Fuga.
La noche estaba siendo un completo caos en la casa de los Miyuki-Sawamura, sobre todo porque Eijun estaba gritando por toda la casa con una voz que era escuchada hasta el vecindario vecino.
— ¡¿Cómo mierda se te olvido?!—exclamaba tan enojado que el mango del sartén que sostenía parecía quererse doblar de la fuerza que ejercía sobre él.
— ¡Vamos Eijun, es solo una fecha… y además tenía mucho trabajo!
— ¡¿Trabajo?! ¡Esa mierda es más importante que nuestro aniversario!
— ¡Esa mierda nos da de comer!
— ¡Pues entonces te hubieras casado con tu trabajo!
— ¡Si lo hubiera hecho de seguro no tendría gritos a las 10 de la noche por cosas sin sentido!
— ¡¿Sin sentido?! ¡Jodete Miyuki Kazuya! No sé porque demonios me case contigo…
— ¡Oye… no digas esas palabras!
— ¡Digo lo que se me antoja! ¡No eres mi jefe!
— ¡Deja de ser tan infantil!
— ¡Puedo ser todo lo que yo quiera!
Y aquella discusión no tenía final, tanto Itsuki como Kazuma estaban encerrados en su cuarto, Kazuma no dejaba de llorar por escuchar a sus dos padres gritar como si se odiaran e Itsuki intentaba alegrar a su hermano menor haciendo sus ojos bizcos.
Finalmente logro una pequeña risa del pequeño castaño y le sonrió con una energía que se parecía mucho a la de su “papi” Eijun.
— No estés triste Kazu, nuestros papás harán las paces, ya lo veras—menciono haciendo una pose guay mientras Kazuma asentía repetidas veces
— Pero…pero… ¿Por qué están peleando Itsu-chan? —dijo realmente triste intentando no llorar de nuevo.
— Es solo que papá es un idiota, olvido el aniversario de cuándo se comprometieron… ¿recuerdas que papi estuvo toda la mañana haciendo un pastel que se veía realmente raro? —le pregunto y el menor solo asintió varias veces—Bueno, estaba preparándole varias sorpresas a papá, pero cuando el llego, solo se sorprendió y… pues, papi exploto en furia porque olvido algo importante
— ¿Eso es tan importante?—cuestiono Kazuma confundido, al fin había quitado aquella cara triste
— ¡Claro que sí Kazu! ¡Es como si yo olvidará tu cumpleaños!
— ¡Wah, eso sería horrible!
— ¡¿Ves?! El problema ahora es que seguro con esto… papi va a…
Mientras tanto en la sala, aquellos gritos proseguían y no iban para ningún lado.
— ¡Vete!
— ¿Disculpa?
— ¡Que te vayas!
— ¡Esta también es mi casa!
— ¡Ya no lo es más!
— ¡¡¿Qué demonios?!! ¡¿A dónde planeas que me vaya?!
— ¡No lo sé! ¡Ve a molestar a alguien más! Kuramochi-Senpai o alguien ¡NO ME IMPORTA!
— ¡¿Ah?!
Y con aquello se acabó la discusión, la mirada de Eijun brillaba con furia… esta no era la primera vez que Miyuki olvidaba fechas importantes pero aquello era la gota que derramo el vaso, ya no soportaría aquellas faltas de atención de su marido.
Eso se acababa ahora mismo.
Miyuki entendió el mensaje, suspiro largamente, tomo su chaqueta, maletín y frunció el entrecejo, estaba realmente enfadado.
— No vayas a llorar porque me extrañas demasiado, Bakamura
— ¡Solo lárgate maldito!
Y con el pelo erizado y casi fuego saliéndole de la boca, Eijun prácticamente lo echo a patadas de la casa.
En el cuarto de los pequeños Miyuki, Kazuma intentaba no llorar a gritos e Itsuki estaba algo preocupado de que el pequeño quien era un año menor que él tuviera aquella cara deprimida.
Así que lo decidió, haría que los dos idiotas de sus padres se reconciliaran para poder ver a su hermano feliz.
