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Amor Paralelo... por yue_kori

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Notas del capitulo:

Holaa todos, el capitulo de hoy!

Resaca...


No quería despertar, pero podía sentir como un rayo de sol se colaba entre las cortinas anunciando que la mañana había llegado, se aferró a las cobijas de su cama, si su mullida cama, tan suave, tan fresca, junto con ese olor que le embriagaba y le hacía sentir tan seguro, si, cinco minutos más no estarían de más, se giró en la cama y volvió a acurrucarse, ¿su cama siempre había sido tan cómoda? Lo dudaba, si lo dudaba porque aquella cama era como estar en una nube, para empezar ¿Cómo había llegado a su casa la noche anterior? Arrugo sus ojos aún cerrados intentando hacer memoria, recordaba claramente haber llegado a aquel bar junto a Seijuro, también recordaba haber bebido algunos cuantos tragos, quizás algunos de más, pero es que eran tan delicioso, si eso también lo recordaba, pero de ahí en fuera nada más, arrugo una vez más sus ojos intentando forzar su memoria, ahora recordaba una cancha de basket, ¡oh demonios! No recordaba haber llegado a su casa, mucho menos haberse acostado en su cama, forzó a sus ojos abrirse para poder ubicarse, paredes grises, colcha color vino, sábanas blancas, si, definitivamente no era su cama, se incorporó rápidamente y una punzada en la cabeza le hizo cerrar sus ojos nuevamente y quedarse quieto, no volvería a beber alcohol, lo prometía, bueno siempre lo hacía. Una vez pasó el dolor paso abrió los ojos lentamente dejando que su vista se acoplara a la iluminación del lugar, estaba en una cama matrimonial, las sábanas blancas y una colcha vino era lo que lo cubrían, era un cuarto bastante amplio, paredes color gris hacían resaltar los muebles negros, había dos puertas en aquella habitación, pudo suponer una era la del baño y otra la entrada/salida de ahí, volteo a ver si cuerpo pues se sentía demasiado cómodo con lo que sea que trajera puesto, pues él podía apostar que no era la ropa que llevaba consigo el día anterior, al mirar pudo asegurarse de que estaba en lo correcto pues llevaba una pijama de satín negro, pantalón y camisa sin embargo se pudo darse cuenta de que esta le quedaba algo grande, encogió sus rodillas y escondió su rostro en ellas, tenía una idea de en donde esta y de quien era esa pijama pues, de hecho olía delicioso, tan ensimismado en sus pensamientos se encontraba que en realidad no se percató cuando alguien entro a la habitación.


-Buenos días bello durmiente. ¿Cómo amaneciste? -pregunto con un tono un tanto burlesco mientras acercaba una bandeja con comida en ella. -


-Por favor dime qué hora es. -no volteo a verlo, podía jurar que su rostro quemaba debido a lo rojo que se encontraba, que vergüenza. -


-Son las 7 en punto, vamos sé que te mueres de la vergüenza, pero necesitas comer algo para que la resaca no se ponga peor. -se acercó a la cama y quedo parado junto al celeste. -


Volteo a verlo haciendo un puchero, lo menos que necesitaba era que le recordarán algo que ya sabía, el pelirrojo capto la indirecta y sonrió un poco.


-Vamos, traigo el desayuno. -alzo la bandeja en señal de paz. -


-Está bien, pero solo porque debo apresurarme, entro al trabajo a las 8:30. -tomo la bandeja que le ofrecía el contrario y la puso sobre la cama. -


- ¿Tan temprano? -fingió ignorancia mientras veía su reloj. -Si gustas yo podría llevarte y así te puedes tomar tu tiempo. -se sentó a un lado del celeste quien ya analizaba su desayuno. -No sabía que te gustaba así que me fui por lo clásico. - en la bandeja perfectamente acomodados se encontraban 3 hot cakes, fruta picada en un plato y un vaso con jugo de naranja, junto con una taza de café, la cual fue tomada por él. - el café es para mí.


