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Je vais t'aimer por Kunay_dlz

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Notas del fanfic:

Los personajes de Harry Potter pertenecen a J. K. Rowling.

Los personajes de Katekyo Hitman Reborn pertenecen a Akira Amano.

Notas del capitulo:

Síp... otra de mis locas ideas, como aún está en proceso lo marcaré como fic terminado. No esperé más porque... hoy cunplo dos años subiendo fics en esta página  n.n

Espero que les guste.

 

 

XHP (Xanxus/Harry)

 

 

 

I

No había más que hacer… más que huir. No. Huir no. Sería más bien una manera de mantener su libertad, después de tanto, después de todo lo que perdió y de todo el mal que libró a esa sociedad que se niega a progresar, que se niega a implementar nuevos conceptos y tan solo dejarse por una débil y traicionera manera de ver lo ‘bueno’ y lo ‘malo’. Como sería la reacción natural a lo desconocido y sin entender: primero intentó seguir ‘sus reglas’, intentó comprender y adaptarse, intentó incluso seguirles la corriente cuando le dijeron de sus supuesto ‘estado heroico’, su supuesta fama y su supuesto destino de Salvador.

Lo odiaba.

La fama, los títulos, las tontas reglas y las hipocresías que tan solo le enferman.

Lo odiaba todo… y aun así aguantó.

Soportó todo con tal de seguir con la ‘familia’ que le acogió y le ‘aceptó’, la familia que le hablaban de sus padres y de lo valientes que fueron… del sacrificio que hicieron y de lo mucho que le recordaban la perfecta copia que era de ellos y que siempre debía tenerlos en cuenta para no decepcionarlos.

Le estaban ‘moldeando’ se dio cuenta, poco a poco le inducían esos pensamiento de auto sacrificio y de mártir/salvador, de héroe que no soportaría ver sufrir a sus compañeros. Se dio cuenta que le empujaban a enfrentarse al malvado-hombre-malo que quería dañar a todos los… habitantes de esa sociedad. ¿Por qué él? Se preguntaba a menudo. ¿Por qué no luchan ellos mismos? Se cuestionaba cada que se veía herido a casusa de ese malvado. ¿Por qué esperan que sea yo quien le derrote?... ¿Por qué? Eran las preguntas a cada segundo.

No importaban sus dudas… no importaban sus inseguridades… no importaba el terror que le acechaba cada noche… con tal de seguir con una ‘familia’… luchó. Valla que luchó, fue perseguido, fue amenazado, fue golpeado, fue torturado y casi sucede otra cosa que le habría roto el alma si no fuera por un ‘rescate’ poco ortodoxo.

 

Perdió mucho y aun así siguió adelante.

 

Volvió a luchar.

 

Ganó la guerra, y, salió con vida.

 

Una vez aplacado el ‘peligro’ se dio cuenta lo que en verdad sucedía a su alrededor: sus amigos no eran amigos, su mentor no era más que un hombre más con hambre de poder, su familia… su familia no era su familia.

Esa familia por la que tanto ignoró sus propios pensamientos e instintod de supervivencia con tal de salvarlos siempre estuvieron controlados por alguien más.

Y ese alguien más les estaba convenciendo de encerrarlo… de cortarle sus alas, esas alas con las que aun temen volar.

Hundido en tristeza voló aún con sus alas rotas, las cuerdas que las sujetaban parecían no querer desaparecer.

Se escondería de ‘ellos’… sin ‘eso’ con lo que le podían rastrear él podía moverse libremente.

Tan solo miraría desde las sombras y nadie le buscaría ahí, él era ‘demasiado bueno y de corazón puro’ para pensar en unirse al bajo mundo.

¡Bah!, con las cosas que veía, con lo que vivió en la guerra, con lo que sucedía a cada momento se sorprendió al dedicarle a su ‘enemigo’ más de un pensamiento… en el que concordaba con él.

