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No llames amor tu hipocresía (PAUSADA - SERA EDITADA) por Adri6

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Bruce abrió la caja aterciopelada de color negro y sonrió, en ella tenía todas las joyas más valiosas de sus padres, con cariño las admiro una por una. Al final y cuando estaba por cerrar la caja, recordó que faltaba el reloj de oro blanco con incrustaciones de diamante de su madre. Lo busco con esmero pero no lo encontró, con un leve desconcierto llamo a Alfred y le pregunto si lo había visto. El mayordomo le dijo que él no ha abierto la caja desde la última limpieza, de eso, hace tres meses. Extrañado decidió esperar, “tal vez lo envía a limpiar por algún tema en especial y no lo recuerdo” –acoto Bruce mientras guardaba la caja.

Apenas llego a la oficina, busco algún recordatorio o boleta en relación con la joya Wayne evaluada en miles de dólares. Vacio cajón por cajón de su escritorio y a medida que el tiempo pasaba su corazón le decía, que lo había perdido. De mal humor llamo a su secretaria y le pidió que llamara a todas las joyerías de la cuidad, “en alguna debe estar” –pensó con frustración.

La secretaria se disponía a irse cuando el abogado entro a la oficina sin ningún decoro, camino decidido hasta el desastre que Bruce tenia, sonrió triunfal y dejo una carpeta sobre el escritorio.

Bruce: hoy no estoy de humor para atenderlo… como puede ver, estoy ocupado buscando…
Abogado: lo que busca no puede ser más importante que lo vengo a mostrarle Sr. Wayne.

Con curiosidad Bruce tomo la carpeta, al abrirla sus ojos se abrieron de par en par. El abogado había logrado obtener varias fotografías del Sr. Kent y su amante entrando y saliendo de un hotel de lujo. Dichas imágenes fueron captadas hace tan solo dos días atrás.

Bruce se sentó en su sillón y sintió como sus manos temblaban ante tal información, Kal se veía feliz, Kal se veía enamorado… los labios de Kal besaban a… pero como si fuese poco, los ojos azules de Bruce se posaron en el reloj de oro blanco y diamantes que traía puesto el nuevo amor del héroe de Metrópolis. Apretó con furia su mandíbula, frunció el ceño y no importándole que el abogado estuviera presente fue que los maldijo.

Se puso de pie y lanzo la carpeta lejos de él, miro por la ventana al tiempo que todo dolía aun más, un fuego quemaba su corazón y conocía esa sensación, era odio… odio puro y justificado, para Bruce el odio es inextinguible, una vez que lo siente no puede detenerse u olvidarse.

Bruce: … no quiero que tenga derecho a nada… ni un solo dólar saldrá de mi bolsillo… si puedes, haz que se quede en la calle y con lo puesto… haz que él y su amorcito vivan debajo de un puente… ¡haz lo que sea pero no quiero verlos disfrutar de la vida a costa de mi!

El abogado sonrió y con dos palabras sello el destino del Sr. Kent: “así será”. Se marcho de la oficina con su nueva misión. Mientras que Bruce permaneció inmóvil junto al ventanal, sus ojos azules furiosos querían venganza, querían humillarlo tal como Kal lo hizo con él, quería justicia.

 


Segunda reunión.

Kal entro a la oficina y se sorprendió de encontrar un lugar completamente desordenado, sobre el piso estaban los cajones del escritorio y papeles, muchos papeles. Dudo si saludar a Bruce pero por cortesía lo hizo, no recibió una respuesta con palabras pero si con la mirada, Bruce le había regalado una aguda mirada felina.

Tomo asiento y espero a que el abogado comenzara a leer el primer acuerdo de divorcio, a medida que el documento era leído, el rostro de Kal se desfiguraba, según el escrito, no tenía derecho a nada y es más, debía pagar una especie de multa millonaria. Sus ojos celestes iban de lado a lado, iban del abogado a Bruce, quien permanecía con la misma mirada, su silencio decía mucho ya que al parecer estaba de acuerdo con lo que el profesional estaba recitando.

