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Los Sueños Se Hacen Realidad por RozenDark

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Notas del fanfic:

Este es mi primer fic original, espero y puedan darle una oportunidad, prometo no decepcionarlos ;)

Notas del capitulo:

Bien, normalmente hago fics de anime/manga, pero decidí tambien comenzar con algun original, y que mejor que empezar con este pequeño one-shot :3


La historia fue inspirada en un hermoso video que hace unos meses compartieron en facebook, pero para mala suerte no recuerdo el nombre del vídeo, ni de la persona que lo compartio TT_TT..... aun así le doy los respectivos créditos por inspirarme :,D


Para las personas que sientan más comodidad en Wattpad, les informo que tengo cuenta allí, RozenDark por si les interesa :D


 


https://www.wattpad.com/user/RozenDark


 


Y sin más que decir, les invito a leer ^3^/

"El Dibujo Esperado"

 

~.°.~.ღ.~.°.~

 

Ya era rutina de su vida. Se levantaba y alistaba para ir a la escuela, pero rara vez le prestaba toda su atención. Por suerte nunca reprobaba las asignaturas, ni tampoco abandonaba o dejaba de lado su verdadera pasión, el dibujo.

Recordaba aquel día de su feliz y tierna infancia, en donde sus antes amorosos padres le regalaron una libreta con hojas completamente blancas y una serie de lápices y colores. Ese día le dijeron que por tener la motivación e imaginación que él poseía, podía llegar a hacer grandes cosas. En ese entonces, él era solo un niño pequeño de cuatro añitos, la tierna etapa de la inocencia y credibilidad, por esa misma razón sus ojos brillaron de emoción y comenzó a practicar con el arte del dibujo. Como todo niño, empezó con un pequeño hombrecito, el típico "hombre palo", y solo pudo sentir ese burbujeante deseo de mejorar, cuando sus padres lo felicitaron e incitaron a seguir así. Tanto amor le tomo al dibujo, que cada día practicaba y practicaba, hasta que por fin logró mejorar a lo grande.

En sus ratos libres hacia grandes y fantasiosas historias de héroes y villanos, pocas hojas, debido a que lo suyo era el dibujo, no la escritura, pero era tanta la imaginación y las ganas de hacer una historia que eso fue lo que hizo, mini historietas hechas por el mismo, y lo mejor, sus dibujos estaban plasmados en esas mini historias, pero aún con eso, siempre tenía un amargo sabor de boca, junto con un inmenso vacío, como si le faltará algo muy importante.

Claro, debido a que solo se preocupaba por sus dibujos y no por hacer amigos, todo mundo lo tachaba como el raro, eso y sumando su apariencia no atraía ni chicos, ni chicas, y no porque estuviera feo, porque en otros lados atraía la atención de hombres, pero su escuela era algo, criticona en aspectos como el de su caso. Y él lo admitía, por su apariencia no destacaba nada entre las féminas; bajito, delgado, musculatura mínima, y según muchos, su piel blanca era envidiable entre muchas chicas, y como olvidar sus grandes y brillosos ojos de un color verde limón o su cabello negro como ébano y algo largo hasta casi llegar a los hombros, en conclusión, un chico frágil y enclenque. Obviamente eso no lo hacía feliz, debido que en su escuela y comunidad eran, ¿cómo decirlo?, racistas y homofóbicos, claro que con lo último no lidiaba aun, pero eso era su más grande secreto, a él no precisamente le atraían las chicas, más bien era atraído por los de su mismo sexo, y aunque siempre quería contarle a sus padres, bien sabía que nunca lo aceptarían, si de por si con sus dibujos tenía que esconderse, a ellos se les había olvidado que fueron ellos quienes le inculcaron ese amor y pasión por dibujar.

Dejo eso de lado y se concentró en hacer ese personaje que tanto deseaba salir de su imaginación.

 

—Mmm, tiene que ser hombre, siempre hago mujeres para aparentar, pero esta vez quiero complacer mis caprichos —, se acomodó en su escritorio, tan pensativo como en los últimos días —. Un hombre apuesto y varonil, fuerte y valeroso, algo con lo que carece todo el mundo —, se sonrojo con violencia al tener un último pensamiento —. Algo como... Un hombre ideal —, ante ese pensamiento, su inspiración e imaginación le llegaron.

 

Su mano derecha comenzó a trabajar y con cada trazo que se formaba en la hoja antes blanca, un cuerpo nacía de poco en poco, y ya cuando finalmente lo tuvo listo, empezó con el coloreado.

Después de largas horas, por fin término de hacer el personaje que tanto deseaba nacer. Un hombre alto y joven, como de su edad, una musculatura normal en chicos, una piel apenas bronceada y un cabello de un color castaño claro y peinado hacia atrás, tan largo que llegaba a su cadera y lo mantenía atado en una coleta baja, tampoco olvidemos sus ojos, un intenso color azul zafiro, que no solo expresaban alegría, también detonaban valentía y fuerza. La vestimenta que lo caracterizaba era de un samurái, lo que podía significar que su próxima historia seria de ese tema, aunque aún estaba muy indeciso.