Se convirtió en mercenario y buscó su muerte en cada trabajo. No le importaba el tiempo de trabajo siempre y cuando le pagaran, siempre y cuando le dieran algo más en qué pensar que la ‘familia’ falsa por la que luchó… por la que se entrenó, por la que sabe tantas cosas que no creyó jamás usar para su propio beneficio. En ocasiones en las que parecía morir al fin, tan solo deseaba ser libre aún en la muerte: con cada experiencia, una extraña fuerza fue apoderándose de él, una fuerza que le permitía seguir adelante, que le salvaba la vida… esa llama violeta se manifestaba.

Una llama extraña, al ‘jugar’ con ella se dio cuenta de lo similar que era a… ‘eso’… logró moldearla a su voluntad. Logró controlar una fuerza que necesita de años de práctica para siquiera manifestarla… pero eso no lo sabía, por lo tanto, no había límites. No para él. Con esa llama sin embargo, más y más puertas fueron abriéndose en el bajo mundo, aprendía poco a poco y luego se vio en un lugar distinto; se vio en Italia… se vio en un reclutamiento. Por lo que escuchó, esta organización era poderosa, era reconocida por las mismas sombras y, algo le decía que valía la pena intentarlo, sobrevivir y quedarse ahí.

Tan solo una corazonada… pero, ¿Cuántas veces previas no le salvó la vida ‘una corazonada’?

Quizá… encuentre una razón verdadera para seguir viviendo.

 

II  

En la espera de una respuesta a el ‘ataque’ que enfrentaba el Cuartel General de Varia, Xanxus miraba con sus distintivos ojos rojos a su Guardián de la Lluvia, el que el Jefe del escuadrón de asesinos estuviera en su ‘trono’ y su Oficial Segundo al Mando de pie frente a él no disminuía la amenaza en el aire que embriagaba la oficina principal.

Squalo, el Guardián de la Lluvia, seguía con sus “Voooiiii!” y frases intermitentes de la estupidez de aquel que ordenó el ‘ataque’ al Cuartel General, seguía aganando tiempo para sus propios subordinados y que ellos detuvieran a los enemigos para evitar que algún otro Guardián interviniera, según sus palabras, este ‘ataque’ serviría como prueba hacia los nuevos subordinados, novatos asesinos, y que los inservibles murieran de una vez para no quitarles el tiempo durante el entrenamiento de cada sección.

Xanxus seguía con su vista fija en su Oficial, el ruido de explosiones, los sonidos de balas, los gritos, las amenazas y esos juramentos de venganza no eran algo nuevo para él… sin embargo, había un pequeño problema: a causas de sus pesadillas no pudo dormir como era debido la noche anterior. Su organismo le pedía un descanso, un par de horas no más no menos pero, el ruido de las distintas batallas afuera no disminuía. Sus ojos irritados y enrojecidos tan solo acentuaban su aura peligrosa.

A punto de dispararle a la Lluvia para que fuera a terminar con lo que le impedía dormir un poco, sucedió: la ventana tras su trono se rompió, pedazos de vidrio y material de la ventana se esparcieron por la oficina, un cuerpo entro disparado, por lo que se escuchó segundos antes fuera una explosión, directo a impactarse en el techo cerca del candelabro, el desconocido captó la atención de los miembros de Varia indiferentes a todo lo demás.

No obstante, el desconocido no se impactó en techo, segundos antes del impacto, el cuerpo se giró en su eje y posar sus pies en el techo como si de un simple salto se hubiera tratado su ‘entrada’. Usando la fuerza de gravedad a su favor, el cuerpo volvió a girar y luego dejó que las leyes de la física hicieran lo suyo; no mostro resistencia, sus movimientos fluidos y la delicadeza de su ‘caída’ demostraba su experiencia en combate, al menos en el cómo reducir daños al recibir un ataque.

Xanxus ni pestañeó, este desastre era ‘nada’ comparado con lo que Varia suele hacer en la cena o cuando la Décima Generación y Varia se encuentran en la misma ciudad. Siguió los movimientos de la basura que quebró su ventana, los giros realizados y su fluida manera de descender.

