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Amor Paralelo... por yue_kori

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Notas del capitulo:

Lamento la demora espero disfruten este capitulo. 

Verdad I... 

 

-al voltear sus ojos chocaron con un par de orbes dorados. -Sei... Seijurou-san -por un momento quedo sin aliento al sentir las manos ajenas sobre su espalda baja aprisionándolo contra su cuerpo.- 

 

-¿O es qué no soy digno de confianza? -miró directamente a los ojos color cielo y mientras ponía los ojos de cachorro más tiernos de su repertorio aplicó un poco más de fuerza al abrazo con el que aprisionaba al más pequeño.-

 

-cuando sintió el abrazo estrecharse un poco más así como aquellas manos juguetonas pasear por su espalda baja fue que reaccionó.- Yo... yo te lo mencione. -soltó titubeante debido a los nervios. -Te mande un correo donde te dije que me dieron un empleo de tiempo completo en el jardín de niños donde trabajaba. 

 

-asintió sin deshacer el abrazo. -Es cierto pero no me dijiste cuándo sería tu último día en la librería, eso fue cruel de tu parte.-dijo en tono triste.- 

 

-Seijuro-san, yo -intentó alejarse un poco al poner sus manos sobre el pecho contrario, le comenzaba a faltar el aire por alguna razón. -podría soltarme por favor. - agacho la mirada pues por un momento podría jurar había visto un destello color rojo en aquellos ojos dorados.-

 

-No quiero. -dijo en tono firme.- 

 

-el celeste volteo sorprendido, no esperaba una respuesta tan seria y cortante. -...

 

-Además, no creo que tú quieras alejarte. -mencionó mientras dirigía su mirada a donde se encontraba las manos del celeste.-

 

-al seguir la dirección de aquella mirada pudo notar que sus manos se aferraban casi desesperadamente a la camisa del contrario, al percatarse de este detalle lo soltó de inmediato y avergonzado comenzó a disculparse. -Lo... yo lo lamento, no me di cuenta.

 

-No tienes nada por que lamentarte, además solo estaba bromeando. -sonrió casi gentilmente. - solo quiero estar así contigo por un momento más, no se cuando pueda tenerte de esta manera. -acomodo su mentón sobre la suave cabellera  celeste.-

 

-sintió al pelirrojo recargarse sobre él, asintió en silencio y mientras sus manos se aferraban nuevamente la camisa del contrario contesto. -Si.

 

Así pasaron algunos minutos, ambos sumergidos en su propio mundo, mientras que él celeste luchaba por mantener a raya los latidos de su corazón e intentaba que su cara dejara de arder el pelirrojo estaba feliz, feliz al saberse responsable de todas y cada una de las reacciones de su celeste.

 

-Empieza a hacer frío, ¿deberíamos ir a la cafetería de la ultima vez? -pregunto separándose un poco para poder ver  aquellos orbes celestes que tanto le fascinaban.-

 

-Sí, es buena idea. -dio por finalizado el abrazo, sin embargo sintió como los dedos del más alto se enredaban con los suyos no dejándolo ir.-

 

-tomo la mano de su acompañante y comenzó a caminar- Vamos.

 

Los dos se encontraban callados, mientras que para Seijuro el saberse en compañía de él se le hacía suficiente, Kuroko parecía haber perdido el habla, siempre era así cuando estaba con él a diferencia de con Akashi... fue en ese momento que se dio cuenta y recordó la pregunta que debía  hacerle al de ojos dorados, así que tomando un gran respiro se mentalizo para hacer la pregunta.

 

-¿Seijuro-san te puedo preguntar  algo? -apretó con un poco de fuerza la mano que envolvía la suya para llamar la atención del contrario.-

 

-Claro, ¿qué es? -no volteo a verle ni paro de caminar.-

 

-Bueno, yo quería saber si tú... -no pudo terminar de formar su pregunta cuando el tono del celular de su acompañante le interrumpió. -

 

-Perdón -se disculpo mientras contestaba. -¿Si? -su voz sonó fría, quería dejarle en claro a la persona del otro lado de la línea el grave error que había tenido al molestarlo.

 

-....

