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Muerto en vida por Camuscita de Aquario

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Notas del capitulo: Espero que les guste, dijeron que no era meloso por eso traigo el fic aquí, besitos nxn nxn
Interprete: Florencia Berttoti
Canción: ¿Por qué?

Sentado…con una taza de café entre mis manos y con una mueca de disgusto en mis labios.
Gracias al transparente vidrió del local -donde ahora disfruto de esta caliente bebida- observo si llegas a nuestra cita.

Cansado de admirar a los árboles batirse por obra de la brisa, bajo mi rostro para consultar la hora y darme cuenta que ya has tardado más de treinta minutos.
Frunzo mi ceño, demostrando que estoy preocupado…

Lentamente subo mi cara para clavar mis pupilas en aquel cristal y cuando logro aquello, noto que cuantiosas gotas chocan contra el suelo…
Nuevamente bajo mi rostro y esta vez, incrusto mis ojos en el líquido marrón del café y esta parda sustancia refleja tenuemente y un tanto distorsionada, mi rostro y en sí mi preocupación.


Miro caer las gotas
De lluvias en mi ventana
Sé que todo será igual
No cambiará mañana


-“¿señor?”-parece que no hubiera escuchado aquella pregunta ya que, no subo mi rostro ni siquiera me inmuto ante ello.-“Señor… ¿esta en nuestra tierra?”-y esta vez, levanto mi cara y encaro al ser quien me llamaba con insistencia.

-“policia”-digo en tono de ironía, como si esto en verdad me interesará.

-“Sí. Un policía que viene a informarle de la muerte de Julián…”-mis ojos tiemblan, siento un cosquilleó en mi estómago.

-“Solo… Julián Solo”-completo su oración en voz queda.

Asiente un tanto entristecido y yo, quedo estático en mi lugar.
No me paró, tampoco lloró. Únicamente quedo sentado, con la cabeza baja y con mis ojos clavados en el líquido de café.

Miro mi rostro con difusión pero puedo ver claramente que mis pupilas no soportan esta amarga noticia. Y como tal, arrojó las lágrimas más agrias y sinceras que mi corazón pueda ofrecer.
Nadie del local gira su rostro para averiguar lo que sucede. El uniformado me mira afligido. Siento su mano tocar mi hombro y optó por sacudirme un poco, quitando así su mano y este dolor que cada segundo se arraiga en mi.

Sin embargo, la ponderación me carcome…
La frustración invade cada poro de mi piel; lo hace con mi corazón, que se rompe en pequeños trozos…
Y aunque logre sentirme de una manera atroz, nadie lo nota, pues, ciertamente sigo con mi mirada clavada en el café.

Caen lágrimas, pero nadie vira su cara para averiguar… ¿para qué lo harían?
De cualquier forma, aunque alguien preguntara por la situación no sabría responderle ya que, simplemente e quedado mudo ante tu repentina ida.

Reiteradamente el joven mensajero pone su mano encima de mi hombro. Esta vez no hago nada.-“a dos cuadras de este local, hubo un choque…”-calla. Levanta su palma y camina. Sus pasos lentos e intranquilos, así parecen ser…-“había un automóvil cual parecía ir a mas de ochenta kilómetros por hora y debe saber usted, que el máximo en aquella avenida es de treinta y cinco kilómetros, a causa, de la excesiva gente que transita esa avenida…”-pronuncia a la vez que jala la silla de mi frente hacía si y toma asiento.-“parece que el señor Julián, freno como de costumbre y según las normas, en la luz roja y el carro que sobrepasaba los limites de velocidad no dedujo que esto pasaría”

Ladeo mi cara. Mis cuencas acuosas están y mi alma parece querer ir a tu lado…-“aunque el impacto fue trasero, suponemos que Julián no usaba el broche de seguridad y automáticamente por la fuerza del impacto…perdió la vida”-agrega en un hilillo de voz.

El sol volverá a salir
La luna será más blanca
El río será mas río
No caerán las montañas



Sus últimas palabras, parecen dagas que se incrustan en mi corazón. Cada milímetro de aquellos puñales, logran destruir mis sueños, mis ideales…todo…

-“el cuerpo… ¿dónde esta?”-cuestiono dubitativo. Mi nuevo compañero, sonríe con nostalgia.