Ahí, justo a la altura de sus ojos, donde la basura flexionaba sus piernas y extendía sus brazos para hacer contacto con el suelo, la basura cruzó la mirada con la suya. Esmeralda. Como si fuera cámara lenta Xanxus hace uso de sus reflejos de asesino, ese reflejo de analizar a su oponente o cualquier otra basura que se le acercara… piel blanquecina, cabello negro y rebelde, de estatura a penas mediana, joven, ágil, astuto, y con unos impresionantes ojos verde esmeralda, grandes, intensos, turbulentos, con fantasmas casi igual a los suyos.

Nube. Su llama era Nube.

La basura cayó con la gracia de un felino frente a su escritorio, se levantó y realizó una pequeña reverencia, se volvió hacia Squalo y reverenció nuevamente, luego, así como ‘entró’ por la ventana, así ‘salió’.

Aun a pesar del ‘entrenamiento’, ese día Xanxus se fue a la cama con un par de esmeraldas en su mente, aun sin saberlo, el jefe de Varia ya buscaba la manera de hacer suyas semejantes joyas. Así, después del tiempo sin dormir, esta vez se dejó guiar en sus sueños por las joyas en vez de sus miedos que producían las pesadillas.

 

III

Rojo.

Así eran los ojos de su ‘jefe’.

Rojo.

Casi igual que aquél enemigo que le hizo la vida un infierno.

Con la imagen de esos ojos regresó a la ‘prueba’ de reclutamiento, con el temor y hastío hacia ese color de ojos… tan inusuales, tan fríos y poderosos.

Sí, con algo de demencia.

Con sed infinita de poder.

Tan iguales a los ojos de aquél que asesinó.

¿Estaría haciendo lo correcto? ¿Soportaría ver esos ojos y evitar ver a aquel que sigue persiguiendo sus pesadillas? ¿Si se sintiera amenazado también lo asesinaría? Y lo más importante, ¿dejaría que un par de ojos rojos le obliguen a huir del camino que ya eligió?

No.

Eso no.

Si iba a ser un asesino, sería uno de los mejores, y qué mejor lugar para un excelente asesino que en Varia… el lugar donde nadie lo buscaría.

 

IV

El Oficial de reclutamiento, el Guardián del Sol, observaba a los novatos que sobrevivieron al ‘ataque’, era hora de asignarlos a una sección y como siempre, estaba el asunto de aquellos con atributo Nube que quedarían dispersos y de cierta manera serían material desechable mientras se hallaba a alguien digno del cargo… alguien digno de Varia.

Lussuria sacudió su cabeza en un intento de olvidar su búsqueda de un Oficial de la Nube, debía clasificar.

Entre los novatos, sorpresivamente catorce miembros contaban con una fuerte presencia de la llama púrpura, llamándolos a parte les indico la situación actual y les dio a elegir otro escuadrón en la podrían ser de utilidad. Uno de ellos, un hombre con cicatrices seguramente un asesino vetado de su antigua ‘zona de trabajo’, dijo que deberían darles una misión de acuerdo a su atributo que luego decidirían estar bajo el mando de otro Oficial que no sea de la Nube.

Si se sienten tan poderosos como para tomar el control del Escuadrón entonces no les quitaría su ‘deseo’.

No falta el insolente que se sienta capaz de liderar ese escuadrón, no falta aquellos que se sienten con el derecho de exigir en lugar de agradecer que Varia les haya abierto las puertas.

Accedió, les dio entrada a la oficina auxiliar de la Nube, ya volvería tras una semana a escuchar la respuesta de los pocos sobrevivientes.

Luego de la semana, Lussuria volvió, para su sorpresa bien disimulada, los catorce miembros seguían ahí, se veían ocupados, concentrados y haciendo un esfuerzo por entender las misiones que tenían acumuladas. Les dio una semana más, tal vez las primeras misiones eran inusualmente sencillas. Tras un mes y medio decidió pasar la noticia al Jefe, tal vez este año el Escuadrón de la Nube podría consolidarse.

El jefe no esperó a recibir un informe completo, para sorpresa de todos, salió de su Despacho y se dirigió al lugar donde estaban los de atributo Nube.