— Kazu, mañana vayamos a conseguir algunos girasoles… son las flores favoritas de papi
— Oh… ¡sí! —una gran sonrisa ilumino el rostro de Kazuma e Itsuki le sonrió de regreso, esa era la cara que le gustaba ver en su hermano de 6 años.
Ahora el problema sería ¿Cómo lograrían conseguir aquellas flores sin que sus padres se dieran cuenta?
Al final se le ocurrió un plan en medio de sus sueños y al día siguiente fue despertado por Eijun el cual parecía algo devastado, tenía unas enormes ojeras y sus ojos estaban realmente rojos.
— Papi ¿estás bien? —pregunto algo consternado el mayor viendo como Eijun afirmaba con la cabeza con demasiada energía
“Bueno, al menos sigue siendo igual de animado a pesar de estar realmente devastado, eso es típico de papi y de Kazu” pensaba Itsuki con una sonrisa de lado
— Arréglense, tienen que desayunar… se nos hará tarde para ir a la primaria—dijo con pesadez Sawamura mientras revolvía los cabellos de ambos pequeños con un poco de penumbra a su alrededor.
El mayor de los tres salió de la habitación y espero a que los menores estuvieran listos.
Cuando Sawamura se fue a la cocina, Itsuki decidió empezar a hablar en lo que se cambiaban el pijama.
— Escucha Kazu, esto es lo que haremos… cuando papi nos deje en la primaria, nos escabulliremos por el hueco que tiene la cerca trasera ¿de acuerdo?
— Pero… eso preocupara a papi y a papá
— Ahora no es momento de pensar en eso Kazu, tienes que hacer lo que te digo ¿de acuerdo? ¿quieres que papá y papi se arreglen?
— ¡S-sí!
— Entonces tienes que hacer lo que te digo, después de que nos escabullamos de la escuela, iremos al templo que está subiendo la calle, tiene un jardín lleno de flores y allí vi unos girasoles muy enormes
— E-está bien Itsu-chan
— Entonces ya está decidido
Y con aquello ambos hermanos sonrieron con firmeza y se terminaron de arreglar, fueron al comedor y allí estaba Eijun con una enorme aura depresiva encima, los menores solo pudieron mirarlo con tristeza.
Su papá Eijun siempre era animado y estaba contento pero ahora mismo parecía un zombi de muy mal aspecto.
Kazuma suspiro y maldijo a su papá Kazuya por ser un tremendo pelmazo y olvidar algo tan sencillo como la fecha de su aniversario, ya sabía que le regalaría en su cumpleaños… un jodido calendario.
Miro el desayuno frente a él, eran unos panqueques algo quemados, les dio una probada y sintió unas enormes ganas de vomitar, trago con dificultad y miro de inmediato a Kazuma al ver que estaba a punto de comerlos.
— ¡Kazu no los comas!—advirtió provocando confusión en el pequeño quien se detuvo y bajo el tenedor, Itsuki miro a Eijun quien comía aquellos panqueques con una aura de muerto—Papi… le echaste salsa de soya a estos panqueques y saben horribles
— Ah… en serio… no me di cuenta… coman
Sí, estaba completamente perdido. Itsuki solo pudo rodar los ojos y suspirar. Se levantó de la mesa y fue al refrigerador por alguna fruta para que no se fueran con el estómago vacío.
Sus padres era un completo caos cuando se peleaban, pero esta pelea había sido la más grande que habían tenido así que de seguro no sabrían cómo arreglarla.
— Papi… ¿Dónde esta papá? —Kazuma le pregunto realmente preocupado mientras Itsuki se atragantaba con la manzana a la que le había dado un mordisco
— Ah, ¿ese inútil bueno para nada que se olvida de cosas importantes? Estará con Kuramochi-Senpai, por algunos días… o quizá toda la jodida eternidad ¡eso no me interesa!
— ¡¿Con el tío Mochi?! —gritaron los dos menores con sorpresa, ellos adoraban a Kuramochi, era fuerte, divertido y siempre los hacía reír… aunque el problema no radicaba en él sino más bien en su tío Ryo… quien parecía matarlos con la mirada cada que Kuramochi jugaba con ellos.
