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Espejos desiguales por arelii-ierOo

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Notas del capitulo:

Espero que les guste este crossover. Me esforcé demasiado, en especial porque no hay muchos fics con esta mezcla de parejas y que mi conocimiento de Marvel es superior al de DC. Dicho esto, disfruten~

La torre de los Vengadores había llegado a una aparente calma. Cada miembro hacía lo que le correspondía en sus propias misiones personales o en sub-equipos organizados estratégicamente y con relación a las diferentes amistades que se habían generado a lo largo de los años. Y es que sí, el grupo llevaba formalmente unido casi 10 años. Una década que no sólo impactó en sus vidas, sino en las del planeta entero.


El nuevo milenio había traído consigo una vasta gama de actualizaciones tecnológicas y científicas, también sociales. No por las nuevas generaciones, sino que, desde aquel atentado en New York, la revelación de alienígenas que visitaban la Tierra y que también se alojaban desde hacía tiempo, causó un gran shock en civiles, gobiernos y religión.


Pero esto sólo fue el comienzo de  una nueva era. Los extraterrestres no eran los únicos en este loco planeta azul. Mutantes, metahumanos, inhumanos, súper soldados, dioses... sin mencionar razas o procedencias. Y no es que los humanos se hayan quedado atrás, pues se adaptaron rápidamente, generando así una mayor apreciación a su intelecto e ingenio.


Los cambios no siempre son favorables. De igual manera, tampoco llegan a ser bien recibidos. Muchos súper héroes surgieron, al igual que villanos aún más peligrosos. Los humanos extrañaban la época en que sólo luchaban entre sí, pues ahora las amenazas provenían de cualquier punto del universo, incluidos tiempo y espacio.


Es por ello que los Vengadores, conocidos como los héroes más poderosos de la Tierra, ya no eran suficientes. Surgieron nuevas organizaciones con elementos que poseían habilidades que habrían parecido increíbles en cualquier otra época, atribuidos a películas, mentiras, montajes o milagros y que ahora eran una realidad, algo común. Así es como el mundo se movía ahora. Grandes maravillas y grandes catástrofes que tal vez siempre existieron, pero que nunca habían relucido con tanta magnitud.


"Extraño mucho los días en que lo más raro que había creado la ciencia era yo." Anthony Stark había escuchado la frase del Capitán América innumerables veces cada que aparecía un nuevo superhéroe o se revelaba algún secreto de máxima seguridad y por más que odiase admitirlo, le daba la razón. Eso se había hecho algo demasiado usual para su gusto, sobretodo después del resquebrajamiento de S.H.I.E.L.D y posteriormente de los Vengadores luego de la guerra civil que causaron. No sólo Steve se había arrepentido de su decisión al firmar los acuerdos, también Tony cuando literalmente obligaron a la Tierra a hacerse parte de una Orden Intergaláctica, intercambiando las posturas que cada uno tenía al principio. El Capitán estaba de acuerdo en ser parte, Stark se negó rotundamente si la elección era bajo amenaza de armas similares a las nucleares. Pero ninguno tuvo voz y voto, la decisión había sido tomada desde antes que los terrícolas siquiera comenzaran a creer en seres con poderes. De cierta manera fue un alivio. A pesar de sus posturas, ninguno se atrevió a convencer al otro, ya habían cometido ese error. Lo que restaba era seguir una directriz y esa era mantener unido al equipo a toda costa.


Gracias a eso fue que el gobierno dejó a un lado los acuerdos de Sokovia. El Capitán y su equipo de renegados dejó de ser perseguido, existían asuntos más importantes y necesitaban con desesperación auxilio ante lo desconocido.


El primer paso era limar asperezas, lo cual nunca ocurrió. Tanto Steve como Tony, igualmente orgullosos y testarudos, prefirieron mantener una tregua que no incluía charlas a menos que se tratase de algo referente a una misión o cuestiones de integración logística con las nuevas agrupaciones. La más importante de ellas era una reunión mensual con los líderes de la Liga de la Justicia.


