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Fines específicos por deep desire

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Notas del fanfic:

¡hey! Tanto tiempo ¿no? uf! estuve bastante ocupada con todas las clases y demás cosas :c la vida es muy tacaña a veces, no deja tiempo para nada... en fin, aquí traigo un nuevo proyecto... sé que quizá no es lo que estén esperando :c pero para quienes estén a la espera de la continuación de "Persiguiéndote... para matarte", les digo que lo haré! y una promesa es una promesa, así que lo haré! sólo que me estoy tomando más tiempo para reunir ideas y organizar las cosas ¿vale? Espero que les guste este nuevo proyecto lleno de... sorpresitas por ahí aldsjasd y... disfruten! besoos <3

Notas del capitulo:

Bueno... sólo espero que disfruten de la lectura y espero que les agrade lo que lean ;) 

Capítulo 1


(Pasado)


 


 


Un año antes…


 


Camino rápidamente devuelta a casa. La noche helada envuelve mi cuerpo y me ataca en las zonas desprotegidas, a pesar de que el verano ya está aquí, por la noche, el frío gana la batalla de climas, por tanto ya no siento la nariz y mis manos apenas sostienen la bolsa de papel del supermercado. A mi costado, el maletín golpea mi muslo con todos los documentos que debo revisar esta noche antes de ir a la cama.


Sonrío cuando veo a Renner saludarme por la ventana del apartamento. Me arrebujo más en la bufanda, y apresuro el paso para llegar luego e internarme en la calidez del apartamento, y por supuesto, en la calidez acogedora de los brazos de Renner.


Es algo completamente extraño tenerlo en casa antes que yo, sin embargo, parece ser que logró escaquearse antes de su trabajo. Renner tiene este demandante empleo conduciendo limosinas, lo hace desde… uf, desde que lo conocí y de eso ya van dos años. Según me ha dejado saber, siempre ha tenido el mismo empleo porque es un negocio de familia y todo eso. Con sus veinticinco años siempre he pensado que debería dedicarse a otra cosa más productiva y segura… los conductores muchas veces son asaltados, he escuchado en la noticias algunos casos en donde los choferes de limos acaban muertos, degollados en algún callejón… cada vez que imagino algo parecido ocurriéndole a Renner, realmente me lleno de escalofríos y se me hiela la sangre.


Dejo de tener esos pensamientos cuando subo las escaleras y llego al piso en donde vivimos, estoy a punto de abrir la puerta por mi cuenta, cuando ésta se abre y Renner me hala hacia su cuerpo, aplastando a su paso las verduras y toda la mercadería que traía en la bolsa contra mi pecho. No me quejo de nada y sólo me dejo querer.


Rio cuando olfatea mi cuello y me deja besos hasta que llega a mi rostro y continúa atacándome.


– ¡Detente! –digo entre risas.


Por supuesto no se detiene hasta que me da un largo y lento beso en la boca. Menos mal lo detengo antes de que las cosas se salgan de control, porque debo acabar un par de llamadas y anotar el itinerario de mi jefa para mañana.


– Aguafiestas –murmura en mi oído antes de quitarme la bolsa de las manos y cerrar la puerta con su pie– ¿Cómo fue tu día, cariño?


– Estuvo algo agitado. Judy es bastante difícil cuando anda de malas –suspiro y me siento en la barra– No sé qué le habrá ocurrido anoche, pero hoy andaba muy de malas –apoyo la barbilla en la mano derecha y con la izquierda trazo el diseño de la cerámica– Le pregunté qué le ocurrió y…


– ¿Qué te dijo? –me interrumpe él completamente interesado en lo que estoy diciendo.


– Pues que nada –rio divertido– ¿Por qué es que siempre te interesas tanto por lo que mi jefa me dice?


– Por nada –responde fingiendo indiferencia– ¿Qué quieres que cocine? –.


