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Amor Paralelo... por yue_kori

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Notas del capitulo:

Este es el de hoy! Disfrútenlo 

 Charla...

 

 

El día siguiente llego y junto con el cierto rubio pegado a la puerta de Kuroko se encontraba tocando la puerta como si el mañana jamás fuese a llegar. 

 

-¡Kurokocchi! ¡Buenos días, adivina quién llego después de mucho tiempo de ausencia! -comenzó a gritar mientras no dejaba de tocar la puerta, sin embargo, paro en seco cuando sintió la puerta abrirse. - 

 

-Kise-kun, ¿cuántas veces te he dicho que evites molestar a los vecinos? -abrió la puerta cansado, sus ojos se veían algo irritado y debajo de ellos les adornaban unas pequeñas ojeras causadas por la falta de sueño, pero aún así era feliz, al parecer Akashi había cumplido su promesa. - 

 

-Kuroko... -no pudo terminar de hablar pues una patada le hizo estamparse en el suelo antes de poder terminar.- 

 

-¡Maldición Kise! ¿Cuántas veces te he dicho que no te adelantes para hacer escándalo? -le grito a su novio mientras este seguía  en el suelo y el cargaba un par de bolsas de plástico.- 

 

-Eres cruel Kasamatsu-sempai, además, -señalo con el dedo aún tirado en el suelo. - mire sempai, Kurokocchi... 

 

-volteo a ver al celeste amigo de su novio quien en realidad no se veía para nada bien. -Kuroko ¿qué te paso? Te ves fatal. -si algo se podría decir de él es que era realmente franco, sobre todo cuando se trataba de algún amigo suyo. - 

 

-su cara palideció un poco más mientras se llevaba sus manos a la misma. -¿Me veo tan mal? -a pesar de querer usar su tono normal de voz, en ella se podía distinguir cierta preocupación.- 

 

-Kurokocchi... -Kise se levanto del suelo y en un movimiento arrastro al celeste dentro de su casa para sentarlo en el sillón más cercano.- ¿Estas bien? ¿por qué no has dormido? ¿Qué es lo que te tiene preocupado? -comenzó a bombardearlo con preguntas mientras sostenía el rostro del contrario en sus manos.- 

 

-Kise-kun, por favor suéltame. -gesticulo con dificultad, pues sus mejillas comenzaban a doler. - me duele. 

 

-Pero... -antes de acabar sintió un golpe en su cabeza.- 

 

-Kise, suéltalo, solo lo estas lastimando. -una vena saltaba de su frente pues sabía que el rubio no se daba cuenta de sus propias acciones.- 

 

-soltó la cara del más pequeño de los ahí presentes para llevarlas a su nuca, ese golpe si que había dolido. - Eres tan cruel conmigo sempai. -lagrimas de cocodrilo comenzaban a rodar por sus mejillas. - 

 

 Mientras estaba escena se desarrollaba y veía como ambos amantes tenían aquella tan típica discusión no pudo evitar sonreír, ¿acaso él y su pareja serían igual? Un ligero sonrojo adorno sus mejillas, y entonces lo recordó, debía preguntarle a Kise sobre ello. 

 

-Kise-kun, -comenzó. - me gustaría preguntarte algo. -agacho un poco la mira debido a la vergüenza que comenzaba a apoderarse de él. - 

 

-su llanto paro de inmediato abandonando la "pelea" con su amado novio para voltear a ver a su amigo, encontrándose con una escanea sumamente adorable. - ¿Sí? ¿Qué pasa Kurokocchi? 

 

El azabache miro expectante aquello sin decir nada, ver al inexpresivo Kuroko de esa manera era algo nuevo para él. 

 

-Yo quisiera preguntarte algo. 

 

-Lo que sea. -respondió de inmediato.- 

 

-Hay alguien, -sus mejillas inmediatamente tomaron un color carmín.-bueno, en realidad hay dos personas... -bajo la mirada avergonzado de si mismo, por dios era un adulto que a sus 23 años pedía consejos de amor.- 

 

-Si –asintió lentamente mientras esperaba que su amigo continuara. -Continua... -lo alentó como una madre alienta a su hijo quien debe confesar le el secreto más grande del mundo.- 

 

-Akashi-san y Seijuro, los dos me han ayudado mucho con la boda de Aomine-kun y Kagami-kun y no te mentiré, de alguna manera ambos me atraen, me hacen sentir cosas que creí jamás volvería a sentir.  -apretó fuertemente sus puños. -En verdad no sé que habría hecho sin ellos con respecto a todo esto, de hecho mañana saldré  con Seijuro-san para revisar los tragos del cóctel y realmente no sé.. 