-Gracias, pero no puedo aceptar tu oferta, -tomo los cubiertos y comenzó comer un poco de fruta. -aún debo ir a mi casa por ropa limpia.


-Si es por eso no debes preocuparte. -tomo un sorbo de su café. -te puedo prestar algo mío o si lo prefieres la ropa que usaste ayer ya está limpia. -también podía ofrecerle toda una tienda departamental, pero sabía que el celeste le diría que no. -


-casi se ahoga con un trago de su jugo pues aquella propuesta le había tomado por sorpresa. -No... No podría, creo que ya le he causado demasiadas molestias. -dejo el vaso en la pequeña mesita. -Además ayer yo... lo lamento tanto. -inclino su cabeza en una reverencia, no sabía que era lo que había hecho, pero era mejor disculpase. -


-No hiciste nada, solamente te quedaste dormido, y debo decir que en ningún momento tu hermosa figura durmiente fue una molestia, bueno quizás algún incidente en una cancha de basket, pero nada grave . -tomo otro sorbo de café antes de sonreír coqueta mente. -


-su rostro se tornó rojo nuevamente, con él simplemente no podía ocultar sus emociones. -Por favor no diga esas cosas Seijuro-san, es vergonzoso. -se dispuso a comer sus hot cakes, pues no sabía si el dolor de cabeza regresaría. -


-No sé dé que te avergüenzas Tetsuya, eres simplemente hermoso, ¿entonces? ¿te llevo? -dejo la taza ya vacía en un mueble cercano a la cama. -


-Yo... -dudo por un momento mientras bajaba el tenedor. - Yo debo ir a ver a mi perro, además debo tomar el material para la clase de hoy. -y no era mentira, Nigo no estaba acostumbrado a pasar la noche solo, además debía dejarle más alimento. -


-Bien, si así son las cosas, -se puso de pie y se acercó a la entrada del cuarto. -


-soltó un leve suspiro de alivio. -Grac... -pero antes de terminar su frase fue interrumpido. -


-En un momento te traigo la ropa, -abrió la puerta, pero antes de salir señalo. -ese de ahí es el baño, puedes usar lo que quieras no hay problema, también hay toallas ahí dentro así que no te preocupes, cuando estés listo sal, yo te estaré esperando para ir a tú casa, dejare la ropa en la cama.


- ¿Disculpa? -qué es lo que estaba pasando, en algún punto de la conversación se había perdido.-


-Te llevare a tú casa por tus materiales y a que revises a tu perro, después te llevare a tú trabajo. -respondió con simpleza y salió de la habitación. -


Kuroko había quedado totalmente en blanco, nada venía a su cabeza y cuando por fin quiso responder algo aquel hombre ya había salido, no pudo terminar su desayuno, dejo los hot cakes a medio comer y se adentró a la ducha. Estaba seguro que aquel cuarto de baño era del mismo tamaño que la sala de su casa, si no es que más grande, había una tina con una regadera, un amplio lavabo, un tocador mediano donde se podían apreciar las toallas todas en orden, se quitó la pijama que traía puesta no si antes oler un poco de aquella embriagante fragancia, más tarde preguntaría por el nombre de aquella loción al pelirrojo, volteo a ver la amplia bañera en la que fácilmente entrarían dos personas y por un momento se vio tentado a usarla, sin embargo recordando la hora decidió que mejor aquello lo dejaría para otra ocasión, si es que existía alguna.


El baño fue realmente placentero, su cabello había quedado más suave de lo normal debido a lo que parecía ser un champo hecho de orquídeas, como jabón había usado uno de algas que ahí se encontraba, por lo mismo su piel se sentía más hidratada, ahora lo único que podía imaginar era como sería tomar un baño de burbujas ahí, probablemente sería la gloria. Salió del baño envuelto en una bata solo para encontrarse, justo como Seijuro ya le había avisado, con ropa en la cama, así como también algo de ropa interior limpia, había dejado un pantalón de mezclilla negro junto con una playera de manga larga color hueso con rayas del mismo color al pantalón y para finalizar aquel outfit un suéter gris claro; al ponerse al pantalón podía jurar que era de su talla, lo cual sería imposible ya que Seijuro era unos cuantos centímetros más alto que él, lo cual pudo con firmar al ponerse la playera, pues le quedaba algo holgada y un poco larga en cuanto a las mangas, al igual que el suéter, además podía oler aquella loción que le había fascinado, la misma que se encontraba en el pijama.


