Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Para ser feliz por aiakafuri

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Tenía es fic desde hace un tiempo. 
No sabía si publicarlo, y al final me decidí.


Los personajes de Kuroko no Basuke no pertencen.

Notas del capitulo:

Espero les guste :)

El corazón de un rubio latía con ferocidad desmedida. No podría creer que se encontrará en aquel avión rumbo a Japón y que uno de sus acompañantes le hiciera la pregunta qué más temía. —Cariño, yo…

 

— ¡Prometiste decírmelo! Tengo que saberlo.

 

—Pero…- miró con pánico aquellos ojos que tanto amaba.

 

—No presiones a papá, Yōta.

 

—Está bien…— miró a la otra persona —Sabía que este día llegaría. Sabía que querría saber… Está en su derecho.

 

Sujetó la mano —Sólo no te alteres.

 

Asintió. Tardó varios minutos y miró a hijo. Quedó atrapado en aquellos orbes azules eléctrico. —Quiero que sepas... qué te amo. eres lo mejor que ha sucedido.... Conocí a tu padre cuando tenía 13.

 

—¿13?

 

—Algo así. Tenía un par de años de modelo y en ese año  catapulte mi carrera… Tus abuelos me inscribieron en Teiko y allí lo conocí. Por él, amo el básquet ball… Lo que te voy a decir es mi punto de vista, lo que viví y sufrí. Entenderé si me odias…

 

—Nunca te odiaría papá.

 

Una sonrisa triste surcó su rostro y comenzó a relatar su historia…

 

——— Flashback ———

 

Cuando ingresó en Teiko, no sólo amo el básquet ball… Sino a Aomine Daiki. Un feliz moreno que amaba el básquet.

 

Pero pronto se percató del amor de Aomine por su sombra, Kuroko Tetsuya. Su sempai de entrenamiento y amigo doncel… Un hombre capaz de dar vida a un hijo o más…  

 

Entendía al peli azul, Kuroko era lindo y adorable, incluso él podía decir que también le gustaba, después de todo él era un varón…  Su amor por Aomine Daiki era una aberración. Aquello no le importó, mientras nadie lo supiera observaría al moreno desde lejos.

 

 Su amor seguía presente en cada segundo que lo miraba a pesar de los años. Su amor se estaba desbordando poco a poco.

 

Cuando estaba en Kaijo  descubrió que Aomine y Kuroko nunca fueron novios, y qué el pelo celeste estaba con Kagami Taiga; aquello le brindó una gran felicidad y oportunidad…  Oportunidad que aprovechó en la graduación de la preparatoria.

 

Habían decidido la Kiseki no Sedai y amigos más cercanos reunirse en el gimnasio de Seirin.

 

Por supuesto, siendo modelo no desaprovechó su belleza y se vistió con la ropa más sensual. Él era consciente de que atraía a la mirada de hombres (varones y donceles) y mujeres  por igual. Suponía que era normal siendo hijo de quién era…

 

Llegó al gimnasio de Seirin y entro a lo grande; es decir, un chico de Seirin chocó contra él, y el castaño terminó en sus brazos. La baja temperatura se sintió inmediatamente.

 

—Ryōta… Por tú bien, será mejor que lo sueltes— dijo Akashi Seijūrō en un tono tétrico. El nuevo Akashi los llamaba por su nombre únicamente cuando estaba enojado.

 

Observó unos segundos al castaño y lo reconoció… Furihata Kōki. El interés amoroso de Akashi Seijūrō —Claro, Akashichi.

 

—Gracias por detenerlo, Kise —el pelirrojo abrazo posesivamente al castaño, quien estaba muy sonrojado.

 

-De nada Akashichi- se apresuró y huyó de la mirada miedosa del castaño.  Saludo a algunos de Kaijo que ya estaban allí y saludo a sus amigos de la Kiseki… No pudo apartar la mirada de Aomine.

 

Tras pasadas la horas, se percató de que habían llevado bebidas alcohólicas y él había ingerido unos tres vasos. Mareado, se dirigió al baño, lavó su rostro y salió a tomar un poco de aire fresco…

 

El gimnasio estaba hasta el fondo se las instalaciones, junto al jardín que lo divida del patio principal. Vio un árbol, se sentó bajo él y apoyo la espalda en el tronco.

 

—Veo que también necesitaste aire, Kise.

 

Se exalto y miró a la derecha, apoyado en los arbustos estaba Aomine Daiki. Unos cuantos vasos se encontraban tirados a su alrededor.   Pudo sentir la mirada azul mirándolo de arriba abajo —Sí… Alguien puso alcohol en las bebidas, necesito refrescarme.

 

— Creo que fueron los de Rakuzan…

 

—Lo dudo. Akashichi no lo permitiría.

 

—Esta distraído con el chihuahua,  dudo que se diera cuenta.

 

—Bien punto…

 

Permanecieron varios minutos en silencio —¿Qué vas hacer ahora?... con la Universidad

 

Pestañeo varias veces tratando de saber si era su imaginación con tantas veces pero el pelo azul lo miro fijamente —Seguiré con mi carrera de modelo y estudiaré Aviación…

 

—¿Tú? ¿Aviación?

 

—Por supuesto—  respondió ofendido —¿Y tú?

 

—Policía. Quiero seguir los pasos de papá.

 

—Me alegro por ti, Aominechi— dijo con una radiante sonrisa.

 

Estuvieron platicando más tiempo, aquellos minutos fueron los mejores del rubio. Fue estar como en un sueño, el peli azul reía abiertamente con él  Jamás había hablado así con Aomine.

 

El rubio se levantó de su lugar y se despidió. El agarre en su mano detuvo su marcha —¿Aominechi?... ¿Aomine?

 

—…

 

—¿Qué sucede?

 

—Ryōta…

 

—————————

 

—nghh … aghh Aomine… — estaba siendo penetrado de forma salvaje pero a la vez dulce.

 

—Ryōta… tan… estrecho.

 

—AGGHH Daiki — gimió. 

 

Después  de que el pelo azul dijera su nombre, fue estrujado entre los brazos morenos y besado de forma suave. Cuando menos lo pensó, estaban haciendo el amor en un hotel cercano a Seirin… fue el primero que encontraron.

 

—nghh Daiki— llevo sus manos a la nuca del moreno, lo jaló y besó. En ese beso puso todo el amor que había resguardo celosamente por años.

 

—Ryōta...nghhh— dio fuertes envestidas y se corrió en el interior del rubio, quien se corrió manchando sus abdómenes.

 

—Daiki— gimió al sentir la calidad esencia. Observó esos ojos azules y sonrió débilmente, su mente estaba cediendo alm la oscuridad  —Te amo...

 

—————

 

—¡Es una broma! Una maldita broma.

 

Los gritos lo despertaron. Un pelo azul recogía sus prendas mientras se vestía —Daiki..

 

—Mierda. ¿Qué mierda hicimos? Esto es un error. Un gran error…

 

—…— Aquellas palabras rompieron su corazón —Yo…

 

—Esto no es normal. Eres un varón. Esto nunca debió pasar.

 

Esa mirada azul en pánico le dio más miedo y pánico. —Cálmate, Aominechi. Tienes…

 

—¿Qué me calme?  ¡Me acosté contigo! ¡Un varón! Esto es una aberración. Es lo peor que me pudo pasar. Dios...— dudó unos segundos mientras se cubría el rostro y luego miró al rubio —Nadie debe saber esto. Nunca paso. No debe saberlo… nadie.

