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El monstruo en la habitación. por Daymin VIP

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Notas del fanfic:

¡Hola gente que siempre me espera! T T Lamento no haber venido antes, pero tuve visitas en casa y no pude tomar la PC, era muy incómodo estar en medio de todos escribiendo esto xD

Notas del capitulo:

Bueno, es la tercera entrega de "Los tíos de Yeon Jun"

A decir verdad, me quedó más largo de lo que creí y más...sucio (?) 

Los tíos de Yeon Jun

 

3.- El monstruo en la habitación

—Estoy hablando muy en serio, Seung Hyun, dejen de reírse. Estamos hablando de mi hijo. —Tajó Hye Youn, ahogando las risillas nerviosas de su hermano y cuñado, mientras se aseguraba de hacer resonar sus cortes con el cuchillo sobre los vegetales. —Yeon Jun es sólo un niño, no entiende bien las cosas aún. Sólo harán que se confunda.

Después de ese corto comentario fue que la gracia abandonó la conversación. La joven madre tenía razón, Yeon era un simple niño, con la mente tan inocente y casi en blanco, listo para llenarla con todo lo que veía y aprendía. Estaban siendo demasiado descuidados.

—Lo lamento mucho. —Clamó Ji Yong, sintiéndose más culpable de lo que le correspondía.

—Sin lamentos, Kwon, ya lo hicieron de cualquier manera. —Soltó agitando despreocupadamente el cuchillo gigante que sostenía, poniendo a alerta a los otros dos.

—Hye…creo que estás exagerando. —Intervino finalmente su hermano, y no por el hecho de que la mujer parecía querer apuñalarlos en ese mismo instante, sino por la acusación injusta hacía Ji Yong. —Sólo fue un beso, ese niño se la pasa mirando dramas todo el día y dudo mucho que eso esté bien.

— ¿Estás diciéndome cómo criar a mi hijo?

Ji Yong volvió a sobresaltarse más asustado. Hye Youn y Seung Hyun parecían comenzar un verdadero enfrentamiento de miradas retadoras, era cuestión de que uno dijera algo más para que estallaran de verdad.

Y es que ambos comenzaban a despedir el aura Choi por los poros, sin dejar de mirar sus sombrías miradas, manteniendo sus espesas cejas tensas, esperando que el otro lanzara la próxima palabra.

—De acuerdo, creo que esto ya llegó a mucho. —Dijo Kwon, interponiéndose entre ambos hermanos y así rompiendo el aura de tensión. —Hye Youn tiene razón, Seung, fuimos descuidados e irresponsables. Yeon Jun es demasiado pequeño para entender las cosas de adultos, no quiero que comience a actuar como nosotros sin siquiera saber cuáles son sus preferencias.

Seung Hyun volvió a tomar asiento derrotado, al parecer su hermana y su querido novio estaban conspirando en su contra, y ya no había nada que hacer.

—Está bien, lo lamento, Hye…Tendremos más cuidado. —Murmuró lo más bajo que pudo. No le gustaba la idea de tener que controlar su impulso de besar a Ji Yong.

Casi nunca tenían tiempo a solas debido al trabajo y al insistente Yeon Jun que quería pasar tiempo con ellos, y ahora esos escasos momentos se reducirían más.

—Gracias, Ji Yong. — ¡Y todavía le excluía del agradecimiento! —Mi hermano a veces es tan necio…

—Nosotros…—Intentó agregar antes de que el tema se desviara de nuevo, sentía necesario expresar lo que estaba pensando, con el miedo latente en sus palabras. —Yo deseo seguir pasando tiempo con Yeon Jun, es un niño encantador, y no quiero que lo que pasó te impulse a alejarlo de mí.

—Eso no va a pasar. —Tajó severamente seguro Seung Hyun, sujetando la delgada mano del otro para brindarle el apoyo que buscaba, miró fijamente a su hermana, quien se había quedado seria.

—Ji Yong, desde luego que no me gustó que mi hijo llegara hablando de besos…subidos de tono entre sus tíos, pero sé que no lo hicieron a propósito y que no se repetirá. —Más que explicación era un advertencia. —Ahora eres parte de esta familia, y Yeon te quiere mucho, así como mi mamá y yo, y éste bobo hermano que tengo. No te angusties por cosas tan simples.

La sonrisa regresó a sus rostros acompañada de tranquilidad. Al parecer las cosas estaban realmente arregladas.