-“en la morgue…”-dice despectivo-“lo ubicamos a usted mediante su billetera, esta tenía un brazalete…”-e introduce su mano en uno de sus tantos bolsillos, para mostrarme la pulsera cual en nuestro primer aniversario te regalé.

“Julián & Hades almas unidas por los dioses”

No logro frenar, las gotas que desesperadas rotan por mis mejillas. El hombre quien a mi frente se sitúa, frota sus pupilas a la vez que coloca el brazalete en la mesa.

Por que me quedo muda
Perdida en tu mirada
Por que todo es lejano
Por que sin ti, ya no hay mas nada


Desesperada, mi mano agarra la pulsera para después llevarla a mi pecho y sentir ese calor que creo que aun tiene.
Mas sin embargo, aquel ardor a desaparecido, solo es un metal con tu nombre y el mío…-“también en aquella billetera, estaba su identificación”-nuevamente introduce su mano a uno de sus bolsillos y saca de él, un cartón plastificado.

Mi foto…mis ojos celestes y mi piel blanca como la tuya...-“¿señor?”-cuestiona y no le tomo importancia.-“señor, acompáñeme debemos ir a la morgue”-el sonido de la silla, cuando se levanta es el que me hace salir de esta concentración. Me mira doliente, como si no quisiera ser él, quien me da esta noticia.

Como único recurso, asiento con mi cara a la vez que me reincorporo. Y, aquella manilla hecha de la plata más pura, la meto en mi bolsillo del cual extraigo unos cuantos billetes, cuales coloco por encima de la mesilla.

Tambaleando caminamos hacía la puerta.
La imagen de tu alba rostro, se petrifica en mi mente. Tus largos y celestes cabellos hacen que mis pupilas derramen nuevamente, unas gotillas saladas.
Tus labios, rosados finos y sensuales. Tus ojos, del color de tu melena, el celeste…

Por que no existe hadas
Ni príncipes ni sueños
Por que todo es mentira
Por que sin ti, ya no hay más vida


Tu retrato se destroza, al sentir la mano del uniformado mientras golpea contra mi espalda. Suspiro. Un largo y apenado resoplo, con el cual busco desahogarme de mis más tristes penas: la oposición de la gente, la situación del país y sobre todo, tú partida a los cielos…

Julián, tu nombre me hace recuerdo a los lienzos de los mejores artistas. Poseidón, como desde pequeño te nombramos. Rey de los mares, el apodo que te concedimos por tu peculiar forma de ver y cuidar el agua. Mi ángel, como yo decidí llamarte el día que me permitiste conocerte más allá de un simple beso.

¿Y ahora? Ahora todo quedo en un pasado, todo se acabo. No excité nada que haga que retornes a mi lado, que beses como una vez besaste a estos labios que gritan mudos y sordos, tu existencia.

Mi príncipe. Soberano de mis sueños. Dueño de mi cuerpo y alma. Príncipe que ha desaparecido sin un heredero al trono, para compartir su vida a mi lado.
Las ganas de verte a mi lado, la emoción de levantar una sábana y saber que te han confundido, me hace hablar cosas patéticas.

¿Patético?... sí.
Si no estas a mi lado, si en verdad has partido… puedo ser el hombre mas ridículo cual pisa la tierra por que no estas, por que has desaparecido y mi vida no tiene sentido.

Rió. Carcajeo anonadado de mis pensamientos. El policía, gira velozmente en si, para confirmar que aquella risa no es más que su imaginación. Mas sin embargo queda estupefacto al ver una sonrisa encuadrada en mi cara. Su piel palidece un poco, al notar que mis dientes brillan fogosos y…no entiende que siento frustración y que prefiero desahogarme de esta manera.

Un día profundo y claro
Llegaras a buscarme
En una carroza blanca como en los cuentos de antes
Tu seguirás allí yo seguiré soñando
Ese beso que al final te robaré mientras tanto


Después de caminar debajo de la lluvia, llegamos a la morgue. Tu auto, parece que ha sido llevado a un taller, ya que simplemente al pasar por aquella avenida, no lo encontré. Y aunque la lluvia no me ayudaba en la búsqueda de tu coche, no pude divisarlo.