 

-Espera un momento Kurokocchi, si necesitabas ayuda me hubieras dicho a mi o a Kasamatsu-sempai. -señalo a su novio quien aún se encontraba parado a un lado sillón sin decir palabra alguna.-  

 

-No Kise-kun, se lo ocupado que has estado con la campaña para A.C Enterprises, además he escuchado hablar a Akashi-kun de la campaña, sé que es muy importante y se ha invertido mucho, además para aprovechar todo lo posible lo hacen en diferentes locaciones alrededor del país, y no es como si no me ayudaras, tú te harás cargo de la música y mantelería ¿o no? 

 

El rubio no sabía que decir ante lo ya que en realidad era cierto, debido a la gran respuesta que había logrado la capaña, le habían dado ese fin de semana libre y si, se sentía cansado, pero para él todo aquello valía la pena si podía ver a su amigo celeste aunque sea algunas horas, respiro profundamente y aclaro su mente, fue entonces que proceso todo lo demás que su amigo había dicho. Además ¿había dicho Akashi y no Akaai? Sin embargo, antes de poder preguntar algo su novio hablo.

 

-Kuroko, ¿desde cuando sabes lo de Akashi? -cruzo los brazos y vío de manera severa al celeste. -

 

-se le había olvidado completamente ese pequeño detalle, no le había dicho a ninguno de sus amigos sobre la verdadera identidad de Akaai.  -Yo... Él... 

 

-le miro esperando su respuesta. -

 

-Fue poco después del Hanami, cuando conseguí la plaza de tiempo completo para el preescolar hubo una visita sorpresa por parte de la mesa directiva de la empresa, por supuesto Akashi venía con ellos, no lo pudo esconder.

 

-Ya veo. -asintió levemente con la cabeza imaginando la situación. -

 

-Por cierto, él me dijo que les pidió guardar el secreto, pero me sorprendió que accedieran. -les dedico una mirada llena de intriga. -

 

-Nos explico su punto y creímos que mientras no hiciera algo que te lastimara tarde o temprano lo averiguarías. -se encongio de hombros como restando le importancia al asunto. -

 

-alzo su dedo índice como si estuviese callando a alguna persona pidiendo algo de tiempo para reaccionar. -¿Me estás diciendo que sientes atracción por dos personas totalmente diferentes?  - volteo a ver incrédulo a su amigo quien volvió a esconder su rostro, pues por un momento de había distraído.- 

 

-no pudo evitar llevarse su palma de lleno a su rostro a causa de la frustración que sentía en ese momento, su novio si que podía ser denso a veces. -¿En serio? Apenas te das cuenta. -estaba a punto de golpear a su novio pero se detuvo al darse cuenta que este cambiaba su expresión  por una un tanto más seria.- 

 

-De acuerdo, entonces... -sus palabras quedaron atoradas en su garganta al ver el rostro del contrario.- 

 

-alzo su rostro mostrando sus ojos llenos de sentimientos encontrados. -No sé que hacer, no quiero sufrir de nuevo. -no aguanto más, de sus ojos lagrimas salían.- 

 

-Kurokocchi. -su tono de voz se suavizo y sus ojos se llenaron de lágrimas también, tomo al celeste en sus brazos quien hundió su rostro en su pecho queriendo ocultar su dolor.- 

 

Por su parte el azabache se encontraba estático y en estado de shock, no sabía que si quiera eso era posible, jamás en su vida imagino que vería llorar a la persona más inexpresiva que había conocido en su vida, su brazos cayeron, no entendía porque era el llanto, pero podía suponer que era algo realmente grave y se relacionaba aquello que, tanto su novio como los amigos de este escondían. 

 

-No pasara. -comenzó a acariciar los cabellos celestes intentando tranquilizarle. -Ahora todo es diferente y nos tienes a tu lado, lo sabes. -su lagrimas no se detenían, pero estas a comparación de las de su amigo no eran de dolor o miedo, eran de culpa y remordimiento, si ellos...  si tan solo ellos hubiesen estado ahí  para él en aquel entonces.. - 

 

-Lo sé pero tengo miedo. -aún con lágrimas en los ojos y aferrándose a la ropa de su amigo le miro a los ojos.- 

 

Y mientras el rubio buscaba palabras para poder consolar a su amigo, el azabache quien hasta el momento se había mantenido al margen de la situación como espectador no podía evitar hacerse muchas preguntas, ¿qué se supone que significaba todo eso? ¿Por qué su siempre alegre novio estaba llorando? ¿En qué sentido todo era diferente ahora? ¿De qué tenía tanto miedo el celeste? ¿A eso se debía la sobre protección de todos ellos? ¡Maldición! ¿Qué significaba todo eso? Apretó sus manos con mucha fuerza hasta que sintió como sus uñas se enterraban en su piel, debía tranquilizarse, ya en un futuro, cercano, quería creer que su amado Kise le revelaría todo y mientras todo esto pasaba por su mente Kise comenzó a hablar. 

