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Amor Paralelo... por yue_kori

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Notas del capitulo:

Hola, espero que les guste este capitulo y discuplen mi larga ausencia  

Baile... 




Le había despertado una voz en el parlante anunciando la próxima llegada a su destino, al voltear pudo encontrar al pelirrojo profundamente dormido, su tez era blanca, quizás no tanto como la suya, su barbilla era afilada y a pesar de darle una apariencia algo delicada también le daba el porte que debía tener todo empresario, sus pestañas eran un tanto largas, y le daban un toque angelical, se quedó un momento observándole dormir, respirar tranquilo y no pudo evitar la tentación pues aquel cabello rojo parecía tan suave que simplemente cedió a sus impulsos y lo toco, primero fue algo rápido y breve, por lo tanto no fue suficiente, así que sin dar tiempo a arrepentimientos acaricio nuevamente aquella sedosa cabellera, no fue sino hasta que vio como los ojos del contrario se arrugaban en un intento por abrir sus qué paro y debió la mirada.  




- ¿Ya despertaste? -sabía que era una ridícula pregunta pero debía recuperarse del susto de casi ser descubierto. - 




-Ya, ¿tú descansaste? -volteo a ver al celeste mientras se sentaba correctamente. - 




-Si, ya estoy más tranquilo con respecto a la boda, ya son menos cosas de las que preocuparse. -sonrió sincero. - 




-Me alegra, por cierto, aún es temprano. -reviso la, hora en su reloj. - ¿Quieres ir a cenar? –pregunto tentando a su suerte. - 




-Yo la verdad es que quisiera llegar a mi casa a descansar. -evito la mirada del pelirrojo. - 




-Claro, entiendo. -sabía que el celeste respondería aquello y sin embargo eso no le hacía sentir menos desanimado. - 




-Pero si quieres puedes venir a comer a mi casa, aunque no soy tan buen cocinero, -admitió algo apenado. - además -alzó en alto el pequeño paquete con ambos trozos de pastel. - ¿deberíamos comerlos como postre? 




-no pudo evitar sonreír debido a aquella propuesta. -Si, me parece una excelente idea. 




Ambos sonrieron, aunque quien irradiaba felicidad era Akashi, pues albergaba esperanzas que aquello que sentía por el celeste fuera reciproco ya que, aunque nunca se lo diría a Kuroko él se había despertado un poco antes y cuando se percató que el celeste aún dormía se dedicó a observarle un poco pues para él era simplemente una de  las escenas más bellas del mundo, aquello termino cuando escucho aquel aviso en el tren, se percató de como Kuroko se removí en su asiento despertando de apoco así que en un impulso y como si fuese un niño a punto de ser descubierto haciendo una travesura fingió estar dormido, fue así que sintió la mirada del celeste sobre él para después sentir aquellas suaves y pequeñas manos sobre su cabeza acariciando su cabello, no puedo evitar sentirse feliz y que su corazón se acelerara, no sabía cómo había podido mantener su compostura y seguir fingiendo. 




- ¿Quieres algo de comer en especial?  




-pregunto Kuroko sacándole de sus pensamientos. -Lo que sea está bien, aunque si lo prefieres podemos comprar, sé que debes estar cansado. -aunque en realidad le fascinaría comer la comida preparada por el celeste. - 




-frunció el ceño casi imperceptiblemente. -No me gusta comprar comida de autoservicios, no es nada sana, además fui yo el de la idea no te preocupes, aunque, ¿deberíamos pasar al supermercado por algunos ingredientes? - poso uno de sus dedos en su labio como pensando. - 




-sonrió de nueva cuenta frente a esa imagen. -Lo que quieras, yo traigo auto así que podemos ir a donde tú quieras.  




Kuroko volteo verlo pues sintió que aquellas palabras tenían un significado más profundo de lo que podía entender en ese momento, asintió levemente y se acomodó correctamente en su asiento, fue cuando miraba frente suyo que sintió como su mano era tomada delicadamente por la de Akashi quien se encontraba con los ojos cerrados, en su rostro una expresión de relajación total.  