Antes de que pudieran decir algo más, la casa se llenó del sonido de pasos pequeños y apresurados, revelando a Yeon Jun que llegaba en compañía de su abuela.

— ¡Tío Seung Hyun! —Gritó con entusiasmo, lanzándose a los brazos de sus tíos. —Hola, tía Ji Yong

—Hola pequeño.

Ji Yong realmente deseaba  con más fuerza que su hermana mayor tuviera un hijo.

—Dime que está todo listo para nuestro salvaje fin de semana. —Susurró al oído del mayor, después de lograr ingresar a su casa y colarse hasta la cocina donde éste se servía una copa de vino.

A Seung Hyun se le erizó la piel al escuchar la suave voz de su amante de manera tan sorpresiva.

—Creí que llegarías más tarde. —Se giró lentamente hasta rodear con sus brazos a Ji Yong, mirando el reloj de su muñeca.

—Me he escapado de Hyun Suk. —Seung elevó una ceja con interrogación, disfrutando el abrazo más de la cuenta. —Bueno, le pedí que me dejara ir antes, que estaba cansando.

— ¿Sabes que no te creyó, cierto?

—Eso no importa. —Murmuró, riendo después, mientras aspiraba el fuerte olor del perfume de Seung Hyun. Era tan cálido.

Ji Yong elevó su mirada entonces, observando con claridad el pulcro mentón del mayor, su pequeña nariz y la mirada dulce que le dedicaba. Sintió sus labios picar un poco, sabiendo lo que querían. Se relamió estos por el simple gusto de sentir a Seung Hyun temblar levemente. Y en menos de un parpadeo ya se encontraba ligeramente inclinado hacia atrás, sintiendo el fuerte impulso de Seung Hyun sobre él, mientras sus labios eran succionados por los del otro.

Era un beso descuidado y necesitado, mostrando el salvajismo que escondía Seung Hyun bajo su faceta como bebé de BIGBANG. Soltó su aliento caliente dentro de la boca ajena, al sentir los dedos traviesos colarse bajo sus prendas superiores. Había pasado un largo tiempo desde que pudo ser tocado de esa manera y no quería esperar. Llevó sus brazos por detrás del fuerte cuello de Seung Hyun, jalando con un poco de fuerza y así intentar profundizar más.

Caminar hasta la habitación sería una tortura y si se aventuraban a ir al sofá era probable que terminaran en el suelo, así que Seung Hyun sólo hizo lo más coherente para su cabeza caliente: sujetar con fuerza la cadera de Ji Yong y subirlo sobre la barra de alimentos.

Ji soltó un pequeño jadeo convirtiéndolo en una risita traviesa, al parecer no era el único notoriamente desesperado.

Volvieron a unir sus labios de la misma manera desesperada. Seung coló sus manos enteras por debajo de la camiseta y la elevó, asegurándose de pasarla del otro lado de la cabeza de Ji Yong dejando a la vista su torso, por el momento sólo eso necesitaba.

La respiración de Ji Yong se cortó cuando sintió los calientes y suaves labios de Seung Hyun sobre su pecho, justo en medio de sus pezones. Su cuerpo tembló y sintió sus brazos flaquear sus sostén.

— ¿Por qué siempre eres así? —Susurró, sintiéndose desesperado.

—Me gusta jugar. —Su cuerpo entero dio otra sacudida cuando su mayor soltó aquellas palabras sin despegarse un poco, sintiendo más caliente la zona.

Finalmente separó sus labios y soltó pequeños besos húmedos por la zona, hasta descansar sobre un botoncillo rosado. Sonrió con malicia al ver el rojo intenso que parecía quemar las mejillas de Kwon, y mordió con fuerza.

— ¡Seung…! —El agudo alarido sólo complació más al susodicho, para después escuchar el característico sonido de la cristalería romperse.

Ji Yong entre su goce logró derribar la inocente copa llena de vino lanzándola directo al suelo, haciéndose añicos. Sin embargo ninguno prestó demasiada atención, no a ese sonido, sino a los pasos que comenzaron a escucharse y la risa infantil que inundó el ambiente.

Ambos se miraron inmóviles por unos instantes.

—Seung, somos nosotros. —Habló la hermana de Seung Hyun, a un par de metros de la cocina, alborotando los nervios de ambos hombres.