“No es la primera vez que me hace lo mismo… pero ya no importa, debo de ser yo el paranoico. Es imposible que Renner y Judy se conozcan, nunca los he presentado y ella está casada…”


Me encojo de hombros quitándole importancia a mis pensamientos y dejo a Renner para que haga lo que más desee para comer. La verdad me da igual porque no quiero pensar en qué cocinar cuando él está en casa y puede atenderme, estos son los únicos días que puedo darme el lujo de ser atendido por mi pareja.


– Mmm… –gimo mientras me estiro y me quito la chaqueta del traje– ¿Y tú día? ¿Alguna novedad? –observo su camiseta negra doblada hasta los codos y noto su postura un poco rígida cuando hago esta pregunta. Frunzo el ceño y lo miro con más fijeza.


– La verdad es que estuvo igual que siempre –me mira con una sonrisa que parece real, pero no termino de creérmela. “¿Por qué es que cada vez que pregunto sobre su trabajo obtengo la misma respuesta física y verbal?” – Un niño vomitó en el asiento trasero, así que la limosina estará fuera por el día de mañana y me quedaré en casa, debe de limpiarse y todo eso… así que… –deja la sartén sobre el fuego y echa un poco de especias y carne picada– Podrías llamar al trabajo mañana y decir que estás enfermo ¿Qué te parece?


– Muy astuto, Renner Tate ¿Qué es lo que haría yo sin ti?


– Lamentablemente estarías perdido sin mí, Luke –me guiña un ojo y me da un beso en la nariz– Estaba pensando que podríamos ver una pel… –mi teléfono comienza a sonar y me remuevo rápidamente tratando de buscarlo.


– ¡Lo siento! Debo contestar –me excuso saliendo de camino al cuarto principal.


Contesto la llamada y de inmediato busco mi maletín para tomar nota de los detalles que el comprador me va a dar.


Media hora después estoy terminando la llamada de un comprador importante. Judy va a estar muy feliz cuando le informe que los compradores están tratando de crear el contrato con nuestra compañía de tecnología.


Emocionado me dirijo al comedor en donde me encuentro a Renner sentado a la mesa mirando hacia afuera. Los platos están servidos sobre la mesa y la expresión desilusionada de su rostro me hace sentir tan culpable.


– Renner… lo siento tanto –me disculpo caminando rápidamente hasta la mesa.


Él vuelve en sí y me mira con una sonrisa cansina. De repente me encuentro viendo a unos ojos que no muchas veces me han mirado… y una expresión que no muchas veces me ha dejado ver: remordimiento, culpa, frialdad… una mezcla de varias emociones que siempre me deja los pelos de punta.


“¿Por qué tienes esa expresión, Renner?” Es lo que siempre deseo preguntar, pero por temor a la respuesta, nunca lo hago. En nuestros dos años de relación, he visto esa expresión muy pocas veces, puedo contar con la mano las veces en que lo he visto así… y nunca me deja tranquilo.


– No te preocupes, está todo bien, recién acabo de servir –ahora sonríe animado y me toma la mano cuando estoy cerca para depositar un suave beso sobre mis nudillos– Toma asiento, espero que disfrutes de la cena.


– Muchas gracias –murmuro revolviendo su cabello y tomando asiento a su lado.


Cenamos en un ambiente animado, después de unas copas de vinos Renner comienza a hablarme más y yo sólo me limito a escuchar y hablar lo necesario. Cuando él se torna hablador es porque algo ocurrió, pero nunca, nunca, ni aunque beba del licor más fuerte, he logrado que me hable lo que le pasa. He decidido ser paciente, porque si lo presiono, sé que no me dirá nada, y todavía sigo esperando.


Luego de una hora, nos levantamos y él se va a sentar al sofá entre tambaleos. Sonrío relajado mientras lavo los trastes y cuando estoy dispuesto a ir a su lado, recibo la segunda de las cinco llamadas que voy a recibir esta noche.


– Esta será una larga noche –murmuro mirando a Renner cabecear batallando contra el sueño inducido por el alcohol, pero falla cuando cae sobre las almohadas totalmente noqueado.


Busco una cobija y lo cubro suavemente.


– Buenas noches, cariño –le doy un beso y respondo a la llamada encerrándome en el cuarto por otra media hora más.