 

Asintió y vio marcharse al pelo azul. Antes de salir le había aventado un fajo de dinero a la cama… como si fuese un prostituto al que le pagaba por satisfacerlo y el guardará silencio.

 

Una lágrima siguió a otra. Se cubrió la boca para callar los gritos y sollozos de dolor. Fue un tonto ¿Cómo pudo creer que podía haber algo entre ellos?

 

 

————— Semanas después ——————

 

—¿Estas bien, Ryōta? Tienes semanas muy triste.

 

—Estoy bien, mamá…

 

—Dime que sucede. Ryōta soy tu madre, sé que algo te pasa.

 

Observo a su madre. Darline Kise, modelo retirada (Jadia), alta,  rubia, tez clara y ojos color ambar, de origen Inglés. Él era copia de su madre, mientras que sus hermanas eran idénticas a su padre, Ryōsaki Kise. Un hombre japonés, castaño, alto y guapo, piloto de aviones… por eso él quería estudiar aviación.

 

—¿Qué sucede Ryōta?

 

—Me acosté con un varón… Me acosté con Aomine hace un dos meses— susurró llorando —Se arrepintió y me trato como un prostituto — confesó  mientras recordaba todo lo que había pasado ese noche.

 

Darline abrió ampliamente los ojos y se cubrió la boca —¿Te… te acóstate?

 

Asintió —Lo siento — miró a su madre —Lo siento.

 

Darline se levantó del lugar que había estado ocupando y sujeto fuertemente a su hijo —¿Fuiste el que uke?

 

Se sonrojo fuertemente, desvió la mirada —Sí…

 

—Oh dios... — soltó a su hijo y comenzó a caminar de un lado al otro.

 

—Lo siento… Cuando él me besó, accedí… Lo amo, mamá… Amo a otro varón

 

Darline vio lo destrozado de su hijo —No es tú culpa. No es tú culpa…—  se dirigió al teléfono y llamo —Ryō, ven a casa… Pasa a la farmacia y pide la cajita especial… Sí, esa.

 

—Lo siento. Lo siento— repetía una y otra vez.

 

Darline abrazo a su hijo. Cuando Ryōsaki llego a casa vio la situación, corrió a abrazar a ambos —¿Qué sucede?

 

—Creo que es hora de decir todo, Ryōsaki…

 

—Pero…

—Es lo mejor — tomo la bolsa que su esposo llevó —Ryōta. Tú padre, es un doncel…

 

—¿Eh? — miró a su padre incrédulo.

 

—Soy un doncel, pero nuca me considere uno… Nunca me acosté con algún varón. Siempre tuve novias. Años después me enamore de tú madre, nos casamos y los tuvimos a ustedes— confesó Ryōsaki.

 

Sus pensamientos eran un revoltijo ¿Su padre era doncel?

 

—Ryōta— Darline sujeto a su hijo de la mandíbula e hizo que la mirara —Los hijos hombres de donceles, en su mayoría, son donceles. Ryōta… Eres un doncel, perdónanos por nunca decírtelo.

 

—¿Yo, doncel? —murmuro incrédulo.

 

—Sí, y uno muy bello— dijo Ryōsaki —Prometimos decírtelo cuando nos dijeras que te gustaba alguien… pero hasta ahora no nos has dicho nada.

 

Darline sacó el contenido de la bolsa y  se lo mostro a su hijo — Haz pis sobre ella… Es mejor confirmarlo.

 

—¿Para Ryōta? — Ryōsaki miró entre su esposa e hijo —Es decir…

 

—Es posible que Ryōta este gestando — el silenció invadió la sala de los Kise.

 

El corazón de Ryōta latía de forma irregular y sus manos temblaron al tomar la prueba de embarazo. Se levantó y se dirigió al baño…

¿Él, un doncel? Todos esos años sus padres le habían mentido. Era un doncel y sus padres se lo ocultaron.

 

Puso sus manos sobre el vientre plano… podía estar embarazado. Con las manos temblorosas tomo la prueba y abrió la caja…

 

———

—Cariño… Abre— ya habían pasado varios minutos y Ryōta no salía del baño.

 

Abrió lentamente la puerta y lo primero que vieron los Kise fue el resultado de la prueba —¿Qué… significa?

 

—Estas embarazado… — respondió Darline. Lo único que hicieron fue abrazar a su hijo cuando comenzó a llorar.

 

———

 

—Tienes que decirle— dijo Ryōsaki —. Tiene que hacerse responsable. Tú no hiciste solo a mi nieto.

 

—O nieta— dijo Darline acariciándole el cabello a su hijo.   No había dejado de llorar, entre ambos lo llevaron a su habitación. En esos momentos agradecía que sus hijas estuvieran estudiando en Inglaterra.

 

—Pero…

 

—Dile.

 

—Está bien— accedió — Le diré…

 

 

 

——————————————

 

Una semana había pasado desde que se enteró de su embarazo. Lo habían confirmado con el medico hace 3 días, tenía 8 semanas de gestación.

 

No había encontrado la oportunidad de decirle al moreno, pero ese mismo día Akashi Seijūrō le dio la oportunidad. Había mando a reunir a todos en la cancha que solían frecuentar. Esa sería su oportunidad… pero no se sentía preparado, desde aquel día no había vuelto a ver a Aomine Daiki.

 

Abordo un taxi, de hecho ni iba preparado para jugar, vestía un pantalón de mezclilla ajustado y una camisa azul que delineaba a la perfección su cintura. Sintió un poco de náuseas y se bajó una cuadra antes para entrar corriendo al baño de una cafetería. Tras salir del baño, los empleados y clientes se lanzaron  sobre él para autógrafos y fotos… No le quedo de otra más que atenderlos.

 

 

—Lo siento— dijo llegando algo agitado. Tardo más de lo esperado.

 

—Llegas tarde, Ryōta — dijo un molesto Akashi.

 

—Lo siento, Akashichi. Me encontré con fanes y no pude zafarme hasta ahora— dijo respirando con dificultad.  Saludo a todos los presentes (Kiseki no Sedai y algunos amigos: Himuro Tetsuya, Kagami Taiga, Kazunari Takao, Imayoshi Souchi y Sakurai Ryō) en un saludo general, pero miro de reojo a Aomine, quien rápido aparto la mirada.

 

—No importa. Los reuní para informarles qué Furihata-kun es mi novio— el castaño a su lado estaba muy sonrojado.

 

—¡Felicidades, Akashichi. Furihatachi! — dijo con una radiante sonrisa. Una sonrisa que antes la Kiseki no Sedai no había visto.

 

Todos felicitaron a la nueva pareja y comenzaron hacerles preguntas a la nueva pareja. —Oh cierto— Seijūrō recordó algo —Aomine dijiste que tenías que decirnos algo.

 

Todos miraron al moreno esperaron a que hablara.

 

Su corazón se rompió al ver que Aomine Daiki sujetaba la mano de Sakurai Ryō. Contuvo todas sus lágrimas.

 

—Verán… Ryō es mi novio desde hace semanas y…

 

 Aquello destrozo aún más al rubio, y los demás miraron discretamente al rubio, no eran tontos y sabían que el rubio estaba enamorado del as de Teiko.

 

—¡Estoy embarazado!- confeso el castaño. Imayoshi bufo ajustándose los anteojos.