Ironman no dudó en hackear el sistema de Bruce Wayne en cuanto sus compañías comenzaron a competir en una pequeña guerra fría por quién generaría mayores ingresos y avances en el campo de la energía limpia. Stark jamás había tenido un rival digno, Hammer era evidentemente inferior cuando aún fabricaban armamento, no es que Industrias Wayne fuese mejor, pero al menos no se quedaba muy atrás. Fuera de la impresionante riqueza y un porte PlayBoy muy parecido al suyo, el único error de Bruce, a ojos de Tony, era, en sus palabras: "... querer imitarme haciéndose un superhéroe con traje de metal, pero con temática de vampiro".


Steve se hastió por las múltiples quejas, hasta que descubrió que Batman luchaba mano a mano con un tal Superman. Un héroe que parecía ser patriota a pesar de su ADN alienígena y que se merecía una oportunidad de ser reconocido por su ayuda a la comunidad; pero que tan pronto como fue descubierto por los medios, se enteró de que no sólo poseía sus habilidades aumentadas, sino otras más como el vuelo. Superman era la viva imagen de un Capitán América y la armadura de Ironman en el mismo empaque. Súper fuerza, súper velocidad, súper audición, aliento helado, visión láser y de rayos X, sin mencionar que tenía la capacidad de volar. ¿Cómo podría contra eso? No lo admitía, pero sentía pavor al encontrarse con el sujeto, aún más por esa sonrisa engreída que hacía sentir a cualquiera que todo estaba bien.


Si en algún momento Superman despertase convencido de que los humanos no merecían ser salvados, no tendría idea de cómo combatirlo. A su vez, esa preocupación se convertía en un repudio hacia sí mismo, pues la historia de Superman era similar a la de uno de sus compañeros y mejores amigos, Thor. Pero no podía evitarlo por más pacífico que se viera. Odiaba su sonrisa, odiaba su traje azul y rojo, odiaba su capa, odiaba que en vez de caminar flotara, su rizo azabache sobre la frente, sus ojos azules que eran aún más azules que los suyos, su risa, sus músculos, su manera de hablar, que además debía de soportar una vez más. Esa reunión, esas cuatro horas al mes eran un infierno y eso sin mencionar que hasta ahora sólo habían tenido dos reuniones.


— Cap... ¿Cap?


— ¿Mhhn?


— Pregunté si ya estabas listo.— Arqueó una ceja, consternado por la poca atención del soldado.— Debemos subir al Quinjet. Recuerda que su base es un satélite.


— Prepararé mi traje.


— Lleva tu escudo holográfico también. No confío en Wayne.— Mencionó el castaño antes de ajustar la careta de su casco. Superman no escondía su identidad, sólo cuando volvía a ser el periodista Clark Kent, colocándose unos anteojos y todos debían fingir no reconocerlo. Aquello a Stark le causaba gracia. En cambio, Bruce jamás se dejaba ver sin su traje de murciélago. Por supuesto que había visto su rostro en las revistas y era endemoniadamente atractivo, por ello lo odiaba aún más y sabía que escondía algún secreto.


— No te acerques a Kent. — Aquello había sonado como una orden. Steve se volvía casi tan serio como Bruce cuando debían asistir a las reuniones.


— ¿Por qué no? Es muy amigable. No me ignora como Wayne y aunque es un alien, no cree que todo es magia como lo hace Thor.— El rubio formó una mueca, apretando los labios. Aquello era lo que más odiaba de Superman, que a Tony le agradaba el sujeto.


El viaje demoró apenas unos cuantos minutos. La base de la Liga era un transbordador con tecnología de punta. La primera vez que Stark entró en aquel sitio, se sintió maravillado como un niño que visita un parque de diversiones. Creyó iluso que Bruce le daría un tour con todos los detalles, dejando de lado su competencia, que era aún más obvia cuando asistían a fiestas de caridad. Clark, a pesar de que las computadoras nunca habían sido su fuerte, le ofreció un satisfactorio recorrido. Incluso Steve comprendió cómo operaban desde las afueras del planeta, pero ahí fue cuando nació su desagrado hacia el kryptoniano. Verlo con Tony riendo y haciendo bromas entre sí, le recordaba a la antigua y efímera relación que tuvo con el millonario antes de los acuerdos de Sokovia. Lo cual se acrecentó cuando se dieron un espacio para hablar de la historia de cada uno. Jamás habían oído de Gotham o Metrópolis y eso era porque cada héroe defendía con su vida a sus ciudades, protegiendo del exterior a sus habitantes. Muy al contrario de los Vengadores, cuya vida privada era inexistente en todo el globo y que no custodiaban sitios en concreto. Actuaban donde fuese si la situación lo ameritaba.