— Papi ¿estará bien papá con el tío Mochi? ¿Por qué no lo dejas regresar a…?—Kazuma se detuvo de preguntar aquello cuando noto las pequeñas lagrimas que se asomaban en los ojos de Eijun, aquello le provoco una enorme tristeza
— ¡Basta! Vayámonos a su escuela… tengo que venir a recoger esta casa y hacer la comida y tengo muchas cosas que hacer
Y con aquel decreto, Sawamura se levantó de la mesa y tomo a sus dos hijos de las manos para llevarlos a la primaria.
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Mientras tanto… en el departamento compartido de la feliz pareja de comprometidos, estaba un huraño Miyuki Kazuya.
— Eh… Miyuki, sabes que no me molesta que estés aquí pero… ¿por cuántos días dijiste que te quedarías?
— ¿Ah? ¿Me estás corriendo? ¿Acaso no recuerdas quién te ayudo a confesarte con tu querido Ryo-san? Malagradecido.
— ¡Oye! Baja la voz… si Ryo-san se levanta de su sueño, es capaz de asesinarnos a los dos
— De seguro está enfadado porque los interrumpí en su noche de sexo, pero bueno… si yo no obtendré sexo quién sabe hasta cuándo… nadie merece tener una “hermosa noche” además deberías de agradecerme, hoy no te dolerá el culo
— ¡Argh cállate, tú eres un dolor en el culo!
— Pero bien que te encantan~—le sonrió a su mejor amigo provocando que el otro quisiera ahórcalo instantáneamente
— ¡Hablo en serio ¿Cuándo planeas hacer algo al respecto?! ¡Todo esto fue tu culpa y lo sabes!
— ¡Ya lo sé, maldita sea! No tienes que recordarme lo obvio cada puto segundo… es solo que me enfoque tanto en el proyecto que me dejaron en el trabajo que no pensé en nada más, ayer estaba contento porque al fin me habían ascendido y llegue y bueno… creí que Eijun ya sabía de eso y que por eso era la celebración, pero mierda… vaya que me equivoque
— Eres un completo imbécil, a veces creo que la idiotez de Sawamura se te contagio—dijo entre risas el ex delincuente mirando la cara arrepentida de su mejor amigo, soltó un largo suspiro y estrecho los ojos— ¿y bien? ¿Seguirás llorando o harás algo al respecto?
— ¿Qué puedo hacer?
— Oh hombre, vamos… tú eres el que se casó con él, deberías de saberlo más que yo
— ¡Nunca habíamos peleado así de horrible!
— ¡Entonces será mejor que lo solucionen pronto porque esto puede ser muy perjudicial!
— ¡Ya lo sé, maldición! Solo quieres que me vaya para que puedas tener sexo… no creas que no lo comprendo
— ¡¿Ah?!
Kuramochi se puso totalmente rojo y luego sintió un escalofrío recorrerle la espalda, Ryosuke se había despertado y los fulminaba con la mirada. Al parecer ambos amigos tendrían que pagar la consecuencia de haber interrumpido los sueños de aquel demonio.
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Cuando Eijun dejo a sus dos hijos en la primaria incluso el director se preocupó de la mala cara que este traía, los dos pequeños Miyuki se metieron al colegio y en un descuido de los adultos se fugaron por el hueco que tenía la valla del patio trasero.
— Esto preocupará a nuestros papás Itsu-chan—dijo el más pequeño apretando la ropa de su hermano mayor
— No te preocupes Kazu, volveremos a la escuela a tiempo… solo tenemos que recoger esos girasoles, yo tampoco quiero que papá y papi sigan peleados—“además de que no podré soportar esa comida que sabe horrible” pensó irritado mientras tomaba la mano de su hermano menor y caminaban hacía el templo sin preocupaciones.
Las calles estaban algo desoladas ya que la mayoría de los habitantes tomaban el tren a esa hora así que era una oportunidad de oro para los menores, al menos de esa forma no serían capturados.
Después de caminar varios minutos llegaron al templo, era enorme y ahora mismo no estaban los monjes que cuidaban de él.