 

—Sí, seremos padres— dijo Daiki.

 

El mundo de Kise Ryōta se terminó por destruir, pero no lloro; sonrió y los felicito como pudo, estaba por decir que se retiraba cuando su celular comenzó a sonar. Tomó su teléfono y  vio que era su madre, se alejó un poco —Mamá, estoy con la Kiseki… ¿Qué?... No ¿Es mentira, verdad? ... ¿mis hermanas?... Ahora mismo voy.

 

Los demás vieron que el rubio comenzó a llorar y se había puesto pálido. Pues se había alejado un poco para tener privacidad.

 

Seijūrō se acercó al rubio y lo sostuvo al ver que temblaba —¿Qué pasa Kise?

 

—Falleció… Mi tío falleció— murmuró entre el llanto, soló Seijūrō lo pudo escuchar.

 

—¿Quieres que te lleve a casa? — cuestionó el pelirrojo, el rubio asintió —Llevare a kise a casa. Vamos, Kōki.

 

Todos vieron que el castaño y pelirrojo llevaron al rubio a la camioneta y desaparecieron de su vista, segundos después. Todos se preguntaban qué había pasado para que el rubio llorara de aquella forma tras recibir esa llamada.

 

—————

 

Tenía una gran duda. El rubio ya se había logrado calmar gracias a Kōki, pero aquella mirada de Kise le indicaba que había algo más —Ryōta… ¿Tienes algo que decirme, algo aparte de lo de tu tío?

 

—Lo sabe— fue lo primero que pensó Ryōta al ver la mirada del pelirrojo. Miro al castaño y éste le sonrió triste, pues también estaba llorando con él… por la muerte de su tío, pero él no solo lloraba la muerte de su tío. Asintió y comenzó a llorar —Soy doncel… Estoy embarazado de Aomine.

 

—Oh dios mío— el castaño se cubrió la boca impresionado.

 

El pelirrojo también estaba impresionando, ahora comprendía la mirada de dolor y desolación que pudo el rubio cuando el moreno anunció su sorpresivo noviazgo y le embarazo de Ryō Sakurai —¿Cómo?

 

Dudo unos segundos, pero confió en ambos, no sin antes hacerles prometer que Aomine Daiki y sus demás amigos no sabrían, y les conto todo.

 

—Ese maldito— dijo Furihata Kōki apretando sus puños, cuando el rubio les platico todo.

 

—No puedo creerlo... —murmuro el pelirrojo.

 

—No le digan. Mi bebé me tendrá solo a mi y mi familia.

 

—Cuenta conmigo, Ryōta. No diremos nada— miró a Kōki que estaba por protestar, pero guardo silenció y asintió.

 

——————

Llegaron a la casa de los Kise… Aunque realmente no vivían en una casa, casa, sino un pent—huose de lujo de un complejo de departamentos con mucha seguridad.

 

—Mamá… mi tío— ambos se abrazaron y lloraron.

 

—¿Le dijiste? ¿Qué dijo? — cuestiono  cuando se calmaron.

 

El pelirrojo y castaño miraron al rubio — No, mamá… Él será padre con otro doncel.

 

—¿Qué? — observó a su hijo.

 

—Yo no sabía… Tiene novio y están esperando un hijo.

 

—Ryōta— abrazó a su hijo y al fin se dio cuenta de los invitados —Akashi-kun.

 

—Siento su perdida, Kise-san— el castaño también se unió  a las condolencias.

 

—Le confíe mi secreto a Akashichi y Furihatacchi…

 

—Todo listo. El equipaje está listo— Ryōsaki  llegó a la sala y encontró a los 4.

 

—¿Equipaje? — cuestionaron Akashi y Furihata.

 

—Sí, falleció mi hermano. Nos vamos a Inglaterra. El vuelo sale en dos horas— dijo Darline limpiándole las lágrimas a su hijo.

 

———————


Akashi se había ofrecido a llevarlos al aeropuerto. Darline y Ryōta tuvieron que “disfrazarse” para que no los reconocieran en el aeropuerto.

 

—¿Cuándo regresan? — cuestiono el pelirrojo.

 

—No sé… Mis padres y mis hijas, estarán desechos… Será el tiempo necesario.

 

—Yo no pienso regresar — Todos miraron a Ryōta.

 

—¿Estás seguro? — cuestionaron Darline,  Ryōsaki y Akashi.

 

—Es  lo mejor para mi bebé y para mi… No quiero que sufra viendo a su padre con su otra familia.

 

—Pero— trato de decir el castaño.

 

—Prometieron no decir nada. Esto es lo mejor, ya estoy sufriendo por el hombre que amo desde hace 6 años, no quiero quedarme y ver que él es feliz con él… No quiero ver cómo le sonríe. No quiero ver como carga a otro bebé que no es mío. No quiero sufrir más. Quiero que mi bebé nazca lleno de amor y cariño, no quiero verlo llorar por qué su padre no quiere verlo o no tiene tiempo para él.

 

—No diremos nada. Solo mantente en contacto… ¿Qué le digo a los demás?

 

—Qué me fui y no regresaré, no te dije a donde fui. Nunca le he dicho a los demás sobre mi familia, de hecho nunca preguntaron por ellos, tú eres el primero en saberlo, Akashichi.

 

—Sí, nunca pensé que tú madre fuera modelo.

 

—ex – modelo y diseñadora de modas— agrego Darline guiñándole.

 

—Entiendo. Lo prometemos. ¿Verdad Kōki?

 

—Sí— sonrió triste.

 

—Pasajeros con destino a Inglaterra, abordar por la puerta 6.

 

—Ese es nuestro vuelo. Gracias por traernos— dijo Ryōsaki.

 

—No fue nada. Cuiden de Kise-kun y avísenme si necesitan algo.

 

—Gracias, Akashi-kun.

 

 

Se despidieron de la familia Akashi y los vieron partir.

 

—¿De verdad no le vamos a decir nada a  Aomine-kun?

 

—Es lo mejor para Kise… Creí que Aomine estaba enamorado de Kise, pero veo que me equivoque. Daiki ya lo ha hecho mucho daño…

 

 

—————— fin flashback —————

 


—Eso fue lo que paso, y ese fue el último día que estuve en Japón. Tus abuelos, bisabuelos y tus tías me apoyaron en todo.  Cómo sabes, Seijūrō y Kōki siempre han estado con nosotros y nunca han dicho nada.

 

—…

 

Se le rompió el corazón verlo  llorar, se movió y abrazo a su hijo —Por eso nunca había querido decirte sobre tú padre. No quería que sufrieras.  Aomine se casó con Sakurai y tiene a tu hermano, sino es que más.

 

—¡Él no es mi padre! ¡ESE NIÑO NO ES NADA MIO!

 

—Quieras o no, lo es. Entenderé sí quieres hablar con él. Le diré todo si tú quieres.

 

—No quiero. No quiero nada de él. Papá, sufriste mucho por su culpa. ¡Qué se quede con su familia!

 

Le limpió las lágrimas a su hijo —Es verdad, pero también me dio lo que más quiero en esta vida. Tú, Yōta. Eres mi luz, por eso te llame así.

 

—Papi— se abrazó a su papá y lloro.

 

———

 

—Se ha quedado dormido…

 

—Es normal.

 

—No quería que sufriera, por eso nunca le había dicho nada.