Del otro lado de la puerta se encontraba un pelirrojo sentado relajadamente en el sillón junto con su adorado perro, tenía su celular en la mano, solamente para avisar que ese día tampoco enseñaría su cara en la oficina, además se imaginaba la cara del celeste al ver la ropa que ahí había dejado, si bien la noche anterior había mandado a comprar ropa para su celeste, este no se la había dado exceptuando el pantalón, ¿la razón? Algo realmente simple, era una oportunidad para verlo con su ropa puesta, además era el perfecto pretexto para verse de nuevo, sonrió para sí complacido por su plan. Volteo al escuchar ruidos provenientes de su cuarto y observo salir al celeste algo nervioso de este.


- ¿Qué tal el baño? -aparto su celular y presto toda la atención al pequeño. -


-En realidad fue muy bueno. -admitió mientras se acomodaba el suéter. - Gracias por el desayuno también. -escondió su rostro por la vergüenza que sentía. - Por favor dime que no hice o dije algo que no debía.


-Mmm .dejo su celular frente suyo en la mesa de centro donde descansaba también su taza ya vacía. -bueno...


-Hay no.... -su cara comenzaba a arder. -


-Jejeje –rio levemente levantándose y yendo directo al celeste. -no hiciste nada, no te preocupes. -tomo por el mentón al celeste para que le viera directamente. -


-dejo escapar un leve suspiro. -Eso es un alivio.


-Aunque, bueno... -le sonrió gentilmente y rio levemente. -arrastrar a alguien a una cancha de basket ball para jugar.... -alejo su mano del celeste antes de que este pudiera reaccionar. -


-inflo sus mejillas en forma de protesta, no podía ocultar sus emociones, no con él. -Yo...


-No tienes por qué disculparte, fue muy interesante. -tomo su celular dela mesita de centro y se dirigió a la puerta. -Debemos irnos o sete hará tarde.


-reacciono rápidamente, sin embargo, antes de poder avanzar sintió que un bulto se restregaba en sus piernas. - ¡Oh! Espera un momento. -se agacho y acaricio al hermoso perro. -Hermosura, perdón por no haberte saludado antes.


Seijuro observaba aquella escena enternecido, era raro que Sebastián aceptara a algún extraño dentro de su casa, aún más que le acariciara, de hecho, eran contadas a las personas que les permitía acariciarle, sin embargo, y aunque sonara ridículo sentía celos, celos de su perro al poder restregarse con total libertad contra el celeste, al poder "besarle", al estar recibiendo caricias y mimos de este, si, podían llamarle ridículo, pero estaba celoso de su mascota, así que para separarlos abrió la puerta y espero.


-Sebastián, deja al invitado irse. -observo como su perro le daba unas ultimas lamidas al celeste y se alejaba de él para dirigirse a su cama. -Si no salimos ahora se hará tarde. -sonrió y salió de ahí. -


-Espera Seijuro-san, la puerta. -se apresuró a salir de ahí corriendo tras el de ojos dorados. -


-Solo cierra la puerta, no te preocupes. -camino directo al ascensor sin detenerse a ver al que le perseguía, después de todo quería saber que se sentía ser perseguido por él, aunque fuese para alcanzar el elevador. -


Al salir pudo apreciar una puerta del otro lado del pasillo y una pared blanca, en contraste al piso que era de color negro, sin embargo, no pudo quedarse observando aquello por mucho tiempo ya que el pelirrojo había llegado ya al elevador y estaba dentro de este esperándolo para bajar, así que sin más apresuro el paso y entro al elevador junto con el pelirrojo. Una vez dentro la pena volvió a él, era consiente que su resistencia al alcohol era prácticamente nula, pero aquellos tragos eran tan deliciosos que en realidad no lo pudo evitar, no se fijó en que piso estaban, pero suponía que debía ser uno de los últimos, el silencio de repente se hizo pesado para él, aunque ninguno hablaba, él se sentía muy incómodo, además había algo que debía preguntar al que había sido su anfitrión, una duda que le estaba matando, cerró los ojos inhalo y exhalo, contó hasta diez y pregunto.