Ji Yong bajó de la repisa lo más rápido que pudo, casi cayendo en el trascurso, Seung parecía asimilar lo que estaba pasando, por lo que le propinó un fuerte golpe en el hombro para que reaccionara, mientras intentaba acomodar su ropa.

—Hola… ¿Qué hacen aquí? —Les interceptó Seung Hyun rápidamente, dándole más tiempo a Ji Yong.

Hye Youn sonrió apenada, mientras baja a Yeon Jun.

—Necesito un favor. —Murmuró suplicante, mientras juntaba sus manos para hacer más énfasis. —Oh, no sabía que tenías compañía. —Se sorprendió aún más apenada, al mirar a Ji Yong salir de la cocina.

—Buenas tarde, Hye, Yeon. —Saludó, intentando verse natural.

Repentinamente la mujer no supo que hacer, el ambiente parecía extraño ahora.

— ¿Qué ocurre? —Soltó el menor de los Choi, tomando en brazos a su pequeño sobrino, quien sonreía ampliamente.

— ¡Vengo a dormir con el tío Seung Hyun! —Soltó con un entusiasmo gigante.

— ¿Si?

—Oh, Seung…lo lamento, no sabía que estarías ocupado. —Ahora parecía estar segura de que había llegado en un mal momento. — ¿Recuerdas a esa boda en la playa a la que me invitaron? Bueno, queríamos dejar a Yeon Jun contigo…pero no hay problema, lo llevaremos también. Vamos, Yeon, papá está esperando en el auto.

— ¡No! Yo quiero quedarme. —Comenzó a lloriquear el menor, alarmando a los adultos presentes.

Ji Yong pensó que el destino se empeñaba en separarle de Seung Hyun, pues ese pequeño niño aparecía de la nada en los momentos menos indicados, era tan extraño. Miró a Seung Hyun, quien mantenía el ceño fruncido, debatiéndose claramente que hacer.

—Hye…lo lamento, yo no puedo cuidarlo.

—Entiendo, perdón por llegar así. —Se disculpó la chica.

Kwon sonrió con dulzura, Seung Hyun había tomado la decisión que deseaba que dijera, a pesar de que el pequeño niño se aferraba a él con fuerza.

—Vamos, está bien que se quede, yo puedo ayudar a cuidar de él, claro sino te molesta, Hye. —Se apresuró a decir, justo antes de que Yeon comenzara a llorar.

— ¿De verdad? —Quiso saber, completamente ilusionada.

—Por supuesto. —Afirmó para ambos Choi.

Hye Youn agradeció de inmediato, despidiéndose de su querido hijo, para después de entregar la maleta con la ropa del menor y unas cuentas indicaciones, marcharse.

Seung Hyun suspiró con notable frustración, mientras bajaba al niño y permitía que fuera a su cuarto de juegos.

—Ji Yong, esto no está bien.

—No importa, no me molesta en lo absoluto. —Cuando estuvo a punto de irse a sentar a la sala el mayor le sujetó de la mano.

—Hablo en serio, Ji Yong. No quieras complacer a mi hermana en todo lo que respecta a Yeon Jun, ella no va a alejarlo de nosotros, sólo estaba enojada el otro día.

El menor sólo asintió, mostrando nuevamente esa sonrisa que calmaba las ansias del otro.

—Ella dijo que ahora soy parte de su familia, ¿Qué clase de tío sería si no cuido a mi sobrino? —Tras lanzar una risa despreocupada todo estaba bien de nuevo.

—Tía. —Corrigió divertido, atrayéndolo más cerca para poder abrazarlo. —Nuestro asunto no está terminado. —Susurró, dando la advertencia de una promesa.

—De acuerdo, la película ha terminado. —Anunció Seung Hyun, sacando el disco del reproductor de vídeo, para después encender la luz rápidamente.

Habían visto un filme de terror y no estaba seguro de la reacción que tendría Yeon Jun, pero cuando le miró, éste estaba tan tranquilo como siempre.

—Creo que es hora de dormir. —Agregó Ji Yong, soltó un bostezo involuntario, poniéndose de pie y estirando un poco las piernas.

—No, no, no quiero dormir. —Pidió tiernamente.

— ¿Tienes miedo, Yeon?

—Claro que no, tío Seung, pero no tengo sueño.

—Ya es tarde, mañana jugaremos más. —Prometió, tomando en brazos al menor para llevarlo a la habitación en la que se quedaría.