 

—Es  lo que hace un padre, Ryōta. Tú solo lo has protegido…

 

—Lo sé. En un principio estuve triste durante mi embarazo pero mis padres, hermanas y abuelos me ayudaron a salir a delante. Con el paso del tiempo, el amor que le tenía a Aomine murió… Y aun así le tengo cierto ¿aprecio? Por qué es el padre de mi hijo y nada más.

 

—Ya estaba pensando mal.

 

—Tonto…

 

——————

Al llegar al aeropuerto, bajaron del avión y se dirigieron por su equipaje. Luego se dirigieron por a la salida y vieron sosteniendo a un hombre de negro un cartel, se dirigieron a él.

 

—Seijūrō-sama no pudo venir. Me envió para llevarlos a su hogar y entregarles sus llaves.

 

—Gracias— Ryōta tomo las llaves y luego subieron a la camioneta.

 

—¿Aquí vivías papá?

 

—Sí— dijo con nostalgia viendo el edificio —El mejor lugar para esconderse de los reporteros.  15 años sin venir aquí… Les encantara— aseguró. Años atrás le había confiado la llave a Akashi para que le dieran manteniendo al lugar, pero el heredero Akashi hizo más que eso. Compro todo el edificio.

 

Con ayuda del chofer llevaron su equipaje al pent-huose. —Es hermoso— dijo Yōta.

 

—Vaya…

 

—Más que darle mantenimiento, parece nuevo. Es completamente diferente, aunque siguen nuestras cosas— había remodelado el departamento.

 

—Los dejo, mañana los recojo a las 4.

 

—¿A las 4? ¿Para qué?- dijo Ryōta mirando confundido al chofer.

 

—Cierto. Olvide decirles. Seijūrō-sama me dijo que mañana los espera en su mansión. A las 4. Invito a la … ¿Kiseki?... creo que eso dijo. En fin, mañana los espera y no quiere que falte. También dijo: “Ryōta es hora de enfrentar el pasado”. 

 

—Entendido. Allí estaremos. Gracias.

 

Una vez que el chofer  salió del departamento, Yōta hablo —No estará diciendo que…

 

—Sí, y es lo mejor. Es mejor que se sepa, antes de que llegue a la prensa.

 

—Está bien— hizo un puchero —Pero no lo quiero cerca de mí.

 

—Tendrás que decírselo— su hijo sólo se encogió de hombros.

 

—Bueno… será mejor desempacar. Ryōta, descansa, nosotros lo haremos.

 

—Pero…

 

—Sí, papá. Ve.

 

Se despidió y luego busco una habitación. Entro a la que decía su nombre, se acostó y quedo profundamente dormido.

 

—————— Al siguiente día ——————

 

—Es preciosa— murmuraron impresionados ante la belleza de la mansión.

 

—Espero algún día Seijūrō nos invite a la de Kioto, es más grande. Al parecer su familia materna es de Kioto. Una vez nos invitó— sonrió al recordar lo divertido que había sido la estadía.

 

—amm.. hay varios autos.

 

—Son de los invitados de Seijūrō-sama.  Ha sido un tiempo, Kise-san. Está muy guapo.

 

Vieron a un mujer alta, pelo negra y bastante guapa —¿Harase-san?

 

—Sí. Por aquí, Seijūrō-sama y su esposo los esperan… Ya llegaron todos.

 

Siguieron a la mujer, y ésta lo guió  a la sala —Los niños están en el jardín. Los adultos aguardan la sorpresa, Seijūrō-sama no les ha dicho nada.

 

—Gracias— Harase se retiró y la vieron marcharse —Los saludaré primero y luego vendré por ustedes. Quiero ver sus caras.

 

—No cambias— dijeron al unísono al ver aquella sonrisa.

 

—Ahora regreso— toco la puerta y escucho un adelante.

 

 

———— Media hora antes ———

 

 

—Bienvenidos— dijo un castaño mientras les sonreía algunos de sus amigos.

 

—Kō-chan. Mírate, que guapo te ves— dijo Kazunari sonriendo.

 

—¿Le estas coqueteando a mi esposo? — cuestiono un pelirrojo que decendía por las escaleras.

 

—Claro que no. S ve muy lindo con su vientre abultado.

 

—Gracias— murmuro Kōki sonrojado.

 

—Vamos a la sala. Qué bueno que todos llegaron puntuales. Niños ¿Por qué no van a jugar con Seiko? Está jugando en el jardín.

 

—Sí, Akashi-san— respondieron  y salieron corriendo al jardín.

 

—Por más que le doy ordenes, no me obedece. Vengo aquí, y te obedecen sin dudarlo— dijo Taiga.

 

—¿En serio? ¿Todos estos años y todavía preguntas, Kagami?

 

—Cállate, Ahomine.

 

—Tranquilos— dijo Kagami Tetsuya  colocándose entre ambos.

 

—Pero— trato de refutar Taiga.

 

—Te callas o dormirás en el sillón por un mes.

 

Todos rieron por la cara de Taiga y fueron a  la sala. Harase les sirvió algunas bebidas , y estuvieron platicando.

 

—Saben…— comenzó Tetsuya —Ya se cumplirán 15 años desde que desapareció Kise-kun.

 

Todos guardaron silencio y bajaron la mirada. La última vez que vieron a Kise Ryōta fue en esa cancha hace 15 años.

 

—Tendrá alguna razón para no comunicarse con nosotros— murmuro Kōki triste. Eran sus amigos y no le gustaba ocultar la verdad, pero todo era por Ryōta y Yōta.

 

—Vamos. No sé pongan triste— dijo Kazunari —Un día sabremos algo de él…

 

—Sí, lo más seguro es que se casó con una bella mujer y tenga hijos— dijo Midorima tratando de animarlos, pero el ambiente decayó aún más.

 

Dicho ambiente fue interrumpido por un toque suave en la puerta. Seijūrō sonrió —Adelante.

 

La puerta fue abierta y mostro a un hombre rubio  alto, delgado y muy sensual —Hola…

 

—¡Kise! — todos se habían levanto de su lugar y miraban atónitos al rubio sonriente.

 

—Kise-kun— Tetsuya corrió y se abrazó al rubio.

 

—Tranquilo, Kuroko— dijo frotándole la espalda, al abrazó también se unió Kazunar, Shintarō y Taiga sonrieron al ver a sus esposos llorando y sonriendo… Ellos presentían que Kise se había marchado por la noticia del bebé de Sakurai.

 

—Kise-chin— Atsuhi abrazo a los tres. —Kise-chin se fue sin despedirse.

 

—Lo siento. Murasakibara. Mi tío falleció y  tomamos el primer vuelo de regreso a Inglaterra. Luego decidimos quedarnos.

 

—Nos tenías muy preocupados, Kise— dijo Tatsuya.

 

—Felicidades por el bebé— dijo sonriendo al ver el pequeño vientre. Tras recibir algunos cuestionamientos Akashi deicidio hablar.

 

—Ryōta ¿Dónde?...

 

—¡Lo había olvidado, Seijūrō! — todos miraron entre unos y otros ¿Kise acaba de llamar al pelirrojo por su nombre? —Qué bueno que me lo has recordado.

 

—Eso pensé, Ryōta ¿Te gustaron los cambios?

 

—Perfecto, gracias.

 

—¿Qué está pasando? ¿Sabías donde estaba Kise? — cuestiono Aomine Daiki.

