Se encontraba quieto, sin mucho que hacer, solo viéndose, en ese espejo empañado por el vapor, mirando una silueta borrosa que sentía cada vez no solo más distante sino ajena a el mismo… y aun así… aunque deseo poder tener la libertad de poder tocar aquel cuerpo, aquella sensación de que se estaba perdiendo en una mente completamente en blanco… un sentimiento de dolor, de soledad y de terrible ira le invade…
Es como verse a sí mismo a mitad de un bosque o lo que alguna vez debió de haber sido un bosque… ahora solo quemado por el fuego de lo que seguramente alguna vez fue una explosión… y aun así, lo que llama mas su atención no es otra cosa sino los desgarradores gritos de quien toma como alguien ajeno de si mismo pero que a la vez siente como propio…
No tarda nada en vislumbrarse entre el fuego, el caos, los escombros y la terrible tormenta que no puede hacer nada por apagar el fuego de la ira; se puede ver la silueta de una persona, tal vez 2, un joven de cabellos azules, con ropas desgarradas, hechas girones y maltratos, su piel cremosa manchada por el barro y la sangre, sus lagrimas caen como una suave brisa que es acompañada por la tormenta que ataca su cuerpo sin piedad, como si no le importase que llora aquel joven la perdida de quien tiene entre sus brazos ahora sin vida
Un castaño de piel más blanca que la suya, su cuerpo mas herido que el contrario pero algo más que claro, una notoria herida en su pecho, justo donde debe de ir el corazón y donde brota el charco de sangre negra combinada con la tierra y el agua, aquel joven que llora la muerte de quien le ha salvado solo puede recordar y ver pasar por su mente las mismas palabras una y otra y otra y otra vez como a un mantra o a una grabación trabada…
“De nada sirve la venganza, no me devolverá lo que he perdido hoy” y es verdad, el mejor que nadie le contó una vez al castaño que ahora yace entre sus brazos que la venganza no solucionaba nada… el mejor que nadie lo sabía y el mejor que nadie lo había puesto en práctica, incluso había protegido a tantos de caer en la “venganza” y aun así… en esos momentos era algo tan apetecible como el mejor camino para poder llegar a una satisfacción que sabía que a futuro solo le causaría un gran dolor pero… el dolor del momento ya lo cegaba demasiado, el odio, la ira, la impotencia de saber que el contrario había muerto por tratar de protegerlo…
Las lagrimas que aparecen como una suave brisa pronto se transforman a algo peor… a una tormenta, y con el llorar más doloroso del peliazul, la tormenta que azota por los alrededores incrementa siendo capaz de tirar los arboles que no fueron quemados con la explosión que logró el castaño de alas de dragón carmesí con dorado
Los gritos comienzan a hacerse más fuertes mientras Aichi ve con increíble precisión como el castaño se ilumina y finalmente desaparece en partículas de luz que rápidamente suben al cielo perdiéndose entre las gotas de lluvia y las nubes negras que no paran de llorar con Aichi; su dolor, aquel que lo escuche siquiera, se partiría con su dolor ajeno, sentirlo, escucharlo, saber que ha perdido algo que nunca más podrá recuperar no es fácil para nadie y menos para alguien como él… pero… así como sus lagrimas aparecen de golpe y se niegan a desaparecer… igual se esfuman como si nada, desapareciendo mientras su corazón se oscurece con el dolor que invade…
Se levanta mientras las lágrimas se terminan de confundir con la tormenta, no toma mucho tiempo en que finalmente desaparecen y la tormenta para de igual manera pero sin permitir al sol mostrarse… Aichi por fin mira al frente, ha tomado una decisión, una, que sabe que no le traerá nada bueno pero que encuentra más satisfactoria que la venganza…
-matare todo lo que se ponga en mi camino… incluso, a los que han asesinado a mi pareja- sentencia mientras una ligera sonrisa oscura se posa en sus labios, al tiempo que el brillo “vendito” que había poseído desde siempre va desapareciendo volviendo a sus doradas alas, de un color más opaco, casi… como si fueran bañadas por la oscuridad, mira sus alas sin mucha importancia y finalmente mira a sus alrededores encontrándose en el centro de lo que fue la explosión que salvo su vida y asesinó a su amado castaño, lo vivido hasta hace una cosa de nada aun hace a su sangre hervir entre la ira y el caos, solo desea destruir y no se le hace una mala idea comenzar con los restos que tiene frente suyo…
-no cobraré venganza… pero ya no seré alguien que busque la paz- sentencia mientras de entre sus manos, la esfera de energía que alguna vez fue de un hermoso color azul ahora se muestra de un color carmesí, la mirada apagada de Aichi brilla con maldad y desquiciada por el dolor ajeno
