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Esa persona especial por RingogoShiroyama

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Notas del capitulo:

¡Hola! :)

Bueno, antes que nada voy a aclarar derechos de autor o lo que sea.

Hace unos meses estuve leyendo gtop de una autora en Asian fanfics, se llama "katakatica". Ella es autora de un gtop que amo con el alma, se llama "The Story of a broken dragon" y si no lo han leído, deberían hacerlo ;_; lo único es que está en inglés, pero vale la pena leerlo. En fin, ese fic lo leí hace ya mucho mucho tiempo, y hace unos meses estaba aburrida así que me puse a buscar en AFF y encontré otros fics gtop de ella bastante interesantes.

Las ideas que ella maneja en sus fics (al menos los gtop) son de historias sobrenaturales y obviamente AU, pero lo que a mí me gusta mucho es que en sus fics Jiyong y Seunghyun, ya sea siendo un dragón y un demonio, lobos, un ángel y un vampiro, siempre siempre están destinados a estar juntos, y desde el primer momento en que se ven quedan prendados el uno del otro. No sé, a mí eso se me hace muy bonito ;_; y como me gusta mucho, decidí escribir algo parecido.

No es exactamente lo mismo porque eso sería copiar jaja pero la temática de este oneshot es esa: Jiyong y Seunghyun están destinados a estar juntos y se dan cuenta apenas sus miradas se cruzan por primera vez. Me inspiré al leer sus historias así que le doy los créditos a ella lol y como tampoco he leído libros que traten de eso, no sé si habrá autores que escriban sobre eso aunque me imagino que sí xD Pero bueno, aquí ellos no son seres sobrenaturales, simplemente son humanos comunes y corrientes~ así que no sé si eso afecte un poco la manera en la que ustedes puedan percibir sus sentimientos, pero espero que no lo haga y espero también lograr transmitirles algo parecido a lo que que yo siento al leer este tipo de cosas, es precioso ;_;

Lo hice lo mejor que pude ^^

Y por cierto, la canción que sale es Hi Haruka del web drama de TOP "the secret message" y que la canta él, aquí pueden oírla y leer la traducción si no lo han hecho: https://www.youtube.com/watch?v=VqCYnhO4tqU

Jiyong caminaba mirando hacia el piso por una calle muy bonita de Tokio que, según lo que le habían dicho, lo llevaría hasta un parque cercano.

Llevaba tres meses desde que se había mudado a Japón y no podía más con su tristeza.

Él sabía que todos los seres humanos estaban destinados a estar con alguien. Una persona en específico. Así era el mundo en el que vivía. Pero no todo era azúcar y felicidad. Algunas personas tardaban muchos años en encontrar a su alguien especial, y Jiyong sentía que él era una de esas personas. Tenía 25 años y desde los 18 había empezado a sentir que algo le faltaba en su vida, pero no sabía qué era, hasta que se lo contó a su madre. Ella tranquilamente le explicó que esa era la sensación que ella también había experimentado cuando todavía no estaba con su esposo, el papá de Jiyong. Por ende, lo que él necesitaba para sentirse completo, era encontrar a su pareja. Sin embargo, su madre le había pedido no apresurarse pues todavía era un niño, seguramente pronto encontraría a su persona ideal.

Jiyong había buscado en internet como encontrar a esa persona, pero no fue de mucha ayuda. Lo único que consiguió fue deprimirse más, pues encontró historias de gente que comenzaron a sentirse solos a los 20 años y encontraron a sus parejas hasta los 30 o 40. Él no quería ser de esas personas. Apenas tenía 18 años y ya se sentía desesperado por encontrar a su persona destinada, ¿cómo lo soportaría hasta los 40 años? No podía imaginarlo.

Y por eso, desde los 20, había comenzado a buscar. No tenía idea de a quién buscaba, simplemente salía a la calle y caminaba por ahí. Cuando salía de la universidad iba buscando camino a su casa. Cuando no tenía trabajos por hacer, salía a pasear y buscaba. Su madre le había dicho que cuando la viera, simplemente sabría que era esa persona a quien estaba buscando. Su corazón se lo iba a decir.