 

Ryōta miro al moreno. No sintió nada por él, al contrario, se cuestionó porqué se veía tan acabado y cansado.

 

—Sí. Todo este tiempo.

 

—¿Por qué no dijiste nada? — gritaron todos.

 

—Se lo prometí a Ryōta ¿Verdad?

 

—No lo culpen. Seijūrō hizo lo que le pedí.

 

—¿Por qué no querías que supiéramos donde estabas, Kise-kun? — cuestiono Tetsuya, él fue el primero en salir de asombro.

 

—Larga historia… en unos momentos la sabrán— aseguro al ver la mirada de todos, y luego sonrió  —Les quiero presentar a  tres de las  personas más importantes de mi vida.

 

Todos vieron al rubio girarse y fue cuando notaron que su cabello le llegaba a los glúteos y, los donceles se percataron de que vestía unos pantalones increíblemente ajustados y una playera de marca Jadia para donceles.

 

—Vamos, entra… No te harán nada— escuchaban discutir al rubio con alguien.

 

Ryōta se hizo a un lado y cruzo por el umbral un hombre alto, rubio, tez clara y preciosos ojos color verde.  —Mi esposo.

 

—¿Esposo? — cuestionaron. Tetsuya, Tatsuya y Kazunari se sonrojaron —Parece un modelo— susurró Tatsuya.

 

—Mucho gusto. Lucios Beckham.  soy modelo y actor — su japonés sonaba raro pero se le entendió —Ryōta me ha hablado de ustedes.

 

Los donceles miraron maravillado a Lucios y los varones tenían el ceño fruncido, menos Seijūrō.

 

—¿Te ha gustado Japón, Lucios? — cuestiono Seijūrō.

 

—Sí, justo como lo han descrito.

 

—¿Lo conocías? — cuestionaron.

 

—Sí. En hora buena por su embarazo Cookie— miraron aterrados entre el pelirrojo y el rubio.

 

—Kōki. Amor. Es Kōki— dijo Ryōta riendo —Discúlpenlo. Tengo 10 años enseñándole japonés y aun no puede pronunciar bien.

 

—No es mi culpa— se defendió ofendido —Es demasiado complicado.

 

—¿Tienen 10 años de casado?

 

—No. 10 de conocernos. De ellos, 5 de novios y tres de casados— explico Ryōta feliz.

 

—¿Y las otras dos personas? — cuestiono Atsushi bostezando.

 

—Cierto…— Ryōta miro hacia la puerta —Pasa…  

 

Un adolecente parecido a Ryōta pero de ojos azules, cruzo el umbral. Por como vestía parecía un modelo de revistas para adolescentes.

 

—Es nuestro hijo, Yōta Dixon Beckham Kise— dijo Lucios sonriendo.

 

—Mucho gusto, papá me ha hablado de ustedes. Yōta Beckham, por favor cuiden de mi— dijo con una gran sonrisa, pero se esfumo al notar al hombre de los ojos azules.

 

Todos miraron entre Yōta Beckham, Ryōta Kise y Aomine Daiki. —¿Qué edad tienes, Yōta-kun?- cuestiono Kuroko.

 

El corazón de Ryōta latía rápidamente, Lucios lo había tomado de la mano para brindarle apoyo.

 

—14 años, cumpliré 15 en unos meses.

 

Al ver que no decían nada, Seijūrō recordó algo. Pues el no tenía idea de una tercera persona—¿Y la tercera persona, Ryōta?

 

Ryōta sonrió maravillado, al igual que Yōta y Lucios —Estoy embarazado. Apenas tenemos tres meses.

 

Aquella sonrisa  a la Kiseki no Sedai le recordó a la última sonrisa que vieron de  Kise Ryōta  hace 15 años.

 

—Doncel…— fue lo único que salió de la boca de Aomine Daiki.

 

—Yōta. Seiko está en el jardín con los demás. De seguro los aplastaras — le guiño el ojo.

 

—¿Puedo ir papá? — cuestiono a ambos.

 

Lucios miró Ryōta, quien miraba el piso como si fuese lo más interesante del mundo —Claro. No te excedas con ellos, y nada de pleitos, eres mayor que ellos— le revolvió el cabello.

 

—Gracias, papá— sonrió y salió de la sala.

 

Volvió a mirar a Ryōta, le levanto la mirada y lo vio fijamente —Todo está bien. Estoy contigo, amor— le beso delicadamente los labios.

 

—Será mejor que se sienten— indicó Seijūrō a todos, en especial a Aomine Daiki.

 

El matrimonio Beckham se sentó en el sillón disponible.  Ellos seguían mirando entre un pálido Aomine Daiki y el matrimonió.

 

—¿Cómo en empiezo?— susurró   Ryōta.

 

—Como me lo dijiste a mí, amor… Ellos comprenderán— miró fijamente al peli azul.

 

Asintió y miró al peli azul —Aomine... Yōta es tú hijo.

 

—¿Qué?…

 

—Aquella noche que fue un error para ti, una aberración… me dio a Yōta —Todos miraron al pelo azul con odio  — Dos meses después me entere que estaba embarazado.

 

—¿Por qué no me dijiste? ¿Por qué no me dijiste que eras doncel? — grito Daiki furioso pero en shock.

 

Ryōta sonrió con nostalgia —No lo sabía.  Siempre creí que era varón. Hasta dos meses después de esa noche me entere de la verdad. Mi padre es un doncel que nunca estuvo con un hombre, sino con mi madre. A él no le gustaba ser doncel, por lo que siempre se hizo pasar por varón. Se casó con mi madre y nos tuvieron a  nosotros… Durante 18 años me ocultaron que era doncel; eso, hasta que le confesé a mi madre que me acosté contigo. Estaba mal, estaba dolido, deprimido y quizás, a un paso del suicidio,  por todo lo que había sucedido. Por eso me dijeron la verdad… Era un doncel. Esa misma noche confirme que estaba embarazado.

 

—Pero no me dijiste nada, yo…

 

—Cuando te lo iba a decir anunciaste tú noviazgo con Sakurai y que estaba embarazado.

 

Recordaron la mirada de dolor surcar el rostro del rubio y luego los felicito, pero esa felicitación no fue la misma que a los Akashi por su noviazgo.

 

—Yo…

 

—Me sentí tan sucio— interrumpió al peli azul — Fui tonto al creer que podía tener algo contigo, durante años te había amado, y  aun después de cómo me trataste al siguiente día. En ese momento entendí por qué me trataste como prostituto al dejar aquel fajo de dinero porqué estabas con Sakurai y pagaste mí silenció…  Fui el amante.

 

—No, yo…

 

—Cuando estaba allí, con ustedes, viendo lo felices que se veían anunciando su embarazo. Sentí que mi vida no tenía sentido y tome la primera oportunidad para alejarme. Mi madre me hablo para decirme que mi tío había fallecido. En ese instante supe que esa era mi oportunidad y salir a delante con mi bebé. Abandone Japón dos horas después…y me propuse jamás regresar.

 

Aomine Daiki estaba en blanco. No sabía que decir. Un dolor atravesó su pecho —Él sabe que yo…

 

—Nunca le hable de ti, no hasta ayer. Le dije todo lo que viví y todo lo que paso ese día, lo tuyo con Sakurai y el bebé.  Yōta es maduro para su edad y comprendió por qué nunca quise hablarle de ti.

