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SEGUNDAS OPORTUNIDADES por AliceDConcordia

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Notas del fanfic:

Aqui una nueva historia después de un tiempo .

Espero que sea de su agrado y me dejen sus comentario, siempre es bueno saber que la historia es bien recibida.

Para dudas, quejas o sugerencias puede ser por aquí o busquenme en Facebook Alice Concordia mi foto es de un pikachu :3

Notas del capitulo:

Holaaaaaaa 

Una nueva historia comienza hoy, como siempre el primer capítulo nos abre las puertas a los personajes y a la trama.

Espero les guste.

Disfruten

¿Qué se supone que uno tiene que hacer cuando ha perdido todo?

¿Cómo salir adelante de una pérdida tan dolorosa?

¿Nadie la entendía?

¿Nadie sabía cuánto le dolía?

Todos le decían que tenía que superarlo y seguir adelante pero simplemente no podía, su vida parecía estar vacía ahora que ella no estaba, afuera estaba lloviendo, había estado así varios días, era como si el mismo cielo supiera de la joven que acababa de morir y le lloraba igual que todos sus seres amados.

Danielle, de piel blanca y cabellos negros, miraba por la ventana con sus tristes ojos azules, como caía la lluvia, el vidrio se llenaba de gotas de lluvia que competían al resbalar por la transparente superficie, afuera no había nada más que lluvia, uno que otro vecino que llegaba a su casa y corría veloz para evitar empaparse,dentro de su habitación era un completo desastre, luego del funeral era como si se hubiera vuelto loca, todo era blanco de su ira, de su rencor, de su odio, de su dolor, no había dejado que nadie entre durante varios días, aunque después le daba lo mismo.

Había conocido a Julie en la secundaria, fueron amigas por mucho tiempo, inseparables, con el paso de los años habían iniciado su relación, iban en la misma preparatoria y estaban cursando el primer año de la Universidad, era feliz, se sentía amada y con eso era suficiente, el mundo parecía perfecto. Pero parecía que lo bueno simplemente no podía durar.

-¿cariño?- escuchó la voz de su madre, pero ella no se movió de la ventana, percibió el sonido de cómo abrían la puerta de su habitación y buscaban avanzar sobre los restos de todo lo que arrojó y destrozó, escuchó a su madre revolver los platillos sobre la bandeja que reposaba en un buró- no comiste nada- habló con tristeza, por el rabillo del ojo vio como se llevaba los alimentos dejando otros en el mismo lugar- Dani...por favor cielo...necesitas alimentarte mejor, penas tocas la comida-

-no tengo hambre mamá- dijo sin mirarla.

-cariño por favor, no puedes seguir si..... ya es mucho que...-

-mamá... Por favor- no dijo nada más, había lágrimas corriendo por sus mejillas y eso le bastó a su madre, su corazón estaba roto, quebrado como una hoja de otoño cuando los niños pasan corriendo sobre ella, Julie había sido su felicidad y necesitaba tiempo para encontrar fuerzas y ponerse de nuevo en pie.

Derrotada, su madre la dejó sola una vez más, no sabía cómo tratar esta situación, su hija simplemente se había cerrado igual que una caja fuerte y no deseaba hablar con nadie, ni con su padre, su hermano o su abuelo, aquella jovencita en verdad había dejado un gran vacío en su vida y ella , su propia madre no sabía cómo ayudarla.

Su estómago le pedía a gritos un poco más de comida, pero ella no tenía ánimos, no deseaba moverse, no deseaba seguir con vida, se levantó por un poco de agua, eso si podía permitírselo, revolvio con su andar los artículos en el suelo, llegó hasta el baño donde llenó el vaso con agua del lavabo, la bebió con rapidez y su reflejo llamó su atención, no podía reconocerse, estaba ojerosa, pálida, parecía un verdadero muerto viviente y así se sentía...totalmente muerta por dentro.

Recorrio su figura con sus ojos, la falta de alimentación era notoria en su cuerpo, la falta de sol dejaba su huella en su blanca piel, ahora que lo pensaba la última vez que puso un pie afuera fue en el funeral de Julie. Sus ojos lograron captar una pequeña cuarteadura en el espejo, apenas visible, aquella cicatriz de cristal la trasportó a ese día en que la vida le arrebató de la forma más atroz su felicidad.