Si la expresión de Squalo era bien leída, él sabía la razón tras la partida del Jefe.

Ambos siguieron a su Cielo y lo alcanzaron antes de entrar a la oficina auxiliar de la Nube.

Ahí estaba el Jefe, dando un discurso típico de él, amenazando que si no se hacían responsables de lo que hacían entonces dejaran de provocar problemas, curiosamente, durante su discurso, miraba frecuentemente a un novato en especial: un chico de pelo rebelde y anteojos redondos. El jefe pidió su cadena de mando, debía dar su consentimiento a quien quiera hacerse cargo del escuadrón.

El hombre de las cicatrices era quien se encargaba del papeleo, era asistido por otras cuatro personas, parece también convictos de otras Familias; le seguían dos hombres más que se encargaban de investigaciones y recolección de datos externos a lo que tenían en manos y cuando el Jefe notó que el chico al que miraba de vez en cuando no tenía función alguna exigió saber la razón.

El hombre de cicatrices, quien parecía llevar el control en el área, respondió al Jefe que el chico era quien lideraba las misiones, él era quien los había mantenido vivos hasta ahora, dijo que no ayudaba en papeleos o en la entrega de mensajes, recolección de datos de fuentes externas pues no hablaba fluidamente Italiano.

El Jefe llamó al chico, que se colocara frente a él, alguien le susurró algo al chico y este se dirigió hacia el Jefe, le hizo varias preguntas, el chico no podía decir nada, ni aunque alguien más le traducía las preguntas del Jefe a su idioma, Inglés, el chico tan solo decía que no podía hablar de su pasado y el Jefe se molestaba más.

El chico pidió algo extraño: no ser cuestionado pues no podía responder. Hizo su petición sin desafío en su mirada, no estaba cuestionando su autoridad, tan solo estaba pidiendo que le entendieran, el lugar de donde venía lo cazarían a él ya quienes les contara algo, dijo que le dieran una oportunidad para probarse.

El Jefe aceptó, no indagaría con la condición que él fuera quien le entregara los informes cada que una misión concluyera. Aceptaron incluso antes de traducirle al chico lo que el Jefe había decretado, astutos en verdad, el Jefe no hace tratos, tan solo dice lo que se sebe hacer.

Interesante, pensó el Oficial del Sol, el Jefe mostraba curiosidad por ese chico de gafas redondas.

Lussuria sonrió, les ayudaría un poco al enseñarles el orden de las misiones, los formatos de informes y cómo catalogar los daños. Tal vez, el Escuadrón de la Nube, tiene más de una sorpresa para Varia. En especial ese chico que llamó la atención del Jefe.

 

V

No son iguales. Pensó, por muy extraño y retorcido que parezca, la demencia del Jefe, el hambre de poder del Jefe, y todas esas cosas que creía similar a aquel que le desgració la vida… no es lo mismo. Esta demencia es controlada, tiene una razón de ser y el poder que busca es para proteger.

Esos ojos rojos ya no son tan atemorizantes, incluso cuando mostró ira al no contestar sus preguntas, esos ojos inspiran respeto, calma, harmonía… sí, no se equivocó al quedarse.

 

VI

Luego de un año, los miembros del Escuadrón de la Nube ya eran oficialmente miembros de Varia; eran eficientes, eran rápidos, letales y tan discretos como un asesino de Varia puede llegar a ser. Al término de cada misión asignada y exitosamente concluida, el chico de ojos verdes iba al despacho del Jefe, entregaba los informes y esperaba a que los leyera y le dijera su opinión.

O eso es lo que pensaban todos: aquellos miembros del Escuadrón de la Nube, los Oficiales de los demás elementos de Varia y también los sirvientes que llegaran a cruzarse en el camino del chico de ojos verdes… la verdad, en esa oficina ocurría un poco más.

El tiempo no pasa en vano, con cada reunión del Jefe con el de ojos verdes se fueron conociendo mejor. Empezaron por un par de saludos, un par de insultos y el cambio de idioma del Jefe para que el de ojos verdes pudiera entenderlo, cada que el emisario del Escuadrón de la Nube entrara en el despacho del Jefe era el Inglés la lengua que predominaba.