 

—Supongo que por cómo te miró, te conoció. Después de todo, tú y mi hijo comparten el mismo color de ojos— dijo Lucios.

 

—¡Es mi hijo! — exclamo levantándose de su lugar.

 

—Sí. Eres su padre biológico pero no más— dijo Ryōta.

 

—¡Por qué así lo quisiste! Tenía el derecho a saberlo.

 

—¿Qué iba hacer después? ¿Encargarte de mi hijo y del otro? ¿Decirle a Sakurai que le fuiste infiel conmigo? ¿Crees que yo me iba rebajar a ser más humillado de lo que ya me habías humillado? Te amé durante 6 años, pero amaba más a mi bebé para saber que tenía que alejarme de ti. No quería ver a mi hijo y que preguntara quien era su padre, por qué no estabas con él y con tú otro hijo sí.

 

—Ryōta— Lucios sostuvo a su esposo, se había vuelto pálido —Tranquilo, amor. Les hará daño.

 

—Lo siento… me altere un poquito Lu— dijo tranquilizándose —Estamos bien, amor.

 

—Ryōta ya dijo todo. Será mejor no alterarlo más— sugirió Lucios viendo al peli azul. Se compadeció al ver esa mirada de dolor.

 

—Y bueno, tuve a mi hijo. Su cumpleaños es el 18 de noviembre— sacó su cartera, busco en ella y luego entrego el objeto al peli azul.

 

Daiki se acercó y tomo lo que le entregaba el rubio. Dos fotografías, un pequeño bebé rubio yacía dormido en su cuna; y en otra foto, estaba sentado frente a un pastel de tres año. Lágrimas surcaron sus mejillas —Lo siento.

 

—No hay nada que sentir. Es pasado. Además… — el moreno lo miro —Fue lo mejor que me pudo pasar. Conocí a Lucios y volví a creer en el amor. Tanto Yōta como yo, somos felices al lado de Lucios.

 

—…

 

—Le dije a Yōta que si quiere conocerte, hablarte, salir de paseo contigo puede hacerlo. Pero no depende de mí sino de él, Aomine.

 

—Mamá— un grito se escuchaba acercándose.

 

—Esa es mi hija, Hana. Tiene 10— dijo Kazunari.

 

Una niña peli verde de ojos azul gris entro corriendo y se abrazó a su madre  —Nix está afuera. Está jugando con los chicos.

 

—¿Qué sucedió? — Cuestiono un pelirrojo de ojos cafés —Escuchamos a Midoeri-chan gritar— Detras de él estaban Yōta,  dos mellizos pelo morado, un niño pelo celeste.

 

—Allí esta mamá. ¡Es Nix!- dijo emocionanda señalando al niño rubio.

 

—¿Nix? — cuestionaron.

 

—Yōta es el modelo junior “Nix” — dijo Lucios —.Por eso estamos en Japón. Los tres tenemos contratos para la revista Deluxe.

 

—Sí— confirmo Yōta —Normalmente uso ojos color ámbar. Es sorprendente que me reconocieras— dijo a la niña.

 

—¿Modelo? ¿Mi hijo es modelo? — cuestiono Daiki mirando furioso a los tres.

 

—Usted no es mi padre, viejo— Yōta se cruzó de brazos —¿Acaso está ciego? Lucios y Ryōta BECKHAM son mis padre.

 

—¿El tío Aomine tú padre? —cuestionaron los niños.

 

—No. Ese hombre no es nada mío.

 

—Sí, lo es— una niña pelirroja apareció de la nada y asusto a todos —Aomine-san es un aho y abandono a Kise… Beckham-san embarazado por …

 

—¡Cállate mocosa! — el temperamento de Yōta salió a flote. Su semblante dulce y amable había cambiado rápidamente.

 

—¡Yōta! — exclamo Lucios y Ryōta.

 

—¿Qué? No tiene que estar de chismosa en asuntos que no son de importancia…

 

—¿No son de importancia? — susurró Daiki.

 

—¿Qué más da que sea mi padre biológico?  Eso no tiene importancia, yo ya tengo a  mis padres.

 

—Yōta— susurró Ryōta.

  

—No pierda su tiempo y váyase con su esposo e hijo. A mí me da lo mismo, viejo.

 

—¡Yōta!

 

Le mostro la lengua al moreno y fue a sentarse sobre las piernas de Lucios.

 

—Te has portado mal, Dixon— dijo Lucios —Papá esta alterado.

 

—No me interesa nada de él— se encogió de hombro —Lo siento papi— miró a su padre doncel —Te lo dije. No me importa nada de él.   Papi y Papá son todo lo que necesito.

 

—¿Alguien nos puede explicar que pasa? — Hana mirando a los rubios y su tío Aomine.

 

Ryōta sonrió a los niños —Siento eso pequeños. Yōta tiene un fuerte temperamento cuando lo hacen enfadar. Discúlpenlo. En un resumen rápido, soy Kise Ryōta.

 

—¿La copia perfecta? — cuestionaron entusiasmados.

 

—Sí. Bueno, en resumen y sin entrar en detalles, Yōta es hijo biológico de Aomine.  Yōta  se enteró ayer y Aomine, hoy.  Me fui cuando supe que Aomine y su esposo estaban embarazados. Por eso nunca me vieron.

 

—Oh…— miraron asombrados al pelo azul.

 

Un niño pelo celeste miró a Yōta y a su tío Aomine —Aomine-san después de todo sí tiene hijo. Debe estar feliz— dijo inexpresivo.

 

—¡Tora! — gritaron Taiga y Tetsuya.

 

—¿Después de todo? — preguntaron los beckham.

 

—Hace unos meses Daiki descubrió que su hijo ( él que esperaba cuando te fuiste Ryōta) no era su hijo. Era de Imaoshi… Sakurai siempre le fue infiel con Imayoshi.

 

—Podre diablo— susurraron Lucios y Yōta.

 

—Wohh— fue lo único que salió de la boca de Ryōta.

 

—Bueno, todo el mal que haces se paga ¿no cree? — dijo Yōta.

 

—Hijo, por favor.

 

—Como sea. A mí me da lo mismo — Yōta observó a las personas que yacían en la sala —¿Quienes son?

 

—Oh cierto. No te presentaron— dijo Kōki.

 

—Al parecer mi hermano tendrá con quienes jugar— dijo notando el vientre de Kōki, Tatsuya y Kazunari.

 

 —O hermana— agregó Lucios —Así tendremos la pareja.

 

—Sera niño.

 

—Oh no... Otra vez- farfulló Ryōta.

 

—Niña.

 

—Niño.

 

—Niño.

 

—Niña... No se vale papá — un lindo puchero se formó en las labios del rubio menof.  Todos rieron al verlo, sin duda era una copia de Kise.

 

—Ya. Tranquilos. Tal vez sea doncel— dijo Seijūrō —Tetsuya.

 

—Kamiga Tatsuya. Mi esposo Taiga— señaló a su esposo — Tora de 10 años y Sora de 8 años— señaló al niño pelo celeste y la niña pelo roja.

 

— Midorima Kazunari. Mi esposo Shintarō— señaló al pelo verde —Y nuestra hija Hana. Tú fan.

 

—¡Mamá!

 

—Murasakibara Tatsuya. El que está comiendo dulces es mk esposo Atsushi. Nuestros hijos, Atsu el varón y Tatsu el doncel. Ambos 8 años. Y estamos a la espera de otro— dijo acariciando su vientre.