Y así se la pasó por cinco años. Terminó su carrera en ingeniería y decidió que si en cinco no había encontrado a nadie en Corea, lo mejor sería ir a buscar a otro país, así que se fue a Japón. Consiguió trabajo en un mes, y desde el primer momento que había pisado aquel país, había comenzado a buscar. Sin embargo llevaba tres meses ahí y no encontraba a nadie. Sabía que tal vez estaba un poco impaciente, pero ¿qué podía hacer? Estaba ansioso por conocer a esa persona que llenaría su vida de alegría y de felicidad. Esa persona que haría latir su corazón rápidamente cada vez que estuvieran juntos. Eso era lo único que él quería, pero no lo podía obtener. ¿Tendría que pasar otros cinco años buscando? Iba a ingresar a la lista de los que encontraban a su pareja a los 30 años si eso pasaba.

Realmente no le importaba mucho la edad. Lo que le importaba era el tiempo. Ansiaba estar con esa persona, aunque no entendía muy bien por qué, simplemente lo sentía. Sentía que quería encontrarla lo más rápido posible para poder estar juntos el mayor tiempo que se pudiera. También había encontrado historias de personas que jamás habían encontrado a sus parejas, y se habían quedado solas lo que les quedaba de vida. Y eso sonaba muy triste. Al parecer eso podía suceder si la gente no se encontraba a tiempo. Algunos podían enfermarse y morir antes de conocer a su pareja, y así el otro se quedaba solo. Jiyong no quería eso. Si iba a morir pronto, prefería pasar el resto de su tiempo con esa persona especial.

Y por eso se empeñaba tanto en encontrarla. Pero después de tres meses sentía que Japón tampoco era el lugar indicado. Tal vez había hecho mal. Tal vez su persona especial estaba en Corea, y él como un idiota estaba buscándola en Japón solo por su desesperación.

Se paró en seco y levantó la vista. Ese nuevo pensamiento lo había llenado un sentimiento horrible. ¿Qué tal que su pareja estaba en Corea? Nada le aseguraba que esa persona fuera coreana también, podía ser de cualquier nacionalidad, pero él era coreano, había más posibilidades de que su pareja fuera coreana también. Y él se había ido a Japón porque no soportaba no encontrar a nadie luego de cinco años buscando… ¿Debería volver a Corea? No podía pasarse la vida viajando de país en país, no era millonario… pero tampoco podía esperar otros cinco años, ahora que la idea de que su pareja estuviera en Corea había llegado a su mente.

Soltó un quejido de frustración y se pasó la mano por el cabello. Era invierno y hacía mucho frío en Tokio, y él estaba ahí parado debatiéndose entre quedarse o regresar inmediatamente a su país. Ni si quiera había llegado al parque donde planeaba buscar y ya estaba pensando en irse. Suspiró y miró hacia todos lados sin saber qué hacer. Miró a la derecha y vio algunos carros. Miró hacia la izquierda y vio el amplio camino flanqueado por enormes árboles que lo llevaba hacia uno de esos enormes domos que había en Japón… y entonces lo vio.

Un anuncio atado a un poste de luz. Un enorme anuncio atado a un poste de luz, en el que se leía “Choi Seunghyun, tour por los grandes domos” y había una foto. Un hombre con los ojos más hermosos que Jiyong había visto en su vida le regresaba la mirada desde el anuncio, y Jiyong sentía que sus piernas se habían hecho de gelatina.

Se quedó observando el anuncio por un largo rato. Su corazón estaba latiendo como loco… pero, no podía ser, ¿o sí? Ese Choi Seunghyun… era alguien famoso. No podía ser su persona especial. Simplemente no podía.

Jiyong bajó la mirada al piso. Tal vez había reaccionado así porque el tipo era muy guapo y nada más. Era un artista, seguramente miles de personas se sentían así al verlo, ¿no? Si iba a hacer un tour por los domos significaba que tenía muchísimos fans, y seguramente todos ellos quedaban igual de encandilados que él al verlo.