***


4:00 am., se lee en el reloj de la mesa de noche. Restriego mis ojos que ya arden por el sueño y bostezo soltando el lápiz sobre el escritorio, ya es hora de dormir.


Maldición, siempre se me pasa la cuenta con el trabajo. Generalmente me duermo a esta hora todos los días para luego levantarme a las siete de la mañana otra vez. Los únicos días que puedo descansar son los domingos, ya que los sábados siempre debo estar pendiente de lo que Judy quiere para la próxima semana. Nos encerramos en su despacho con toneladas de papeles y tazas inacabables de café, y no abandonamos esa habitación hasta que ya ha llegado la tarde. Esa es la rutina, y como soy su asistente-secretario debo estar ahí tomando nota, elaborando documentos, organizando agendas y haciendo llamadas… es un poco agotador, por no decir estresante.


A veces siento que Renner está harto de esto. De mi trabajo demandante, de mi ausencia en casa y de mi poco tiempo para estar con él, pero nunca he recibido ninguna queja, y si recibiera una, no creo poder ser capaz de abandonar mi trabajo, ya que es lo único en lo que puedo trabajar ahora. Es un trabajo confiable y con muy buena paga, tuve que luchar para quedar en él, no lo voy a abandonar aunque me duela hacerle daño a Renner.


Me cambio de ropa al fin y voy a donde él está durmiendo, a duras penas lo levanto y lo hago caminar al cuarto para que se recueste bajo las sábanas. Se acurruca de inmediato a mi lado y sonrío abrazando sus brazos alrededor de mi cintura, su respiración cálida en mi cuello me hace cosquillas al principio, pero cuando permanece constante me relaja y poco a poco voy cayendo en un sueño profundo que sólo logro alcanzar cuando estoy a su lado.


***


La alarma me despierta por la mañana y me levanto de inmediato. Renner gruñe en protesta por el ruido y se tapa la cabeza con la almohada… entonces recuerdo que éste es su día libre…


– Mierda –mascullo pensando en todo lo que debo hacer hoy. No podré tomarme un día de descanso ni de chiste, Judy me mataría de ser así. No puedo tomarme este día, sobre todo cuando se está llevando a cabo un contrato de millones de dólares.


Me restriego el rostro con una mano mientras ahogo un bostezo. Creo que podría prepararle un rico desayuno como disculpa.


Voy a la ducha y luego de media hora ya estoy vestido y aseado. Guardo todos los documentos que hice anoche y voy a la cocina… cuando estoy a punto de empezar a cocinar veo el reloj y ya son cerca de las ocho de la mañana.


– ¡Maldición, no alcanzo a hacer nada con esta hora! –exclamo.


Escribo una nota rápidamente y la dejo sobre la barra. No puedo perder ni un minuto más ya que debo volar al trabajo.


“Lo siento, Renner, no puedo despedirme de ti”


Recojo las llaves, el abrigo y el maletín antes de salir pitando.


Apenas pongo un pie en la empresa, me veo ahogado de órdenes y más órdenes por parte de Judy. No tengo tiempo para respirar a su lado, debo anotar y anotar todo en mi agenda sin detenerme a nada.


Es por eso que el día pasa volando y no presto atención a nada, ni siquiera reviso mi teléfono. Al final del día, logro desocuparme antes y vuelvo a casa lo más rápido posible tratando de remendar mi error de la mañana.


El departamento está a oscuras cuando llego. Abro la puerta en silencio y no enciendo ninguna luz porque me extraña que no se encuentre en casa cuando dijo que no iba a trabajar el día de hoy. Dejo mis cosas sobre el sofá y camino sin hacer ruidos. Busco en todas las habitaciones y no encuentro nada más que soledad.


Frunzo el ceño angustiado y luego ilumino el lugar por completo, enciendo la televisión para no sentirme tan solo e imagino en dónde puede estar Renner, pero nada me deja tranquilo. Suspiro mientras trato de concentrarme en lo que estoy cocinando y finalmente, cuando termino, sirvo los platos y espero.