— Miren quiénes son. ¡Llegaron las celebridades de New York! — De nuevo la sonrisa que tanto odiaba Rogers, pero que tuvo que corresponder, al igual que un estrechamiento de manos. Clark era alguien muy vivaz, eficiente en su labor y extrovertido cuando se trataba de compañeros que no se inmiscuían con su identidad como civil.


— Es un gusto volver. —Mintió a medias Stark, pues al único que le dirigía la palabra era a Superman, quien flotaba como de costumbre.


— Sabes que eso no es necesario aquí. — Señaló el casco de Ironman.— La base genera su propio oxígeno.


— Lo último en tecnología Wayne. — Mencionó Bruce con la misma expresión gélida de siempre mientras Tony se retiraba el casco, no sin antes girar sus ojos molesto.


— Con él controlo el Quinjet. F.R.I.D.A.Y. se conecta a la nave. Más fácil que un manos libres y con mayor personalidad que cualquier mayordomo. — Se jactó con una sonrisa y Clark no pudo evitar reír al mismo tiempo que Steve le codeaba por el comentario inapropiado.


— Creo que eso es más de lo que hace Alfred.— Superman posó su mano sobre el hombro de Wayne, sin importarle que Bruce no reaccionara al comentario de ninguno. Steve no comprendía la paciencia de Clark. Era lo único que podía admirarle. Si Tony se comportara de aquella manera... era mejor no imaginar lo que le haría.


— Comencemos con esto. — Habló casi en susurros Bruce e inició su andar a una de las salas de la base, abandonando el área por donde había ingresado el Quinjet. Tony sólo observó a Clark y Bruce moviéndose primero, ondeando y arrastrando sus capas respectivamente. ¿Qué tenían esos hombres con las capas? Steve observaba el aire debajo de las botas de Clark y ascendió para también mirar su capa. ¿Era una clase de moda? A él le parecía un estorbo en combate, aunque recordó que tanto Thor como Visión no tenían problemas con ello.


— Lamento el desorden. Barry no es conocido por su limpieza. — Utilizó su visión calorífica para desintegrar una caja de pizza con unas cuantas rebanadas viejas en su interior.


— Te volverías loco con Hulk, Thor y Hawkeye. — Tony se sentó en una de las sillas de una gran mesa redonda y blanca. A decir verdad, todo allí era blanco o cromado. Contrarrestaba a la perfección con la vista que ofrecían las ventanas que daban hacia el espacio, girando a la par de la rotación de la Tierra.


— Tenemos que ponernos al día. — Interrumpió Steve a Clark, quien estaba a punto de decir algo mientras no dejaba de mirar a Tony que a su vez observaba hacia el exterior, siempre fascinado por el panorama. Esa era la única razón por la cual las reuniones tenían lugar en aquella base y no en la torre. — Derrotamos a un grupo de espías cibernéticos que también traficaba con el mercado negro intergaláctico. — Colocó su escudo sobre la mesa, justo a un lado del casco de Ironman, dándole a entender a Clark que no era un simple humano, estaba armado y junto a Tony, pero Superman jamás recibió el mensaje.


— Impresionante. ¿No es así, Bruce? — Giró el rostro hacia el asiento que tenía a su izquierda.


— No me llames así. Soy Batman.— Tony resopló, era la décima vez que lo escuchaba decirlo. Muy parecido a cuando él dijo "Soy Ironman" frente a una rueda de prensa. Clark le miraba con una media sonrisa y Steve con aburrimiento.


— También descubrimos un nuevo mineral. Creemos que su origen es espacial y tal vez sea de tu planeta nativo, Sup. — Tony alzó el brazo de su armadura, proyectando el holograma de una roca color verde. Se sentía muy orgulloso por presentarlo, hasta que Clark se alejó de un salto, casi adherido a una de las paredes. Steve se sintió intrigado, podría tratarse de algo peligroso. Tony también se alarmó y Bruce sólo suspiró.


— Es un holograma, granjero.


— Lo siento... es... un reflejo...


— ¿De qué se trata esto? — Stark no comprendía nada y temía que Wayne supiese algo que él no.