-Ahora solo debemos esperar a que el tren llegue. -entrelazo sus dedos con los ajenos haciendo aquel apretón de manos un poco más íntimo.  - 




-Si. -respondió casi en un susurro disfrutado de aquella cálida sensación que inundaba su pecho. - 




El arribo a la estación fue de lo más tranquila posible, era una tarde cálida, pero no sofocante por lo que caminaron un tomados de la mano hasta llegar al estacionamiento, en ese lugar y con un poco de renuencia soltó aquella pálida mano y abrió la puerta del copiloto para que el celeste entrara al automóvil. Una vez ambos dentro comenzaron el viaje, Kuroko le indico en que supermercado parar para poder comprar algunos ingredientes, haría una pasta Alfredo con camarones, así que necesitaría camarones, también compro algunos espárragos para poder saltearlos en mantequilla y que estos sirvieran de guarnición, Akashi simplemente se dejó guiar pensando en que se podría acostumbrar a hacer ese tipo de cosas, cuando supo que es lo que comerían no resistio la idea y fue por un vino blanco para acompañar, su celular sonó en una ocasión sin embargo al fijarse en el nombre en el identificador de llamadas decidió ignorarla, Mibuchi podía esperar, una vez terminadas las compras se dirigieron directamente a la casa del más pequeño. 




-Por favor pasa. -abrió la puerta y se adentró primero encendiendo las luces. -Nigou, llegue a casa. -alzo un poco la voz para llamar a su perro quien acudió a él moviendo la cola. - 




-Disculpa las molestias. -se agacho y comenzó a acariciar al perro que se acercó a él olfateándolo. - ¿Cómo has estado muchacho? Por cierto, -se puso de pie siguiendo al dueño del can quien se había dirigido a la cocina. - ¿Si él es Nigou, quien es el primero? -pregunto mientras se recargaba en el umbral de la cocina. - 




-Bueno, creo que ese sería yo. -respondió mientras sacaba las compras de las bolsas y se preparaba para cocinar. - 




Akashi algo intrigado por la respuesta de su anfitrión salió en busca de la mascota, una vez que la tuvo entre sus brazos volvió a la cocina.  




-Kuroko ¿podrías voltear?  




- ¿Eh? ¿Por qué? -sin embargo, a pesar de su pregunta volteo obedeciendo al pedido del pelirrojo quien en ese momento lo cargaba en alto a su pequeño can. - 




Lo sostuvo en el aire por un par de minutos, sus ojos iban de los ojos de su celeste a los del can al que cargaba, si, ahora lo entendía todo, asintió levemente con la cabeza mientras dejaba al perro en el suelo.  




-Si, creo que lo entiendo. -sus ojos se clavaron en aquellos orbes color cielo. -Ambos me recuerdan a un hermoso cielo despejado. -sonrió galante mientras veía como un claro color rojo inundaba aquella blanca piel. - 




-volteo rápidamente evitando aquello ojos carmesíes. - No digas esas cosas Akashi-san, por favor espera en la sala, la comida estará lista en un momento.  




-Está bien, pero primer te ayudare con los espárragos. -tomo los vegetales de la bolsa de compras y se dirigió al lavabo. - 




Una vez termino su labor y aunque quisiera hace algo más fue corrido de la cocina por el celeste, unos minutos después la casa comenzó a inundarse por música, ya un poco más relajado se concentró en hacer la cena, mientras tanto Akashi se movía libremente en la sala buscando algo con lo que entretenerse, su celular volvió a sonar, pero lo ignoro nuevamente fijándose en el librero de aquella sala, reviso los títulos uno por uno hasta que encontró que llamo su atención. 




- ¿Harry Potter? Hace un tiempo que no lo leo. -y así, con libro en mano se sentó en el sillón y comenzó a leer. - 




No sabía cuánto tiempo había pasado desde que comenzó a leer, pero sabía que ya era hora de comer pues un delicioso aroma comenzó a inundar la estancia, dejo el libro en una pequeña mesa frente a él y se acercó a la cocina.  




- ¿Puedo poner la mesa? - pregunto divertido, pues al parecer había espantado al celeste. - 




-se sobresaltó un poco pues realmente se encontraba centrado en saltear los espárragos, además normalmente era él quien asustaba a los demás.  -Claro, los platos se encuentran en aquel gabinete y las copas en el de lado. - señalo con ayuda de una espátula. - 




Como un buen invitado saco todo lo necesario y comenzó a acomodar la mesa, abrió el refrigerador y saco el vino que se había estado enfriando para ese momento, lo coloco sobre una servilleta y lo puso en la mesa.  




-Bien, espero que te guste. -salió de la cocina con una olla de pasta en las manos, y la acomodo en el centro de la mesa, después fue por los espárragos que se encontraban en un pequeño plato. - 




-seguro que me gustara. -sonrió un tanto coqueto mientras se sentaba frente a Kuroko. - 




-Oh espera iré por el destapa corchos. -pero justo cuando estaba yendo nuevamente a la cocina por el Akashi le detuvo. - 




-No, yo iré, mientras tanto tú puedes comenzar a servir, -se puso de pie y se adentró en aquel cuarto. -solo dime en donde lo guardas.  