 

-Está bien que lo tenga, lo que no está bien es que debido a ese miedo no te atrevas a intentarlo, lo sabes Kurokocchi, debes intentar todo lo que te propongas, esta vez estaremos aquí para cuidarte y apoyarte, si está en nuestras manos nada te pasara ¿Si? -tomo las suaves y mojadas mejillas del celeste entre sus manos y sonrió para él.- 

 

-Tienes razón Kise-kun, -sonrió levemente y con delicadeza quito las grandes pero delicadas manos del rubio de su rostro y con sus manos limpio los restos de lágrimas que aún caían de sus ojos.- Ahora... -volteo a ver el reloj para darse cuenta que aún era relativamente temprano 10: 15 de la mañana, había pasado casi media hora en brazos de su amigo. -Es hora de hacer el desayuno.  

 

-Esta vez no pequeño. -hablo por primera vez en un rato. -Vete a bañar y tomate tu tiempo, arréglate que necesitas estar fresco, él y yo. -señalo a su a su novio aún sentado en el sillón.  -nos encargaremos del resto, no te preocupes. -esbozo una sonrisa confiada, mientras que su tono de voz no dejaba espacio para protestar. -Vamos Kise párate. -y sin más se dirigió a la cocina.- 

 

-Espera sempai. -corrió detrás de su novio cual perrito faldero. - 

 

Ahí quedo parado en medio de la sala frente al sillón, vio como tanto el rubio y azabache comenzaban a cocinar, sonrió y una cálida sensación se instaló en su pecho, Kise tenía razón, ya no era igual que antes, ahora los tenía y podía contar con ellos, con eso en mente fue a su cuarto por una muda de ropa para después encaminarse al baño. 

 

Mientras esto ocurría el azabache con aparente calma batía los huevos para hacer omelet, fue cuando escucho el ruido de la regadera que hablo.

 

-¿Kise qué fue todo eso? -pregunto serio, pues era una de esa ocasiones en las que lo debía ser.- 

 

-por un momento paro de cortar la fruta con la que pretendía hacer un cóctel. -Eso... -retomo su labor. - Eso fue Kurokocchi siendo inseguro.  

 

-Sabes que no me refiero a eso. -vio de reojo a su novio, su voz seguía impávida.- ¿Quiero que me expliques que fue TODO eso. -no iba dar su brazo a torcer, no esta vez.- 

 

-suspiro, era verdad que en una ocasión había evadido este tema, después de todo no era una época que le gustara recordar, a ninguno de ellos. -Está bien tú ganas sempai. -termino de picar la fruta. -pero no aquí, no quiero que Kurokocchi se preocupe o recuerde cosas que no debe, no ahora, además,  creo que ... -soltó un enorme suspiro lleno de resignación, hacía cuanto no tocaban ese tema. -Creo que Kagamicchi y Aominecchi también deberían estar presentes. - 

 

-en ese momento y desde que  empezó su "conversación" dejo de batir el huevo. -¿También? -lo miro con algo de preocupación, pero sobre todo con curiosidad. - 

 

-Si, es algo en lo que todos estuvimos involucrados, fue algo que en realidad no quisiéramos recordar, no por nosotros, si no por... Kurokocchi, él fue el que más salió perdiendo, fue el que más sufrió... no... -sus manos se cerraron en puño fuertemente, su mirada se escondió tras su rubio cabello y sus dientes mordían su labio inferior con furia, negó con la cabeza levemente y después de soltar un suspiro una sonrisa amarga adorno su rostro -Corrección, Kurokocchi fue el quien en verdad sufrió. -una lagrima silenciosa y traicionera rodó por su mejilla por sus sinceras palabras, era algo que debían afrontar y asumir. - 

 

-Kise... -por su mente miles de teorías y escenarios se desarrollaban, ¿qué era aquello tan grave como para borrar la sonrisa de ese estúpido y sonriente rubio?- 

 

-Sempai, por favor, después de la boda,  -limpio su mejilla y recompuso su expresión. -cuando todo el ajetreo de la campaña termine y la boda de Aominecchi y Kagamicchi, pasando ese  día te diré todo, ahora no, por favor., no quiero que su felicidad se vea empañado por fantasmas del pasado. -

 

-Entiendo. -tomo aire y lo dejo salir, puso un sarten con aceite en la estufa y comenzó a preparar la comida. -Ahora apresúrate o el pequeño saldrá antes de que esto esté listo. 