Con ese pensamiento dio la vuelta y caminó de regreso a su departamento. De repente se le habían quitado las ganas de buscar. Solo tenía ganas de comer algo y, tal vez, usar su computadora para buscar más información sobre ese tal Choi Seunghyun.

 

Varios días después, Jiyong se encontraba trabajando horas extras para poder pagar una entrada VIP para uno de los conciertos en los domos de Choi Seunghyun.

Milagrosamente se le había olvidado su búsqueda y en vez de eso prefería quedarse unas cuantas horas más trabajando con tal de que le pagaran más, para poder ir a ver al hombre que estaba apareciendo constantemente en sus sueños. Seguía convencido de que era porque era un artista famoso, su mente estaba ocupada pensando en él casi todo el día porque recién lo había descubierto además de que era muy bueno en el rap, y por eso ya no sentía la necesidad de salir a la calle a buscar a su persona especial. Y en parte eso lo hacía sentir triste. Después de cinco años, ¿tan fácilmente se había olvidado de ella? Pero en cuanto pensaba de nuevo en que podría ir a ver a Choi Seunghyun se le olvidaba por qué se había sentido triste en primer lugar.

Cuando por fin tuvo la entrada VIP en sus manos, no podía sentirse más feliz. No tenía idea de por qué nunca antes había visto nada sobre Seunghyun en Corea, porque claramente era coreano. Tampoco sabía qué hacía en Japón, pues en internet no mencionaban nada de eso. Pero no le importaba mucho, simplemente deseaba con todas sus fuerzas que el día del concierto llegara pronto para así poder ver al hombre en el escenario. Era lo que más anhelaba, y quería pensar que era porque, como cualquier otro fan, tenía muchas ganas de conocer al artista.

Los siguientes dos meses estuvo comiéndose las uñas y teniendo ansiedad por que llegara el día para ver a Choi Seunghyun en el domo. Solo de pensarlo sentía que su estómago se revolvía de la emoción, y estar todo el tiempo mirando la foto de Seunghyun que había puesto como fondo de pantalla en su teléfono no ayudaba en nada.

Y cuando el día llegó, estaba sorprendentemente calmado.

Había hecho fila en el domo desde temprano y logró comprarse una pulsera que vendían en los puestos de los goods. Era una pulsera dorada muy bonita que tenía unos corazoncitos. Al mirar alrededor notó que muchas fans tenían la pulsera y sonrió. Debía ser genial tener a todas esas fans que te den amor incondicional. Definitivamente apenas terminara el concierto comenzaría a buscar a su pareja otra vez. Lo había dejado de lado por estar pensando en Seunghyun, y eso lo hacía sentir culpable, pero estaba decidido a seguir buscando lo más pronto que le fuera posible. Si bien en esos dos meses no había conocido a su persona especial en ninguna parte, y también se sentía un poco desanimado por eso.

Dos horas antes de que iniciara el concierto comenzaron a dejar pasar a los fans. Jiyong entró e inmediatamente trató de ubicarse hasta el frente, pero no lo logró. Había muchísimas personas pegadas a la valla, así que tuvo que conformarse con quedarse a un lado, del lado izquierdo del escenario, donde la gente no lo iba a aplastar cuando Choi Seunghyun apareciera.

Las dos horas pasaron lentamente, pero de un momento a otro las luces se apagaron y Jiyong se sintió lleno de nervios otra vez. El domo se llenó de gritos de los fans y todas las luces apuntaron hacia el centro del escenario. Jiyong comenzó a dar brinquitos para alcanzar a ver lo que pasaba y luego de unos segundos logró ver como el mismísimo Choi Seunghyun aparecía desde abajo del escenario.

Y entonces su corazón se detuvo.

Mirarlo en persona era muy diferente a mirarlo en un cartel, o en fotos en internet. Él era simplemente radiante. Jiyong no podía quitarle la vista de encima. Había comenzado a cantar, vestido con un traje color azul. Jiyong conocía esa canción. Se llamaba “Doom Dada” y dejaba ver la habilidad de Seunghyun como rapero. Pero el que Jiyong estuviera paralizado como tonto mientras los demás saltaban y gritaban a su alrededor, no tenía nada que ver con el buen rap de Seunghyun. Porque Jiyong ya no estaba escuchando nada. No escuchaba los gritos, no escuchaba la música y ni si quiera escuchaba la voz de Seunghyun. Simplemente escuchaba su corazón latir tremendamente rápido, y de la nada había comenzado a sentir un amor desbordante por el hombre que estaba sobre el escenario.

