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«Little Piece Of Paradise» [HunHan] por ParkWenny

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Notas del fanfic:

Nuevo proyecto :)

Ya voy volviendo, poco a poco. 

[Luhan]


Curso mi último año en la secundaria por lo que se me dificulta tanto encontrar un trabajo, la mayoría de los anuncios que solicitan empleados piden como requisito: "Experiencia y disponibilidad de horario completo", requerimientos que de manera no cumplo. Necesito, me urge conseguir trabajo. De lo contrario ChaeYeon jamás me dará una oportunidad y eso acaba con mi corazón. Ella lo había dicho de manera clara.


"Estas muy equivocado si piensas que te daría una oportunidad, a ti, un pobretón que no tiene ni donde caer muerto. Que dependes de JongIn para subsistir, ¿Qué, acaso piensas mantenerme a base aire, sol y agua? No querido Luhan, no soy una planta"


Así que, siempre, después de clases reviso el periódico en busca de trabajos de medio tiempo. Me niego a renunciar a ChaeYeon tan fácilmente, sé que puede parecer una mujer interesada solo en lo material pero también conozco su corazón y confío que, cuando este a mi lado cambiara y mirara las cosas de otra manera.


Nuevamente entro al viejo pero pasable departamento que comparto con JongIn. Hace mucho dejé a mis padres atrás, necesitaba seguir estudiando y con mis padres iba a ser totalmente imposible. Su idea consiste en que me dedicara a trabajar, así que JongIn, mi mejor amigo, casi hermano me ofreció vivir con él mientras finalizaba mi colegiatura. JongIn cursa su tercer año de universidad, un chico bastante inteligente y apuesto.


—Hola Han –Me saludo.


No entendía porque le gustaba tanto llamarme "Han", para ser sincero no me gustaba, pero el que estaba de arrimado aquí soy yo, así que debía soportarlo.


—Hola JongIn –Saludé de igual manera.


Sus ojos de inmediato se desplazaron hasta el periódico que sostenía entre mis manos. Una mueca de medio lado se formó en su boca.


— ¿Sin suerte aún? –Negué con mi cabeza mientras me deshacía de mis zapatos –No te frustres, ni preocupes. En realidad, solo concéntrate en terminar tus estudios por ahora, ya aparecerá algo.


Asentí a su petición y sin decir nada me dirigí a nuestra habitación. Sí, compartíamos la misma cama y closet de ropa, ya que no hay más habitaciones. Desde la cocina avisó que la cena casi estaba lista, así que decidí tomar una ducha.


Secaba mi cabello, cuando entré a la sala de estar para llegar a la cocina, JongIn contaba algunos billetes que tenía en un pequeño envase de porcelana. Era una muy buena cantidad de dólares. Me preguntaba en qué trabajaba JongIn, era algo de lo cual nunca hablábamos. Bueno, algo que jamás pregunté ahora que lo recuerdo, cada vez que hablaba del tema de trabajo JongIn parecía incómodo, por lo que trataba de mantener todo en un perfil bajo. Cuando notó mi presencia se detuvo abruptamente.


—Oh, ¡Luhan! –Habló con nerviosismo –Yo... Ya pronto estará la cena lista.


—JongIn –Él de inmediato bajó su mirada hasta el dinero, lo volvió a enrollar y lo guardo nuevamente en la vasija.


—Supongo que es hora de tener una charla –Dijo caminando hasta la cocina.


A pasos cortos lo seguí hasta llegar a la mesa y tomar asiento en una de las sillas.


—No debes contarme si no quieres, es solo que –Rasque la parte trasera de mi cabeza –Es una muy buena cantidad de dinero, me asusta en lo que puedas andar involucrado. ¡Dime que no eres un narco, por favor! –Coloqué mis manos sobre la mesa llamando su atención.


JongIn soltó una sonora carcajada, se estaba riendo de mi especulación.


—No, no, no pequeño Han –Sostenía su estómago debido al dolor producido por la risa.


— ¿Ah, no? –Eleve una ceja – ¿Entonces?


—Soy masajista –Espetó sin más.


Elevó sus hombros y los dejo caer con una sonrisa nerviosa.


—Claro, entonces solo tocas a las personas un poco en sus músculos tensos y por eso te pagan casi mil dólares –Crucé mis brazos sobre mi pecho, lo miraba con una ceja alta, retándolo a que dijera la verdad.