 

-se sentía incomodo, Seijuro en el poco tiempo que se habían tratado jamás le había hablado de aquel manera. -SI... Si gustas puedo darte algo de espacio. -intento zafar el agarre en el que lo tenía pero fue imposible. -

 

-No te preocupes, -su voz se volvía algo más suave. -esto terminara en breve. -le sonrió para después dirigirse al teléfono de nuevo. -¿Cierto? -de nuevo aquella voz gélida se hizo presente.-

 

-agacho su mirada, de alguna manera se sentía incomodo. -Claro... -probablemente aquella llamada era importante, seguro más que él.-

 

Siguieron caminando mientras el pelirrojo atendía la llamada, en lo que resto del camino solo se escucharon respuestas monosílabas y cortante por parte del pelirrojo para contestar lo que el celeste suponía preguntaba aquella persona del otro lado de la línea; para cuando llegaron a la cafetería Seijuro había terminado la llamada y con una sonrisa como todo un caballero abrio la puerta para que su acompañante pudiera pasar.

 

-Bienvenidos.-los recibió  cierto castaño. -Tiempo sin verte. -se dirigió a Kuroko.-

 

-Cierto, conseguí el empleo de mis sueños Ogiwara –kun - comento con una sonrisa en su rostro. - aunque ya no podre venir tan seguido como antes. -agrego con cierto toque de tristeza en sus palabras.-

 

-¿Es así? -ladeo su cabeza mientras soltaba un suspiro. -en ese caso, por esta ocasión y para celebrar la casa invita. -sonrió.-

 

-¿Estás seguro? -pregunto algo preocupado. 

 

-No te preocupes. -intento tranquilizar al celeste. -¿nunca te lo mencione? Esta cafetería es de mis padres, yo trabajo aquí para poder ayudar y de paso ganar dinero extra así que no es problema. -termino su explicación al ver al ver al celeste ya un poco más tranquilo.-

 

-Ajam. -carraspeo su garganta para hacerse notar pues aquellos dos le habían olvidado. -¿qué mesa deberíamos tomar? -pregunto lo más cortes posible.-

 

-Claro, pero que descuidado soy. -retomo su papel de mesero y los guío a una mesa vacía.-tomen asiento por favor. -sirvió un vaso de agua y les proporciono las cartas. -

 

-No. -rechazo la carta que le extendía el castaño. -lo mismo de siempre por favor. 

 

-Yo también quisiera lo de la ultima vez, por favor. -cerro la carta que había sido abierta y la devolvió al mesero. -

 

-anoto ambas ordenes en su block. -En un momento traigo sus ordenes. -le dedico una dulce sonrisa al celeste y se retiro.-

 

Después de la llamada recibida por Seijuro así como aquella rápida conversación con su amigo castaño el  celeste simplemente olvido aquello que iba a preguntar, fue entonces que una voz lo saco de sus pensamientos.

 

-¿Así que es el trabajo de tus sueños? -intento no sonar sarcástico. -¿es acaso por qué ahí asisten los hijos de las personas más importantes del país? -no pudo evitar preguntar en voz alta mientras su mirada se posaba en el vaso con agua que se encontraba frente a él.-

 

-¿A qué te refieres? -respondió un poco a la defensiva, ¿a qué iba todo eso? -

 

-¿Es tu trabajo soñado trabajar ahí por la buena reputación he influencia que se manejan ahí? -pregunto más directo, después de todo las personas son unas interesadas, no podía evitar pensar así, no cuando ya tenía experiencia en ese campo.-

 

Se sentía ofendido por aquella insinuación, pero al intentar mirar aquellos orbes dorados que tanto le fascinaban se dio cuenta que estos estaban fijos en un punto, aquello no era normal  y de alguna manera le recordó a él mismo cuando paso por aquella obscura etapa de su vida, de alguna manera le entendía, después de todo sabía que muchos empleados se intentaban acercar a aquellos pequeños por sus padres, era cierto, la verdad muchas a veces es cruel.  

 

-acerco su mano a la de su acompañante y la tomo intentando llamar su atención, cuando noto que él pelirrojo le veía comenzó. -No, lo estas mal interpretando. -dijo en tono firme.-

 

-alzo la vista para ver aquellos ojos color cielo verlo fijamente sin muestra de miedo, vacilación  o engaño. -

 

-Mi trabajo soñado es enseñar, no importa en que lugar fuese, el simple hecho de poder enseñar a los niños  en una etapa tan importante como lo son sus primeros años es un honor. -suavizo su mirada y ejerció un poco más de fuerza al agarre de manos. -

 

-Entonces.... -dudo por un momento al hacer la pregunta.- ¿Entonces por qué tardaste tanto en encontrar empleo? ¿Por qué te aferraste a aquel trabajo de medio tiempo? -quería confiar en él y así tal vez contarle todo.-

 

-Tienes razón...

 

-su corazón se detuvo, quería grita pero se abstuvo al darse cuenta que el otro continuaba.- ...