-mueran… que todo lo vivo muera a mis pies- sentencia con una sonrisa desquiciada mientras lanza el ataque al frente suyo comenzando así su camino de sangre…
… … …
-no te quedes ahí o te resfriaras- escucha repentinamente una voz que le hace volver a la realidad, que le obliga a salir del dolor y del asfixiante sentimiento de odio que por unos momentos había sentido como propio, mira frente suyo, el espejo sigue igual de empañado, su piel que hasta hace una cosa de nada se enchinaba por el frio del ambiente lluvioso donde se creía encontrar ahora es cálido, enchinado de nuevo pero por la percepción del húmedo cuerpo mojado del castaño que le abraza desde atrás de un modo cálido que le encanta y le hace sentir la calidez que en su mente, en ese extraño sueño sentía ya perdido…
-lo siento, no estaba haciendo nada- le dice sonriente mientras comienza a sentir una agradable sensación en su cuello, su amado esposo ha comenzado a besar su cuello de ese modo que le enloquece, debe de ahogar un nuevo gemido de sorpresa cuando siente como aun con la toalla amarrada en la cintura, su lujurioso esposo ya ha comenzado a subirla mientras acaricia sus piernas con esas manos ligeramente húmedas dándole una sensación por demás acogedora sin contar que lo apega más a su cuerpo sintiendo el húmedo calor del contrario, comenzando el castaño a introducir lentamente su rodilla entre las piernas del contrario, es entonces que Aichi se gira levemente para abrazarlo por el cuello y fundirse en un amoroso beso, sintiendo por unos momentos la necesidad de olvidar de nuevo, esta vez no por medio del dolor y una mente en blanco, sino por las cálidas y amorosas caricias de su esposo, sintiendo la necesidad de olvidar lo que acababa de vivir como una mala pesadilla en los brazos de quien fue la causa de aquella mala alucinación
-vamos, no hagas ruido- susurra el castaño mientras lo guía con cuidado hacia fuera del baño personal que poseen y finalmente llegan a la recamara que comparten, recostando con cuidado el cuerpo del doncel, mientras continua devorando con esa gula gloriosa los labios del contrario, Aichi se separa un poco sonriendo suavemente
-nos acabamos de bañar…- dice en un suave puchero divertido sabiendo que eso poco le iría a importar a su esposo que, una vez que se pone de ese modo pasional, es difícil calmarlo a menos que sea por causas de mayor peso, sin embargo solo recibe como respuesta una risa nasal burlona de parte del que ya ha desaparecido la toalla de ambos dejándolos desnudos, Kai simplemente sonríe mientras se relame los labios acercándose de nuevo a los ajenos
-solo no hagas ruido para que no nos escuchen- susurra mientras abre con cuidado sus piernas pasando su mano por entre su vientre y su cuerpo hasta llegar a su entrada la cual con cuidado comienza a ensanchar, Aichi sonríe por poco tiempo mientras sus labios son apresados por el castaño que no para de besarlo
Y así, entre pequeños gemidos deseosos cubiertos por los besos de ambos, los esposos se unen en una danza pasional llena de amor y deseo, con todas las intenciones de ocultar lo que hacen a sus hijos que seguramente aun seguirán despiertos a estas horas de la noche terminando sus deberes de la escuela, no importa mucho mientras ambos se funden en uno acabando abrazados, llenando sus interiores y diciéndose una y mil veces las mismas palabras llenas de amor que ambos conocen a la perfección; se miran entre ellos, con respiraciones agitadas, con gemidos bajos para no llamar la atención, es ahora que se siente más excitante al saberse que no deben ser descubiertos que les encanta la situación, sonríen cómplices, diciéndose con las miradas que están listos para una segunda ronda cuando todo es interrumpido
-¡Suou eso es mío!- escuchan un grito molesto de parte del menor seguido del ruido de algo cayendo y luego otra cosa siendo rota como el cristal
-¡mira lo que has hecho Tasuku!- ruge el mayor para posteriormente sonar lo que están seguros ambos padres es una batalla sin sentido por algo que hayan destruido, ambos se miran y una pequeña risa divertida surca los labios de Aichi al saber que ya no podrán seguir pues tienen que ir a ver a sus hijos antes de que ambos acaben de nuevo en un lock como aquella primera vez; se cambian y preparan para salir, no sin antes claro está, ser Kai quien le robe de nuevo un demandante beso a Aichi siendo correspondido de inmediato
-mas noche no escaparas de mi- susurra en su oído mientras da un suave golpe a su trasero demostrando que habla en serio, Aichi solo ríe suavemente con un rosa en sus mejillas asintiendo a su goloso esposo para finalmente ambos ir a ver a sus 2 hijos quienes seguro ya se han de estar llevando a golpes…