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Excepción por Kogan

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Notas del fanfic:

Temáticas: Primer beso y Shota.

Notas del capitulo:

Yo debía esto para el 14, pero no he podido cumplir con ello. No obstante, lo entrego ahora. Espero les guste el resultado -que no es más que un montón de cháchara acerca de Akashi- y feliz Mes MuraAka.

Akashi juega con sus dedos mientras observa a los niños que han quedado a su cuidado. No puede creer el rumbo que han decidido tomar sus pensamientos desde cierto incidente ocurrido en el aula de último grado, y quizás sea por ello que no puede evitar su nerviosismo. Porque en el exterior podrá parecer calmo e imperturbable, pero por dentro sus propios pensamientos lo consumen de a poco.

 

¿Y cómo no, si toda la semana ha estado así?

 

"Akashi-senpai, ya terminé", escucha casi al final de la fila que se encuentra frente a él. Se sacude el estupor, los pensamientos inconscientes y se acerca hasta el niño de cabello castaño que no hace mucho esfuerzo por esconder su sonrisa avergonzada.

 

"Muy bien, Sakurai-kun. Déjalo para que lo revise después junto con el profesor y puedes salir."

 

"¡Gracias!" Una última sonrisa antes de que se vaya el chico y un "Con permiso" antes de salir del aula dejan a Akashi seguir vagando en sus pensamientos y preguntarse cómo es posible. ¿Quién se cree ese niño que es para llegar y alborotar su plan perfecto? Las consecuencias de sus actos tendrán sus debidos efectos en algún punto, y Akashi no puede dejar de pensar en ello, pero más importante, no puede pensar en lo que dirá si alguien le cuestiona su falta de disciplina.

 

Es decir, ¿Akashi Seijuurou, permitiendo actos que falten a su recato como hombre y como persona? ¿Se creerían tal cosa?

 

"Yo también terminé, senpai."

 

"Ahora voy."

 

Ni en sueños.

 

"Moriyama-kun, ¿dónde están tus opciones?"

 

"No quisiera pensar en ello aún, así que prefiero dejárselo al destino, hm."

 

"Entiendo. Vuelve para el receso, hablaremos de ello más a fondo con el profesor."

 

"¿Eh? No, no, espere. Lo haré." Akashi asiente, entrega la hoja de papel y, no sin antes dar un último vistazo al chico, continúa paseándose entre los pasillos que le permiten las filas de alumnos.

 

¿Qué clase de persona se lo creería? Akashi, permitiendo que alguien sobrepase sus límites, que extenúe su paciencia, que exprima sus conocimientos para responder hasta la más simplona de las preguntas, y que se atreva a robarle un pedazo de suspiro. Un primer beso. Es algo difícil de imaginar, y no quiere pensar en los altos mandos y directivos intentándolo.

 

Su intachable actitud se vería manchada, su vida ya planeada se iría por un tubo junto con su orgullo y quizás hasta se llevaría su estatus.

 

No obstante, no logra encontrar una razón que sea suficiente como para que le molesten los actos del niño que tiene a su cargo. Lleva toda la semana pensando en ello y ni una sola vez ha logrado fruncir el ceño al hacerlo.

 

"Akashi-senpai", escucha en una voz firme que le hace voltearse completamente.

 

"¿Sí?" responde cuando se acerca al pupitre del chico que le señala un pequeño cuadro en blanco en su hoja.

 

"¿Qué debo poner en este espacio?"

 

"Ah, eso debe rellenarlo el profesor. ¿Terminaste ya, Midorima-kun?", pregunta extendiendo la mano.

 

"Sí, con permiso", le responde el chico de cabello verde ajustándose los lentes y entregándole la hoja al pelirrojo, quien se adelanta a ponerla en el escritorio y volver a sus reflexiones.