-Seijuro, tú... tú... ¿dónde dormiste anoche? -sabía que había hablado de manera apresurada, pero no podía evitarlo, después de todo la perdía frente a él le descontrolaba totalmente. -


-Ah, pues... -exclamo con un tono divertido, sabía que era lo que rondaba en la cabeza del celeste, y aunque le hubiese gustado que aquello fuese realidad no había algo más alejado de aquello. -pues... -se acerco peligrosamente al celeste acorralándolo contra la pared del ascensor. -


-estaba nervioso, podía sentir su respiración acelerándose cada vez más, tener tal cercanía con el pelirrojo no le ayudaba en nada, así que con toda la fuerza de voluntad que pudo reunir en ese momento contesto. -Tú...


-Dormí en mi habitación. -rio divertido ante la expresión de alivio que adornaba el rostro frente a él. - ¿Es que acaso pensabas algo más? -retrocedio un poco dandole un poco de espacio al más pequeño. -


-su rostro se pintó de rojo nuevamente. - ¡N.... o! ¡No! -balbuceo un poco. -Es solo que yo... -no sabía cómo excusarse después de todo él había imaginado otro escenario. -


-Cuando hagamos aquello que paso por tu cabeza. -estiro una de sus manos revolvió el su cabello de color cielo. -quiero que seas consiente y seas capaz de recordarlo todo. -alejo su mano y sonrió de manera coqueta para después darle la espalda a su acompañante. -


Al celeste no le dio tiempo para poder reaccionar o siquiera poder pensar en algo que responder ya que el elevador se abrió de repente dejando entrar a una pareja, la conversación murió en ese momento, no sabía si aquello había sido bueno o malo, pero el resto del viaje en el elevador fue en total silencio, inclusive después de que aquella pareja bajara se mantuvo igual, el sonido del elevador parando le despertó de nueva cuenta, habían bajado a lo que parecía ser el estacionamiento de aquel edificio, siguió algunos pasos atrás a Seijuro quien se encamino al auto en el que lo había recogido las veces anteriores, sin embargo, sub mirada también se percató de un auto cercano el cual le recordaba al que usaba Akashi, pero bueno, aquello era común ¿o no? Después de todo había cientos de autos como aquel en la ciudad, sus pensamientos fueron interrumpidos nuevamente, pero esta vez fue la voz de aquel que le guiaba quien le regreso a la realidad.


-Tetsuya, ¿en qué piensas? -pregunto entre divertido y curioso. -


-En que si nos apresuramos llegare tarde al trabajo. -volvió a caminar apresurándose a llegar a la puerta del copiloto. -


-la sonrisa en su rostro no se podía borrar, era feliz con la presencia del celeste junto a él, de alguna manera se había vuelto adicto a su presencia. -Yo creo que debiste de haber pedido el día libre, deberías descansar. -sentencio. -


-No puedo, me van a dar libre algunos días antes de la boda para que pueda ultimar detalles, si pido un día libre ahora creo que sería demasiado. -se abrocho el cinturón de seguridad, respiro, había recuperado su compostura, su tono neutro. -


-Mmm si tú lo dices. -entro al auto, se abrocho el cinturón de seguridad, encendió el motor y arranco el auto. - ¿Y tú dirección es? -comento juguetón, solo preguntaba para disimular pues ya conocía la respuesta. -


- ¡Ah! Claro, -tomo el celular del pelirrojo, y tecleo su dirección en el navegador. -es aquí. -puso de nueva cuenta el celular en el tablero del auto y regreso a su lugar. -