Abogado: … ¿tiene alguna objeción?
Kal: ¿objeción?, ¡por supuesto que sí!... ¿dónde diablos están mis derechos?
Abogado: Sr. Kent… le aconsejo que firme, es por su bien.

Para Kal, aquellas palabras eran una amenaza, frunció el ceño y contesto molesto: “no le permito que me hable de esa forma”. El abogado sonrió casi burlesco y Bruce se mantuvo en silencio, observaba cuan cínico se había vuelto su aun esposo.

Bruce: … déjanos solos –con esas palabras el abogado se fue, pero antes de irse dejo el documento frente a Kal.
Kal: … ¿qué le pasa a este?, ¿con que derecho me habla así?
Bruce: ¿hablas de derechos?... ¿qué tal si te hablo de las obligaciones?... ¿te parece bien que hablemos con la verdad?

Frente a eso, Kal nuevamente se sintió nervioso, que Bruce le hable con ese tono de voz es porque una tormenta se aproxima, la misma que termina sobre su cabeza. Se acomodo en el sillón y respiro profundo, con titilación contesto: “claro… ¿por qué no?” El humor de Bruce no mejoro con aquella respuesta, al contrario, empeoro.

Bruce: … ¿has visto el reloj de mi madre, aquel de oro blanco y diamante?
Kal: … ¿por qué me lo preguntas?... sabes que a mí no me interesa ese tipo de cosas
Bruce: claro… a ti no te interesa…

Si tuviera los súper poderes que tiene Superman, Bruce estaba convencido de que podría escuchar latir como loco el corazón de Kal-El. Pero no era necesario tener dichas habilidades para darse cuenta de que el Sr. Kent se encontraba en aprietos, todo lo revelaba y acusaba como culpable.

Bruce: …
Kal: … por dios Bruce, di algo… no tiene sentido que estemos en silencio… ¿qué pasa?
Bruce: … hoy en la mañana, me había levantado con un buen humor ¿sabes?, pensé en hacer lo correcto y dejar que el abogado siga redactando un divorcio justo tanto pata ti como para mi… ese era mi idea hasta que se me ocurrió revisar la caja en donde guardo las joyas de mi familia… mi familia.

Al escuchar eso, Kal comenzó a sudar frio, de su frente bajaban pequeñas gotas de sudor y sin disimulación seco con su antebrazo. Se removió nervioso en su asiento tratando de descubrir una posición cómoda en la cual su enorme cuerpo se sintiera a gusto, después de unos eternos segundos entendió que por más que se esforzara, no la podría encontrar.

Bruce: … en mi inocencia, pensé que había sido yo quien había mandado a limpiar el reloj de mi madre… en mi inocencia le pedí a mi secretaria que llamara a todas las joyerías de la cuidad… en mi inocencia… nunca pensé… nunca se me paso por la mente que tu… serias capaz de robarme
Kal: no fui yo…

Bruce sintió que todo exploto, no resistió el descaro y tomando la carpeta entre sus manos fue que se la lanzo en la cara. Kal la tomo fácilmente y al analizarla su rostro se contrajo en un mar de miedo y arrepentimiento.

Bruce: … sabia que tenias a alguien, lo supe desde hace varios meses… pero eso no me importo, en un punto entendí el porqué lo hacías, mi ausencia te llevo a eso… como me sentía culpable permití que continuaras con tu romance. Pero hoy… al ver la muñeca de esa persona y ver el reloj de mi madre lo entendí… no soy el culpable… eres tú… te digo que ahora mismo quiero de regreso lo que me pertenece porque de lo contrario, hare de tu vida un infierno… puedo crear planes complejos para salvar al mundo así que no me cuesta nada idear planes en los cuales termines peor que excremento
Kal: no me amenaces… no estás en posición
Bruce: ¿no?... tienes poderes pero no inteligencia… tu ya no eres nada para mi, prácticamente eres mi enemigo, no esperes que te trate como tal

Notas finales:

Proximo capitulo: Duelo de titanes.

gracias por leer!!!

besos y que tengan un lindo dia!!!!


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