***

-Contesta contesta- decia Danielle elegantemente vestida, o eso parecía a simple vista, ella y sus amigos tenían una presentación muy importante que significaría su pase al estrellato, parte del performance era lucir elegante aunque con los típicos toques roqueros que a los chicos les fascinaba, estaban a unos minutos de subir al escenario y la persona que deseaba estuviese ahí aún no aparecía.- ¡maldicion!- dijo colgando el teléfono para marcar otra vez.

-Tranquila hija, seguramente el tráfico la tiene atrapada- decía su padre fumando un cigarrillo, su madre y su hermano Evan ya estaban entre el público de aquel club, que recibía a las bandas de novatos, era un lugar donde varios productores iban de vez en cuando a buscar nuevos talentos, habían conseguido después de mucho tiempo una audición y Julie no estaba ahí a su lado en una situación tan importante.

-Julie, maldición dijiste que estarías aquí, esta por empezar y tu aún no apareces- dijo en el mensaje de voz, una mujer apareció diciéndole que alistara a su banda pues estaban por subir al escenario- ¡te odio!- dijo gritando al teléfono para luego dárselo a su padre que lo guardo en su bolsillo, vio a su hija salir como una fiera dando instrucciones a sus compañeros de preparase, podía notar se a kilómetros que estaba furiosa.

Su banda tocó espléndidamente, el público había quedado fascinado, la combinación del rock y los instrumentos de cuerda como lo era el violín, habían cautivado al público, Danielle se había lucido frente al público, aún así estaba enojada, furiosa, ella había estado en todos y cada uno de los eventos aburridos de Julie, sus concursos de Matemáticas, ortografía y demás, ahora que ella tenía algo importante su novia se daba el lujo de faltar, estaba apunto de explotar. Bajaron del escenario donde el encargado los esperaba, seguramente les tendría buenas noticias, eso la hizo enfurecer aún más, aquel era un día muy importante y estaba sola, en verdad Julie se había pasado de la raya, pero antes de que el encargado pudiera decirles algo su padre le salió al paso con una cara tan pálida como la de un fantasma....

No supo como pero llegó prácticamente corriendo al hospital, afuera estaba lloviendo, apenas su padre detuvo el auto se bajó para saber qué pasaba con Julie, entró directamente a preguntar por ella pero le decían que aún no tenían ningún reporte.

-Dani- le llamaron, eran los padres de Julie.

-¿qué paso?- dijo acercándose a ellos

-No sabemos más que tú- dijo su madre entre llanto- ella tomó un taxi para ir a tu presentación, poco después nos llamaron, hubo un accidente...- el llanto le impedía decir más.

-El conductor murió, fueron impactados muy fuerte, el otro que manejaba iba ebrio- habló el padre de la chica.

-¿y ella?- preguntó con miedo.

-esta muy grave, pero no sabemos más-Estuvo ahí toda la noche, hasta que muy temprano en la mañana sintió como le tocaban el hombro.- podemos ver a Julie- dijo el padre de su novia, aunque en su voz se notaba un nudo que en cualquier momento romperia en lágrimas.

-¿ya la vieron?- dijo poniéndose de pie.

-Si....ahora... Ve tu- le dijo su madre ocultando sus lágrimas, pero a Danielle no le importó, corrió por los pasillos a la habitación indicada donde casi se muere al llegar, había una ventana desde donde pudo ver a su amada, rodeada de aparatos que no sabía para qué eran, había una enfermera con ella, parecía estar dormida, tenía varios golpes y suturas por el rostro y los brazos, en verdad fue un accidente horrible. Entró lentamente, la enfermera al notar su presencia se disponia a salir inmediatamente de la habitación concediéndoles un poco de privacidad.

-¿Julie?- dijo suavemente acariciando su mano- ¿Amor, estas dormida?- las lágrimas comenzaban a salir por sus ojos, llenándose se tristeza y desesperación por no obtener una respuesta- ¡Julie!- sollozó, quedándose de rodillas junto a su inconsciente amante- lo siento Julie, yo te presione en llegar-

No pasó mucho tiempo cuando la enfermera volvió para pedirle que se retirará, la paciente aún estaba muy delicada y necesitaba reposo y tranquilidad, resignada Danielle se fue, ahora parecía estar un poco más tranquila pues ya había visto a su amada, y así fuese desde la sala de espera estaría con ella hasta que pudiera recuperarse.

-Creo que deberías ir a descansar un rato- le dijeron en cuanto llegó nuevamente a la sala de espera, era Raúl, el primo de Julie, lucía triste y cansado, pero aún así había intentado sonreír para poder convencer a la chica de ir a casa a dormir un poco.