-Si claro, se encuentra en el primer cajón de la izquierda. -indico mientras el comenzaba a servir la pasta en los platos. - 




Una vez regreso descorcho el vino y lo sirvió, comenzaron a comer, la cena transcurrió de manera tranquila platicando sobre el corto viaje que habían hecho, así como de algunas anécdotas de su juventud, comieron también los pasteles que Himuro y Murasakibara les habían regalado emocionando al celeste sobre como sabría el pastel de bodas, una vez terminaron el postre, Akashi pregunto algo sumamente importante.  




-Kuroko, estoy curioso sobre algo -tomo su ya tercera copa de vino. - ¿sabes bailar? 




- ¿Bailar? -ladeo su cabeza extrañado por aquella pregunta. -tomo un sorbo de su también tercera copa de vino. -No, ¿por qué la pregunta? -ya comenzaba a sentir algo de calor en sus mejillas clara señal de que comenzaba a embriagarse. - 




-Si, después de todo es importante siendo el padrino deberás bailar. -era mentira, pero no podía desaprovechar una oportunidad así. - 




-En realidad no lo había pensado de esa manera, aunque... -si bien había reservado clases de baile para los novios, pero no había pensado en él. -supongo que podre tomar clases junto a Kagami-kun y Aomine-kun. -dijo desinteresado. - 




-Si gustas yo te puedo enseñar. -no dejaría escapar esa oportunidad por nada del mundo. - 




-No te preocupes, no quiero causar más molestias. - bajo la mirada algo cohibido por la situación. - 




-No es ninguna molestia. -se puso de pie y puso una mano frente al celeste. - Así que ¿Me concederías el honor.-            




-algo apenado e incentivado por el alcohol en su sangre acepto aquella propuesta. -Si. 




Lo tomo de la mano guiándolo a un lado del sillón, justo donde había un espacio entre la sala y el comedor, aprovecho la melodía que aún sonaba en su reproductor y comenzó a guiarlo.  




------ canción Perfect – Ed Sheeran---- 




Puso su mano derecha en la cintura del celeste, con su mano izquierda tomo la derecha del celeste usándola de guie y comenzó con el vaivén.  




-Solo debes seguir mis pasos. -la canción se prestaba a un ritmo tranquilo. - 




-Si... lo intentare. -miro hacia abajo intentando seguir los pasos de Akashi, sin embargo, en las primeras notas le termino pisando.  -Yo... Perdón. -se separó de manera abrupta totalmente apenado. - 




-Jejeje, no te preocupes y ven acá. -lo volvió a tomar en la posición anterior. -Solo déjate llevar. - 




-asintió levemente. - 




Cerro los ojos y se dejó en volver por la música, era una melodía suave y juraría haberla oído antes, Akashi comenzó a balancearse dando pequeños pasos de un lado al otro y guiándole con la mano que mantenía en su cintura, después de un momento dio un paso al frente haciéndole retroceder y haciendo una pequeña pausa para luego sentir como él le guiaba al frente para dar un paso y hacer una pausa, abrió sus ojos solo para encontrarse otros de tono escarlata fijos en él. 




-Bien, este ya lo tienes dominado así que continuemos, imagina un cuadrado en el suelo lo rodearemos mientras hacemos el mismo paso ¿de acuerdo? -sin detenerse en ningún momento. - 




-Si. -ya se sentía un poco más relajado, quizás era por el baile y el vino, pero se sentía bien. - 




-Bien, un, dos, tres, un dos tres, un, dos, tres,  un dos tres. -lo guiaba con la mano que tenía en su cintura. -Ahora,  -lo empujo levemente para que quedara a su costado aún tomados de la mano. -gira. - 




Obedeció y se envolvió en el brazo ajeno quedando pegado al pecho de Akashi quien tomo su mano y comenzó un suave vaivén.  




-Otra vez. -repito la acción anterior. -Ahora vuelta. -elevo un poco ambos brazos para que el celeste diera un giro. - 




Había visto bailar antes a personas así qu imito un poco los movimientos que recordaba dando una vuelta casi en puntas y quedando nuevamente frente a Akashi retomando su posición inicial, hicieron una pequeña pausa y nuevamente comenzaron. 