 

Después de eso la mañana continuo tranquila, Kise se quejaba por la carga de trabajo que tenía y que lo que más lamentaba de todo eso era no verlo tan seguido, Kuroko por su parte le informaba al rubio de los avances que había tenido en cuanto a la planeación de la boda. 

 

-bufo molesto. -¿Así que eso dos holgazanes lo único que harán será comprar los anillos y presentarse el día de la boda? parecía increíble pero si se trataba de aquellos dos todo era posible, pensaba el azabache mientras masajeaba sus sienes.- 

 

-Pobre de ti Kurokocchi, dime que más puedo hacer para ayudarte. -lágrimas de cocodrilo salían de aquellos ojos mientras abrazaba al celeste al punto de casi asfixiarlo.- 

 

-Kise-kun me asfixias. -palmeaba al hombro de su amigo en señal de rendición. - 

 

-Kise... -uso su voz seria pues Kuroko comenzaba a ponerse azul. - 

 

-Claro, claro. -soltó a la persona entre sus brazos. -¿Entonces? ¿Algo en lo que te pueda ayudar? 

 

-En realidad hay algo, no sé si tu conozcas a alguna compañía o contratista que pueda hacer un tipo de arco o algo como un techo para la ceremonia. -pregunto algo dudoso al no saber cómo explicarse. - 

 

-¡Oh! -sonrió tierna mente al imaginar que tenía el celeste en manos. -Creo que si, puede que si, deja lo buco en mis contactos.  

 

-Gracias Kise-kun. -sonrió con algo de alivio pues era otra cosa que eliminar de su lista.- 

 

-En cuanto a lo del cóctel, ¿no necesitaras ayuda con eso? -pregunto algo preocupado el rubio, pues bien sabía que el alcohol no era un punto fuerte para su amigo.- 

 

-No te preocupes Kise-kun, Seijuro-san me ayudara mañana. -volteo a ver el reloj, pues no quería entretenerlos por mucho tiempo, pues sabía que aquellos dos debían de estar sumamente cansados. - 

 

-¿Eh?  -aquello lo había atrapado algo desprevenido.- 

 

-Al parecer tiene un amigo bartender que nos dará una de gustación mañana en la tarde. -comento como si nada.- 

 

-Seijuro es aquel que se parece a Akashi ¿verdad? -aquello fue más una afirmación que una pregunta. - 

 

-Si, de hecho fue quien me acompaño ayer a ver el salón y a elegir un pre- menú. 

 

Su mente se encontraba trabajando intentando recordar en donde había escuchado aquel nombre antes, sin embargo por más que lo intentaba nada venía a su memoria. 

 

-Comprendo. -dijo no muy convencido. -Solo ten cuidado ¿si? Sabes que no toleras mucho el alcohol.-  

 

El azabache asintió en silencio, pues recordaba la primera y última vez que había visto emborracharse al celeste, si mal no recordaba había sido culpa de una cerveza y 4 vasitos de sake, sus mejillas se tornaron de un color rojo brillante, comenzó a hipar, no lograba decir una oración coherente sin mencionar su tambaleante caminar, aquella noche había sido una odisea cuidando que este no se cayera y escondiendo cualquier cosa que pudiese ser usado como un micrófono, pues al parecer al pequeño le entraban una singulares ganas de cantar, solo recordarlo le hacía reír. 

 

-Lo sé Kise, además desde cuándo te convertiste en mi madre. -bromeo un poco pues el más que nadie era consiente que no soportaba mucho el alcohol.- 

 

-Kurokocchi mo~~ -se quejó el rubio, aunque mantenía una boba y tierna sonrisa en el rostro, después de todo nunca imagino esa frase salir de los labios del celeste, normalmente era al revés. - 

 

-Bueno. -se puso de pie mientras acariciaba la cabeza del pequeño can. -nosotros nos retiramos, -volteo a ver a su rubio novio. -Debes descansar Kise, no has dormido bien en una semana. -sabía que aquello era jugar sucio, pero al ver que su novio le iba a replicar no tuvo otra opción. - 

 

-Pero.. -comenzó a chillar sin embargo aquello fue cortado de tajo.- 

 

-Kise-kun debes dormir, no queremos tener a un zombie en la boda ¿o si? -su voz al decir aquello era suave como la seda, sin embargo aquella mirada decía que si no se iba en ese momento descansar como se debía, él mismo le haría descansar en paz. - 

 

-Yo...  -titubeo por un momento. -está bien, nos veremos pronto Kurokocchi. -le do el ultimo abrazo de oso del día y se levantó, volteo a ver a su queridísimo manager/ novio y le susurro. -Eso fue jugar sucio sempai.  