La conmoción estaba dándole ganas de llorar. No podía ser cierto. Algo tenía que estar mal ahí. Choi Seunghyun no podía ser su persona especial. Choi Seunghyun era un artista famoso, y Jiyong era un simple mortal que no le llegaba ni a los talones. Pero entonces, ¿por qué ya sentía que lo amaba más que a nadie en el mundo? Era exactamente lo que le había dicho su madre. Cuando conociera a su pareja, inmediatamente lo iba a saber. Iba a sentirlo dentro de su pecho, el amor que solo puedes sentir cuando conoces a tu otra mitad. La persona que te va a hacer feliz por el resto de tu vida, y a la que tú vas a hacer feliz el resto de la suya. No había forma de confundirse, era un sentimiento único. Y Jiyong lo estaba sintiendo en ese preciso momento, mientras miraba fijamente a Seunghyun.

Se la pasó así la mitad del concierto, mirando embelesado hacia el escenario y sin moverse porque al parecer su cerebro se había desconectado. Lo único que sabía era que Choi Seunghyun era el ser más perfecto sobre el universo.

Y entonces llegó la parte en la que el artista hablaba con los fans. Todos comenzaron a gritar cuando Seunghyun los saludo en un japonés más que perfecto. Jiyong seguía quieto como una roca, escuchando con atención. Seunghyun comenzó a caminar hacia el lado derecho, agradeciendo a todos por haber asistido al show y diciendo cuánto le gustaba estar ahí y lo feliz que se sentía de poder ver a sus fans. Caminó de regreso, hacia el lado izquierdo del escenario y Jiyong se puso nervioso otra vez. Seunghyun caminaba mientras decía que se sentía muy agradecido de tenerlos a todos como fans y que los amaba, que incluso en ese momento ya estaba deseando tener un concierto más para poder verlos de nuevo… y de repente sus piernas se detuvieron, al igual que su plática con los fans. Se había quedado parado antes de llegar al final del escenario, con los ojos muy abiertos y fijos en Jiyong. Comenzó a hablar de nuevo pero al parecer no lograba armar frases completas. Se mantuvo diciendo “y…”, “ehh”, “ahm” y “ehmm” durante unos segundos, observando fijamente a Jiyong, hasta que pestañeo repetidas veces y se dio la vuelta para regresar al centro del escenario, mientras volvía a hablar y a decir que estaba muy feliz de verlos a todos.

Esos escasos segundos en los que ambos se habían mirado fijamente habían bastado para mandar a Jiyong a las nubes. Era él, estaba seguro. ¿Pero cómo era posible? Peor aún, ¿cómo iba a acercarse a él? El simple mortal Kwon Jiyong no tenía ninguna posibilidad de acercarse al artista famoso Choi Seunghyun, que estaba dando conciertos por los domos de Japón, algo que pocos lograban. Era imposible. El solo darse cuenta de que Seunghyun había logado verlo entre la multitud de fans sonaba como una locura. Entonces ¿cómo es que sentía tan claramente que ese Choi Seunghyun que estaba en el escenario era su persona especial?

De repente la música de una guitarra comenzó a sonar, sacando a Jiyong de sus pensamientos. Seunghyun estaba parado en el centro del escenario con los ojos cerrados y una luz lo iluminaba mientras la guitarra seguía sonando. Y cuando abrió los ojos, éstos se clavaron fijamente en los de Jiyong.

Seunghyun comenzó a cantar con una voz suave y tranquila, haciendo que el corazón de Jiyong se llenara de ese nuevo amor que empezaba a sentir.

Él no conocía la canción, pero sonaba muy linda. Seunghyun cerraba los ojos de vez en cuando pero cuando los volvía a abrir nuevamente su mirada se dirigía al lugar donde estaba Jiyong, quieto como un tonto mientras los demás fans tenían los brazos levantados y los movían al ritmo de la música.