Embelesado con su logro, delineo con delicadeza, cada parte del dibujo, mientras que una imperceptible sonrisa asomaba en su rostro.

 

—Supongo que debo darte un nombre —, le dijo al dibujo, como si este tuviera vida. Algo normal para él, porque cada dibujo que hacía, para él era como hacer una vida —. Kade, ese será tu nombre —, como si ya lo supiera desde hace mucho, ese nombre fue el que otorgó a su reciente dibujo.

 

Feliz por eso, guardo sus cosas y como ya era costumbre, colgó en la pared su nueva creación. Finalmente se fue a dormir, ya era muy tarde y tenía que ir a clases al día siguiente.

 

~.o0o.~

 

Como aborrecía los días escolares, no solo porque los demás alumnos lo molestaban, también los odiaba porque tenía que ver a esa maestra. Una mujer algo mayor, cabello rizado y largo hasta los hombros, un poco platinado, debido a las canas; unos ojos negros, que, aunque eran opacados por esos feos lentes, podía sentir siempre esa mirada reprobatoria.

Iliana Burton, mejor conocida en la escuela como "la Parca", muchos decían que, si esa maestra te agarraba odio, no te dejaría en paz, no importaba si no reprobabas las asignaturas, ella siempre buscaba la manera de hacerte la vida imposible, y para su desgracia, ella ya lo tenía en la mira. Siempre diciéndole cómo actuar, como vestir, y aunque lo hacía de una manera que nadie más entendía, él siempre captaba el insulto oculto, obvio, él nunca dijo nada, y menos a sus padres, quienes siempre eran llamados por su profesora, cuando esta quería molestarlos para que lo reprendieran. Y justo ese día no era un buen presagio para él. Un examen sorpresa, nada malo para él, esa era otra de sus virtudes, la inteligencia. Una de las razones por las que dibujaba en clases, sin prestar demasiada atención. Él estudiaba como se le hacía más fácil y siempre aprobaba por ello y sin dejar de lado su pasión, cosa que molestaba a su maestra. Justo después de media hora, acabo su examen y se lo entregó a la mujer y se sentó nuevamente y comenzó a dibujar lo que sería su nueva historia.

La mala mujer no quedo satisfecha, reviso el examen y sonrió con maldad, ya era hora que ese niño pusiera los pies sobre la tierra. Ella sabía que él era listo y siempre cumplía con sus obligaciones, pero eso no quitaba el hecho de que lo aborrecía. Cuando terminó de revisar la prueba, se dio cuenta de que el chico bajo un poco su promedio, casi nada, de un diez a un ocho, pero al ver al chico tan feliz y campante dibujando, vio su oportunidad. Se levantó de su asiento y se le acercó.

 

—En vez de estar dibujando, debería estudiar más —, con maldad le quito el dibujo y se volteó para regresar a su escritorio —. Señor Palmer, temo decirle que llamare a sus padres por esto.

 

Él solo bajo la mirada con preocupación, ella enseñaría su dibujo y lo peor, a sus padres, era oficial, estaba perdido.

 

~.o0o.~

 

Horas después, ambos padres escuchaban cada maliciosa palabra de aquella mujer. Cada uno con una expresión sombría en su rostro, junto con el reproche y decepción marcados.

 

—Se lo difícil que es para ustedes, pero tienen que hacer algo con James, me preocupa mucho su situación —, cínica dijo aquello —. Para un chico de dieciséis años y que está por salir de la secundaria, no es normal que dibuje en horas de clases y que posea tanta imaginación, peor aún, que dibuje sobre dos hombres amándose —, con maldad mostró aquel dibujo, donde se apreciaba el personaje recién hecho, Kade, con otro chico que no tenía rostro alguno.

 

El señor Palmer solo cerró los puños con fuerza, su verde mirada detonaba furia y odio, mientras que la señora solo negaba una y otra vez, no creyendo lo que le decían. Ambos padres salieron avergonzados con aquel dibujo en manos, mientras la maestra solo sonreía feliz de lo que acababa de hacer.

 

~.o0o.~

 

— ¿Así que eres gay? —, preguntó sin más el hombre.

 

James solo asintió cabizbajo, miro con discreción a su padre y solo pudo sentir decepción al ver la mirada llena de asco y odio que le mandaba a su persona.

 

—Lo que me faltaba, que además de retrasado, seas un marica —, lleno de decepción, dijo aquello.

—Él se molestó ante eso —. Ni soy retrasado, ni soy marica —, reto la mirada de su padre.

—James, por favor no te pongas como la víctima, aquí tu eres el único culpable —, la mujer no podía estar más decepcionada con eso.

— ¡Pero esto no se queda así! —, con furia, jalo a su hijo del brazo, hasta llegar a la habitación del menor.

 

Por todo el lugar se podían apreciar las obras del menor de los Palmer, y el que resaltaba más entre todas ellas era Kade.