-Bien, entonces en marcha. -sonrió y puso el auto a andar. -


El viaje a la casa del celeste fue rápido y silencioso, mientras que Kuroko observaba el paisaje, el pelirrojo de vez en cuando miraba furtivamente a aquel ángel que le acompañaba, por un momento dejo volar su imaginación, imaginando como sería un futuro juntos, el despertarse todas las mañanas junto a él, abrazarle, tenerle entre los brazos para después darle un tierno beso de buenos días, un baño juntos, quizás sexo en el baño no sería mala idea, río un poco ante sus sucios pensamientos; pero continúo fantaseando, un desayuno caliente y llevarle al trabajo todos los días, aquello simplemente sería algo perfecto.


Debido al poco tráfico de la mañana llegaron a la casa del celeste antes de si quiera darse cuenta, el pelirrojo estaciono el carro en la calle frente a esta.


-Hemos llegado, apresúrate a ver a tu perro y recoger tus cosas. -apago el motor y se relajó en su asiento. - ¡Ah! Se me olvidaba, -volteo a verle con una sonrisa amable. -Ni se te ocurra cambiarte de ropa, se te hará tarde para llegar al trabajo, además ya me la devolverás en otra ocasión. -quito los seguros de la puerta y tomo su celular para distraerse un rato. -


-por un momento miro sorprendido al pelirrojo, ¿Cómo es que había leído sus pensamientos?, desabrocho su cinturón de seguridad y salió del auto. -En un momento regreso. -la educación, ante todo. -


Cruzo la calle rápidamente, abrió la puerta de su casa y se adentró en esta, Nigou lo recibió en la entrada como todo buen compañero, le acaricio la cabeza y se apresuró a revisar si tenía comida, tomo los trastes de agua y comida y sirvió una nueva ración.


-Lamento haberte dejado solo. -se disculpó con su perro mientras dejaba su comida en suelo. -Regresare más tarde ¿sí? -se puso de pie y fue directamente a su escritorio por las cosas que utilizaría ese día, si bien estaba tentado a cambiarse de ropa recapacito rápidamente al recordar aquella sonrisa, tomo todo lo que necesitaba y salió de ahí. -Nos vemos Nigou.


-Wroof wroof. -meno la cola y se encamino a la puerta junto a su dueño. -


Al salir de su casa visualizo el auto que aún se encontraba estacionado en frente, soltó un suspiro de alivio, si alivio, pues dentro de él una pequeña parte creía que Seijuro se iría, no sabía porque pero le alegraba que no fuera así, cruzo de nueva cuenta rápidamente la calle y toco la ventana del copiloto para llamar la atención del pelirrojo quien al verlo esbozó una enorme sonrisa llena de satisfacción y alegría, escucho los seguros del carro ser quitados y entro al automóvil, acomodo sus cosas en su regazo y abrocho el cinturón de seguridad.


-Todo listo. -volteo a ver al pelirrojo quien dejaba nuevamente su celular en el tablero del auto. -


-Bien, me alegra que hayas seguido mi consejo. -menciono mientras abrochaba su propio cinturón. -además mi ropa se ve muy bien en ti. -


-no pudo responder ante ese comentario pues sus mejillas, se tintaron rosadas. -Gracias. -agacho su cabeza escondiendo su rostro. -


-al ver la reacción tan inocente del celeste no pudo evitar decir lo que por su cabeza pasaba. -Adorable. -sin embargo y aunque le encantara esa imagen no podía evitar pensar en lo delicioso que sería corromperle, moldearlo para que fuera solamente para él, si, una idea realmente tentadora. -


-No digas eso por favor. -no sabía cómo reaccionar al escuchar tales halagos, simplemente no estaba acostumbrado a cosas así, de hecho, siempre fue todo lo contrario debido a su poca presencia, aunque eso cambio un poco cuando entro al club de basket, pero después de aquello todo fue peor, no quería recordar el pasado así que simplemente dijo lo primero que rondaba su mente en ese momento. -No creí que me esperarías. -recupero su compostura un poco. -


Él quien estaba a punto de encender el motor y ponerse en marcha abandono la idea dejando que el motor se apagara, necesitaba encarar a quien había dicho eso.