 

—Ha Daiki ya lo conoces— dijo Seijūrō.

 

—Yo no queria conocerlo— murmuró enojado.

 

—Yōta no seas así— dijo Ryōta —Por eso no quería decirte la verdad.

 

—Estaba en mi derecho... Tenía mis dudas. Creía que nos había abandonado más nunca creí que hubiese jugado contigo papi.

 

—¡No es así!— dijo Daiki levantándose de su lugar.

 

—¿Entonces papi mintió?

 

—No lo hizo.

 

Nadie sabía que decir hasta que Kazunari los salvó.

 

—Kise-chan... Digo...

 

—Ryōta está bien— le sonrió al pelo negro.

 

—Ryōta-chan ¿Qué hiciste después de irte?¿A donde fuiste? Nunca apareciste en portadas ni nada.

 

—Eso. Seijūrō me ayudó ningún medio japonés me encontrará.  Verán... Como nunca me preguntaron pues no lo sabían. Soy mitad japonés y mitad inglés. Mi madre es inglesa al igual que mi familia materna.

 

—¿En serio?— cuestionaron atónitos.

 

—Sí. Toda mi familia es inglesa. Y casi todos están en los medios de comunicación. Mi madre es ex-modelo y diseñadora de modas. Esto lo diseño ella— señaló la ropa que vestía — Mis tíos y abuelos son modelos y actores. Menos mis hermanas, ellas no se interesaron por las pasarelas o la actuación. En cuanto llegamos a Inglaterra fuimos captados por los medios y se dio a conocer quién era mi familia. Me llovieron ofertas de trabajo y acepte. No quiera ser una carga para mí familia. Hice muchas cosas y fui imagen de algunas cosas para bebés.

 

Seijūrō jaló la caja que había dejado detrás del sillón y fue mostrando algunas cosas. Un Kise Ryōta semi desnudo mostrando su vientre a todo expledor.

 

—Te ves tan lindo— dijo Tetsuya sonriendo.

 

—Cuando dí a luz. Me alejé fe los reflectores y comenzó a estudiar diseño de modas. Actualmente diseño para mí madre. Esa que viste Kōki yo la diseñe. Con el tiempo me inmescui con la actuación y fue cuando conocí a Lucios. Comenzamos como amigos y después de  varios años de amistad y de que se ganará mi corazón, nos hicimos novios. 5 años después nos casamos.

 

Lucios rió y besó a su esposo —Cuando conocí a Ryōta supe que había encontrado al amor de mi vida. Batalle bastante para que me dejará acercarme a él de manera romántica pero nos tocó hacer una serie de televisión y bueno... Se dio el amor. Para ese entonces Yōta ya me quería. Habíamos trabajado en una telenovela y le pedí permiso para salir con Ryōta y luego para casarnos. Mis suegros y cuñados me recibieron de maravilla.

 

—¿Qué le enamoró de Kise?— cuestionó Kagami.

 

—Aparte de su atractivo y su fantástico trasero.

 

—¡Lucios!— exclamó avergonzado Ryōta.

 

—¿Qué? Es la verdad. Bueno, sin duda, me enamoró sus sonrojos cuando le coqueteaba y  sus sonrisas sinceras.  Gracias a la serie de televisión me dio la oportunidad de conocerlo. Aunque ya lo tenía en la mira desde el primer comercial que hizo cuando estaba embarazado.

 

—¿No te importó que tuviera un hijo? A mi hijo— Daiki miró furioso.

 

—Por supuesto que no. Yōta es un amor... Claro tiene su personalidad pero es buen niño — le hizo cosquillas al mencionado — Además, por él me enamoré más de Ryōta.

 

—Sip. Papá es increíble— dijo sonriendo —Ademas me está enseñando alemán y galés. También me enseñó tenis. Y ama a papi.

 

Cada palabra que salía de la boca del rubio menor hería a Daiki. Desvío la mirada al ver el amor en los ojos de su hijo hacia Lucio.

 

—Chicos ¿Por qué no van a jugar? La comida está en una hora— sugirió Seijūrō.

 

—Claro— asintieron y caminaron a la salida.

 

Delante de todos iba Yōta, iba a abrir la puerta cuando la puerta se impactó contra su cara.

 

—Yōta— Ryōta corrió la lado de su hijo.

 

—Lo siento...

 

—Un lo siento no va a curar mi nariz, imbécil. Mañana tengo sesión— le gruñó a un muchacho castaño con anteojos.

 

—Tranquilo— Ryōta sacó un pañuelo  y le limpió la sangre.

 

—Lo siento. Lo siento— volvió a repetir.

 

—¡Deja de disculparte!

 

—Hijo— lo reprendió —Seijūrō tendrás algo para curarlo.

 

—Traigo mi maletín en el auto— Shintarō se levantó — Ahora regreso. Akashi ponganle hielo.

 

—Yo voy— Kōki se levantó y se perdió por otra puerta.

 

—Lo siento.

 

—¡Qué dejes de disculparte!

 

—¿Quién te crees para gritarle a mi hijo?— un castaño estaba sosteniendo al castaño menor.

 

—Calmense los tres. Sakurai ¿Qué haces aquí?— gruñó Seijūrō.

 

—Traje a mi hijo. Daiki me dijo que lo trajera.

 

—Te he dicho que dejes de llamar de manera familiar.

 

—¡Papá!— el castaño corrió y se abrazo al moreno.

 

Daiki sonrió y abrazo al castaño. Tal vez no era su padre biológico pero amaba ese mocoso.

 

—Así que ese es su hijo. Ve. Él lo quiere,  así que no me moleste a mí.

 

—Yōta no es el momento. Dejame curarte— Ryōta había limpiado a su hijo.

 

Hizo un puchero y se dejó mimar por su padre. Shintarō y Kōki regresaron. El pelo verde lo chequeo, le unto un ungüento y luego le aplicaron el hielo.

 

Sakurai después de varios minutos reconoció al rubio —Kise Ryōta.

 

—Sí— sonrió mientras miraba a su hijo.

 

—Él...— los ojos, el ceño fruncido y la manera en que le habló a su hijo —Hijo de Daiki...

 

— ¿Por qué tengo que pasar por esto?—  farfulló molestó. Si ese lo veía por primera vez y lo decía quería decir que se parecía al moreno.

 

—Por eso se fue. Fuiste de puto y te revolcarse con Daiki.

 

—No quiero escuchar eso de tí— había dejado a su hijo y miró fijamente al castaño —Cuando me acosté con Aomine ni tan siquiera dijo que tenía novio. Además... No deberías de hablar.  Yo no fui el puto que lo engaño por 15 años con su amigo y le hizo creer que el hijo era suyo. Tú si fuiste el puto. Así que no rebajes a tú nivel Sakurai Ryō.

 

—Lo quiero hoy en la noche— un furioso y sonrojado Sakurai Ryō abandonó la sala.

 

—¿Qué se cree?— farfulló molestó Ryōta.

 

—Hijo...— Daichi Sakurai miró al rubio. Los ojos azules eran idénticos a los de su papá.

 

Daiki miró a Daichi —Sí... Es mi hijo. Acabo de enterarme ahora.

 

—Ya no me vas a querer papá— el castaño comenzó a sollozar.

 

—Sabes que te quiero.

 

—Pero yo no soy su hijo y él sí.