 

-Yo tenía ofertas de otras escuelas, -soltó un leves suspiro al recordar.- pero todas ellas eran lejos de aquí, una era a las afueras de la ciudad mientras que otra era en Nagoya  y la última era en Kyoto, si bien pude haber aceptado cualquiera de ellas eso significaría tener que mudarme y alejarme de mis amigos. -soltó la mano del pelirrojo sentándose de nueva cuenta en su lugar. -y para mi eso sería extremadamente difícil, además...

 

-Gracias por la espera, aquí tienen. -sin darse cuenta que interrumpía una conversación importante procedió a dejar la orden de aquella mesa.-

 

-... -el celeste continuo  hablando aprovechando la interrupción de Ogiwara, después de todo no era algo que pudiese decir tan fácilmente. -

 

Abrió sus ojos, si bien no había podido escuchar con la total claridad que le hubiera gustado, pudo entender lo que el otro había dicho con ayuda de su habilidad para leer los labios, debía investigar más sobre aquella persona si quería encontrar la verdad tras aquellas palabras "Recaería sin ellos ahí."

 

Procedió a tomar su café, dejaría ese tema para otra ocasión además había mostrado una faceta suya que en realidad no le hubiera gustado mostrar, el primer  sorbo de café hizo que su mente  terminara de aclararse no echaría abajo todo el avance que había logrado.

 

Ambos tomaron y comieron lo que habían pedido mientras una amena charla se entablaba, cada uno olvidándose de los temas verdaderamente importantes y sin embargo disfrutando de la  compañía que se proporcionaban el uno al otro. Después de cerca de dos horas  juntos y viendo como la noche caía sobre ellos decidieron despedirse.

 

-Déjame llevarte, después de todo es tarde. -se ofreció el pelirrojo mientras abría la puerta de su auto.- 

 

-No, muchas gracias pero no quiero molestarte. -hizo una pequeña reverencia y cuando intento retirarse una mano lo detuvo.-

 

-No es ninguna molestia, -tomo la mano del celeste antes de que este pudiera retirarse del lugar. -al contrario, será un placer. -metió la mitad de su cuerpo al interior de su auto mientras aún sostenía la mano del celeste.-

 

-aquellos ojos, cuando les miraba directamente quedaba hipnotizado, era como si sus palabras fueran ordenes para él. -Si, esta bien. -apretó un poco la correa de la mochila debido al nerviosismo, agacho la mirada e ingreso al auto.-disculpa las molestias.

 

-Vamos no tienes porque disculparte, como ya te dije es un placer llevarte a tu casa, -beso el dorso de la mano que sostenía. -así podre disfrutar tu compañía por un momento más. -sonrió coquetamente.-

 

-se aferro aún más fuerte a la correa de su mochil mientras intentaba aparentar su sonrojo. -Gracias. 

 

Subió al auto del pelirrojo el cual era una especie de limusina, si bien el interior era cómodo al ser la primera vez que viajaba en una no pudo evitar sentirse cohibido, sumandole a eso la cálida sensación de su mano envuelta por la ajena no ayudaban con los nervios que invadían su cuerpo en ese momento.

 

-¿Seijurou-san ha leído libros interesantes últimamente? -intento relajar el ambiente con el primer tema que llego a su mente. -

 

-No en realidad, -medito por un momento. -el trabajo me ha absorbido por desgracia últimamente, el proyecto que tenemos en este momento es algo que no se ha intentado antes así que estoy feliz.-

 

-al ver la expresión en el sortero de su acompañante se relajo. -¿Así que te gustan los retos Seijuro-san? 

 

-Si, me gusta pensar que lo imposible es posible, si hay algo que  no se ha hecho antes he de hacerlo, ganar es indispensable. 

 

-le sorprendió la confianza que demostraba en aquellas palabras, admiraba a todas esas personas ya que bueno, él era él, no podría hacer ese  tipo de cosas. -Te admiro.... -soltó en un susurro.-

 

-¿Por qué? -le pregunto sonriendo al escuchar el pensamiento del contrario.- Tu también eres alguien de admirar.

 

-No, yo solo soy una persona común, nada sorprendente. -agacho la mirada mientras apretaba con fuerza la correa de su mochila. - solo soy una persona normal... -debía alejar aquellos pensamientos negativos que la envolvían en ese momento, no quería volver a eso.-

 

-aquellas palabras le molestaron, que él pensara de esa manera simplemente le hacía enfadar. -¿Por qué dices eso? -cruzo sus brazos en una posición defensiva, después de todo no quería mostrar de nuevo aquella faceta algo oscura de el, no dos veces en un día.-

 

-¿Por qué? -le sorprendía la pregunta, después de todo debería ser obvio. -Porque soy yo... -volteo a verlo con ojos algo apagados.-

 

-aquellos orbes color cielo habían perdido el brillo que les caracterizara, que debía de haberle pasado para que alguien tan maravilloso como lo era él tuviese una opinión tan pesimista de si mismo. -Yo..