Ji Yong los siguió de cerca de manera perezosa.

— ¿Realmente no tienes miedo? —Murmuró al ver la espaciosa habitación en la que el pequeño niño dormiría, estuvo a nada de ofrecerle dormir con ellos, sin embargo Yeon habló primero.

—Tía, ya soy un niño grande. Puedo dormir sólo.

—Ese es mi sobrino. —Apremió el mayor. —Ahora ve a lavar tus dientes, te esperaremos para arroparte.

El niño asintió y corrió al baño, sin demorarse mucho.

—Ahora sí, buenas noches Yeon Jun. —Seung Hyun le cobijó adecuadamente, depositando un pequeño beso en su frente.

—Buenas noches. —Agregó también Ji Yong, acariciando su negra cabellera.

Ambos salieron finalmente de la habitación, quedándose unos instantes, pensando en que Yeon podría tener miedo en el último momento, sin embargo al no ser así decidieron ir directo a su habitación.

Seung Hyun se mantuvo detrás de Ji todo el tiempo, quería ver su reacción al entrar a la habitación. Sus ojos se enancharon entonces al ver la sorpresa. Había una pequeña mesilla con velas aromáticas, una botella de vino tinto y dos copas.

—Creo que merecemos una copa antes de dormir.

Ji Yong sólo sonrió, adentrándose en la habitación. De repente el ambiente se sentía más cálido, por lo que dejó su chaqueta sobre la cama y se sentó a esperar.

Observó a Seung Hyun quitar el corcho con maestría, para después verter el licor suavemente en las copas. No pudo evitar sonreír ante la notoria experiencia de su amante con esa clase de cosas.

—Eres todo un alcohólico. —Bromeó, recibiendo la fría copa.

—Salud entonces. —Elevaron ambos la cristalería y la chocaron a penas un poco, lo suficiente para que resonara, después la llevaron a sus labios.

Seung Hyun sintió pronto el exquisito sabor del vino que tanto adoraba, porque sí, le encantaba, pero no lo amaba, porque él sólo amaba a Ji Yong.

Kwon bebió pronto casi la mitad del contenido sin inmutarse ni un poco, realmente a él le iban más los licores fuertes, por lo que el vino no era ninguna clase de reto. Cuando estuvo listo para beber un poco más, Seung le apartó la copa con brusquedad y se arrojó sobre él.

— ¿No puedes esperar, cierto? —Murmuró, acomodándose mejor sobre la cama, y enredando sus brazos en el cuerpo del mayor, quien sólo negó, comenzando el camino de besos.

Seung Hyun se dedicó a perderse entre la suave piel y el exquisito aroma que emanaba de ésta, trazando un camino de besos desde la mejilla izquierda hacía el largo cuello, que se extendió en su totalidad para facilitarle la tarea. Se detuvo cuando la ropa se interpuso, cosa que resolvió quitándola y arrojándola en algún lugar al azar.

El pecho desnudo de Kwon subía y bajaba aun con parsimonia, sintiéndose observado sólo atinó a sonreír, reprimiendo una risa al morder sus labios.

—Continuemos dónde nos quedamos. —Entonces rozó sus húmedos labios sobre la piel caliente de Ji Yong, rodeando con éstos uno de los pequeños pezones asegurándose de acariciarlos con la lengua.

Pudo sentir la piel de Ji Yong erizarse bajo él, su pezón endurecerse y el notable aumento de temperatura, mientras unos dedos escurridizos se colaban entre sus negros cabellos, masajeando al compás de sus caricias. No pudo hacer más que sonreír y después morder con fuerza.

— ¡Seung…! —Éste sintió un fuerte tirón a su cabello, mientras sus labios se cerraban con fuerza sobre la piel caliente del otro, succionando con devoción, deseando hinchar y hacer palpitar la piel.

Ji Yong seguía jadeando mientras Seung Hyun seguía con el resto de su piel. Se sentía más sensible que antes, estaba disfrutándolo muchísimo más. Estuvo casi seguro de que sentía un ligero ardor cuando Seung dejó a un lado sus tetillas, para descender por su estómago, hasta chocar con el botón de su pantalón.

Seung sabía qué hacer, sabía exactamente dónde y cómo, pues habían repetido ese ritual amoroso tantas veces sin perder el entusiasmo por ello, añorando el momento en que se hicieran uno y que sólo fueran consientes del choque de sus cuerpos.