— Ven Kazu, vamos a pedir que papi y papá arreglen su pelea
— ¡S-sí!
Rezaron por algunos minutos y después alzaron los rostros con una gran sonrisa en ellos, se tomaron de las manos y fueron corriendo al enorme patio que estaba detrás del templo.
Allí estaban varios girasoles, unos enormes y otros de tamaño mediano, los pequeños Miyuki los miraban con un asombro enorme. Asintieron a la misma vez y comenzaron a recolectar algunos.
Itsuki quería recolectar 10 girasoles para festejar los 10 años que sus padres tenían juntos, recordaba que su papi durante toda la mañana del día anterior se la había pasado cantando y murmurando aquel número con una enorme ilusión
— De verdad que papá es un idiota—suspiro cansadamente notando como Kazuma estaba teniendo dificultades al arrancar el último de los girasoles—Kazu ¿necesitas que te…?
No termino la frase porque el girasol salió de tirón haciendo que el pequeño de gafas tropezara y terminara cayendo al suelo donde había varias piedras. Un quejido proseguido de sollozos comenzaron a salir de Kazuma e Itsuki se alarmo al punto de palidecer.
¿Qué demonios había sucedido?
¿Kazuma estaba herido?
Ahora mismo él quería llorar.
¡Toda la culpa la tenían los idiotas de sus padres!
Y con ese pensamiento en mente corrió a animar a su desconsolado hermano menor quien parecía grifo descompuesto.
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Eijun estaba sacudiendo el mismo lugar de su hogar desde hacía una hora, parecía desconectado de la vida, tenía ganas de llorar pero no quería ser débil además de que ya no se creía capaz de llorar –y gritar—más.
Escucho que el teléfono de la casa sonó y fue corriendo hacía el aparato, estaba seguro de que era el imbécil de Kazuya.
— ¡AL FIN TE DIGNAS A MARCARME BASTARDO INFELIZ! —gruño con profunda ira aunque por dentro sentía un alivio enorme, este fue cortado de raíz al escuchar una voz fémina al otro lado de la línea, la reconocía… era una de las profesoras que le impartía clases a Kazuma.
— ¡Disculpe ¿pero acaso se volvió a llevar a sus hijos después de que los dejara en la escuela?!
— ¡¿Disculpe?!
— ¡Es que sus hijos no están! ¡Ni Kazuma ni Itsuki aparecen y ya los buscamos en cada rincón de la escuela! ¡Estoy muy preocupada! —la mujer parecía consternada pero Eijun estaba ciertamente en blanco.
Después de que volvió a recordar como respirar colgó el teléfono y entro en un pánico horrible, un horror que no tuvo ni cuando se subió al montículo en la preparatoria.
Estaba a punto de entrar en un colapso nervioso.
Marco al celular de Miyuki hasta que la llamada entró, sentía cada parte de su cuerpo temblar e ideas como “robo de menores” “asesino en serie” “vendedores de droga” “el señor del costal” y demás historias similares se cruzaban por su mente como si fueran partes de una película de terror.
— ¡AL FIN ME LLAMAS EIJUN! ¿Ya se te quito la histeria? ¡Te dije que me extrañarías tanto que no durarías ni un…!
— I-I-I-Itsuki…
— ¡¿Ah?! ¿Qué demonios dices?
— I-Itsuki….Ka…Ka…
— ¡¿Qué demonios hizo Itsuki?! ¿De nuevo se metió en problemas?
— ¡Itsuki y Kazuma desaparecieron de la escuela, maldito bastardo! ¡No tengo ni idea de dónde están! ¡Estoy alterado! ¡Ayúdame no sé qué hacer! —y con cada frase su voz se quebraba más hasta que comenzó a llorar de nuevo a todo pulmón. Miyuki estaba tan conmocionado que solo se quedó estático con el teléfono sujeto a su oreja
— Eijun… no entres en pánico, todo estará bien… vayamos a la escuela, no debieron de irse muy lejos, te espero en la entrada, llevare a Kuramochi y a Ryo-san a que nos ayuden, no llores más ¿de acuerdo?