Ya había visto a su novia, supuso que tenían razón en pedirle que descansará, así que iría a casa a ducharse y dormir un par de horas, regresaría más tarde a relevar a los padres de Julie, ella se quedaría a si lado mientras ellos reponían fuerzas, fue tranquilamente a casa, tomó una ducha relajante y lleno su estómago, a petición de su madre durmió un par de horas y apenas despertó les dijo a sus padres que se dirigía al hospital, como apoyo sus padres jamás le dejaron sola, con gusto le hicieron compañía, antes de llegar al sanatorio compró un bello arreglo floral adornado con rosas amarillas, las favoritas de Julie.

Cuando llegó la recibió la noticia de que Julie habia despertado, había ya hablado con sus padres y su primo, ella no espero más para ir inmediatamente a la habitación, la chica lucía exactamente igual a la noche anterior, pero el sonido de la puerta la hizo abrir los ojos, que se posaron inmediatamente en la morena con su arreglo de flores y le regalo una débil sonrisa.

-¡Julie!- dijo feliz acercándose a la chica- Despertaste, Dios pensé que te perdería - La chica sólo le trataba de sonreir- ¿cómo estas?-

-bien....-decía con dificultad -estan....lindas...- refiriéndose a las flores.

-Julie....lo siento....- dijo tomando su mano.

-No....no es....tu culpa.....no...es....culpa....de nadie...-

-yo te presioné...estaba molesta y ese tipo...- decía con rabia

-estaba... lloviendo....-

Siguieron con la breve plática unos minutos, después salió para encontrarse con los padres de la chica, ella parecia estar más tranquila, ya Julie había reaccionado, eso era una buena señal, sólo bastaban los cuidados y su esfuerzo para recuperarse totalmente, aunque permanecieran varios meses en aquella sala de espera su castaña había despertado y eso era lo importante, había sobrevivido.

La noche comenzó a caer, habia entrado a despedirse de la joven, así pasaron dos días, optimista solía decir que se le veía mejor cara y así lo esperaba de todo corazón, en todo ese tiempo el sólo verla la hacia sentirse tranquila, ni siquiera había cruzado por su mente la suerte el conductor ebrio. Como cada noche había entrado a despedirse, Julie le había pedido que la dejara unos momentos con su primo antes que terminarán las horas de visita por lo que entró antes para permitirles ese tiempo a solas a los primos.

-te ves mucho mejor-le decía tomando su mano.

-supongo...¿seras fuerte verdad?-

-¿cómo?-

-por ambas...quiero decir...se vienen tiempos duros...-

-Vaya que si, pero saldremos de esta, ya verás -

-Dani...prometerme algo....que serás fuerte....pase...lo que pase...seguirás..con tu vuda y no harás....ninguna tontería....-

-¿por qué dices eso?-

-solo prometelo ¿si?...como..dije...vendrán tiempos duros- le dijo sonriendo

-esta bien-

Danielle no sabía exactamente a qué se refería su novia, aún así siguieron conversando y recordando los buenos momentos, aunque no por mucho tiempo, ya era hora que Raúl entrará a la visita, Julia abrazo con las pocas fuerzas que tenía a Danielle que le devolvió el abrazo.

-¿me das un beso?- le preguntó Julie, Danielle sonriendo se lo concedió, fue lento, y lleno de amor.- Te amo

-yo te amo más - con una sonrisa y se despidió para volver al día siguiente.

Camino al centro médico compro un lindo arreglo de rosas amarillas, eso haría feliz a su querida novia y le levantaría el ánimo.Entró al hospital con una sonrisa, llegó a la sala de espera donde un médico hablaba con los padres de su novia, la felicidad se le escapó del rostro, la madre de Julie lloraba amargamente, su esposo apenas podía consolarla pues lágrimas también salían de sus ojos, los padres de Danielle se pusieron alerta, sabían de sobra que era lo que se discutía con el medico; Raúl se acercó a la familia, su rostro estaba plagado de tristeza, de desconsuelo.

El estrellarse del florero de cristal contra el suelo rompió el silencio, Danielle no necesito más explicaciones para soltar el arreglo y echar a correr rumbo al cuarto de Julie, algunos enfermeros y demás personal del hospital le llamaron la atención pero ella simplemente no podía escucharlos, entró a la habitación donde una enfermera desconectaba todos los aparatos del cuerpo de su amada.