Espero por minutos. Espero por horas y él no llega. La comida se enfría y se me va el apetito. Me embobo mirando el atardecer y salgo al balcón cuando los últimos rayos del sol iluminan el día que llega a su fin. Cuando la tarde comienza a tornarse más fría, regreso adentro y recojo los platos que ni se tocaron. Guardo la comida en la nevera y voy al cuarto.  


Justo cuando logro escaquearme antes del trabajo y he terminado todo en la empresa, Renner no está en casa. Así es nuestra vida, es casi imposible coordinarnos para pasar tiempo juntos, y la mayoría del tiempo es mi culpa.


Saco mi teléfono y lo reviso en busca de algún mensaje o llamada, pero no hay nada. Marco el número de Renner y su teléfono suena sobre la mesita de noche… lo cojo y lo reviso para ver si hay algo extraño, pero todos los registros de llamadas han sido borrados, al igual que la mensajería.


Subo a la cama y me recuesto mirando al techo. Las horas pasan y pasan pero no hay noticias de él y comienzo a ponerme nervioso. ¿Y si le ocurrió algo? Tal vez salió con sus amigos, pero yo no tengo sus números de teléfono para llamarlos… pero él los tiene en su teléfono… no, no puedo llamar a sus amigos, eso sería vergonzoso para él y se molestaría.


Trato de conciliar el sueño cuando ya son las once de la noche… pero es imposible sin tener a Renner a mi lado, ya me acostumbré a su calidez, a su cariño y a su aroma. Ya ni siquiera recuerdo lo que es dormir solo. Desde que lo conocí, él siempre ha estado a mi lado. Cuando nos convertimos en pareja, él ya tenía todo planeado. Había comprado un apartamento para los dos con un dinero que yo ni siquiera sabía que él tenía. Renner organizó su trabajo para acomodarse a los horarios del mío y así estar en casa por las noches…


Escucho el sonido inconfundible de las llaves abriendo la cerradura de la puerta principal. Me levanto como un resorte y camino descalzo para recibirlo. No estoy molesto, estoy angustiado y preocupado. Sólo quiero saber que él está bien.


Cuando cierra la puerta levanta la mirada. Sus ojos y su rostro apenas se ven con la capucha de la sudadera que lleva. Me mira y camina lentamente hasta llegar a mí. Guarda las manos en los bolsillos y parece nervioso.


– ¿Qué ocurre? –murmuro preocupado. Le quito la capucha y apoyo las manos en su pecho.


– No ocurre nada –responde– Tuve que salir rápido, lo siento, no tuve tiempo para avisarte.


– Está bien, no te preocupes… al menos tú estás bien, eso es lo que me importa –le doy un abrazo y él me responde haciendo círculos en mi espalda.


No le digo nada por el olor a cigarrillos que hay en su ropa y en todo él. Tampoco le digo nada por la pequeña mancha de color azulado que se encuentra en su mandíbula. Guardo silencio cuando veo que su nudillo está rojo. Y me aguanto las lágrimas cuando veo la marca de dientes en su cuello.


– Te amo –susurro con los labios temblorosos.


Sé que me escucha. Sé que sabe que yo noto todo esto. Sé que él quiere que yo vea todo esto. Y también sé que quiere que le diga algo… pero no puedo. Porque si abro la boca, entonces todo esto se va a acabar, y no quiero. Ya lo necesito para vivir.


– Yo también te amo –murmura apretándome contra su pecho con fuerza.


Desde ese día de verano las cosas comenzaron a ser diferentes. Desde ese día de verano comenzaron a haber llegadas en la madrugada, con olores a cigarrillo, alcohol, perfumes de otras personas… desde ese día, cambió y cambié.


Hice un esfuerzo por estar en casa más temprano, le cocinaba la cena, lo esperaba atentamente con una sonrisa temblorosa, siempre a la espera de algo que me dijera, pero nunca decía nada. Sólo me miraba, sonreía y me besaba con ternura. Hacíamos el amor cada vez que teníamos oportunidad antes de esa noche… pero luego no pude seguir fingiendo.


Entonces… pasó lo inevitable.

Notas finales:

Entonces... no olviden dejar su review


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