 

-camino a la puerta con su novio pesándole los talones.- Usare todo lo que este en mi alcance para poder mantenerte sano, y si eso significa usar tu mayor debilidad no lo dudare ni un momento amor. -salió el departamento no sin antes despedirse el pequeño celeste. -Nos veremos pronto, hasta tones cuídalo. -le dijo al perro que se encontraba a un lado de su dueño.- 

 

-¡Wroof! ¡Wroof! -contesto el can al azabache.- 

 

Se despidió de sus amigos y cerró la puerta, suspiro, hacia tanto que no los veía, no negaría que les extrañaba mucho pero tampoco negara que no extrañaba para nada aquellas interrupciones a su sueño, vio el lava trastes aun escurriendo, que tan mal lo debieron de haber visto para no dejarle mover un solo dedo para lavar los trastes sucios, volteo a ver el reloj el cual marcaba la 1:15 de la tarde, aún era temprano así que se dispuso a dormir un rato, después de todo no había logrado pegar el ojo en casi toda la noche por  lo que lo necesitaba urgentemente. 

 

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-¿Estás listo? -volteo a ver al celeste quien se encontraba sentado en el asiento de copiloto.- 

 

-Listo. -sonrió levemente después de haberse desabrochado el cinturón, para bajarse del carro.- 

 

-Bien, entonces en marcha. -desabrocho su cinturón y bajo del auto.- 

 

Al bajar del auto lo primero que pudo sentir fue el aire fresco que la naturaleza le brindaba, estaba sorprendido que un lugar así se encontrara en Tokio, al entrar se encontró con un ambiente oscuro pero acogedor, había una gran chimenea en el centro del establecimiento mientras que en la barra alumbrada por algunos focos, ahí se encontraba un hombre alto, musculoso de piel morena  quien manipulaba hábilmente un par de agitadores. 

 

-Eikichi.-alzo la mano el pelirrojo para indicar su presencia y asegurarse que le viera.- 

 

-¡Ah! -vio los ojos del pelirrojo que se acercaba junto a un pequeño de ojos y cabello celeste. -Bienvenido, Seijuro tiempo sin vernos. -sonrió, ahora entendía a lo que se refería cuando hablo con él por teléfono. - 

 

- ¿Tienes preparado el menú que te pedí? -pregunto mientras se sentaba en la barra. - 

 

-Que mal educado eres, primero son las presentaciones. -se dirigió al celeste quien había tomado un lugar en la barra igualmente. -Mi nombre Nebuya Eikichi, un placer ¿tú eres? 

 

-inclino levemente la cabeza y comenzó. -Mi nombre es Kuroko Tetsuya, un placer y lamento las molestias que le causamos. - 

 

-No es ninguna molestia, será un placer ayudarte, Seijuro. -volteo a ver a su amigo quien le lanzaba una mirada algo fría. -me comentaba que querías bebidas azules y rojas, ¿estoy en lo correcto? 

 

-Así es. -mantenía su rostro neutral. -  

 

-Bien, teniendo eso en mente he preparado este menú para ustedes. -a cada uno les dio una hoja donde venían enumerado ciertos tragos junto con lo que se preparaban. -Podemos empezar con el que ustedes elijan. 

 

Ambos observaron la lista, mientras que Seijuro sabía o tenía cierta noción del sabor que estos podrían tener al voltear a ver a su acompañante se percató que este a pesar de tener una cara "relajada" en sus ojos se reflejaba cierta preocupación. 

 

- ¿Quieres que yo elija los tragos a probar? -ofreció de manera amable. - 

 

-Si no es mucha molestia. -sonrió levemente mientras dejaba escapar un leve suspiro de alivio. -sinceramente no tengo ni idea sobre estas cosas. -finalizó. - 

 

-Entonces, -deslizo su dedo por encima de la hoja deteniéndose en cierto trago que había llamado su atención. -me gustaría probar el Blue Bird -sentencio mientras sonreía con dirección a su amigo. 

 

-Muy bien. -comenzó a preparar el trago y mientras lo hacía explico. -La mayoría de los tragos azules si no es que todos de estos contienen curazao azul, es lo que les da ese aspecto, este aparte de eso contiene ginebra, zumo de limón y jarabe de horchata. -tomo un vaso coctelero y sirvió. -este trago se puede servir en un vaso coctelero como este o bien en uno de cóctel, como ustedes prefieran. -termino adornando el trago con una rodaja de limón y acerco a Seijuro. -prueben por favor. - acerco dos pajitas para que pudieran probar. - 

 

Seijuro por su parte acerco el vaso a Kuroko quien tomo la pajita y comenzó a probar, el esperaba un sabor amargo sin embargo para su grata sorpresa aquel trago podía describirse como refrescante, si bien era algo dulce era bebible por lo que dio un sorbo más. 