Un hombre, cual investidura es blanca me hace un ademán con su mano, dándome a entender que debo seguirle y por fin, confirmar o anular esta noticia que es una acongoja a mi corazón.

Lento e inseguro, camino hacía el cuerpo tapado con el tafetán de alba color. Mi brazo derecho -cual tiembla- se extiende para con una dubitativa actitud, descubrir el rostro de aquel cuerpo.

Mi mente queda en blanco. Y en aquella nada se logra divisar un carruaje y en él, tu rostro jovial…
Rápidamente aquella carroza se acerca y con cierta lentitud desciendes de ella. Un traje blanco, cual realza tu belleza, es con la que te presentas frente a mí.

Una sonrisa dibujada en tus labios es la que hace que una lágrima escapé de mis pupilas y, un vehemente acercamiento de tus labios hacía los míos, es la culpable de este rojizo que está pintado en mis mejillas.

Tus carnosidades fundidas en las mías. Una caricia que representa que aun sigues vivo y nuevamente todo queda en blanco.
De pronto tu delgada silueta ha desaparecido y aquel carruaje de igual manera, se ha esfumado.

Sin darme cuenta, abro mis ojos. Mi mano agarra la tela y observo tu cara pincelada de escarlata color.


Por que me quedo muda
Perdida en tu mirada
Por que todo es lejano
Por que sin ti, ya no hay mas nada



Divago. La realidad y la fantasía parecen una, cuando veo tu rostro con trazos irregulares de tu sangre. Aunque la mano del doctor palpe la mía, no pienso soltar la tela…y aun sintiendo la palma del policía por encima de mi hombro, no cavilo moverme.

Sin embargo, mi mano libre se desliza hasta tocar tu porcelana cara. Mis dedos, repasan aquellas líneas que el impacto y por ende tu elixir dibujó en tu rostro.
Otra mano, se coloca en mi omoplato que quedaba libre y un movimiento brusco, me aleja de tu cuerpo.

Sollozo. Cuantiosas lágrimas caminan por mis mofletes y mis ojos se encargan a mis parpados.-“lo lamento”-musita el de blanca ropa.

-“capturaremos al infeliz”-comenta alterado, el uniformado que agarra mis hombros.

No obstante, ambas entidades quedan anonadas al ver mi meneo negativo de parte de mi cabeza-“no hay el por qué”-y me levanto. Mis piernas flaquean, pero logro caminar directo a la puerta de salida sin antes, girar mi rostro y clavar por última vez, mis pupilas celestes en las tuyas cuales cubiertas por tus parpados están.

Una última y minúscula lagrimilla sale de mis ojos para por último ladear mi cuerpo y salir un tanto apresurado del lugar.
La lluvia, no ha frenado, copiosas gotas chocan contra el pavimento y el sol, después de algunos minutos sale de entre las nubes, alumbrando tenuemente la ciudad.

Sonrió. La ironía, tristeza e ira hacen que finja una sonrisa y la dirija al astro rey.

Por que no existe hadas
Ni príncipes ni sueños
Por que todo es mentira
Por que sin ti, ya no hay más vida



-“Julián…”-pronuncio tu nombre. Recuerdo tu rostro, rememoró tu cuerpo y las noches llenas de placer y amor…-“Poseidón…”-chillo. Grito tu sobrenombre, buscando una forma de traerte aquí, y sin embargo todos mis intentos son y serán en vano.

Te has ido inesperadamente, ni siquiera un adiós, ni si quiera un beso de despedida. Simplemente tu cuerpo pincelado de escarlata, un brazalete y cosas materiales que sin ti, no valen ni siquiera una pizca de valor.

Nuevamente siento a mis piernas temblar y no dudo, caigo en vilo, rendido a la congoja que siente mi corazón.
Una tras otra, sin parar. Cristalinas, llenas de dolor, agrias y ásperas lágrimas. Gotillas desesperadas y como si con ello, logrará traerte…
Has muerto y sin ti, no hay más vida. Una monotonía eterna y un dolor punzante, lo predigo y se bien que a de cumplirse.

Has muerto y con ello, yo también…

Fin

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