—Ciertamente, es verdad –Se había dado vuelta en busca de algo con que encubrir su rubor que lo delataba, tal cual mentiroso solía ser cuando quería protegerme.


No dije nada más y esto hizo que JongIn volviera a mirarme, su ceño estaba fruncido y sus labios eran una línea recta bien definida.


— ¿Qué? –Pregunté.


—Soy masajista.


—Eso ya lo dijiste, lo entendí muy bien pero –Alargue la última letra –Sé que no me lo has dicho todo –Su rostro comenzaba a encenderse en un intenso carmesí –Te conozco muy bien, Kim JongIn. Sé cuándo mientes, cuando ocultas algo y cuando intentas protegerme.


—Maldito mocoso, te odio. Debería devolverte con tus padres –Sabía que bromeaba por el tipo de tono que empleaba, además, JongIn sería incapaz de hacer tal cosa.


—No, me amas y posiblemente morirías el primer día sin mí –Afirme inflando mi pecho, aún con los brazos cruzados frente a mí y cerrando los ojos al hablar.


—Entonces... ¿Quieres saber el resto? –Se giró y comenzó a servir la cena.


—Toda. Completa.


—Bien –Lo escuche suspirar profundamente.


—Te escucho.


—Soy masajista en un recinto gay –Abrí mi boca hasta no poder más.


Daba gracias al cielo que aún no estaba comiendo, de lo contrario la hubiera escupido completa en su rostro por la noticia tan inesperada.


— ¿Qué? –Logre articular.


—Y algunas veces... Si quieres recibir dinero extra debes hacer "cosas extra" –Enfatizó las últimas dos palabras.


Era oficial, sentía mi cabeza a punto de estallar debido a tanta información. Deseaba no haber preguntado, ni insistir tanto por saber. Pronto caí en cuenta de un dato curioso más que no conocía de JongIn.


—Espera –Agité mis manos frente a mí –Eres... ¿Eres gay? –JongIn elevo sus hombros y luego asintió.


Creo que tengo fiebre, puedo sentir la sangre abandonar mi cuerpo.


—Bien, ahora come y cállate –Colocó un plato frente a mí, no podía apartar mi mirada de él, no sabiendo qué decir – ¡Y deja de mirarme como si fuera un jodido extraterrestre! –Elevó su voz.


Sí, se había molestado.


—Lo siento JongIn –Tomé un bocado –Solo estoy algo sorprendido.


Me estaba obligando a digerir todo y a bajar la comida por mi garganta al mismo tiempo. JongIn seguía tenso, sin embargo, estaba más relajado que antes.


El resto de la cena fue silenciosa, JongIn lavó su plato y luego se encerró en el baño. Escuché mientras cepillaba sus dientes y luego tomaba una ducha. Mientras yo estaba tratando de distraerme frente al televisor, algo completamente imposible. No cuando a cada segundo recordaba aquella cantidad de dinero. Ideas descabelladas tocaban a la puerta de mi cerebro, ideas como intentar el mismo trabajo de JongIn. Es decir, solo hacer masajes. No es como si tuviera problema con los homosexuales, después de todo, mi mejor amigo era uno y lo seguía amando de igual forma.


JongIn despejó el baño y yo lo ocupé para cepillar mis dientes, noté que había un par de cremas faciales abiertas, las cerré. JongIn ya estaba acostado, totalmente de espaldas a mí. Me adentre en la cama, inhale una gran bocanada de aire y lo expulse.


—Ayúdame a conseguir trabajo junto a ti –JongIn se sentó en la cama de un salto.


— ¿Qué? Ni lo sueñes –Volvió a acostarse.


—JongIn, solo haré masajes, no intentaré nada más, no soy... –Gay -Terminó la frase


—Eso ya lo sé, pero eso no quita que el resto de ese lugar sí lo son, y muchas veces actúan como animales sin importarles quién o lo que eres, si entras ahí te catalogan como uno de los suyos. No, simplemente no, Han.


—Necesito el dinero Jong –Hablé en voz baja –Se acerca el cumpleaños de ChaeYeon y debo obsequiarle algo.


— ¿Debes? –Bufó molesto –En todo caso yo te lo puedo dar, pero no entraras ahí.


—No quiero tu dinero –Estaba comenzando a molestarme –Déjame ganar mi propio dinero, por favor. Al menos déjame mirar el lugar, ver cómo funciona y luego yo decidiré si continuar o no.


JongIn suspiro resignado.


—Has lo que quieras, Luhan –Y ninguno de los dos habló más.