Cuando el Jefe notó que el chico de ojos verdes estaba aprendiendo Italiano, cada reunión le ayudaba con pequeñas cosas, le corregía pronunciación y a veces le explicaba conceptos que el menor no lograba comprender. Con pequeñas frases, fueron aprendiendo un poco más del otro, lo que el Jefe siempre tenía presente era el nombre del chico de ojos verdes y el apodo que él mismo le otorgó “Green Eyes” aunque para el resto del mundo el chico se dio a conocer como “Green Black”.

El Jefe escuchó una versión del motivo que le obligó a entrar en el mundo de la mafia: le entrenaron como arma, le dieron la espalda cuando cumplió su objetivo, le querían encadenar y escapó para no perder su libertad.

El mundo de la mafia es donde jamás lo buscarían.

Entre cada reunión las frases a intercambiar se hicieron más complejas, con más significado, pronto el lenguaje no fue más una barrera, pronto el Jefe había admitido que Green Black ocupaba un lugar indispensable en Varia, con el tiempo y su interacción, la llama de la Nube de Green armonizó con las llamas de Cielo del mismo Xanxus.

Green Black se había convertido en el Guardián de la Niebla del Cielo de Varia.

Fue sorprendente, hubo caos, la noticia que Varia estaba ‘completa’ llegó a Vongola y por supuesto a las Familias Aliadas.

Green Black fue puesto a prueba por más de un superior, más de una vez, y cada una de esas veces salió vencedor.

Fue aceptado, aunque Xanxus no espera aprobación alguna, incluso los mismos Guardianes pararon sus ‘bromas’.

El mundo de la Mafia se preguntaba por la Nube de Varia, no era un secreto que los Guardianes de Varia estaban desquiciados, solos eran una amenaza… ahora completos, secretamente rogaban por no colocarse como enemigos de los asesinos por excelencia. 

 

VII

Jamás se había sentido así… completo.

Si seguía con la ‘historiad e su vida’, donde cada que se sentía en paz le seguía una tragedia… estaría preocupado. Sin embargo, el motivo de su ‘paz’ era alguien que con su sola presencia le aseguraba que no podría librarse de él.

Llegó buscando un equipo y una oportunidad para mejorar… encontró una familia y un hogar.

¿Quién lo diría… su hogar siempre estuvo en las sombras del bajo mundo? ¿Quién iba a decir que el ‘Salvador’ se sentiría queri—útil, entre asesinos? ¿Quién diría que el color rojo llegaría a ser el mismo color que le ahuyentara las pesadillas?

¿Quién diría que el Salvador que era tan puro llegaría a ser parte de un grupo de asesinos que nadie podría ponerle precio a su cabeza por temor a represalias?

¿Quién diría que él, un día, representó ‘La Luz’… y ahora no haya más obscuridad en él?

¿Quién diría… que llegaría a ser así de feliz?

 

VIII

La extraña paz de Varia estaba en riesgo, por pedido del joven Décimo debía ir de vacaciones a la playa, deberían ir a un lugar considerado neutro para que todo el desastre que causarían no alterara a Familias cercanas.

Eligieron Francia.

Le fue negada a Green Black su petición de ausencia, dijeron que sería una oportunidad para que conviviera con los demás Guardianes y para que conociera mejor a la Décima Generación. Xanxus no podría predecir el futuro pero la negativa de Green Eyes se le figuraba un mal augurio.

Sucedió en la segunda semana, luego de haber cambiado de hotel por tercera vez, justo en la playa, un extraño pelirrojo se les acercó y se dirigió a los Varia, llamaba a un Harry Potter.

Todos se quedaron estáticos, nadie que conocieran respondía a ese nombre.

La fiel mano derecha del Décimo amenazó al pelirrojo de no acercarse, el Guardián de la Tormenta de Varia lanzó un par de sus cuchillos como advertencia… el pelirrojo no se detuvo.

