Estaba con mi bebe en su cuarto viéndola dormir en su cuna cuando escuche algo romperse y luego muchos gritos y llantos. Salí del cuarto de Bebey y baje lo más rápido que pude la escalera dirigiéndome al comedor, viendo quienes lloraban eran mis otras dos hijas, mis gemelas Byul y Aeri. Byul estaba siendo agarrada fuertemente del pelo por el que era mi esposo, mientras Aeri trataba hacer que su padre soltara a su hermana sin éxito alguno.
De un momento a otro mi esposo empujo a Aeri al piso con su mano y con la misma le dio una fuerte bofetada a Byul. Al escuchar el fuerte sonido de su mano en la mejilla de mi hija me apure a tratar que la soltara, ¡por dios! Solo era una niña de 7 años.
-¡No, Kris detente!- trate de tirar su brazo para que la soltara pero no funcionaba.- ¡Mierda Kris no la lastimes!- esto iba a ponerse feo, lo supe en el momento que Kris se tensó cuando me escucho decir una grosería, sabía que le molestaba que hablara así.
-¿Qué dijiste?- soltó a mi pequeña y me miro, su cara estaba roja de furia y sus ojos daban miedo, pero me agache para ver a mi hija, aunque sabía que se iba a enojar más por ignorarlo no me importo, en estos momentos Byul y Aeri eran mi prioridad.- Te estoy hablando.
Estaba asustado sabia como era Kris cuando se enojaba y no quería que mis hijas vieran lo que iba a pasar, así que me apure a decirle a Aeri que llevara a su hermana al cuarto de Bebey, que pusiera seguro a la puerta y que por nada en el mundo abriera si no era yo.
Una vez que se fueron me levante del piso y me gire para ver a Kris, pero lo primero que sentí fue un fuerte golpe en mi cara, él me había abofeteado. Lleve mi mano a mi mejilla y lo mire, en sus ojos solo había ira, ¿Qué paso con amor que había en ellos?, ¿Cuándo fue que el dulce Kris se convirtió en un ser agresivo?
-Última vez que me ignoras cuando te hablo.- no respondí y baje mi cabeza pero él me agarro con fuerza del mentón para que lo mirara.- ¡mírame cuando te esté hablando!
Mi cuerpo empezó a temblar, joder tenía mucho miedo y no quería que se enojara más.
-Kris, me estas lastimando.- solo me ignoro.- Kris, por favor suéltame.- sentí mis lágrimas acumularse en mis ojos.
Me soltó y caí al suelo, pero él me levanto tirándome del pelo, el dolor fue tan fuerte que solté un grito que rápidamente cubrí con mis manos, no quería que mis hijas me escucharan.
-¿Quién te dio el derecho de interrumpir lo que hago?
-Es solo una niña, no la puedes tratar así.- milagrosamente mi voz salió firme.- solo tiene 7 años.- aun no soltaba mi cabello pero al menos no lo estaba tirando.
-¡Yo hago lo que quiero y una mierda como tú no me dirá lo contrario!- nuevamente me tiro al piso y comenzó a darme patadas, solo opte por cubrir mi rostro el cual estaba lleno de lágrimas.
Sus patadas en mi estómago eran fuertes que de seguro mañana tendría un moretón horrible, pero no me importaba si con esto el no lastimaba a mis hijas. Después de un rato paro sus patadas y me miro, yo solo estaba hecho un ovillo en el suelo.
-Siempre fuiste muy hermoso Luhan.- se acercó y comento a acariciar mi mejilla.- admito que me case contigo porque me dabas un buen sexo, o así fue hasta que el muy estúpido quedo embarazado de gemelas.
Dolía que hablara así, sabía que ya no me amaba pero ahora dudaba si alguna vez lo hizo. Y yo que tontamente aun sentía algo por él y tenía la esperanza de que algún día fuera a cambiar.
-Al menos no todo fue malo desde que tuviste a esas niñas.-su mano que estaba en mi mejilla comenzó a descender hacia mi cuello.- a pesar que tu atención no estaba totalmente en mi aun teníamos sexo.- su mano se cerró en mi cuello apretándolo levemente.- pero desde que nació esa molesta bebe no dejaste que te tocara más porque le querías dar todo tu tiempo a esas estúpidas niñas.
Su mano se cerró más fuerte alrededor de mi cuello haciendo difícil la tarea de respirar. Estaba herido tanto físicamente como sentimental, mis pequeñas no merecían ese trato, ellas no habían hecho nada malo para que el las tratara así, ¡joder eran sus hijas también!
-Kr..Kris..no puedo res..respirar.- me estaba desesperando, el aire no llegaba a mis pulmones.- por….favor suél..t..tame.- mis manos estaban sobre las suyas tratado de apartarlo.
-Eres una zorra Luhan, te haría mío pero no quiero que engendres a otra molestia.- apenas me soltó comencé a llorar y toser desesperadamente.- ¡Joder, deja de llorar!
Me levanto e hizo que lo mirara, ya no quería más golpes, estaba cansado y tenía miedo de que me matara en un ataque de furia.
-Quiero que recojas tus cosas y las de esas niñas, a partir de hoy no las quiero en mi casa.- él no podía hablar enserio, sabía que no tenía a donde ir.
-¿Qué?, Kris no nos hagas esto ¡somos tu familia!- agarre su camisa con fuerza mirándolo desesperadamente a los ojos.- por favor, también son tus hijas.- mi vista era borrosa a causa de las lágrimas.
-¡Suéltame!- me empujo haciendo que soltara mi agarre.- ¡ellas no son mi hijas, jamás las consideraría como tal! Ya no te necesito Luhan, encontré a otra persona que me da lo que yo quiero y con la cual estoy saliendo hace más de 5 meses.
No me sorprendí, siempre lo sospeche y un día mientras caminaba por el parque lo había visto con las manos entrelazadas y besándose.
-Cuando vuelva no te quiero ver aquí y tampoco a tus hijas.- lo último que escuche fue un fuerte portazo que me confirmo que se había ido.
Después de unos minutos me dirigí al baño para lavarme la cara y limpiar algunas heridas que tenía. Al finalizar camine hacia el cuarto donde estaban mis hijas y toque la puerta.
-Aeri, soy yo, mamá.- rápidamente la puerta se abrió y mis dos pequeñas corrieron a mis brazos llorando.- shh tranquilas mis niñas, ya paso todo.- acaricie sus cabellos suavemente.
-Mamá, ¿porque papa no nos quiere?- Aeri me pregunto entre llantos
-Mi amor tu padre si las quiere solo que hoy tuvo un mal día eso es todo.- bese su frente consiguiendo que se calmara y dirigí mi atención a Byul.- bebe ¿estás bien?, ¿te duele algo?, déjame ver tu mejilla.
-Si mamá y solo me duele un poquito la cabeza.- al ver su mejilla aún estaba un poco roja pero por suerte no dejaría marcas. También bese su frente y les pedí que guardaran toda su ropa y el peluche que más les gustara en sus maletas, mientras yo hacía lo mismo con las cosas de Bebey y las mías.
Una vez que todas las maletas y algunos juguetes estaban el auto, puse a Bebey en su silla especial para ayudar a Byul y Aeri con el cinturón de seguridad.
Mientras conducía hacia mi destino una de mis hijas me saco de mis pensamientos.
-Mamá, ¿A dónde vamos?- sin quitar la mirada del frente, respondí.
-¿Se acuerdan del tío Baekhyun?- solo vi como sonreían por el espejo retrovisor.