JungKook mantiene sus manos en forma de puños mientras los tipos de siempre le sueltan insultos a diestra y siniestra, sin importarles ni un poco que cada una de sus palabras cale profunda y dolorosamente en el pecho del chico. Jeon se mantiene pensando, '¿qué pasaría si un día dejo de ser tan cobarde y me defiendo?' y pronto la respuesta llega a su mente. Sería respetado y temido, nadie volvería a burlarse nunca de él, de su físico, su edad o alguna otra imperfección que tenga.
Solo debe dejar de ser tan cobarde, o simplemente debe dejar de ser tan imperfecto. Sí, esa es la respuesta. La violencia solo genera más violencia y él la aborrece, solo debe dejar de ser tan imperfecto. Siendo perfecto no tendrían más motivos para burlarse de él.
Él necesita la perfección. Y tan pronto levanta la vista al escuchar las burlas cada vez más y más lejos junto a los pasos, encuentra la perfección absoluta en forma de pequeños ojos felinos, piel pálida, labios rosas y cuerpo delgado.
Era la perfección, y JungKook debía aprender un poco de ello. Sus 60 kilos no eran perfección, su piel quemada tampoco, ni su nariz grande –porque oh sí, su nariz era uno de los motivos por los cuales siempre era objeto de burlas–. La perfección estaba frente a él, y por unos segundos pensó, '¿alguna vez podré llegar a ser tan perfecto como él?' La respuesta era un absoluto 'no' por parte de su conciencia.
Ese chico era un nivel más allá de la perfección. Era hermoso. Una obra de arte.
Pero la perfección se alejó tan pronto como un alegre chico de cabellos anaranjados se acercó a él. JungKook lo reconoció como uno de los idiotas imperfectos que solían molestarle.
Park JiMin era un ser absolutamente imperfecto. Sus dientes eran grandes al igual que su boca, su nariz demasiado pequeña para su rostro, sus ojos eran solo una línea sin chiste, tenía buen cuerpo, pero ese era el único buen detalle que podría tener ese sujeto. Era completamente imperfecto.
¿Cómo alguien tan asqueroso como Park JiMin se atrevía a burlarse de él, siendo también alguien imperfecto? No lo sabía, y tampoco le interesaba mucho en estos momentos. Solo quería llegar a casa, ducharse y tirarse a dormir en su cama. No haría la tarea, a fin de cuentas como el nerd que era ya estaba exento en todos los exámenes.
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Los días pasan, y JungKook está cada vez más y más lejos de la perfección. ¿Cómo planea bajar de peso tan rápido en solo una semana? Tal vez si dejase de comer... no, eso solo le haría ver horrible. Él está consiente de que la comida es importante para tener un buen cuerpo, así que se limita a hacer ejercicio hasta que no siente las piernas o brazos, o incluso, hasta que de tanto hacer abdominales el vientre le arde y cae desmayado del agotamiento. No le importa sudar como cerdo si a cambio tendrá un cuerpo perfecto.
Lo hizo una rutina diaria, y en un mes su cuerpo se acostumbró completamente al ejercicio intensivo al que era sometido.
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La perfección sigue ahí, rondando a su alrededor, pero siempre lejos.
La perfección tiene nombre y apellido, también una edad y gustos propios, lo cual lo hace único, pero desgraciadamente también tiene dueño, y ese pequeño detalle hace que la sangre de JungKook hierva de la furia.
Ese chico imperfecto, ¿cómo se atrevía a besar de esa manera tan sucia a su perfección? ¿cómo se atrevía a pasar sus diminutas y asquerosas manos por el perfecto cuerpo de aquella hermosa obra de arte?
Odiaba a JiMin por ser imperfecto y estar tan cerca de la perfección.
Ahora lo entendía, necesitaba acercarse a ese ser perfecto. Lo necesitaba para que un poco de su perfección se le pegara y dejara de ser esa persona asquerosamente imperfecta.
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Min YoonGi se presentaba como un chico frío, distante, pero era todo lo contrario. Jeon se dio cuenta de ello cuando, al seguirlo a su casa después de la salida, lo encontró alimentando a un gato abandonado bajo la lluvia. YoonGi había gastado dinero comprándole comida al felino e incluso lo llevó a su casa.
Cada vez más y más perfecto, pensaba JungKook. Y él estaba cada vez más y más lejos de la perfección.
Necesitaba acercársele a como diera lugar, así que siguió caminando hasta chocar con la perfección un día viernes, cuando faltaban diez minutos para que la campana sonara, indicando que era hora del descanso.
La perfección le sonrió, pidiéndole disculpas por manchar su camisa con el líquido caliente del café que antes sostenía entre sus pálidas manos, y el corazón de JungKook tembló porque sabía que era completamente su culpa, había sido intencional el choque así que la perfección no debía disculparse, pero, aún así lo hizo.
La perfección era amable.
Hablaron amenamente esos diez minutos, la perfección sonreía mucho y el corazón de JungKook latía cada vez más y más rápido, completamente nervioso. Sentía sus mejillas rojas cada que ese ser perfecto reía al escucharle hablar tan bajito.
"Eres muy tímido, ¿eh?" había dicho, mientras una de sus suaves y masculinas manos le despeinaba el ya de por sí alborotado cabello castaño a JungKook. "Es lindo encontrar a personas así hoy en día. Al parecer todos han sido corrompidos ya, pero tú no. Eso de cierta forma me alivia, quiere decir que este mundo aún no se va al carajo."
JungKook no sabía que hacer. Era... tan perfecto, que se sintió celoso.
A YoonGi todos lo querían, y a él todos lo odiaban. Pero ya no importaba, al parecer él, siendo tan imperfecto, la perfección le aceptó a su lado, iniciando una amistad inocente.