-Bien, ahora 1, 2, 3, 1 2 3... -continuaron bailando al compás de la música de esta manera.-  




Él disfrutaba todo aquello, sentir el calor del celeste tan cerca suyo era magnifico, sus ojos azules resplandecientes y aquella angelical sonrisa era maravillosa, quizás no había elegido la canción a propósito, pero eso no evito que se sintiera de acuerdo con todo lo que ella decía, para él Kuroko era la definición del ser perfecto, lo había conquistado desde la primera vez que le vio y al tratar con él había quedado prendido de su personalidad, no sabía como era posible que aquel ser humano tan hermoso fuese ignorado por todos y cada uno de los que pasaban a su lado, sin embargo de cierta manera agradeció eso, pues era más Kuroko para él. 




La canción termino con Kuroko envuelto en sus brazos tras una espléndida vuelta, su respiración era un poco agitada y un adorable sonrojo invadía su rostro, era tan lindo que guío una de sus manos a aquella pálida mejilla y la acaricio lentamente, se acercó con parsimonia para estar seguro de tener el permiso del celeste, vio como aquellos ojos color cielo se cerraban y sus brazos tomaban su camisa dándole vía libre, sonrió levemente ante aquellas reacciones tan adorables y deposito un beso dulce y lleno de sentimientos que le quiso transmitir en aquella acción, una vez termino de saborear aquellos suaves labios recargo su frente con la del más pequeño y tomando cada gramo de valentía que había en su ser decidió confesarle todo.  




-Kuroko yo... -pero justo en ese momento comenzó a sonar su celular, decidió ignorarlo y continuar. -Yo quiero decirte que... -sin embargo, aquel aparato no dejaba de sonar. - 




-Contesta, debe ser importante. - se separó lentamente de aquella persona que le hacía sentir tantas cosas, en realidad a él le hubiese gustado escucharlo que Akashi le quería decir pues sentía que era algo muy importante, pero también pensaba que tal vez el motivo de la llamada debía ser algo mucho más importante que él.  




Akashi dudo por un momento pues había visto una chispa de tristeza en aquellos ojos celestes, pero al ver que era Reo quien le marcaba por encima vez en la noche decidió contestar, pues sabía no le dejaría en paz. 




 - ¿Mibuchi qué pasa? -pregunta un poco más brusco de lo que debería. - 




-Akashi, ¿qué manera de contestar es esa? No te he podido localizar en todo el día ¿en dónde diablos has estado? -le pregunta molesto. -  




-respiro hondo y conto hasta 3 pues no quiere echar a perder el estupendo día que tuvo a lado de Kuroko. -Disculpa, es solo que no es un buen momento, estoy resolviendo algo importante. -llevo una de sus manos a su frente sobándola un poco. - 




- ¿Importante? ¿Qué es ese asunto tan importante? Y no me mientas, sé que no estás en tu casa, Chihiro está ahí esperándote con documentos importantes que deben ser atendidos inmediatamente. -tenía una idea de en donde y con quien estaba su sobrino lo cual le molestaba más. - 




-suspiro cansinamente. -Está bien, voy de regreso a mi casa, Dile a Cihiro que estaré ahí en 40 min.  




- ¡Espera! Llama... -sin embargo, no pudo decir más pues la llamada fue cortada. - 




-volteo a ver a Kuroko quien había regresado a la mesa a recoger los platos. -Lo lamento Kuroko al parecer debo irme, me encanto pasar el día contigo, gracias. -se acerco al celeste quien se había quedado inmóvil prestándole toda su atención. - 




-No, -negó levemente. -Yo soy el que debe agradecerte a ti, probablemente tengas cosas más... -no pudo terminar de habar pues Akashi le interrumpió. - 




-sabía lo que rondaba en la mente del celeste, pero cual era la razón de aquel comportamiento y forma de pensar, es por eso que le interrumpió. -Kuroko quiero que sepas que tú eres muy importante para mí, nunca lo dudes y por más que me quisiera quedar si no me voy, probablemente Mibuchi no deje de molestar. -sonrió maliciosamente ante la imagen de un Reo enojado. - 




-Gracias. -agacho su mirada pues sentía un poco de vergüenza al escuchar tan bellas palabras. -Y también gracias por haberme acompañado el día de hoy, espero no haberte causado muchas molestias. - 




-No. -negó suavemente con la cabeza. -no fue ninguna molestia, al contrario, fue mi placer. -se acercó al celeste y deposito un suave y dulce beso en aquella pálida frente, se acercó a la puerta y se despidió. -Nos vemos pronto Kuroko.  




-Nos vemos Akashi-kun.  




Antes de salir pudo ver una tímida sonrisa en el rostro del celeste. Con esta imagen aún en su cabeza llego a su apartamento, ni siquiera sintió el camino, al entrar se topó con Mayzumi quien se encontraba sentado en uno de sus sillones, sin embrago, quien al verlo entrar se puso de pie inmediatamente.  