 

El auto detuvo su movimiento dejándolo con la palabra en la boca y antes de que pudiese hacer algo o decir algo el peliceleste ya había salido del automóvil.

 

-Gracias por haberme traído. -hizo una rápida reverencia y corrió dentro de la seguridad de su hogar -

 

Se quedo dentro del auto aún sin comprender las palabras dichas por el celeste, quien en su sano juicio le habría hecho pensar de esa manera.

 

-Arranca, nos dirigimos a casa. -cerro la puerta del auto y se sumió en sus pensamientos.-

 

Mientras iba a casa no pudo evitar recordar las palabras del celeste, no podía dejar de imaginar el trasfondo de aquellas palabras, es decir nadie por si solo tendría tan mala opinión de si mismo, no a menos que alguien le hubiese dicho esas palabras constantemente, ¿sus amigos acaso? No, por lo que sabía y había logrado observar sus amigos le trataban como alguien de cristal, lo protegían de sobremanera y por lo visto él les tenía en un alta estima, por lo tanto quizás la razón de todo aquello se debía al motivo de du actitud, tendría que investigar un poco más aunque también había otras maneras de averiguar lo que quería.

 

Por otro lado el celeste al entrar a su casa se deslizo por la puerta, no podía estar pasado, ¿por qué le venían a la mente aquellos recuerdos tan dolorosos? ¿es qué acaso no ya lo había superado? Se paro del suelo no sin antes tomar en brazos a Nigou  para llevarlo a su  habitación, quería descansar, después de todo había sido un día agotador lleno de emociones fuertes.

 

La mañana había llegado y con ella el chillante sonido del timbre sonando, vio el reloj que se posaba sobre su buro, eran las 10 de la mañana, algo tarde para que él apenas se levantara, pero seguro su cansancio se debía a todo el cansancio acumulado el día anterior, se estiro ante de levantarse apresurarse a ir al encuentro de sus visitantes inesperados ya que no recordaba ninguna visita programada ¿ o si?

 

-¡Van! Un momento por favor. -se acerco algo perezoso a la puerta mientras el sonido del timbre sonaba.-

 

-Apresúrate Tetsu, muero de hambre.

 

-al escuchar aquella voz una sonrisa apareció en su rostro, después de todo nunca avisaban.-Voy. -abrió la puerta solo para encontrarse a la pareja de recién comprometidos.-

 

-¿Sigues en pijama Kuroko? Eso es extraño en ti –entro el tigre como si fuera su casa mientras revolvía el rebelde cabello celeste.-

 

-Bueno no esperaba visitas. -cerro la puerta una vez que la pareja estuvo dentro. -¿Y bien qué asunto vienen a ver?

 

-Oi, oi primero vamos a comer algo muero de hambre. -el moreno se sentó en una de las sillas del comedor desparramándose en ella.-

 

-Es verdad ¿qué tienes en el refrigerador? -el pelirrojo fue a la cocina con intenciones de comenzar a cocinar. -

 

-Tengo de todo, ¿en que te puedo ayudar? -se colocó lado del cocinero para ayudarle.-

 

-No, no te preocupes tú a arreglarte mientras yo cocino, después de todo venimos sin avisar. -les sonrió de manera amable mientras lo enviaba a su cuarto.-

 

-le regreso la sonrisa. -Gracias, tomare tu palabra. -se retiro pero antes de entrar a su cuarto volteo para ver a la pareja. -solo quiero que mi cocina y salas continúen vírgenes por favor. 

 

-¡O..i, oi Kuroko! -su cara se torno tan roja como lo era su cabello. -

 

-Eso quisiera pero ni en nuestra cocina me deja hacerlo así que  no te preocupes Tetsa, tu casa esta asalvo. -sonrio malicioso el moreno.-

 

-¡Cállate Ahomine! -grito para que su prometido dejara de avergonzarle.-

 

Una ves se había arreglado se acerco a la mesa para poder desayunar, Kagami había preparado un típico desayuno americano, su especialidad, huevos revueltos y hot cakes acompañados de tocino crujiente recién hecho, así como jugo de naranja, el desayuno fue tranquilo, una vez terminaron la comida Kuroko les ofreció un te o café, fue entonces que el moreno se animo a preguntar aquello que le causaba curiosidad  y preocupación en partes iguales.