Odiaba molestarme con JongIn, pero debía aprender a respetar mis decisiones también. Necesitaba un trabajo urgentemente sin importar lo que fuera.


—Solo saca tu cabeza del trasero de esa niñata, te está haciendo daño y te romperá en mil pedazos, Luhan. Recuerda siempre lo que te digo, es solo una víbora que se aprovecha de los hombres.


Una ola de furia atravesó mi pecho ante las palabras de JongIn, así que me levante de la cama y fui a dormir al sofá.


Era sábado por la mañana, JongIn aun dormía en su cama y yo desperté con un fuerte dolor en mi cuello. No era para nada cómodo el sofá para dormir.


Decidí preparar café, me dolía la cabeza de una manera horrible. Mientras el café chorreaba encendí el televisor, el peso de un cuerpo a mi lado hundió el espacio restante del sofá.


—Han, lo siento –JongIn me miraba desde el otro extremo del sillón –Es solo que no quiero que te hagan daño, entiéndelo, por favor –Suplicó.


—Está bien, solo dame más libertad de decidir –Suspiro pesadamente, pero asintió.


—Más tarde, cuando vaya a mi trabajo, te llevare conmigo.


 


 


JongIn cumplió su palabra, ambos estábamos de pie frente a su lugar de trabajo. Parecía un hotel normal por fuera, muchas palmeras adornaban la entrada del lugar, un túnel de flores moradas que adornaban la entrada principal donde se encontraba el cartel con el nombre del lugar: "Little Piece of Paradise".


Pronto estuvimos dentro, una gran piscina abarcaba la parte central del recinto, la decoración sin duda era hermosa y desprendía una sensación de tranquilidad. Hombres con camisetas blancas, shorts negros y sandalias del mismo color se paseaban de aquí a allá, atendiendo a los clientes. Recibiendo miradas de lujuria y deseo carnal, y una que otra nalgada. Algo lo cual no parecía molestarles pero que si causaban un retorcijón en mi estómago al imaginarme yo en su lugar.


Uno de los hombres de camisa blanca llevo a otro hacía un pasillo donde parecía estaban los diferentes spa. Todo parecía normal, nada fuera de lo común dentro de una comunidad gay.


—Kai –Una voz llamó mi atención desde el otro lado de la piscina.


Un hombre alto, de tez blanca y cabello gris plata desordenado, caminaba hacia nosotros. Cuando llegó, JongIn sonrió ampliamente y aquel hombre imitó su gesto. Luego su mirada se posó en mí, sus ojos eran chispas vivas y radiantes al igual que su sonrisa – ¿Quién es este dios griego? –Me señaló, con su boca entreabierta mientras la cubría con la palma de su mano.


—Se llama Luhan, es mi mejor amigo y hermano menor –Y ahí iba el sobre-protector JongIn.


—No sabía que tenías hermanos, y tampoco que eran tan hermosos.


Aquel hombre prácticamente me había desnudado con la mirada.


—Bien, ahora lo sabes –Dijo JongIn sin más, con una mirada asesina.


—Mucho gusto, Luhan –Extendió su mano hacía mí, la tomé y sacudí –Mi nombre es Wu YiFan, pero me puedes llamar Kris como todo el resto lo hace aquí.


Asentí y él continuó –Soy el administrador y un sesenta por ciento dueño de este lugar –Dijo alzando sus brazos, mirando a los lado con una gran sonrisa.


—Un gusto también, Kris.


—Dime, ¿Qué te trae por aquí, lindo Luhan? –Sus ojos me miraban expectante y sus labios eran apresados por su dentadura.


—Necesito trabajo –Fui directo.


Pude ver como sus ojos brillaban. Su mirada se movió hasta JongIn en busca de algún rastro de mentira, pero JongIn afirmó mi petición. El hombre me examinó por un momento, miró todo mi cuerpo, podía sentir su mirada en lugares que ni tan siquiera yo había sido capaz de alcanzar.


Llevó su mano a la barbilla, llamó a un chico y le dijo algo en secreto. El chico me observó como lo había hecho él anteriormente, levanto una ceja y elevó sus hombros asintiendo.


—No está mal –Y eso fue todo, se fue.


—Bienvenido –El tipo llamado Kris sonrió.


Fue más rápido y fácil de lo que esperaba. Pero listo, estaba dentro, por suerte.

Notas finales:

Para los que no saben quien es ChaeYeon:

https://goo.gl/images/lw974L

 

 

 


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