 

—Por mi te lo puedes quedar— Yōta se quitó el hielo de la nariz —Solo mantenlo alejado de mí.

 

—¡Yōta!— le reprendieron sus padres.

 

—¿Qué? Yo no lo quiero cerca de mí. Entonces que se lo quede él. Sei vamos a jugar— miró a sus padres — Tendré cuidado. Papá. Papi.

 

El rubio salió jalando al primogénito de los Akashi y los demás le siguieron.

 

 

 

——————————————

 

—Entonces... — esperaba a que el morneo hablará. En unas horas se marchaba de Japón y los tres habían estado muy ocupados. Hizo un pequeño espacio para hablar con el moreno. Así que estaban  en la cancha de básquet ball, en la que antes jugaban.

 

—Lo siento...

 

—¿Por qué?

 

—Por todo.

 

— Ya te dije que es pasado, Aomine. Ahora es el presente y estoy tratando de convencer a Yōta de que se reúna contigo.

 

—No lo entiendes. Te amaba... Te sigo amando, Kise.

 

Miró atónito al moreno —Yo...

 

—No digas nada. Sólo escucharme...

 

Asintió y espero a que el moreno hablará.

 

—Desde que llegaste a Teiko me enamoré de tí. Estaba conflicto en mis sentimientos... Se supone que ambos éramos varones y aun así me gustaba. La dichosa manía que tengo por los pechos grandes era porque me forzaba afijarmee en mujeres para olvidarte... Pero nunca lo hice. Siempre te tuve presente en mi corazón y mente. Sabía que estaba mal visto pero no me importó, en la graduación vi la oportunidad para aproximarme a tí... Mas no conté que al otro día me aterrará lo que fueses a decir. Me entró miedo. Y todo salió mal. Y no te deje ese dinero en forma se pagó ni nada. Sino para pagar el cuarto, creeme, nunca te trataría como un puto al que le habré las piernas a cualquiera.

 

—Sakurai...

 

—Despues de eso. No sabía que hacer, yo... Comencé a tomar y  bueno... En una de esas borracheras me enrolle con Sakurai... De hecho ni supe que pasó, desperté desnudo a su lado. No sabía que hacer. Entonces tres semanas después Sakurai confirmó el embarazo... Pero no solo me lo dijo a mí, sino frente a mis  padres; ellos me obligaron a responde. Por mi lo hubiese ayudado en la crianza pero nunca me hubiese casado con él.... Lo demás, bueno, a los tres días les anunciamos lo del noviazgo y el bebé. No sabía como mirarte a los ojos. Sabía que me deberías estar odiando.... Y entonces desapareciste. Jamás te volví a ver. No pude explicarte nada.

 

—Yo...

 

—Nos casamos y todo... Tarde cuatro años para consumar el matrimonio pero no nunca lo he amado.  Amaba a Daichi, era por lo único que estaba con él. Y él lo sabía. Sabía que siempre te había amado más nunca le dije lo que sucedió entre nosotros. Hace un año, se supone que yo debía estar fuera de la ciudad pero la orden se canceló. Regrese a casa y los encontré. Imayoshi se rió en mi cara. Se burló de que crié a Daichi cuando ni tan siquiera era mi hijo. Por supuesto no lo creí. Hice una  prueba de ADN... y fue negativo. Daichi no era hijo biológico. Fue un gran golpe saber que todo lo que deje fue por un niño que no era de mi sangre. Te perdí por un engaño.

 

No sabía exactamente como sentirse. Pero no tenía dudas de algunas cosas.

 

Después de un angustioso silencio el rubio habló —Quizas haces 15 años hubiese saltado a tus brazos y  hubiésemos sido felices por qué yo te amaba Aomine. Pero eso es pasado. Te había amado por 6 años, desde que te conocí en Teiko, y seguí amándote durante mi embarazo... Pero así como te amé, con el paso de los días dejé de amarte. No niego que te  amé, que te odié, que te maldije  por mucho tiempo... Pero dejé de amarte. Dejé de llorar tú recuerdo. Dejé de tener la esperanza de que un día me ibas a amar. Dejé de esperar a que llegarás a buscarme. Dejé de esperar a que me dijeras que me amabas.  Sólo cuando lo hice vi que podía ser feliz sólo, sin tí, y con ayuda de mi familia lo logré. En Inglaterra no se ven mucho los donceles, son muy escasos y nos miran como fenómenos pero hubo gente que me miraba y me sonreía. Hombres homosexuales que no son donceles me saludaban y me decían que era bendición.  Te juro que lloraba feliz, por mi bebé. Cuando nació Yōta aprendí poco a poco a disfrutar de la etapa. Con el paso del tiempo mi Yōta era amado. Tal vez no conoció a otro padre pero conoció gente que lo amaba sin importar ese temperamento que se carga cuando se enoja. Lucios fue uno de ellos. Él me mostró que el amor sigue existiendo. Me mostró con sus acciones cuanto me quería y cuánto me amaba. En un principio, estaba aterrado de su cercanía, de sus muestras de amor pero fue ganándose mi corazón y no solo el mio, él de Yōta también. Amo a Lucios y por nada del mundo lo dejaría. Te amé, pero es  pasado, espero lo comprendas.

 

—Lo comprendo.

 

Se levantó, se colocó frente al moreno y le limpió las lágrimas —Apesar de como fueron las circunstancia. Siempre estaré agradecido por darme a Yōta. Sé paciente con él, me contó lo que hizo en las salidas contigo durante estas semanas; discúlpalo. Es un niño que está dolido por todo. Nunca le había hablado de ti por qué no quería que sufriera… Y al final, si le hice daño y por eso se comportó así,  pero está entusiasmado con tu estilo de juego.  Quiero que vengamos a Japón cada vacaciones de verano o invierno para que puedas verlo y convivir con él.... Aomine. También eres bienvenido en casa —le entrego la dirección y un mapa —  Espero un día puedas encontrar a una persona que te ame, date la oportunidad de amar una vez más...  Adiós, Aominechi.

 

Observó al rubio alejarse —Te amo, Ryōta.

 

Qué tonto había sido. Había perdido al amor de su vida y a su hijo por no decidirse, por haberse dejado embaucar por Sakurai Ryō... Pero no todo era culpa de Sakurai, sino suya por no haber dicho sus sentimientos.

 

—————

 

—¿Todo bien?

 

—Claro que sí— abrazó a su esposo e hijo —Siento un peso menos encima desde que Aomine se enteró de la verdad.

 

—humm…

 

—Le prometí que lo visitarías por las vacaciones siguientes.

 

—No sé vale — dijo eso con el ceño fruncido pero sonrió. Durante esas semanas por más que trato de hacerle la vida imposible a Aomine Daiki,  él  no se rindió. Al contrarió trataba de consentirlo en todo y también le mostro su estilo de juego. Ahora entendía de dónde provenía su facilidad para encestar desde cualquier lugar de la cancha.  Tal vez no podría llamarlo padre, pero lo consideraba una buena persona.

 

Lucios y Ryōta sonrieron.  —Vamos a casa a preparar nuestro equipaje. Es hora de regresar a casa —dijo lucios frotando en vientre del rubio.

 

—Mi hermana está feliz — acarició el vientre y su hermana le había pateado.

 

—Sí, vayamos a casa.

 

 

 

 

 Fin

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer!
ESpero  no sean tand uros conmigo

 

Ai :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).