Desde luego que Kwon no se opuso ni un poco en quedar completamente desnudo, sus ropas ya no estaban y poco le importaba, sólo podía concentrarse en el aliento caliente que Seung Hyun jadeaba sobre su pene. Elevó un poco la cadera, pero el mayor sólo se alejó tan juguetón cómo siempre.

El juego a penas y había comenzado. Seung Hyun no se iba a conformar con sólo cogerlo, quería verlo disfrutar. Con ese pensamiento palpitante, se puso de pie y retiró su vestimenta superior con prisa, revelando el torso del que tanto de enorgullecía. Ji Yong sólo miró, creyó que el otro haría un espectáculo, sin embargo sólo regresó a estar entre sus piernas.

—Sabes Ji Yong…me encantan tus piernas. —Sinceró, sujetando una de estas para flexionarla y colocar la planta del pie justo en medio de su pecho. Ji Yong podía sentir el fuerte latido de su corazón. —Son tan largas, —Pasó ambas manos por toda la extensión, con delicadeza y tacto. —Tan suaves y…—Aspiró con fuerza el olor de ésta, pasando su nariz con rapidez. —Exquisita también. —Comenzó con el tobillo, depositando pequeños besos en asenso.

Involuntariamente Ji Yong comenzó a temblar ante las descargas eléctricas que sentía con cada beso descarado, y es que, entre más cercana era la zona a su ingle, Seung Hyun hacía más brusca la caricia.

Descansó de rodillas, asegurándose que Ji Yong tuviera las piernas bien abiertas rodeándole, sólo para detenerse a observar aquel par de grandes tatuajes que adornaban sus muslos. Y sin poder evitarlo los delineó con sus dedos, marcando cada línea con suavidad, sin poder suprimir su sonrisa.

Nunca lo diría, pero esos eran sus tatuajes favoritos en el cuerpo de su amante, porque sabía que eran un recordatorio para ambos, de que sólo debían “Inhalar y exhalar” entre cada fuerte estocada que arremetía con él. A Ji Yong le gustaba mostrarlo como símbolo de conseguir la paz interior, ignorando al mundo para respirar y tranquilizarse, sin embargo sabía de sobra que Ji sólo conseguía sentirse plenamente feliz cuando estaba con él, sentimiento que compartía.

Finalmente depositó dos pequeños besos sobre las tinturas. Para cuando regresó en sí, Ji Yong le miraba a penas y un poco, luchando por no cerrar los ojos mientras cerraba su mano con fuerza alrededor de su pene, jalando con fuerza repetidas veces. Estaba bañado en sudor.

—Siempre eres tan travieso. —Murmuró. —Pero tengo algo especial, voltéate. —Ji Yong soltó un fuerte jadeo cuando Seung Hyun le obligó a dejar de auto-complacerse y le ayudó a girar, hasta quedar boca abajo.

Seguía sintiendo cómo su cuerpo entero ardía, y a Seung Hyun abandonar la cama. Las luces entonces se apagaron. Miró poco después la tenue luz que emanaba la llamarada de las velas y sintió una suave manta sobre él. Se quedó quiero, esperando.

—Acaso ¿Vas a darme un masaje? —Soltó entre un bufido, ya no quería esperar. Que tan difícil era de entender.

—Algo mejor. —Pero cuando sintió el aliento de Seung Hyun sobre sus nalgas no pudo evitar comenzar a temblar. —Esto te va a gustar…así que asegúrate de gemir muy fuerte. —No supo si era el impacto que tenía la sabana sobre ambos que la voz de Seung Hyun sonaba más baja y grave, pero estaba seguro de que algo bueno se avecinaba.

Intentó relajar su cuerpo y colocar sus brazos bajo su rostro, estaba comenzando a sentirse incómodo. Sólo podía sentir a Seung Hyun jadear bajo la sabana cerca de su trasero, era de cierta manera tenebroso. Pronto sintió los fríos dedos de Seung Hyun separar sus glúteos, lo que le llevó a abrir las piernas a una distancia considerable.

—Seung… ¿Qué se supone que estás…—No pudo terminar adecuadamente la pregunta, adivinando las acciones del mayor cuando sintió un pulgar rosar su entrada. — ¿S-Seung…?—Jadeó indeciso.

—Shh

Se mordió el labio inferior con fuerza, aferrándose poco a poco a las sabanas debajo de él, Seung Hyun estaba recorriendo el contorno de su entrada con sumo cuidado, provocándole un cosquilleo alarmante, mientras pequeños gemidos comenzaban a fluir naturalmente de su garganta.