 

-Esto es delicioso. -comento mientras devolvía el vaso a Seijuro. - 

 

-Me alegra que te haya gustado. -comento el moreno. - ¿Y a ti Seijuro?  

 

-Me parece bien, el sabor de la ginebra sigue presente. -asintió a manera de aprobación. -Escoge el siguiente e. -sonrió divertido ante la expresión de sorpresa del celeste. - 

 

- Pero... yo no... -intento decir, pero fue interrumpido. - 

 

-Solo escoge el que más llame tu atención, para eso estas aquí, -tomo la mano del oro con delicadeza mientras entrelazaba los dedos ajenos con los suyos. -para probar cosas nuevas. -animo con una sonrisa coqueta en su rostro. - 

 

-volvió su vista a la hoja que tenía en su mano, de entre todos los nombres de bebidas ahí escritas una es especial llamo su atención. -Bosque Negro –murmuro mientras leía los ingredientes del mismo, como el anterior llevaba ginebra, brandy de cereza, Angostura Bitters y hielo, el nombre en si le llamaba la atención así que porque no probar. -Nebuya-san un Bosque negro por favor. -alzo su vista de la hoja y con decisión en su voz pidió. -  

 

-A la orden. --sonrió de manera creída mientras vertía todos los ingredientes en una coctelera, preparo una copa de Martini y una vez el trago estuvo listo vertió, como toque fina rodaja de limón decoro el trago. - Aquí tienes. -acerco la copa al celeste. - 

 

Su color era de un rojo obscuro, suponía que era así por el licor de cereza que sabía llevaba, tomo la copa con una de sus manos y lo probo, delicioso, fue lo único que pudo pensar, el sabor era algo seco, pero se compensaba con el dulzor del brandy, era perfecto, dio un segundo sorbo para probar un poco más de aquella exquisitez, fue cuando escucho una risa algo burlona y la voz de su querido acompañante. 

 

-Deja algo para mí. -podía ver que aquel trago en verdad le había gustado al celeste, pero debía controlarlo o este se podría emborrachar y bueno no quería eso ¿o sí? - 

 

-avergonzado era como se sentía en ese momento, llevaba poco más de la mitad del cóctel, pero ¿podían culpar lo? Aquello era una exquisitez. -Perdón -murmuro algo avergonzado sintiendo sus mejillas teñirse de rojo y acercaba el trago al pelirrojo. - 

 

-No te preocupes. -negó levemente con la cabeza mientras que con un leve ademan rechazaba la copa. -Eikichi ya me está preparando uno.  

 

La tarde siguió de manera amena degustando trago tras trago del menú que fue preparado especialmente para ellos, al final el menú había quedado decidido con 6 bebidas, 3 azules, las cuales serían Alaska Iced Tea*, Madonna** y, por último, el coctel Alp Top; en cuanto a los de color rojo, como estrella estaría el Bosque Negro, el clásico Bloody Mary y un Beso de Vampiro para culminar, la elección se había basado en las veces que el celeste había pedido repetir el trago, sin embargo y a pesar de que ese era el plan, Seijuro no contaba con la baja tolerancia de alcohol que tenía el celeste quien en el cóctel número 5 de 12 que debían probar comenzó a mostrar signos de ebriedad, sus mejillas notablemente rojas esta vez se debían a la ingesta de alcohol, pequeñas risillas se escapaban de la boca de Tetsuya, las cuales no tenían razón aparente, pero lo que más sorprendió al emperador y a su bar tender de cabecera fue la actitud un tanto desinhibida que mostraba, pues de un omento a otro quiso sacar a bailar a cada uno, al obtener negativas por aquel par de hombres casi lloraba pues se sentía "ignorado", unos minutos después exigió un partido de basket contra el moreno y su anfitrión pues exigía una compensación por haber declinado su invitación a bailar, al final las bebidas fueron elegidas por mera suerte y según la experiencia del bar tender, si bien tuvo algunos problemas para sacar al pequeño celeste quien no quería irse del lugar logro convencerlo con la promesa de un partido de basket en cuanto se pudiera. 