YoonGi le cuidaba mucho, solía decir que era muy pequeño para cierto tipo de cosas así que cuando alguien fuera de la escuela intentaba aprovecharse de JungKook, YoonGi aparecía y actuaba como un maníaco para que dejaran al castaño en paz. Eso de cierta forma era... perfecto.
La perfección era protectora.
Su amistad era perfecta, pero algo cambió y JungKook está consiente de ello. Él cambió. YoonGi dejó de ser el mismo, terminó su relación con JiMin –el cual enfureció y culpó a JungKook de su fallida relación con YoonGi– y se volvió distante. Todo cambió a su alrededor.
YoonGi comenzó a beber, su pálida y perfecta piel se notaba amarillenta, bajo sus ojos aparecieron círculos oscuros y cada cosa que hacía de él alguien perfecto, se pudrió.
Y a JungKook poco a poco comenzaron a amarlo y admirarlo.
JungKook no quería ver a la perfección desaparecer. Él vivía por YoonGi. Despertaba cada mañana con ansias de ver esa perfecta sonrisa infantil en los labios de su chico perfecto, pero ya no quedaba mucho de el ser perfecto que él necesitaba.
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YoonGi le mira con ojos desorbitados, su perfección es nula, y JungKook se siente asqueado. ¿Cómo esa persona tan perfecta pudo terminar en 'esto'? Ese ser mal oliente y asqueroso que ruega por una botella de vino y va a bares todos los fines de semana, dejando que manos desconocidas recorran su antes perfecto cuerpo que ahora se nota tan delgado, hasta el punto enfermo. Y lo peor, ¿cómo alguien que se acerca un poco a la perfección como él, puede estar cerca de esa cosa?
"Eres asqueroso, YoonGi. Mira en lo que te has convertido" murmura cerca del rostro del otro chico. El de pelo menta le mira mientras su cuerpo tirita del frío e intenta desatar sus manos. "No puedo creer que hayas decidido seguir el camino de la imperfección..." gruñe "antes tú... eras tan perfecto, que te tenía envidia. Ahora eres tan imperfecto que te tengo lástima."
YoonGi hace un ruido, intentando responderle y JungKook le quita la cinta de la boca, queriendo escuchar sus palabras.
"¿imperfecto?" suelta YoonGi, su voz sonando rasposa, forzada. "Tú eres imperfecto, intentando lucir como yo para que te quieran, ¿acaso no te quieres a ti mismo?"
JungKook abre los ojos ante aquellas palabras. Un espejo enorme le hace tener una vista impecable de su absoluta perfección, o su casi absoluta perfección. Para ser perfecto solo faltaba una sola cosa.
Su cabello en color menta luce completamente perfecto, brillante y sedoso. Sus labios antes agrietados y sin color ahora tienen un deseable color rosa y su forma es absolutamente perfecta. Su ropa está completamente limpia, blanca con toques negros por aquí y por allá. Y su piel ahora extremadamente pálida ni se diga, simplemente 'perfecta'.
"¿Copiando mi estilo?" la voz de YoonGi vuelve a escucharse, cínica. "Si quieres ser perfecto, quiérete un poco a ti mismo y no trates de ser alguien más, Jeon"
"No soy «Jeon»" responde con una sonrisa. "Soy YoonGi, Min YoonGi, y soy absolutamente perfecto."
"Eres Jeon JungKook, una escoria más en el mundo, alguien enfermo buscando la perfección en donde no la hay" ríe burlón. "¿No te bastó con hacerme terminar con mi novio? ¿No te bastó con robarme a mi familia, mi estilo, mi personalidad o mis amigos? ¿Ahora quieres robar también mi identidad?"
Jung- No, el YoonGi perfecto mira al YoonGi imperfecto desde arriba, sacudiendo el polvo invisible de su ropa.
"No estoy robándole la identidad a nadie. Solo existe un Min YoonGi en el mundo, y ese soy yo."
"No, yo también existo."
"No por mucho tiempo."
El YoonGi perfecto se aleja del imperfecto, sale de esa casa y cuando ve el final de la fina línea que ha formado con gasolina, saca su pequeño mechero, encendiéndola de inmediato. El hilo de fuego se extiende a la casa y pronto comienza a arder en llamas.
Los gritos de auxilio de aquel ser imperfecto se escuchan, pero nadie acude a socorrerle y las llamas consumen en pocos minutos esa cabaña de madera vieja. Por supuesto, nadie escucha a alguien que ya no existe.
Y mucho menos lo escucharán estando tan lejos de la civilización.
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Camina lentamente por las calles, captando la mirada de muchas personas, pero siendo el ser perfecto que es, los ignora. Nadie imperfecto se acercará a él, un ser absolutamente perfecto.
Siente un golpe en la cabeza, fuerte, el cual le hace ver doble por unos segundos, y rápidamente siente unas grandes manos tomarle por los hombros, evitando su caída.
"¿Estás bien?" escucha aquella voz profunda y pronto sus sentidos se alertan.
Esa voz es absolutamente perfecta.
"Lo siento, estaba jugando con unos amigos y golpee la pelota muy fuerte, fue un accidente, ¿te duele?" aquella mano se posa sobre su cabeza, acariciando la zona dañada y el nuevo YoonGi alza la mirada. "Soy Kim TaeHyung, mucho gusto" una sonrisa hermosa se forma en aquellos carnosos labios.
Y JungKook cree que ha encontrado otro ser perfecto en la tierra. Pero jamás deben existir dos seres perfectos en un mismo mundo.
"Soy Min YoonGi, el gusto es mío, hyung~"
...
¿Esta es mucha perfección para ti?
A veces la maldad, se disfraza de inocencia.