El extraño caminó directo hacia Green Black y al estar cerca, lo abrazó, le susurró palabras de bienvenida y no dejaba de repetirle lo mucho que le han buscado, lo mucho que le extrañan y el deseo que tienen de tenerlo de vuelta.

Green Black no contestó, no correspondió al abrazo y su rostro se ensombreció cuando el pelirrojo mencionó o aquellos que lo quieren de vuelta.

Aunque no lo parezca, los Varia son protectores entre sí, estuvieron a punto de atacar al pelirrojo pero el Décimo intervino.

Pidió al pelirrojo explicarse, también pidió que se alejara, el pelirrojo se alejó un poco de Black al sentirlo tenso, le dijo al Décimo que ‘Harry’ era alguien que conocía de hace tiempo, dijo que un día desapareció y que le han estado buscando desde entonces.

Luego, el Décimo pidió a Black explicarse, él dijo que había escapado de un lugar donde ya no era bienvenido, que la amabilidad de un par de personas no hacía la diferencia, y que había buscado tanto su libertad como para perderla antes de sentirla.

El pelirrojo se veía afectado, Black se veía inexpresivo, Xanxus dijo que eso le bastaba, avanzó hacia Green Eyes, lo tomó de uno de sus brazos y tras dedicarle una mirada llena de ira y amenaza al pelirrojo, se ‘excusó’ con el Décimo y junto con los demás Varia partió hacia el hotel en que se hospedaban.

Por lo recién ocurrido es que entendieron la reticencia de Green Black por viajar a Francia.

Al término de las vacaciones, cuando todos llegaron a la mansión Vongola, el Décimo convocó una reunión entre sus Guardianes y Varia. Todos sabían de lo que se trataba esa reunión, hablaron sobre el incidente en Francia, el Décimo comentó a Varia que él se encargó de hablar con el pelirrojo y le dejó claro que no debía ‘buscar’ a Green Black… incluso hizo uso de su Voz de Mando para obligarle a obedecer.

También pidió a Black que le contara de su pasado.

En realidad era más bien una orden.

Green Black dijo que trataría de decir lo que pudiera, pues si revelaba todo, habría problemas para todos.

Interpretando el silencio del Décimo como un acuerdo, habló.

 

IX

Dijo de dónde venía, dijo cómo vivió en su infancia, dijo lo que sus familiares le hacían creer sobre sus padres, dijo que en ese tiempo su más grande sueño era tener la edad suficiente para dejar esa casa en la no era más que un esclavo.

Luego, contó cómo cuando cumplió once años alguien llegó a su vida para ‘abrirle los ojos’, le contó sobre sus padres que en realidad murieron protegiéndole y no en un accidente automovilístico por estar borrachos, esa persona le contó de un poder que él poseía y que debía ir a una escuela donde le enseñarían a controlarlo.

Contó cómo entró a un mundo nuevo, diferente, algo arcaico pero igualmente fascinante; contó sus aventuras cambiando palabras para referirse a ciertas cosas, situaciones y puestos de los pocos a quienes hacía referencia; contó de sus primeros amigos y de los malos entendidos que hubo en la escuela, contó su decepción a la manera de pensar de la sociedad de la que ya era parte.

Contó los peligros a los que estuvo expuesto, de las ‘pruebas’ que disfrazaban entrenamientos para una posible guerra, contó cómo iba perdiendo a las pocas personas a las que consideraba cercanos y especiales como para considerarlos familia.

Y, también contó cómo cargaron en sus hombros una pesada carga: derribar a un ‘terrorista’ que estaba en pro del genocidio.

Contó cómo al momento de enfrentarse a quien aterrorizaba el mundo en el que vivía y salió vencedor perdió el ‘poder’ que le hacía tan especial.

Dijo cómo el haber sobrevivido fue el peor error que pudo haber cometido.

Con una máscara de indiferencia relató cómo sus amigos se fueron alejando, cómo le iban restringiendo bajo la excusa de ‘es por tu bien’, contó cómo la familia a la que pensó como suya iban creyendo en las excusas del director (de la escuela a la que asistió) en torno a un posible ‘desequilibrio emocional’, les fue convenciendo que el ya no tener ‘poder’ le afectó y que podría volverse un peligro para quienes le rodeaban. 