 

-Tetsu ¿cómo vas con aquel ena.. -se interrumpio a si mismo al ver la afilada mirada que le dirigía el celeste. - ajám Akaai-san? 

 

-Bien, aunque.. -medito el si controles o no sobre la verdadera identidad de su "amigo" sin embargo al imaginar el escandalo que armarían por el engaño al que habían sido victimas prefirió mantenerlo en secreto, ya se los diría a su debido tiempo, de preferencia cundo estuvieran tomando y de muy buen humor.- 

 

-¿Aunque? -pregunto el tigre dejando su taza sobre la mesa, su mirada exigía una pronta respuesta.-

 

-Aunque por desgracia últimamente o lo he visto, con mi cambio de horarios ha sido algo difícil concordar. -dijo con voz neutra 'para después tomar algo de su té.-

 

-Oh es una lastima Tetsu. -y aunque sus palabras decían eso su rostro  y el tono en el que pronuncio aquellas palabras daban a entender todo lo contrario.-

 

-Aja.. -pronuncio al ver la cara de satisfacción de la pareja, hasta en eso eran cómplices. -Bueno y ¿a que debo su visita? -pregunto cambiando el tema drásticamente.-

 

-En realidad queríamos pedirte un gran favor. -le respondió el moreno contada la seriedad del mundo.-

 

-dejo su taza en la mesa y miro directamente a los ojos azul metálico de su amigo. -¿De qué se trata?

 

-La verdad es que... -continuo el americano. - queremos saber si podrías planear nuestra boda. -finalizo-

 

-¿Eh? -aquello lo descoloco totalmente.-

 

-Veras Tetsu, -comenzó a explicar algo más relajado. -nuestros horarios de trabajo no son algo que puedas decir totalmente fijos, en algunas ocasiones tanto Taiga como yo tenemos que salir a emergencia.

 

-Queremos que la boda sea dentro de un mes o mes y medio mientras Alex sigue en el país, se que es mucho pedir pero nos gustaría que tu te encargues de planear la boda.

 

-Me halaga pero ¿no creen que sería mejor que Kise se encargara de eso? Es decir el tiene más experiencia planeado eventos, además yo solo soy yo. 

 

Escuchar aquellas palabras les inquieto un poco, pensaban que ya no había problemas sin embargo al parecer el horrible pasado asechaba constantemente.

 

-¡Maldición Tetsu no digas eso! -pego en la mesa con el puño. 

 

-se sobresalto al no esperar aquella reacción. -Per..

 

-No te disculpes idiota, -ahora fue turno del para hablar. -no es tu culpa, sabes como es Ahomine, además por ser tú es que queremos que te encargues de esto, tienes un gusto refinado pero no exagerado, sabemos que todo lo que tu elijas y decidas será algo que nos agrade alos dos, así que ¿aceptas? 

 

-Yo.. -sonrió de manera sincera a sus amigos, era verdad él era él y por esa simple razón era especial, no lo debía olvidar. -Sí, acepto.

 

Después de aquello  el ambiente se relajo, comenzó a preguntar por los colores que preferían, el tipo de pastel, el número de invitados entre otras cosas más, después de aquella sesión de preguntas y respuestas decidieron ponerse al corriente con sus vidas, contar los pormenores que no se habían dicho en las ultimas semanas, Kagami se dispuso a hacer algo de comer pues en realidad ambos tenían el turno nocturno y por lo tanto no tenían mucho que hacer y que mejor que pasar el día con las personas que eran más importantes para él. 

 

La comida fue entretenida, y así pudo distraerse se todos los pensamientos que le atormentaban la noche anterior, tener la compañía de sus amigos siempre le recordaba que debía creer en su mismo y no dejarse llevar por aquellos horribles recuerdos que de vez en cuando lo asaltaban y atormentaban, después de aquello la pareja se retiro de su casa recordándole que le daban carta blanca sobre el tema de la boda y que simplemente les avisara cuando tuviesen que enviar las invitaciones.

 

Esa misma noche hizo una lista sobre todo lo que debería de investigar para poder planear una boda que fuera por lo menos decente, después de todo eran sus mejores amigos, de alguna manera sus hermanos; se fue a dormir con una sonrisa en el rostro y en la mente la imagen de ciertos pelirrojos, que quizás investigaría después.

Notas finales:

Espero les haya gustado, nosleemes luego.


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