 

Una vez salieron del establecimiento y con algunas dificultades para que el celeste subiera a su automóvil emprendieron su camino a casa, pero aquí se presentaba un pequeño pero importante inconveniente, ¿a qué casa irían? Después de todo él no debía saber en dónde vivía Tetsuya, por ende, no sabría cómo llegar a su hogar, volteo a ver al celeste quien cabeceaba de a ratos, suponía que era debido al alcohol y al cansancio de esos 2 días, y aunque no lo supiera también se debía a la falta de sueño por haberse quedado desierto la noche anterior, ya a mitad de camino y aprovechando un alto comenzó a meditar el problema que le acongojaba en ese momento, su concentración en ese momento era tata que simplemente no se dio cuenta de lo que ocurría si no hasta que el sonido de su auto abriéndose le hizo reaccionar, al voltear al lado del copiloto esperando ver a un celeste dormido tranquilamente encontró un asiento vacío, una puerta abierta y un celeste corriendo en dirección a la cancha de basket que estaba a un costado de ellos. 

 

- ¡Tetsuya! -aparco el carro de manera rápida y salió de este apresurado yendo tras Tetsuya. - 

 

-Mira Seijuro, ahí están jugando basket. -trastabillaba mientras corría a las canchas que ahí se encontraban. -Ahora si podremos jugar. -gritaba emocionado ignorando por completo la preocupación del contrario. - 

 

- ¡Maldición Tetsuya regresa aquí! -estaba preocupado y enojado, pero sobre todo preocupado ya que en aquella cancha se lograban distinguir a algunas personas con una no muy buena pinta. -  

 

Sin embargo y haciendo caso omiso al grito casi desesperado de su acompañante rápidamente se acercó a los 4 jóvenes que ahí se encontraban, todos ellos un tanto más altos que él, su contextura física le superaba por mucho, la cara de adolescentes aún dominaba sus facciones y por si fuera poco un fuerte aroma a alcohol dominaba el ambiente. 

 

-Oii... -grito el celeste ignorando el ambiente que ahí se desarrollaba. - 

 

Los ahí presentes se voltearon con una mueca de disgusto en la cara pues era obvio que no tenían edad para tomar y temían que aquel sujeto los denunciara con las autoridades, sus padres o su escuela. 

 

- ¿Qué quieres entrometido? -volteo uno de los adolescentes con un muy marcado enfado en la voz. - 

 

-Yo solo... -aún borracho su cara mantenía una expresión neutral. -solo quería preguntarles... -no pudo terminar de hablar pues fue empujado al suelo. - 

 

-Mira entrometido, es mejor que te vayas si no quieres problemas, después de todo parece que eres un inútil que no puede hacer nada. -el que había empujado al celeste ahora exhibía una clara postura de pelea, sin embargo y antes de que le pudiera seguir amenazando alguien les interrumpió. - 

 

-Aléjense de él si no quieren que algo malo les suceda. -llego hasta donde los adolescentes, sin embargo, era tarde SU celeste estaba en el suelo. - 

 

- ¿Tú quién... -pero sus palabras fueron calladas por una simple mirada que el de ojos dorado les dirigió, esa mirada era la mirada de un depredador apunto de atacar a su presa. - 

 

-Soy el que hará de su vida un infierno si no se largan de aquí. -no grito sin embargo la mirad que les mando a aquellos adolescentes parecía suficiente, se agacho para poder ayudar a poner de pie al celeste el cual temblaba. - ¿Tetsuya te encuentras bien? ¿Te hicieron daño? -una vez logro poner de pie al más pequeño acaricio de manera delicada ese angelical rostro alejando los mechones de cabello celeste que se interponían en su camino. - ¿Tetsuya? 

 

-aquellas palabras aún retumbaban en su cabeza, "eres un inútil" "no sirves para nada." No pudo evitar soltar algunas lágrimas. -Yo... yo... -su voz temblaba al igual que su cuerpo, los recuerdos de aquella época venían como fantasmas para atormentarlo. -Perdón, perdón, lo sé... -sus lágrimas no paraban y sus manos se aferraron a lo único que en ese momento les deba apoyo, se aferraron a los brazos del pelirrojo quien miraba aquella escena asombrado. - 

 

- ¡¿Tetsuya?! ¿¡Qué pasa?! ¿¡Que sabes!? -separo un poco al celeste de su cuerpo solo para ver una de las escenas más desgarradoras de su vida, las salinas lagrimas se deslizaban trazando un camino en aquellas pálidas y suaves mejillas, los ojos celeste antes llenos de vida estaban opacos, su mandíbula temblaba como tiritando de frío, negaba levemente con la cabeza como si quisiera negar todo y de un momento a otro cerro fuertemente los ojos aferrándose con más fuerza a su chaqueta enterrando su rostro en su pecho. - Ya, ya, tranquilo todo va a estar bien. -y mientras decía estas palabras, acunaba al celeste entre sus brazos para que nada en el mundo lo dañara. - 