—Ah…Seu-ng…! —Los movimientos eran cada vez más rápidos y profundos. —Entra ya…—Ronroneó necesitado.

Sin embargo lo que siguió no lo vio venir. Seung Hyun hundió su lengua hasta el fondo, humedeciendo la zona con movimientos expertos. El alarido de placer que Ji Yong soltó fue tan alto que erizó la piel de Seung Hyun. Lo estaba gozando, y eso sólo lo excitaba más.

Con renovadas energías, ultrajó a Ji Yong con más fuerza, queriendo alcanzar lo más que pudiera con movimientos circulares. La entrada de Ji Yong entonces cedió, dilatándose de forma gloriosos para él, secundada por fuertes gritos extasiados del mismo Ji Yong.

— ¡Oh, Seung! S-Seun-g…! —Gemía, enterrando sus uñas en el colchón. — ¡Ah…ah, ah! —Su cadera comenzó a moverse de forma involuntaria al contrario de Seung Hyun. Sentía que iba a explotar. — ¡Quiero…dentro! —Sus palabras ya no eran si quiera un poco coherentes. Haciendo reír al mayor, provocando que la vibración de esta sólo complaciera más al otro. — ¡Sólo…Seung! —Reunió las fuerzas suficientes para encoger las piernas y apoyarse en sus rodillas, levantando su trasero lo suficiente.

—De acuerdo, de acuerdo. —Se rindió, masajeando aquel par de esferas que el menor tenía como glúteos. Se acomodó y sujetó su propio miembro, sin hacer ningún movimiento.

— ¡Sólo mételo! —Le ordenó un Ji Yong lleno de frustración.

Y así lo hizo, se hundió tan profundo cómo pudo, liberando un fuerte jadeo de placer.

Yeon Jun abrió sus ojos completamente desorientado viéndose rodeado en una espesa oscuridad. Pronto escuchó unos extraños sonidos que le hizo ponerse alerta, sin saber qué hacer.

Esperó un poco más, tan sólo para comprobar que lo que sonaba a lo lejos era lamentos, gritos parecidos a clemencias terroríficas. Sintió su piel erizarse y comenzó a temblar involuntariamente, encogió un poco más las piernas y se cubrió por completo con las sabanas.

¡Había un monstruo en la casa!

¿Qué debía hacer? Se quedaría quieto, quizá de esa manera el terrorífico monstruo no se percataría de él. Cerró los ojos con fuerza e intentó dejar de escuchar, sin embargo los gritos se hacían más fuertes a tal grado que eran muy claros.

« ¡Ah, ah, ah, Seung! » ¡Era su tía!

La tía Ji Yong estaba en peligro, y a juzgar por sus gritos desesperados debía estar sufriendo demasiado, gritando el nombre de su tío, quien quizá ya estaba herido.

Sus pequeñas maños se cerraron en un puño y juntó todo el valor que un niño de su edad puede tener. ¡Él era muy valiente! Ya no era tan pequeño como todos pensaban e iba a demostrarlo.

Se puso de pie rápidamente y, después de encender la luz, corrió a la caja de juguetes que mantenía guardada para poder jugar cada vez que fuera a visitar a su tío.

—Dónde está…—Murmuró, rebuscando en la gran caja, hasta que sus pequeñas manos tomaron el artefacto.

Se puso de pie y corrió a la puerta, divisando el largo, oscuro y repentinamente terrorífico corredor. Suspiró con fuerza, empuñando con mucha fuerza su sable de Star Wars y encendiéndola con determinación.

La luz verde del juguete le ayudó a orientarse por el pasillo, apresurándose al lugar de donde provenían los espantosos gritos de su tía en apuros. Se detuvo justo frente a la puerta de la habitación de su tío, sin duda los sonidos provenían de ahí.

Su mano tembló un poco mientras giraba la perilla y se asomaba lentamente, empuñando el sable lo más recto posible, acabaría con ese mostró que masacraba a su querida tía.

La habitación estaba oscura, sólo podía ver unas velas encendidas y la luz brillante de su sable, suficiente para ver los movimientos que ocurrían sobre la cama.

— ¡Ah, Seun-g! —Los gritos de su tía eran espantosos, tan fuertes que le helaban la sangre.

