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Flawless World por Lawli Bemma

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Notas del fanfic:

Ni X-Men ni sus personajes me pertenecen ;-; todos los derechos a Marvel.

Esta historia es básicamente lo que a mí me encantaría que hubiese pasado en las películas. 

Tomo First Class, X-men 1, X-men 2 y Days of Future Past, intento darles orden cronológico y las adapto a una triste versión homosensual con final feliz.

Notas del capitulo:

¡Hola!


Me he estado preguntando qué hubiese pasado si Logan se unía a Charles y Erik en el reclutamiento contra Shaw, de ahí nació la idea.


¡Espero que les guste! 

 

“Bones sinking like stones 
All that we've fought for 
Homes, places we've grown 
All of us are done for”.

 

Dejó de sentir el leve mareo que siempre lo invadía cuando estaba a miles de pies en el aire y sació su necesidad de prender otro habano en cuanto el jet tocó la nieve. Para Logan, era en verdad incomodo estar entre el Profesor, la persona a quien más le debía,  y de Magneto, una de las personas a quien más odiaba; era incluso más incomodo sabiendo la relación que había entre ambos. Se permitió ser el último en bajar, incluso disfrutó la forma en que la nieve quemaba sus mejillas.

‘Cualquier cosa es mejor que volar’ pensó al ver el templo al que habían llegado, el lugar más seguro, para ellos, en todo el planeta y ‘es mejor que nadie’ cuando algunos mutantes salieron a su encuentro. Al menos tenía el privilegio de ver a dos antiguos alumnos, si es que al sobrevivir a tal masacre se le podía llamar privilegio.

Su mente y sentidos se pusieron a trabajar en lo que a él más le importaba: protección. Nada debía escapársele, cualquier sonido, olor o sensación podría encender en su cabeza las alarmas que le advertían la llegada de los centinelas. La pequeña comunidad de mutantes a su alrededor eran su razón de continuar, esa diminuta y última gota de esperanza que en ese momento discutían la posibilidad de viajar al pasado y crear un nuevo futuro.

Sus sentidos se apagaron, su esperanza disminuyó aún más. Kitty, que un tiempo atrás fue una de sus mejores alumnas, ahora destruía el último plan que les quedaba, –Sería imposible que el Profesor viajara tantos años al pasado sin que su mente colapsara por completo–.

–¿Qué pasaría si la mente de alguien se pudiera recuperar…si alguien sanara tan rápido como se despedaza?– no lo analizó, ni siquiera pensó haberlo dicho en voz alta.

Creyó que nunca había sufrido de ansiedad hasta ese momento en que sintió sobre sí las pesadas miradas de todos, miradas que depositaban todas sus esperanzas en él. No tendrían otra oportunidad. Logan vio cómo las puertas del templo se cerraban como si pudieran cumplir con su antigua función de protección y tras ellas se quedaban mutantes que, sabía bien, jamás volvería a ver con vida si fallaba. Se hizo a la idea de que la vida de todo mutante pendía en sus manos.

Antes de que pudiera ir al lugar que le correspondía, un Magneto completamente diferente al que creía conocer se posó frente a él, sintió su piel erizar al ver en aquellos ojos, por primera vez, gritos de ruego y esperanza –Necesito pedirte algo–.

–¿Qué es lo que quieres, Magneto?– Erik se giró lentamente, dedicó una suave y triste mirada al hombre en silla de ruedas y después una cómplice a la chica que intentaba permanecer tranquila y no gritar mentalmente lo que estaba a punto de hacer.

–Un cambio de planes. Prácticamente todo esto es culpa mía, yo puse a todos en este oscuro camino, si en ese momento aquel suceso se hubiese evitado, estoy seguro de que todo cambiaria–.

–¿Qué suceso?– Entre sombras y susurros, un nuevo plan fue acordado. No sería necesario salvar la miserable vida de Bolivar Trask, no si podía salvar una más plena y alegre.

 

...

 

–Básicamente tu cuerpo dormirá mientras tu mente viaja por el tiempo, durante tu viaje el pasado y el presente seguirán coexistiendo pero cuando despiertes lo que hayas hecho se afianzara y se convertirá en historia…– escuchaba las palabras de Kitty distantes, llenas de miedo y no podía ignorar el temblor de las manos que intentaban calmarse a los costados de su cabeza.

Ni siquiera estaba convencido completamente de las palabras de Magneto y aún así ahí estaba, jugándose el futuro de todos. –Esto va a doler– cerró los ojos y no tuvo oportunidad de analizar las últimas palabras de Kitty cuando un intenso dolor comenzó a dominar todo su cuerpo, todo comenzó a nublarse y desvanecerse.

 

… * …

 

Lentamente sus ojos se abrieron. Curiosamente, el intenso mareo que sentía al estar en un avión estaba presente a pesar de que se encontraba apenas en un colchón de agua, en el agradable calor de un par de brazos femeninos. Súbitamente recordó todo y la razón por la que se encontraba en aquel lugar. Aventó sin consideración a la mujer que prácticamente tenía encima y bufó un poco, mientras se vestía apresuradamente, al ver cómo la chica seguía durmiendo a pesar del movimiento brusco.

Comenzó a cavar en sus memorias, intentando recordar en dónde se encontraba aquel día. “Ese día en el bar”, Magneto susurró en sus recuerdos y se apresuró a llegar al bar donde estaba seguro que los vería y esta vez, todo sería diferente. “Tienes que evitarlo”. Abrió la puerta de golpe y no le importó haber llamado la atención de todos en el local, simplemente tomó asiento en la barra y pidió varias bebidas en el transcurso del tiempo.