-..no...- decía con la voz quebrándose de poco a poco-..no..no..¡no!- dijo acercándose alejando a los médicos de la chica- ¡No Julie! ¡No!- decía desesperada- ¡Despierta maldita sea!- dijo gritando mientras sacudía el cuerpo frío de Julie- ¡por favor!... ¡Por favor! ¡Tu no!....¡Julie!- sujetaba su rostro enteré sus manos, mientras susurraba que despertara.

-señorita por favor- le decía una enfermera

-No no puedo... Ella no...- sus padre ya habían entrado a la habitación, con gentileza su madre había tratado de apartarla para que los médicos prepararán el cuerpo para entregarlo a sus padres, el accidente había sido fatal, les habían dicho que aún no salía de peligro y no había nada que pudieran hacer, era cuestión de que Julie se aferrara a la vida, y aparentemente se había dado por vencida.

Con ayuda de su padre y unos enfermeros lograron alejarla, vio con dolor como se llevaban la camilla, su padre tuvo que sujetarla con todas sus fuerzas, entre sus brazos tuvo a su hija desmoronándose, aquella hija suya que siempre vio de frente la vida estaba sujetándose a su pecho como cuando era niña, llorando amargamente, suplicándole que le protegiera, que arreglará el mundo para ella, para que pudiera alejarse de sus brazos, pero ahora se sentía impotente.

Aunque no se comparaba con los padres que recibían el cuerpo frío de su hija en la salida del hospital, Danielle tuvo que ser sedada para que sus padres la llevaran a casa, su hija estaba rota, desecha, aún dormida sus ojos seguían derramando lágrimas, la pérdida era fatal, y las consecuencias serían iguales, las cosas que vendrían serían muy difíciles.

Al día siguiente en el funeral, hubo muchas personas acompañando a la familia, había compañeros de la Universidad que acompañaban a Julie a su última morada, en verdad era una joven amada y su falta se sentiría muy fuerte.

Danielle vestía ropas negras, estaba usando gafas oscuras, caminaba lentamente por el cementerio con una camioneta detrás de ella, con la cabina de carga repleta de rosas amarillas, los familiares de Julie la miraron con dolor, todos la conocían y sabían cuanto se querían, sabían que Danielle consentía a su novia de muchas maneras, y éste parecía ser su último detalle.

Varios hombres ayudaron a bajar los montones de rosas, los colocaban alrededor de la tumba de la chica, la ceremonia continuaba y Danielle tuvo que contenerse para no lanzarse cuando cubrían el ataúd de tierra.

-Papá...- dijo sin mirar a nadie más, que la tumba cubierta de rosas amarillas.

-Dime, hija-

-Nunca...te he pedido nada...nunca me he válido de tu poder o tu dinero para conseguir algo...- su voz desprendía dolor, pero también odio, rabia.

-¿qué puedo hacer por ti hija?-

-Quiero a ese tipo en la cárcel...-dijo mirando a su padre- quiero que pase el resto de sus días en una maldita celda, sufriendo... Hasta que pida piedad...hasta que se arrepientra de haber nacido..-

***

Danielle regreso su mirada al espejo, ahora lloraba, de dolor, de coraje, su padre había movido cielo mar y tierra para conseguir una condena pero la vida estaba empeñada con ella y hasta ahora no había ningún resultado, la sentencia seguía prolongándose. En un arranque destrozó el espejo en el baño, siguió arrojando todo lo que encontró, levantaba las cosas del suelo sólo para arrojarlos otra vez, fotografías, cartas, regalos, estaba harta de tanto dolor y sufrimiento, escuchó los pasos correr por el pasillo hacia su cuarto, e inmediatamente le echó seguro a la puerta, ahí venían otra vez los sermones y la lástima, sujetaba su cabeza tratando de apagar las voces al otro lado de la puerta, miró entonces la respuesta a sus súplicas, la solución a su martirio, ahí, tan al alcance, tan fácil y rápido, en un parpadeo acabaría con todo...no...no acabaría con nada, por que ahora sin ella, no había nada que perder..........

Notas finales:

Y ese fue el primer capítulo de esta historia, lo sé algo triste pero se vienen cosas buenas después.

No sabría decirles cuando subiré el siguiente capítulo, la escuela y el trabajo me tienen atareada pero trataré de actualizar mínimo dos veces por semana. En fin estamos en contacto :)

Gracias por leer

Saludos


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