-Nunca dudes de mi palabra. -tomo el rostro del celeste entre sus manos para que le viera directamente a los ojos. -Jamás te dejare, recuerda eso Tetsuya.


-estaba hipnotizado por aquellos orbes dorados quienes le miraban con fiereza, no pensó que se molestara por su comentario asía que aún algo aturdido por aquella reacción asintió lentamente mientras torpemente decía. -Si.


Después de aquella fuerte declaración de su parte retomo sus acciones, encendió el motor del automóvil y se puso en marcha pues la puntualidad era siempre, ante todo. El camino transcurrió rápido y silencioso entre los ocupantes del carro, al llegar a su destino se estaciono en la calle frente a la guardería pues no a pesar de que le fascinaría ayudar a bajar a su acompañante y mostrarles a todos que ese pequeño tenía pareja, no podía hacerlo, por lo menos no aún.


-Bien te dejo aquí, espero que tengas un buen día. - apago el auto para que su acompañante bajara de forma segura. -


-En verdad te lo agradezco y lamento las molestias que te he causado. -inclino su cabeza levemente a manera de reverencia. -


-Ya te lo dije, no fue ninguna molestia, pero si insistes en agradecer, -poso su mano por debajo de su barbilla ideando un plan. -tengo una idea, alza la cabeza. -sentencio con firmeza. -


-Yo... -alzo la vista algo avergonzado, pero después de eso no pudo decir palabra alguna, pues unos traviesos labios habían callado sus palabras. -


Así es, no había podido evitarlo, aquello que había evitado hacer mientras el celeste dormía lo había hecho, no pudo evitarlo, debía de reclamar esos suaves labios como suyos, movió lentamente su boca iniciando un ritmo lento mientras sentía como el de orbes azules ponía sus manos en su pecho, como sin intentar alejarle, sin embargo todo fue en vano pues aún tenía sus labios cautivos con los suyos, el calor se elevó poco a poco mientras, podía jurar que escuchaba el latido de su corazón en ese momento, intento envolver con su otro brazo el cuerpo del celeste, sin embargo, fue en vano pues el cinturón de seguridad lo aprisionaba y restringía sus movimientos, cuando sintió el tirón fue cuando su preciado momento termino, pues el celeste aprovecho la oportunidad para separarse.


-Yo... -con el dorso de su mano cubrió su rostro, no debía que hacer o cómo reaccionar, así que con algo de prisa bajo del automóvil, pero justo antes de cruzar la calle para entrar a su lugar de trabajo volteo para decirle unas últimas palabras al pelirrojo. -Gracias. -hizo una rápida reverencia y entro a la guardería. -


Por otro lado el pelirrojo se encontraba aún estirado hacia el asiento del copiloto, lo admitía, no podía controlarse cuando de Tetsuya se trataba, respiro profundamente he intento tranquilizar los latidos de su corazón, tomo el volante en sus manos y antes de que prendiera siquiera el auto cerro los ojos y conto hasta diez, visualizo sus próximos movimientos, apretó con más fuerza el volate e inspiro una poco del perfume natural del celeste que había inundado el interior de su carro, todo saldría bien, estaba seguro de ello, y si en las cosas no llegasen a salir como él las había planeado, bueno siempre podía hacer algo al respecto, no por nada era conocido como "El Emperador".


Prendió el automóvil y arranco, se dirigió a su oficina pues muy a su pesar debía mostrar su rostro aunque fuera para saludar, quizás estaría ahí una hora o dos, después regresaría a su casa  para finalizar algunos detalles de su plan . 

Notas finales:

Bien, este es el ,final del maratón, espero lo hayan disfrutado, concierne al siguiente capitulo, pues, si todo sale bien estará listo para el fin de semana, la historia ya esta llegando a su clímax y los secretos se irán revelando uno a uno, si todo sale bien nos leeremos el fin de semana


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