— Sí…
Y con aquello finalizo la llamada, un recuerdo lejano de hacía varios años le inundo sus pensamientos. Una memoria de cuando los dos formaban una battery que era la envidia de todos, aquel lazo que iba más allá de lo común.
— Kazuya…
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Al final Kazuya junto con Youhei y Ryosuke se reunieron con Eijun quien estaba evitando llorar a borbotones frente a la profesora asustada y el director.
— ¿Aún no aparecen?
— ¡No! Nadie sabe a dónde pudieron ir y estoy… muy asustado ¿Qué tal si alguien se los llevo? Kazuya ¿Qué voy a hacer?
— Eijun… todo saldrá bien, Itsuki es un maldito genio, después de todo yo soy su padre… jamás se dejaría secuestrar por nadie, además protege a Kazuma como si fuera un superhéroe, no te preocupes, todo saldrá bien
— Yajaja ¡el idiota de Miyuki tiene razón Sawamura! Tus hijos no heredaron tu estupidez, ya verás que solo no quisieron entrar a clases
— Si, Eijun… todo estará bien, entre los cuatro los encontraremos—dijo confiado Ryosuke uniéndose a la porra llena de ánimo hacia el castaño.
Ah. Definitivamente esas personas alegraban sus días, les sonrió animado y se limpió las lágrimas, era momento de hacer algo al respecto.
— Por cierto Sawamura… tu cara es una mierda, deberías de intentar dormir después
— ¡Kuramochi-Senpai!
Unas risas salieron de las bocas de todos y se fueron a buscar a los dos pequeños, la pareja de comprometidos tomo la calle de abajo mientras que los esposos se iban a buscar a sus hijos calle arriba.
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Itsuki había conseguido algo de agua para lavar la herida en la rodilla de Kazuma, le había consolado y al fin el de gafas había dejado de llorar, ahora solo intentaba respirar normalmente.
— ¿Lo ves? Te dije que el dolor se iría.
— Eres muy inteligente Itsu-chan
— ¿Ya te sientes mejor? ¿Crees que puedas caminar?
— No lo sé, aun me duele…
— Entonces tendré que llevarte en mi espalda—dijo confiable el chico de 8 años hasta que escucho unas voces conocidas llamándolos, chasqueó la lengua y se resignó, su plan había fallado por completo
Parecían algo preocupados, torció la boca en una mueca y miro a su lloroso hermano menor, era más importante que curaran la herida de su rodilla que el regaño que obtendrían después.
— ¡Acá estamos!
Acto seguido un grito ruidoso y unos pasos apresurados se escucharon y un Eijun apareció mirando a sus dos niños con enorme alivio, fue a abrazarlos fuertemente y soltó un sollozo desahogado.
— ¡ME TENÍAN PREOCUPADO ¿QUÉ HACÍAN AQUÍ?! —expreso con dificultad ya que no dejaba de gimotear, a los segundos apareció Kazuya y miro a Itsuki severamente
— ¿Esto fue tu idea, no? —sabía que incluso la pregunta era tonta, después de todo Kazuma era igual a Eijun y comprendía que el menor era un alma bajada del Cielo pero Kazuma por el contrario… bueno, era parecido a él—¡Están los dos castigados hasta que vivan por su propia cuenta!
Era la primera vez que Miyuki Kazuya estaba tan furioso, pero es que algo dentro de él se había descompuesto al ver a su esposo llorando de forma tan agobiante.
Itsuki se separó del atosigante abrazo de su papi y le señalo la rodilla lastimada de Kazuma a Sawamura.
— Por favor cúralo papi, yo solo aplique agua para lavar la herida y…
— ¡No me ignores Itsuki, te estaba castigando!
— ¡No me grites papá! ¡Esto es tú culpa en primer lugar!
— ¡¿MI CULPA?!
Kazuya estaba iracundo y entonces miro como su hijo tomaba su mochila y se la arrojaba, al caer al suelo salieron varios girasoles de ella, estaban algo maltrechos pero aun así se miraban hermosos.