— Ya que debemos tener confianza entre ambos equipos en caso de una catástrofe, es justo que se enteren de la única debilidad de Superman.


— Bruce, no creo que debamos...


— En caso de peligro, esto puede salvar tu vida.— Batman observaba sin expresión alguna a Clark, por lo cual Tony no entendía por qué creyó haber visto cierto sonrojo en la piel del kryptoniano mientras volvía a su asiento. Steve estaba muy interesado en escuchar más acerca de esa supuesta debilidad.


— Necesitamos saber algo así. — Insistió Rogers y a Bruce no le hizo feliz el comentario.


— A cambio deberán decirnos cómo detener a Hulk. — Sino fuese por la máscara, las ligeras expresiones de Bruce demostrarían que sentía haber hecho una buena jugada.


— Esperen, esto se trata de confianza, ¿no es así? Si nos dicen lo que ocasiona esta piedra y cómo lo hace, podremos esconderla donde no dañe a Clark. — Tony dejó de mirar a Bruce y se dirigió a Superman.— ¿Es tan peligrosa?


Steve tuvo que controlar su ceño fruncido, que por suerte no era notorio bajo el casco de Capitán América.


— Ese mineral se llama kryptonita. Existe más de una, pero la que es verde, como la que hallaron, me debilita y hace inútiles todos mis poderes.— Clark desvió la mirada hacia la mesa. Bruce llevó una mano al puente de su nariz, exasperado por la confesión antes de obtener algo a cambio. Tony lo notó.


— Bruce, mi Bruce, el Dr. Banner... — Stark apenas había comenzado a hablar y Steve se encontraba más enfurecido que nunca.— ... no tiene ninguna debilidad cuando se convierte en el sujeto verde. Pueden noquearlo juntos. Ya vi tu traje robótico, Wayne, y tu fuerza es impresionante, Sup; pero no podrán hacer más que eso. Nosotros tenemos una cámara de contención y si eso no funciona, está el plan B.—


— ¿Y cuál es ese plan? — Bruce cruzó sus brazos, no muy complacido al escuchar que Hulk era imparable.


— La agente Romanoff puede tranquilizarlo y volverlo a la normalidad.


— Claro, una simple espía sin nada de protección contra esa bestia.


— ¡Hey! — Tony golpeó la mesa con sus palmas, levantándose hasta aproximarse al rostro de Bruce quien se encontraba a su frente.— Jamás me he metido con nadie de tu equipo y eso que incluyes a Frodo con su anillo, Robocop, sin mencionar a una chica cuya arma es una cuerda para saltar y a un niño con pijama roja que sólo sabe correr.


— Pues yo no hago equipo con un alguien que sólo tiene un martillo, Tiro al blanco, Cara morada y la doble espía. Oh, y sí... también la bestia verde.— Acercó el rostro también al de Ironman, gritándose uno al otro. Steve y Clark no pudieron con más, cada uno tuvo que sostener a su egocéntrico millonario con mal carácter.


— Tony, son nuestros aliados. No podemos discutir con ellos cada vez que tengamos una reunión.— El Capitán sostuvo a Stark por los hombros, susurrando e intentando calmarlo, a pesar de que tampoco deseara estar ahí.


— B, no te descontroles. Terminaremos pronto con esto. Cada vez será más fácil. Debemos confiar en ellos.— Clark le miró preocupado.


— Bien, pero no volveré a hablar con ese tipo. Quiero seguir la reunión por separado.— Suspiró resignado, Tony.


— Cómo quieras, pero tú te encargarás de Stark.— Bruce dio media vuelta.


Steve y Clark comprendieron sin decir más. El Capitán permaneció con Batman en la sala, sin despegar la vista de la armadura de Tony, quien se alejaba junto a Superman hacia otra sala.

Notas finales:

¿Les gustó el capítulo? Por ahora es una introducción, aunque este fic es corto en sí. Más adelante Clark y bruce se desquitarán con Steve y Tony. Nótese mi inclinación al Stony.


En fin. Si desean pueden darle like a mi página y firma, donde hay mayor contenido y otros fics:

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¡¡¡GRACIAS POR LEER!!!

*Se aceptan comentarios y retroalimentación. Jitomatazos y pedradas no, porque no soy masoquista.


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