“Entonces me encontré contigo. Al igual que yo, tú estás esperando por alguien.”

Esa frase hizo eco en su cabeza, mientras los oscuros ojos de Seunghyun lo miraban con la mayor ternura del universo. Jiyong no sabía si estaba soñando, pero si era un sueño prefería no despertar. Y si era un sueño, entonces era el sueño más hermoso que había tenido en toda su vida.

“Na na na~ na na na~”

Pudo escuchar el coro de miles de voces de los fans cantando con Seunghyun, que tenía los ojos cerrados otra vez, pero él seguía parado ahí, quieto, mirando hacia el centro del escenario y a punto de ponerse a llorar.

Los ojos de Seunghyun se abrieron nuevamente, vagaron por todo el público desde el lado derecho hasta el izquierdo, y cuando miró a todos sus fans, su mirada cayó nuevamente en Jiyong.

“Ahora esa sonrisa es nueva para mí. Ignoro la oscuridad camino a casa.”

“Yo que parezco un niño cada día, aún estoy esperando solo por ti.”

Jiyong se tapó la boca con ambas manos cuando Seunghyun cerró los ojos y continuó con la canción. Se sentía como la persona más feliz del universo. Realmente era él. Choi Seunghyun era su persona especial. Choi Seunghyun era la persona que lo iba a hacer feliz el resto de su vida, y a quien él iba a hacer feliz por siempre.

El resto del concierto transcurrió igual. Seunghyun lanzándole miradas a Jiyong mientras éste seguía parado sin moverse.

Cuando el concierto terminó y Seunghyun se despidió de sus fans, todos empezaron a salir del domo, y Jiyong seguía parado en el mismo lugar. ¿Qué debía hacer? Claramente no podía tratar de entrar a los camerinos porque lo iban a sacar a patadas de ahí. Lentamente la sección VIP fue vaciándose y Jiyong comenzó a entrar en pánico. Tenía que ideárselas para entrar, no podía simplemente irse de ahí. No cuando lo estuvo buscando durante tantos años y por fin lo había encontrado.

Movió una pierna para caminar discretamente hacia la parte de atrás del escenario, pero inmediatamente un hombre de seguridad se le acerco. Le pidió amablemente que abandonara el lugar. Jiyong miró hacia todas partes y se dio cuenta de que el domo ya estaba casi totalmente vacío, solo quedaba él en la sección VIP y unas cuantas personas en los asientos de hasta arriba, y su desesperación aumentó. Él no quería irse. No podía irse. Abrió la boca para intentar decir una excusa, que se le había caído algo y estaba buscándolo o algo parecido, cuando escuchó su voz.

-          Hey, él viene conmigo.

El hombre de seguridad miró hacia atrás. Choi Seunghyun estaba ahí, vestido con un pantalón jean y una camisa blanca.

Jiyong lo vio caminar hacia donde ellos estaban y su corazón se aceleró. Cuando se paró frente a él y le tomó la mano, estuvo a punto de desmayarse. Sintió un cosquilleo en su estómago y volvió a sentir que explotaba del amor que sentía por el hombre a su lado. Éste lo miró tiernamente y le sonrió con la sonrisa más hermosa que Jiyong hubiera visto en su vida, y luego lo jaló para casi correr hacia la parte trasera del escenario. Seunghyun era varios centímetros más alto que él, pero sus manos encajaban a la perfección.

Siguieron caminando velozmente, Seunghyun señalando el camino y jalando con delicadeza a Jiyong, hasta que llegaron a una puerta. La abrió, entró, y cuando Jiyong estuvo dentro también, Seunghyun cerró bruscamente y de inmediato soltó la mano de Jiyong para tomar su rostro con ambas manos lo más suavemente posible, como si tuviera miedo de hacerle daño.