-lo vio atentamente y saludo con una reverencia. -Bienvenido Akashi-sama, lamento la molestia, pero necesito que revise estos papeles, no es urgente, pero sí muy importante. -extendió un par de carpetas. - 




-No te preocupes, es mi responsabilidad. -tomo las carpetas aún con una sonrisa en el rostro, pues seguía embelesado con la tímida sonrisa del celeste que aún se mantenía en su mente. - 




-Ah yo, sí, me retirare. -camino hacia la puerta, pero Akashi la detuvo. - 




-Espera Myzumi, revisare estos documentos rápido, si gustas hay café y puedes usar lo que quieras, solo dame un momento. -se retiró de la sala y subió las escaleras para dirigirse a su oficina. -  




-No es necesario Akashi-sama, puedo volver mañana para recogerlo. -insistió pues realmente no se sentía cómodo al quedarse ahí. - 




-Insisto, solo me tomara una hora. -no volteo a verlo y simplemente desapareció en la segunda planta. - 




 




Ya habían pasado un par de horas desde de que su jefe se había ido a revisar los documentos, ya eran las pasadas de las 10 por lo que dejo el libro que estaba leyendo y comenzó a preparar café, suspiro cansado, no era como para él estar ahí y no era exactamente por que Akashi le disgustara, no, al contrario él sentía cierta atracción por aquel pelirrojo, siempre lo había visto trabar y lo admiraba por ello, para él era un ejemplo a seguir, su Tío Reo Mibuchi lo sabía pues una noche tras varias copas de vino en su organismo le confeso los sentimientos que guardaba por su sobrino, este tomo aquella confesión bien, quizás mejor de lo que debería, pues después de eso había escuchado en varias ocasiones como Reo, como le había pedido que le llamara desde esa noche, le insistía a su sobrino para que le diera una oportunidad, sabía muy bien que el pelinegro lo hacia con las mejores intenciones del mundo, pero eso le ponía incomodo de sobre manera, después de todo él se sentiría mejor si atrajera la mirada de Akashi solo por sus habilidad y no por la insistencia de un tercero. Una vez termino de preparar el café lo acomodo en una bandeja y lo subió a la oficina de su jefe, toco la puerta un par de veces es antes de escuchar un adelante el cual fue la señal para entrar.  




-Disculpe la molestia Akashi-sama –volteo a verlo para asegurarse de una cosa. -le traje café, espero que le guste. -le acerco la taza que traía consigo. - 




-Gracias Mayzumi ¿cuánto tiempo ha pasado? -le pregunto mientras tomaba la taza sin despegar la mirada de aquellos documentos. - 




-Bueno, ya pasan de las diez. -abrazo la bandeja sobre su pecho. -  




-¿Tan tarde ya? -dejo los documentos de lado por un momento y reviso su reloj. -Lo lamento, a pesar de que te pedí que esperaras, este contrato tiene varios apartados y debo revisarlo a detalle. -medito por un momento sus siguientes acciones. -Ya es algo tarde, ¿por qué no te quedas en la habitación de invitados? Si mi tío se entera que te mande en taxi a tu casa a estas horas seguramente querrá matarme. -sonrío amablemente, pues en vista de que elle había pedido que se quedara y queriendo evitar una pelea más con su tío se dijo que esa sería la mejor opción. – 




Dejo los documentos de lado por un momento y guió a su asistente al cuarto de invitados. 




-Bien, la cama, si quieres cambiar Sabas están por aquí, -camino a un armario de madera y lo abrió. -las sabanas están limpias así que no lo veo necesario pero esa ya es tu elección, aquí está uña pijama nueva y limpia y también hay toallas. -Se alejo del armario y camino unos pasos acercándose a la salida. -El baño está ahí, -señaló una puerta que ahí se encontraba. -los productos nuevos los puedes encontrar en la gaveta que está debajo del lavabo, descansa.  




Con las instrucciones dadas se dio media vuelta y se dirigió nuevamente a su oficina, se entró en su silla y retomó los papeles suspirando algo cansado, no le había mentido a su asistente, aquel contrato tenía algunos huecos y letras chiquitas las cuales debía revisar minuciosamente, pero si no lo había terminado ya era simplemente porque la bella imagen de cierto celeste seguía apareciendo en su mente desconcentrándose y olvidando lo que hacía en ese momento, volvió a suspirar para después  reprenderse . 




-El Amor si que te afecta.-susurró para si mismo prometiéndose concentrarse plenamente en su trabajo.- 




 

Notas finales:

Espero les haya gustado.


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