 

Después de un rato en esa posición Kuroko quedo dormido en los brazos del pelirrojo, una vez que noto esto lo cargo en sus brazos y lo subió al auto con mucho cuidado, una vez ambos dentro del automóvil el pelirrojo arranco, si bien el conocía la dirección del celeste se suponía que no , así que con eso en mente arranco con dirección a su apartamento, de vez en cuando volteaba a ver al celeste quien aún dormido seguía derramando algunas lágrimas, cada que eso ocurría simplemente apretaba el volante con fuerza, solo Tetsuya podía hacer eso con él, hacer de sus emociones un lío, no poder controlarse y por sobre todo no poder hacer algo con respecto a eso que atormentaba al de piel pálida.

 

 Al llegar a su casa y aunque le hubiese fascinado dormir a lado del celeste, compartir la cama con él y despertar juntos al amanecer, sin embargo, era algo apresurado para eso y no quería asustar al pequeño,  así que con todo el pesar de su corazón y con una voluntad de acero con la que sus padres se sentirían orgullos desvistió con cuidado al más pequeño, empezó con su suéter y siguió con su camisa, cada prenda iba siendo retirada con suma delicadeza, era casi como si tocase la más complicada pieza de música o como si estuviese acariciando la más delicada flor del mundo, una vez la parte superior del cuerpo del celeste estuvo desnuda se detuvo unos momentos a contemplar la perfección en la tierra, su rostro el cual mostraba que ahora descansaba y ahora se mostraba tranquilo, esas largas pestañas las cuales contrastaban con aquella hermosa nariz tan fina y delicada, paso sus dedos sobre aquellos carnosos labios los cuales invitaban al pecado, sin embargo antes de hacer cualquier cosa se detuvo y respiro, bajo su mano y acaricio su cuello al no poder resistir la tentación, aquello lo único que provoco fue que su vista se desviara a aquel torso que era blanco cual porcelana, sus pezones rozados resaltaban hermosamente en aquella tersa piel sin poder evitarlo sus manos se deslizaron a la cintura donde con la misma delicadeza desabrocho el pantalón del celeste, lo bajo casi con parsimonia mientras disfrutaba de cada detalle de aquella blanca y virgen piel, la cual estaría encantado demarcar como suya, y pronto lo haría, aquellas torneadas piernas lo volvían loco, sin embargo su plan de quitar el pantalón se vio frustrado por algo, los zapatos, como se había si quiera olvidado de aquel detalle, suspiro y después inhalo profundamente, contó hasta diez quito los zapatos y termino de quitar el pantalón, fue al ropero que ahí se encontraba y saco una pijama que era para las visitas que pudieran tener, pero fue en ese momento que una grandiosa idea surco por su mente, guardo nuevamente aquella prenda  y se dirigió a la propia, se acercó a su armario y tomo su pijama, regreso a la habitación de invitados y prosiguió con vestir al celeste, lo arropo y salió de aquella habitación no sin antes robarle un beso al bello durmiente. Debía salir de ahí antes de que su fuerza de voluntad se esfumara y por sobre todo aún debía averiguar lo que le había ocurrido a su querido Tetsuya antes de conocerlo a él y si por alguna razón aquello tenía nombre y apellido le haría sufrir, sufrir el infierno en la tierra.  

 

-Hola, soy yo. -dijo en tono demandante. -Investiga el pasado de Kuroko Tetsuya, compañeros que hayan cursado la escuela con, todos a su alrededor, no solo las personas con las que tiene contacto hoy en día. -todo en él exigía saber que era lo que había pasado. - 

 

-Pero señor ya he... -no pudo terminar de hablar ya que la voz del otro lado del teléfono le dejo paralizado. - 

 

-No, no has investigado lo suficiente, quiero saberlo TODO, no importa la cantidad de dinero que necesites, la cantidad de personas que debas entrevistar, el tiempo que te tome o cuantas leyes debas romper, quiero saber ABSOLUTAMENTE TODO de él, si has entendido comenzaras con tu trabajo con esto como única prioridad, ¿entendido? 

 

-Claro que si señor. -no había otra respuesta, no cuando exigía de esa manera, si quería conservar su trabajo y por sobre todo su bienestar personal era la única respuesta viable que debía dar. - 

 

-Excelente. -y así corto la llamada. -

Notas finales:

Garcias a todaos por su apoyo! Este es el de hoy y espero les haya gustado, nos leemos mañana!

 


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