 

La situación no tiene sentido dentro de su cabeza, pero si puede pensar en algo es que este chico logra algo que nadie había conseguido en él: lo ablanda. Y no solo su gesto es más relajado cuando está con él, sino que casi puede sentir cómo sus hombros se destensan y sonríe más frecuentemente.

 

Quizás sea por eso que responde a todas sus preguntas, que le permite un dulce demás y que no se atreve a molestarse con él.

 

¿Pero por qué logra ese efecto en él? ¿Qué tiene de especial ese gesto bobalicón, esos ojos caídos, ese niño en general? ¿Qué?

 

"¡Senpai!"

 

"Voy."

 

Es algo que Akashi no logra descifrar aún.

 

"¿Tienes alguna duda, Momoi-san?"

 

"No, ya terminé. ¿Puedo salir?", pregunta la chica de ojos rosas. Akashi asiente y ella se levanta con una sonrisa.

 

"¡Nos vemos después, Akashi-senpai!"

 

"Adiós, Momoi-san." Akashi toma la hoja que la chica ha dejado en su pupitre y la lleva adonde las demás.

 

¿Qué debe pensar? El chico no parece tener nada especial de buenas a primeras, pero si logra que esa alta muralla de disciplina no sea más que una piedra por patear en su camino, debe tenerlo, ¿no? En verdad Akashi no sabe qué pensar de ello. Ni de sí mismo.

 

"¡Akashi-senpai, ya terminé!"

 

"De acuerdo, Hayama-kun. Puedes retirarte."

 

"¡Gracias!"

 

Si ni siquiera puede ponerle un alto a una nimiedad como un beso, ¿qué podrá esperar de su futuro? ¿Dónde queda su tan buen modo de disciplinar a niños un par de años más jóvenes y perdidos que él? Debería ser sencillo para él dar un sermón, una razón para dejar de hacerlo, o al menos darle una mirada que le impida volver a acercársele con esas intenciones, pero es que le resulta sencillamente imposible.

 

No logra verse haciendo tal cosa, más aún con él.

 

¿Por qué ese chico atraviesa sus filtros tan fácilmente?

 

"Akachin..." Escucha detrás de sí a la vez que siente un tirón en su camisa. Se voltea hacia el chico y se lo queda mirando un par de segundos más de lo que debería, aún intentando descifrarlo.

 

"¿Terminaste?", pregunta cuando se da cuenta de que el chico aguarda sin decir palabra. Sin embargo, solo recibe una negación cansada con la cabeza, por lo que vuelve a probar suerte. "¿Tienes alguna duda?" Pero, una vez más, solo recibe una negativa. Esta vez su duda se ve reflejada en la ceja que alza casi sin querer. "¿Entonces?"

 

"Akachin está pensando mucho."

 

Seijuurou abre los ojos ante la respuesta del niño que sigue mirándolo directamente durante un rato más antes de volver la vista a su hoja. Akashi parpadea lentamente, estupefacto. Claro, ahí está; esa es su razón.

 

Murasakibara Atsushi es quien le desnuda las intenciones y las acciones, por supuesto.

 

Es por eso que Akashi no logra molestarse con él, ni pensar siquiera en reclamarte. Porque, a pesar de ser tan distintos como lucen, él logra entenderlo mejor que nadie.

 

"Tal vez tengas razón, Murasakibara."

 

El chico de cabello morado observa embelesado la sonrisa que le ofrece su senpai durante un par de segundos, y decide que no volverá a robarle un beso en el futuro sino muchos más, por lo que simplemente dice:

 

"Y está enamorado."

 

Para poder deleitarse nuevamente con la expresión de sorpresa que le muestra el pelirrojo.

Notas finales:

Lamento no poder escribir lo que tenía planeado para este día, pero debía estas temáticas para el día 14 y en lugar de ello publicaré esto. (?) Espero hayan disfrutado del evento y de todo lo que nos pudimos empapar de esta pareja. ¡Feliz último día del Mes MuraAka!


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