarle la cabeza un experto, quizás vivan robots asesinos en ella.
- Komui, tomé mi decisión. – apenas pronuncie esas palabras lo sorprendí por completo. Su expresión cambio a una más seria, mientras sorbía un poco de su taza de café. – Los escojo a ambos. – reprimí un grito otra vez, ¡¡Está caliente!! ¡¡CALIENTE!! – ¡¿Por qué me escupiste el café encima?! – le dije furioso.
- Lo siento, continua. – me respondió con completa tranquilidad mientras limpia su rostro con un pañuelo, ¡Me moja y ni un poco de arrepentimiento! ¡¡Está me las pagarás, Komui, serás mi siguiente víctima!! Ya veré tu expresión cuando tu preciosa Lenalee se enteré de tus experimentos, planearé una venganza con ella en tu contra, ¡Hasta inventaré una cita inexistente! Vivirás el infierno cuando pienses en el chico que te arrebato a tu preciosa Lenalee, cuando pienses que tiene novio, sufrirás. – Lavi-kun~~ ¿Estás ahí? Tu mirada empieza a darme miedo.
- En fin, es mi decisión. – la mirada juguetona de Komui cambio lentamente, él no cuestiona mis habilidades como profesor y mucho menos como literario, sus dudas hacía mí me provocaron inquietud, ¿Qué estaría pensando? No. No puedo saberlo, no es una historia, no es mi fantasía… es la realidad. Y la realidad no es tan simple como un enredo insípido o inhóspito de historias, esta consta de algo más… algo que no puedo controlar. Quizás, eso es lo que le otorga belleza, lo que la hace duradera y tan preciosa como una joya, con un cuidado delicado, amada por todos. Es la belleza de la vida, la realidad simplemente está ligada a ella.
- ¿Seguro? – su tono de voz me resultó inquietante, algo desequilibrado y perturbador, su modo de actuar me estaba alterando un poco, intenté contestar lo más tranquilo que pude.
- Sí, ambos son los mejores, estarán bien. – la intranquilidad que siento me intenta advertir de algo, estoy nervioso, estresado, ansioso… ¿Qué es esta sensación?
- Sabes que no lo digo por eso. – su mirada seria me transmitió aquello de lo cual juré no hablar, al caer en cuenta, recordé el parque, aquel puente… el sonido de las hojas, y por un mísero instante… desee no despertar.
Pude sentir mis lágrimas rodar por toda la extensión de mi rostro, sin ser capaz de detenerlas. Mi voz… mi voz no sonó, no importa lo mucho que grité, sólo desde mi interior pude escucharme. El dolor que sentía me consume… desde lo más profundo, grité, grité y grité, nadie me escuchó, ni una sola vez.
- ¡Basta! ¡¡DETENGANSE!! – Escuché mi voz carrasposa, mi desesperación a más no poder y aun así, tan sólo se escuchó un mísero susurro, mi voz no sonó.
Las risas… tantas risas… dolían. Yo los amaba, eran mi nueva familia… nunca tendría un papá y una mamá porque no me querían, mi mami me desechó, mi papi lo aprobó, por eso terminé aquí, viviendo en este parque… ¡Ellos eran mi familia! Mimi, Lukas, Trumps, Cole y Lily, ellos me cuidaron cuando terminé aquí, no son simples perros… son mi familia.
Entonces, ¿Por qué? ¡¿Por qué les hicieron eso?! Sin importar cuando lloré y supliqué, esos hombres no pararon. Había sangre por todos lados, Mimi me potegió. Tres días después, ellos llegaron.
Un niño albino y uno pelinegro de coleta alta, no entiendo porque me ayudaron, al igual que no entiendo porque esos hombres los lastimaron. Llamaron a la policía, quienes horrorizados se encargaron de limpiar la sangre… dijeron que me encontrarían un hogar, no pude evitar preguntármelo, ¿Quién querría a un niño como yo? Ni mi mami o papi me quisieron, ¿Por qué alguien más me querría?
Todo lo que me quedó… fue sus nombres. Allen y Kanda, así se llamaban esos niños que se detuvieron a ayudarme. ¿Eso significa que he hecho nuevos amigos? Quise pensar eso pero no los volví a ver…
Por días, lloré por Mimi, Lukas, Trumps, Cole y Lily. No pude olvidarlo, la sangre, los bates… mis lágrimas.
- …Estará bien… - Y entonces lo comprendí, es aquello popularmente conocido como preocupación.
Decidí avanzar, mi propósito en la vida es más importante que mi estabilidad mental, mis objetivos me lo exigen, al final seré yo quien se presente ante todos, triunfante, digno de una vida totalmente nueva y recién conseguida, después de mil sacrilegios que perdonar. Abuelo… ¿Alguna vez seré digno de ser tu discípulo?
¿Alguna vez seré digno de presentarme frente al mundo y pedir perdón?
No puedo evitarlo, cada vez que los veo, siento una felicidad que no debería poder sentir y no puedo evitar sonreír. Allen, Yuu… siempre me alegro de verlos, entonces, ¿Está bien sonreír? ¿Está bien ser feliz?
Como un niño sostengo la mano del destino, predispuesto a solventar mis pecados al precio que sea necesario. Ser profesor es divertido, ver estudiantes a diario… estudiantes a los que he ayudado, muchos de los cuales me observan con una sonrisa, otros que honestamente me admiran y quienes son capaces de caminar a mi lado, quienes pueden seguirme el paso. No sabré hasta intentarlo si tengo derecho a seguir adelante, es por eso que si puedo seré quien guíe el paso de estos jóvenes a un futuro mejor, mis palabras son capaces de hacerlo, mis palabras tienen el poder de lograr objetivos que tengan algún tipo de influencia positiva, una que jamás creí tener, estar atrapado en un mundo de letras puede ser una maldición pero una con un propósito. Quiero ser parte de este mundo, porque este mundo… no es tan cruel como parece.