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Cúrame el corazón por Minos Hanari 56

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Notas del capitulo:

¡¡¡Hola!!! Espero que estén disfrutando de sus vacaciones y se la estén pasando bien. El otro día estuve pensando sobre algo y creo que no soy la única en hacerlo. Kyo Ijuuin y Haruhiko podrían hacer buena pareja <3 Sobre todo porque ambos tienen el corazón roto por la misma persona y eso lo hace aún más mágico. A pesar de ser una idea bastante alocada quiero llevarla a cabo, junto a mis antiguos proyectos que estoy haciendo. Trataré de terminar los que tengo y seguír continuando.

Capítulo 1.- Cúrame la vida.


Aún él tenía la oportunidad de recuperar el amor de Takahashi, quizás   podría llegar a amarlo de la misma manera que lo hacía por Akihiko. Ciertamente, lo único que llevaba consigo era un corazón roto. Tras darse cuenta que su amor nunca sería correspondido. Solo quedaba brindarle su ayuda a la persona que más amaba. Iba hacer todo lo posible para que su padre no lo separara del amor de su vida. ¿Eso era el amor? Al darse cuenta que el amor era sacrificarse por esa persona solo para verla sonreír y que nunca perdiera el brillo en sus ojos, sintió nostalgia. Agarró rumbo para su lujoso departamento. Tan sólo quería sentirse vivo una vez más, no importaba verdaderamente el lugar.


En el transcurso del camino, las gotas golpeaban la ventana del carro. La suave música hizo que solo tuviera ganas de llorar. Imaginaba sus hermosos ojos verdes, mirándome como lo hacía. Estaba a punto de estacionarme cuando algo me hizo parar en seco. Había olvidado unos papeles en la oficina y eso me había hecho caer en cuenta. Opto por volver al camino para regresar a su oficina donde mantenía sus planos de trabajo. Llegó tan rápido que aún. Las gotas de sudor se esparcían por su frente. Varios empleados del inmenso edificio lo saludaron, con cordialidad. Él revolvió el gesto para seguir en su rumbo y lograr subir hasta arriba por sus planos. Al abrir la puerta se encontró con ellos, tirados en el piso. Alguien había entrado a su oficina y eso no le gustaba de ninguna manera. Se salió tan desesperado que no se dio cuenta de la hora que era, ni siquiera que no traía en si lo que había ido a buscar. Trato de hablar con las personas pero nadie le decía nada. Todos se les hicieron raro que Usami, estuviera nervioso.


—Cálmese Haruhiko-san. Seguramente debe ser un error. Nadie ha entrado a su oficina. —Frunció el ceño enojado al ver que lo trataban como loco. Él no había dejado los planos de esa manera y ahora mucho menos confiaba en alguien. Un leve mareo lo invadió y decidió sentarse. —Haruhiko-san ¿Se encuentra bien?


Asintió, mientras consumía una pastilla y tomaba agua. Decidió suspirar y pensar en todo lo que había hecho. Aunque ciertamente, volvía al mismo resultado. Una y otra vez.


—Me han robado un plano importante. —Reprochó con enojo. Volteo de soslayo a ver a su empleado y volvió en sí—Aunque tú, me digas que me tranquilice no creo que lo pueda hacer. Quiero ver las cámaras de seguridad.


—En seguida las tendrá Haruhiko-san. —Asistió y lo notó extraño. El mayor de los Usami, puso un rostro melancólico y prosiguió.


—Quiero que le envíes un ramo. No, veinte ramos de las mejores rosas que tengan a Misaki Takahashi. No quiero errores. —El otro, lo apunto en una pequeña libreta. Dándose media vuelta para partir.


Se levantó para retirarse, ya que posiblemente las cámaras estuvieran apagadas. Dando en el punto que ya era demasiado tarde, volvió para ir por lo que llegó en primer lugar.  Y camino para la puerta de la salida. ¿Cómo olvidarse que hoy precisamente era el cumpleaños de Takahashi? Lo había apuntado en su agenda y pensó que posiblemente lo olvidaría. Como el amor que le tenía. Pero hay cosas en esta vida que nunca dejan de estar en nuestros pensamientos. Y esa la era. Quizás los pensamientos no lo dejaron visualizar las luces del automóvil que se aproximaba a él. Estaba tan metido en ellos. Que al voltear, ya era demasiado tarde. Tan sólo sintió como su pierna colapsaba en un profundo dolor. La fuerza del golpe, lo había empujado hasta tumbarlo al suelo y por ello. Sufrió raspaduras en sus brazos. Grito, sus manos temblorosas de dirigieron hacia la rasgadura que derramaba innumerables litros de sangre. Hasta vio, en sus adentros aquel hueso que se había roto.


— ¿Oye, estás bien?—Vio al conductor, bajarse del coche. Tan asustado que parecía que hubiera visto un fantasma. —Ya llame a la ambulancia. Resiste un poco más. No te vayas.


A pesar de delirar conocía a ese sujeto. Era…el famoso mangaka, en lo personal no se consideraba aficionado y ni siquiera le había dado tiempo de leer manga en su vida. Pero su trayectoria era verdaderamente impresionante. ¿Quién pensaría que lo vería en esas condiciones? Sus ojos se cerraron y cayó en un profundo sueño. En sus adentros volvió en ese momento donde ambos se encontraban comiendo. Takahashi estaba tan feliz comiendo, nunca vio a una persona así en su vida. Aquel niño lo podía sacar de la oscuridad en la que estaba metido pero de una forma diferente. Lo había ayudado a luchar por un sueño que estaba olvidado y ahora había una pequeña luz en su vida. A pesar de que se seguía manteniendo en un amor estéril, lo iba a ayudar hacer feliz con otra persona. Y lo único que quería era eso.


Sus orbes azules se abrieron por la escandalosa luz que lo hacía volver. A pesar de estar sedado, le dolía mucho la pierna y al asomarse tan siquiera un poco. Notó el enorme yeso que la cubría. A un lado, se encontraban un ramo de rosas y por un momento imagino que eran de “él”. Al escuchar la puerta abrirse, se volteó rápidamente a ver quién era. Notando a ese mangaka, con una enorme cara preocupada.


—Al fin despiertas. —Mostró cierta empatía. No le importó mucho, ya que volteó su cara con su agresor. —Pagaré, todos los gastos. No fue mi intención que eso ocurriera.


—No lo necesito. —Suspiró adolorido, y el contrario tomo eso por sorpresa. Aunque no le molestaba en lo más mínimo. —Puedo pagar todos los gastos. Está claro que fue un accidente. Ayer no estaba bien y por ello, no me fije en el carro      que venía a mí. Así que te puedes retirar.


—Le hable a tu prima. Y Mizuki viene en camino, de igual forma  pagaré. Es lo menos que puedo hacer por ti. —Noto aquella mirada tan melancólica como la suya. No lo quiso admitir pero se identificó por un momento con ella. Era verse en un espejo reflejado y sentir que alguien más sentía su dolor. Aquel que lo consumía por dentro.


—Supongo que gracias. —Su voz fue igual de fría que la anterior y quiso dentro de sí que se fuera pronto. Un sentimiento ajeno, le removió el estómago. Parecía como si ya hubiera vivido eso. Y no le gustaba de ninguna manera.

Notas finales:

¡Gracias por leer! <3 Hasta la proxima 


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