Miyuki se quedó impactado mirando las flores amarillas, estaba mudo. Aquellos le recordaban el día que se había comprometido con Eijun. Esas habían sido las flores que le había dado cuando el contrario le había gritado el “Sí quiero casarme contigo”.
Ah. Su hijo sí que era inteligente. Tal vez mucho más inteligente que él.
— Yo y Kazu vinimos a arreglar el desastre que ocasionaste, así que ahora mismo haz algo al respecto…—su hijo sonaba realmente amenazador a pesar de tener ocho años.
Miyuki miro los girasoles y los tomo entre sus manos, eran nueve de ellos, al parecer había otro que estaba tirado a unos cuantos pasos de donde estaba Eijun. El castaño se quedó mirando cada movimiento de Kazuya hasta que este fue a recoger el girasol que Kazuma había obtenido a cambio de su lesión.
Se acercó de nueva cuenta a Sawamura y le extendió el ramo con un pequeño sonrojo.
— Eres mi sol. Solo tengo ojos para ti, y como el girasol yo siempre me girare hacia donde tú estés.
Y con esas simples palabras el corazón de Eijun dio un vuelco y sintió como si cada cosa mala que fuera a hacer Miyuki por los próximos 20 años fuera perdonada en esa ocasión.
Lágrimas de felicidad inundaron sus ojos y solo asintió fervientemente como lo había hecho hacía 10 años en su boda.
Esas palabras habían sido el discurso torpe de su ahora esposo y tiempo después había leído en un libro de flores que aquella oración era el significado del girasol, su flor favorita.
— ¡Wah, Itsu-chan tenía razón… los girasoles si arreglaron su pelea! ¡Itsu-chan es el mejor!
Eijun y Kazuya se sorprendieron de las palabras llenas de felicidad de Kazuma pero sonrieron como respuesta.
— De acuerdo… es hora de irnos, este día ha sido el más emocional de mi vida… incluso más que cuando me case con su papi
— Sí, será mejor que nos vayamos—agrego Sawamura mientras bajaba de sus brazos a Kazuma y lo sujetaba de la mano, se adelantó junto al pequeño y dejo a Miyuki junto a Itsuki.
Ambos se miraron de reojo y se quedaron en un silencio incómodo. Miyuki le extendió la mano y el menor la tomo con algo de oposición al principio. Comenzaron a caminar hasta que el más pequeño abrió la boca.
— Intenta no olvidar cosas tan importantes papá, no me gusta ver a Kazuma triste debido a sus pleitos estúpidos.
— Sí. Gracias por salvar mi trasero hace un momento
— Eh~ ¿tú agradeciendo? Esto sí que es algo para conmemorar
— ¡Agh! En serio que tienes una personalidad horrible… no puedo creer que te parezcas tanto a tu papi pero seas tan… Agh, mejor olvídalo… eso me recuerda que debería de avisarles a Kuramochi y a Ryo-san que ya los encontramos
— ¿El tío Mochi y Ryo-san nos estaban buscando?
— Sí. Mm~ que raro, no siento mi cartera ¿se habrá caído?
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Mientras tanto Kuramochi empezaba a impacientarse, estaba preocupado por aquellos dos pequeños que tanto adoraba.
Una mano conocida apretó su hombro y volteo a ver la sonrisa que expresaba tranquilidad en el Kominato.
— Eijun acaba de mandarme un mensaje, ya encontraron a Kazuma e Itsuki… estaban en el templo
— Oh~ que alivio ¡esos dos me van a sacar un maldito susto! Bueno, será mejor que vayamos a casa de esos dos idiotas para hacer que arreglen las cosas de una…—no termino de hablar porque fue detenido de la cintura por un fuerte agarre— ¿Sucede algo Ryo-san?
— Creo que iremos a visitarlos en la noche, ahora es tiempo de nosotros—sonrió y el ex yankee pudo sentir esa aura de frustración rodear al de cabellos rosa—Después de todo Miyuki nos lo debe, lo bueno es que robe su cartera cuando los golpee por despertarme
Y con aquellas palabras llenas de malicia termino arrastrando a su prometido al hotel más cercano.
Fin.
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