Comenzaba a preocuparse y desesperase cuando veía pasar las horas pero ninguno de los dos se presentaba. Tictac tic tacretumbaban en sus oídos. Tomó de su bolsillo un nuevo habano y comenzó a fumarlo como loco, apenas pudo calmarse cuando aquella desagradable voz por fin se dejó escuchar. –Disculpa soy Erik Lehnsherr–.

Se levantó de golpe evitando que el más joven hablara, sacó dinero de su pantalón y lo lanzó a la barra –Sí, sí, sí Erik Lehnsherr y Charles Xavier ¿dónde demonios estaban? No tengo su tiempo– salió del bar siendo seguido por el par de hombres que no hacían más que mirarse fijamente, llenos de preguntas. –¿Ya terminaron de reunir su mini ejército?–.

–Oye espera, espera ¿Cómo sabes eso?– un castaño, caminante, y casi reluciente, Charles lo detuvo. Era tan extrañamente cautivador que casi pasaba por alto el hecho de que comenzaba a aparecer en aquel joven rostro el gesto que le decía “Puedo leer hasta tus más profundos secretos”.

–Ni se te ocurra entrar en mi mente Charles– el gesto se rompió en uno de desconcierto. Se fijó en el hombre dentro del bar que lo había atendido y supo por su gesto y el arma que el dinero que había dejado en la barra no había sido suficiente –¿Saben de un lugar más tranquilo para hablar?– Charles hizo un gesto para tranquilizar a Erik y se giró a la puerta mientras sacaba su billetera.

 

 

Charles y Erik habían tardado horrores en llegar al bar, sí, y la razón de aquello había sido que Erik Lehnsherr sentía vergüenza. Tantos viajes, tanto tiempo a solas con Charles… no eran razón suficiente para que cada mañana despertara y se diera cuenta de que había pasado toda la noche prendido del castaño como si fuera su peluche.

No, no. Eso no debía repetirse ¿qué pasaría el día en que Charles despertara primero? No, no, no, ni pensarlo. Erik necesitaba una habitación doble en aquel hotel y eso tendría aunque tuviera que esperar a que alguna se desocupara. Eso obtuvieron y eso ocuparon; ambos mutantes escucharon a Logan, sin hacer interrupciones verbales o mentales.

–Entonces… Logan ¿Verdad? vienes de 50 años en el futuro a intentar prevenir una guerra– asintió varias veces mientras repasaba lo que acababa de decirles, no los culpaba si se rehusaban a creer semejante locura pero Charles no lucía tan indispuesto a creerlo, era Erik quien se negaba a aceptar que un demente agresivo venía del futuro para salvarlos a todos.

–Charles ya basta, esto es ridículo, no podemos hacerle caso a cualquier loco que venga a decirnos que es nuestra salvación. Además no necesitamos de una niñera– Logan sonrió ampliamente, en verdad iba a gozar ahora que su esqueleto no era metálico.  Tomó el cuello del alemán con fiereza y lo hubiese estrellado contra la puerta del baño si Erik no la hubiese abierto manipulando el pomo.

Terminaron en el suelo. Logan suavizó un poco su agarre cuando comenzó a escupir sus palabras con odio –Escúchame bien, Magneto, ¿quiéres saber por qué estoy aquí? Tú mismo me imploraste que salvara a tu “amorcito”–, los ojos de Erik se abrieron mostrando interés, escuchó a Charles llamar a Logan y antes de que pudiera entrar al baño volvió a manipular el pomo cerrándole la puerta, casi en la nariz.

–¿Qué pasa con Charles?– el sólo escuchar aquel tono de preocupación en el magnético, aunque fuera casi imperceptible, le hacía soltar una leve risa, después de todo sí hubo una época en la que Erik Lehnsherr tuvo sentimientos.

–Que lindo, no he dicho su nombre y sabes quién corre peligro– se levantó y con un simple movimiento también levantó a Erik, prestaron atención a los golpes y llamados de Charles en la puerta y se miraron fijamente. –Tan sólo procura escucharme– se escuchó un “Click” en el seguro de la puerta e inmediatamente Charles entró mirando a ambos preocupado.

–¡Erik!– éste miró fugazmente a Logan y pensó que tratándose de Charles y solamente por Charles, podría seguir algunas órdenes –Suficiente, tienes razón Erik, no necesitamos de un loco en el equipo– lo tomó del brazo y caminaron unos cuantos pasos hacia la salida de la habitación.

–Te conozco Charles, somos buenos amigos… tus poderes empezaron a los nueve, pensaste que te estabas volviendo loco con todas esas voces ahí dentro y hasta los doce años te diste cuenta de que esas voces estaban en la cabeza de alguien más…– se detuvo y giró mostrando una combinación de temor y curiosidad, soltó a Erik y volvió sus pasos –¿Continúo?–.

–Jamás le he dicho eso a nadie–.

–No aún no… pero lo harás–.

Charles apretó los labios hasta que su color carmín desapareció, se sentó en la orilla de la cama y miró de forma coqueta a Erik –Me convenció–.

Erik miró con molestia al mayor y tomó asiento junto a Charles, –bien… ¿Ahora qué?– Logan meditó bien lo que debía hacer y lo que tenía a su disposición. Le fastidiaba andar de Cupido y tampoco tenía mucho tiempo, pero si con ello lograba salvar a sus hermanos mutantes… suspiró y abrió la puerta de la habitación conjunta, por el momento se conformaba con hacerlos dormir en la misma cama.

–Ahora se duermen y mañana en la mañana nos largamos–.

–Espera. Hace un momento me llamaste Magneto, ¿por qué?– Logan entró a la habitación vecina y apenas respondió antes de cerrar la puerta.

–Así te llamarán dentro de poco–.        

Notas finales:

Espero que les haya gustado.

¿Algun comentario, duda, consejo, critica? Con mucho amor lo recibo y contesto.

¡Muchas gracias por leer!

 


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