Green Black contó de su mayor temor: que le negaran su libertad... que lo volvieran a encerrar en una alacena bajo las escaleras como cuando era un nño.

Dijo que antes que le encadenaran a una pseudovida, antes que controlaran hasta lo que podía comer, antes que le encadenaran a una mujer que no amaba y engendrar un heredero… decidió huir.

Si le iban a temer, si le iban a tratar como un criminal, se convertiría en uno tan solo para que no se le acercaran.

Contó cómo en su huida, con la ausencia de su poder, surgió una llama color violeta, con el paso de los días fue aprendiendo a usarla pues tenía cierto parecido a su antiguo poder.

Dijo cómo al momento de llegar a Italia encontró varios ‘trabajos’ que le pagaban bien, donde se hizo un experto y donde escuchó de un reclutamiento que podría acabar con su vida… hacia ahí se encaminó, y terminó en Varia.

Encontró un lugar donde se siente parte de algo, donde es parte de un equipo… una familia. Donde el resultado de las decisiones tomadas no pesa tan solo en sus hombros, donde le enseñan algo nuevo cada día y donde le aceptan así como es.

 

X

Luego de la reunión, donde el Décimo aceptó la ‘explicación’ de Green Black, los Varia regresaron a su castillo. Siguieron como siempre, no es como si Green fuera el único con un pasado trágico, no es como si fuera el más ‘pequeño’ entre los asesinos pues Bel y el nuevo recluta Fran son menores, no es como si le retuvieran a la fuerza… él está en Varia porque así lo quiere.

En el caso de Xanxus, él quedó ligeramente sorprendido, la determinación de Green Eyes es algo que más le llama la atención. Ese instinto de sobrevivencia, su absoluta meta de ser libre por sobre todas las cosas… incluso la de cambiar su opinión sobre ‘el bien y el mal’ que tanto le inculcaron, que le grabaron en la mente, que le condicionaron con tal de ser un mártir y morir por ‘el bien mayor’.

Pensó en el primer día que lo vio, cuando pensó que la basura que había roto su ventana tenía fantasmas de los que huía, no se equivocó.

Pensando en ese primer encuentro, recordó que fueron sus ojos los que ahuyentaron las pesadillas… como lo ha sido hasta este momento. Se preguntó cómo serían sus noches si en verdad esas joyas le pertenecieran, se preguntó lo que sería quedarse dormido admirándolas y despertar con su brillo.

Miró a Green Eyes y quiso saberlo, si no recordaba mal, ‘el chico’ ha mostrado interés en él.

Confiando en sí mismo y apostando todo a la suerte, tomó a Green Eyes de la cintura y lo cargó como costal de papas… se encaminó hacia su habitación y ni se molestó en dedicar una mirada a sus otros guardianes.

Ignoró los ‘consejos’ que sus guardianes decían/gritaban/amenazaban a Green Eyes para que fuera ‘placentero’. Al parecer no les sorprendía, Green Eyes tampoco hacía esfuerzo por soltarse o escapar.

Xanxus sonrió, lo único que pensaba mientras abría la puesta de su habitación era el por qué no lo había hecho antes.

 

XI

Sí que lo hizo, encontró una verdadera Familia, encontró un motivo para seguir viviendo. Y lo más importante: no está solo.

Mirando a su derecha, por el rabillo del ojo, podía observar el rostro del hombre que con palabras rudas y verdades hirientes le hizo encontrase a sí mismo… le hizo volver a sentir.

Sonrió mientras se entregaba al calor que despedía su Jefe, sabía que no recibiría tontas palabras dulces ni ridículos detalles que le robarían el ‘corazón’… Xanxus le provocaba escalofríos con sus caricias y le quemaba con tan solo una mirada, sin contar con lo bien que… bueno, no necesita de esas otras cosas, simplemente no lo cambiaría por nada.

 

 

Fin.

 

Notas finales:

Gracias por leer.


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