-          Eres tú… –Su voz sonó suave y dulce, pero a la vez emocionada– Eres tú. Tienes que ser tú. La persona a la que he querido encontrar desde hace tanto tiempo… Dime si estás sintiendo lo mismo que yo, mi hermoso ángel…

Jiyong sintió sus ojos humedecerse y tomó las manos de Seunghyun con las suyas para quitarlas de su rostro, luego se abalanzó contra el pecho del mayor y lo abrazó con mucha fuerza, mientras unas lágrimas caían por sus mejillas.

Los brazos de Seunghyun lo rodearon protectoramente y al instante Jiyong sintió que nada podría hacerle daño, ahí, entre los brazos de aquel hombre que acababa de conocer pero que ya sentía que amaba más que a su vida.

-          Llevaba tantos años buscándote –Su voz sonó amortiguada por el pecho de Seunghyun–, y por fin te encontré… por fin, por fin…

Soltó un débil quejido y hundió más su rostro en la camisa del mayor, mientras éste trataba de acercarlo más a su cuerpo y le daba pequeñas caricias en la espalda.

-          Shh, no llores…

-          Pero ahora estaremos juntos, ¿verdad? –Jiyong levantó la vista y miró a Seunghyun. La mirada que éste le regresó hizo que su corazón se hinchara de felicidad. Los ojos del mayor estaban llenos de amor.

-          Por supuesto que sí… eh… –De repente su expresión cambió a una algo apenada, pero sonrió tiernamente– estoy seguro de que sabes mi nombre, pero tú no me has dicho el tuyo.

-          Soy… soy Kwon Jiyong. –Se sentía extraño, presentarse ante alguien que ya se había ganado su corazón.

-          Jiyong… –Seunghyun volvió a tomar su rostro entre sus manos– realmente eres el chico más hermoso que he visto en mi vida. Mi lindo y hermoso Jiyong…

Sintió su rostro acalorarse. Él también quería intentarlo.

-          Mi Seunghyun…

Le sonrió y Jiyong volvió a llenarse de ese amor que estaba sintiendo.

-          Estaremos juntos por siempre de ahora en adelante. Yo no dejaré que nadie nos separe, no ahora que por fin estás a mi lado. Te protegeré de todos y de todo y haré lo único en lo que estoy seguro nunca voy a fallar: amarte más que a mi propia vida.

Jiyong tuvo el impulso de taparse el rostro con las manos, pero no lo hizo porque no quería soltar a Seunghyun. Sonaba como un príncipe. Era demasiado hermoso para ser verdad.

-          Espero que esto no sea un sueño… –Seunghyun soltó una risita.

-          Lo siento, creo que soy un poco cursi ¿no? –Jiyong sonrió tímidamente, era verdad que el mayor era algo cursi con todo lo que le había dicho– Pero es que al verte simplemente no puedo evitarlo –Sus ojos se llenaron de algo que Jiyong jamás había visto en alguien que lo mirara a él, pero sí en los ojos de otras personas que miraban a sus parejas: admiración mezclada con anhelo y mucho mucho amor–. Eres precioso… nunca en mi vida me hubiera imaginado que la personita que el destino tenía lista para mí fuera así de… maravillosa. Excepcionalmente hermosa –Jiyong sentía que a cada palabra su rostro se ponía más y más caliente–. Y me siento el hombre más afortunado de la tierra por tenerte a ti conmigo –Seunghyun cerró los ojos y se acercó hasta que las frentes de ambos se tocaron–. Lo único que quiero hacer el resto de mi vida es estar a tu lado y darte todo el amor que mereces de mí.

Y un segundo después, la sensación más maravillosa que Jiyong había sentido nunca lo llenó por completo. Los labios de Seunghyun estaban sobre los suyos, besándolo con una ternura que jamás creyó posible, haciendo que su interior explotara de felicidad y de amor.

Por fin había encontrado a su persona especial. Su Seunghyun. E iba a estar con él el resto de su vida.

 

Notas finales:

Ojalá les haya gustado~~

Realmente tenía muchas ganas de escribir algo así pero no sé si me quedó bien xD

Gracias por leer :)

 

Y btw, hoy es 31 de Julio! Happee Birthdae Harry & Jo Rowling! *^* (lo siento, soy potterhead y no puedo evitarlo)


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