¡El monstruo estaba matando a su tía!

— ¡Detente monstruo! —Gritó con fuerza, intentando ahuyentar a lo que sea que estaba terminando con su tía.

El agudo grito ajeno hizo que Ji Yong abriera los ojos con fuerza y que detuviera en seco sus movimientos desenfrenados contra la pelvis de Seung Hyun. Miró a todos lados para recaer en una luz brillante de color verde y a su querido sobrino temblando a un lado de esta.

Toda la calentura de su cuerpo le abandonó.

—Sácalo. —Murmuró agitado, alejándose lo más que pudo de Seung Hyun, quien aún estaba bajo las sabanas desconcertado y sin saber que estaba ocurriendo.— Y-Yeon Jun…¿Qué ocurre? —Preguntó angustiado, intentando cubrirse con la sabana lo mejor que pudo.

— ¡Vine por el monstruo tía! Escuché tus gritos, pero tranquila, vine a defenderte. —Afirmó con entusiasmo, corriendo a aun lado de Ji Yong. Este lucía tan quiero ahora, al parecer había ahuyentando al terrorífico ser. — ¿Estás bien, tía?

—Yo…sí, sí…Gracias, Yeon Jun. —Tartamudeó, sintiendo a Seung Hyun removerse debajo de las cobijas.

— ¡Sigue aquí! —Gritó, empuñando con fuerza el sable y azotándolo con fuerza sobre la cobija que cubría a su tía.

— ¡No, no, Yeon, es tú tío! —El niño paró en seco, al ver a su tío salir de debajo de las cobijas.

—Tío Seung Hyun… ¿Te desmayaste?

Las mejillas de ambos adultos se tiñeron de un rojo intenso ante tanta inocencia.

—Sí…yo, me desmayé, Yeon. ¿Todo está bien? —Se sintió aliviado de aún vestir su pantalón.

— ¡Sí! Logré asustar al monstruo con mi súper sable. ¡Los he salvado! —Aplaudió con orgullo.

—Sí…Creí que tu tío había colocado el seguro a la puerta, pero al parecer no fue así. —Gruñó con enojo pateando con fuerza al mayor.

Vaya descuido.

—Bueno, es hora de dormir, Yeon. Te llevaré a tu habitación. —Se resignó Seung Hyun.

Ji Yong sólo asintió, hundiéndose más entre las sabanas, estaba tan avergonzado. ¡Yeon Jun los había visto teniendo sexo! ¿Qué más podía pasar ya? Si Hye Youn se enteraba los iba a matar, de eso estaba seguro.

Yeon y Seung Hyun avanzaron con tranquilidad hasta la habitación del menor, dónde su tío lo arropó de la misma manera que horas antes.

—Soy todo un héroe, tío.

Seung Hyun sonrió con una mueca extraña.

—Lo eres. Muy valiente. —Apremió, acariciando la cabeza del otro. —Pero…Tu mamá podría preocuparse si sabe que aquí hay monstruos, ya no te dejará venir más. —Tanteó.

Yeon Jun dejó de sonreír, meditando aquellas palabras. Su tío tenía razón, pues su madre siempre se estaba preocupado por las cosas atrevidas que hacía.

—No le diré nada, tío, para que no se preocupe. Pero tú tampoco puedes decirle. —Seung Hyun sonrió con alivio.

—No diré nada y Ji Yong tampoco. Es una promesa. —El pequeño niño asintió sonriente. —Ahora descansa.

Caminó hasta la puerta y, después de apagar la luz nuevamente, cerró la puerta detrás de él. Realmente agradecía que Yeon Jun fuera aún tan pequeño como para no entender esas cosas de adultos, era evidente que en algún momento comenzaría a tener dudas al respecto, pero podía esperar un par de años para eso, por el momento resguardaría esa inocencia lo más que pudiera.

—Soy el peor tío del mundo. —Murmuró derrotado, arrastrando los pies hacia su habitación, donde seguramente Ji Yong les esperaba hecho una fiera, y no precisamente en el sentido sexy de la palabra, probablemente iba a arrancarle la cabeza.

 

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer y dejar sus lindos comentarios! ♥

Lamento si hay alguna falta de ortografía o una palabra por otra xD Suele pasarme si actualizo a esta hora tan tarde, de cualquier manera le daré otra leída con más calma. Suelo percatarme de los errores cuando lo publico.

Nos leemos pronto. 


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