El hombre furioso, comenzó a arrancar y romper cada dibujo, todo ante la atenta y adolorida mirada de su hijo, quien hacia todo por parar a su padre. El hombre furioso y decepcionado miro a su hijo y tomo entre sus manos a aquel de nombre Kade, el cual James protegía desde un principio. Lo iba a romper, pero el menor comenzó a forcejear por el dibujo.

 

— ¡Detente ya maricón! —, ordenó furioso.

 

La mujer observaba en shock, su instinto le decía que, si no detenía a su esposo e hijo, algo acabaría mal, pero su orgullo se sentía pisoteado por las inclinaciones sexuales de su hijo. Su corazón le decía que hiciera algo, pero su cerebro le decía que los dejará. Cuanto se arrepentiría después de aquella mala decisión.

Tanto padre como hijo siguieron luchando por el dibujo, y un mal golpe termino siendo la sentencia de esa pelea. Uno de ellos gano el dibujo, pero ¿a qué costo?

Un cuerpo inerte, tendido en el suelo, mientras liquido carmesí emanaba de su cabeza. Y todo por ese dibujo.

 

~.o0o.~

 

Lo primero que vio, fueron unos ojos azules, tanto que parecían unos hermosos zafiros. El dueño de esos ojos lo miraba con preocupación y tristeza, como si no debiera de estar allí. Analizó bien al hombre y se sorprendió de ver quien era en realidad.

 

— ¿Kade? —, debía ser un sueño, pero el personaje de su dibujo estaba allí.

— ¡Oh!, James, ¿por qué tu destino fue el mismo que el mío?

— ¿Destino?, ¿a qué te refieres? —, inquirió dudoso, lo último que recordaba era la lucha con su padre.

—Por lo que veo, no recuerdas nuestra promesa —, le dijo triste —. Cuando tú tenías seis años, nos conocimos en el hospital —, con un gran pesar comenzó a contarle aquello —. Éramos grandes amigos, pero sabíamos que eso no duraría. Yo tenía cáncer terminal y me quedaba poco de vida, y al saberlo me prometiste que algún día, harías un dibujo de mí y lo protegerías con tu vida, hasta el momento en el que nos volviéramos a ver.

 

James rememoró aquel día, recordando a su buen amigo Kade, un chico un poco más alto que él, pero con los días contados. Ese mes fue el más feliz de su corta vida. Su madre era enfermera y como nadie podía cuidarlo, iba con ella y convivía con Kade, lamentablemente el murió y sus días se volvieron tristes.

De a poco perdió las memorias, hasta hace unos días en donde Kade volvió a nacer a través de sus dibujos, y si estaba con él, solo significaba una cosa.

 

— ¿Estoy muerto?

 

No hay que ser un genio para saber aquello. Con solo ver la mirada triste del que fue su mejor amigo y primer amor, lo supo.

 

~.o0o.~

 

Ambos padres estaban desesperados, arrepentidos por su actuar. Llamaban y llamaban a su hijo, pero este no despertaba.

La mujer ya había parado la hemorragia, pero sabía que su hijo ya no estaba entre los vivos. Minutos antes llamaron a la ambulancia, pero estos no llegaban y no podían arriesgar a su hijo más de lo que ya estaba.

 

—Es mi culpa...yo mate a nuestro hijo —, el hombre se arrodillo frente a su hijo, tan arrepentido por lo que había hecho.

 

La mujer solo lloraba con impotencia, le daba la razón a su esposo, pero ella también era culpable. Y sin darse cuenta, dos cuerpos invisibles para ellos, observaban todo.

 

—Ellos sufren —, susurró dolorido.

—Lo sé, pero ya nada puede hacerse, tu cuerpo terrenal ya murió —, le explico preocupado.

—Lo entiendo —, resignado se acercó a Kade —. Supongo que es hora de irnos.

—Supones bien, tal vez y esta vez sí tengamos otra oportunidad, pero ahora me conformo con que estemos juntos otra vez.

 

De alguna manera, James obtuvo lo que siempre deseaba. Un hombre que lo quiera como él lo hacía, no importando los prejuicios e insultos de la sociedad.

Todos somos iguales, no importa raza, religión y gustos. Todos somos seres humanos y todos merecemos ser tratados con igualdad y respeto.

Y aunque en esos momentos, los señores Palmer enterraban a su hijo junto con aquel dibujo, o que la maestra Iliana comenzó a sufrir por la culpa que la carcomía cada noche, James era ajeno a todo eso, solo importándole su amado Kade.

 

— ¿Qué es esa luz? —, preguntó alegre y curioso, al ver a lo lejos una cálida y reconfortante luz dorada.

—Nuestra nueva vida —, respondió el otro.

 

Con eso en mente, ambos se encaminaron a su nueva vida, teniendo por seguro, que, de alguna u otra manera, los sueños si se hacen realidad.

 

 

FIN …ž°~

Notas finales:

Para aquellas personas que no me conozcan, les digo que las historias que hago siempre tienen un final un tanto....abierto, este es uno de esos casos, así que de antemano, lo siento xD


Y pues, ya pronto traere otra historia con originales mios ;)


En fin, nos seguimos leyendo


Chau chau (*_-)/


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