Cuan fría estaba la mañana, la brisa golpeaba con fuerza llevando consigo las heladas gotitas traídas por la tormenta incesante desde la noche anterior. El vidrio del auto en el que se transportaba evidenciaba el poder del clima, suspiró cansado al notar que faltaba unos diez minutos de camino. Gruñó fastidiado mientras se recostaba en toda la longitud del asiento, odiaba cuando su jefe le ordenaba a asistir a esas odiosas reuniones en su nombre “maldito jefe inútil, ¿por qué debo atender este asunto?... se supone que es algo que le interesa solo a él” ni siquiera estaba de ánimos para gritar su preciado “VOOOIII” característico, solo cerró sus ojos un momento, después de todo la noche anterior se pasó complaciendo las demandas del jefe del escuadrón de asesinos mejor conocido como Varia. Odiaba ser tratado como un sirviente, tenían suficiente de esos como para que él tuviera que hacerse cargo de todo “señor, hemos llegado”. Por un instante se sintió contento de escuchare eso, se levantó de inmediato, ni siquiera le importó la lluvia torrencial que en ese momento empezó a empaparlo, con paso firme y quejándose de vez en cuando ingresó en la mansión. Fue dirigido al dichoso despacho mientras las sirvientas le ofrecían toallas para que se quitara toda el agua, al menos superficialmente, pero él solo estaba pensando en acabar con todo e irse a dormir
-VOOOI, acabemos con esto de una buena vez – entró sin siquiera mirar a los presentes, ocupando la única silla disponible, estaba consiente que se retrasó por más de media hora, apenas y saludó con cortesía a Timoteo, los demás le importaban una mierda
-linda manera de saludar a los amigos, Squalo – se quejó cierto rubio de piel bronceada que estaba ocupando el asiento a la derecha del jefe Vongola
-no empieces una pelea Iemitsu – calmó Timoteo mientras admiraba la molestia de aquel jovencito de larga cabellera platinada – ¿puedo saber en dónde está Xanxus?
-el maldito jefe no estaba de humor como para dignarse a hacerse cargo de sus propias reuniones – se quejó el peliplata mientras observaba el silencio de los otros presentes – pero juzgando por la presencia de Reborn y Dino… esto es más serio de lo que imaginé
-discutiremos algunas cosas que le incumben a todos los relacionados con Vongola – explicó cierto individuo mientras dejaba su taza de café sobre la mesa, cualquiera que lo viera se estremecería debido a la presencia imponente de aquel hombre
-me parece que podemos empezar de inmediato – el más joven de los presentes intervino manteniendo una postura seria, entre sus manos se acomodaba ciertos documentos que ocasionaban un ligero ruido adornando el ambiente tenso – la prioridad de Vongola es encontrar la candidata indicada para ser la esposa del décimo Von… - de pronto Dino se quedó leyendo los documentos entre sus manos – creo que olvidé esto…
-por eso opino que ese puesto debería ser de Xanxus – se quejó Squalo quien miraba de forma reprobatoria al rubio menor
-sabes que el puesto ya lo tiene Tsuna, claro que tenemos que adaptarnos a estas situaciones – intervino el anciano inmediatamente, no quería peleas en ese momento – además no es lo único que debemos tratar… también está “ese” asunto
-creí que esa familia fue exterminada hace algunos años – se sorprendió Dino mientras observaba la ligera sonrisa de su antiguo tutor, un leve escalofrío lo recorrió. Debía ser un trauma que nunca pasaría a pesar de que apenas biológicamente Reborn tenía 10 años seguía siendo él, sádico y sin vacilaciones
-eres inexperto todavía Dino, me parece que aún no acabas de aprender todo lo necesario – el individuo de cabellera negra y mirada afilada oculta solo por su fedora era considerado como el mejor asesino. Extendía levemente su palma para que su pequeño camaleón descendiera hasta ella – guarda silencio o te ganarás un castigo – Dino se tensó en su asiento debido a la amenaza de aquella arma en la cual Leon se había transformado
-no te exaltes Reborn – sonrió el rubio mayor – pocos saben de la existencia de esa rama familiar, sus habilidades son inciertas, su descendencia lo es aún más, son como fantasmas, no se los puede localizar fácilmente
-pero su ejecución fue noticia entre la mafia – intervino Squalo – incluso nosotros nos sorprendimos por eso
-bueno… Nono salvó a muchos de los descendientes – Reborn retornó a su calma mientras Leon volvía a la normalidad – incluso tuvo a uno de ellos en su casa por poco tiempo, esa rama no desaparecerá tan fácil, pero es un secreto bien guardado… que no se te olvide
-guardan uno de los muchos secretos de Vongola, por eso es que jamás pueden desaparecer – completó Timoteo con un suspiro, era uno de sus mayores problemas, conservar a un fantasma… sonaba difícil
-bueno yo creo que la homosexualidad de Tsuna es más importante que eso – Dino aprovechó la pausa para intervenir, necesitaban charlar tomando prioridades… y ese asunto era el de mayor importancia
-si el mocoso ese le gustan los… de su mismo sexo… no dejará descendientes, Nono debes estar decepcionado – Squalo tenía intenciones de insultar a Tsuna pero por respeto al líder actual se contuvo
-es algo que ya habíamos previsto, Squalo – respondió el anciano manteniendo su serenidad – pero no siento algo como decepción, Tsuna será un buen líder, eso es lo que importa
-Pero me preocupa el hecho de que mi hijo no dará descendientes, la línea se cortará – opinó Iemitsu que se mantenía más serio de lo normal – debemos encontrar una solución… eso será complicado, yo…
- la homosexualidad de Tsuna fue evidente desde que me convertí en su tutor – sonrió Reborn con malicia observando el ceño fruncido de Iemitsu
-no sé cómo mi hijo pudo fijarse en un hombre – se quejó mientras tomaba los papeles de entre ellos sacaba una fotografía de su pequeño junto con Nana – pensé que me daría nietos
-tal vez la falta de una figura paterna le afectó – se burló Squalo disfrutando de la molestia del rubio mayor
-¿tanto te molesta que Tsuna ame a uno de sus guardianes? – una risita pequeña abandonó los labios del ex arcobaleno quien ahora mostraba su cuerpo adolescente de unos quince años, a pesar de que la maldición le había condenado a crecer de nuevo, la velocidad a la que lo hacía era muy diferente – pensé que eras un padre moderno
-mira quien me habla – se quejó Iemitsu ya enfadado por los comentarios burlescos – un adolescente que no debería beber café, afectará a tu crecimiento
-repítelo – desafió Reborn mientras gruñía enfadado, Leon estaba alerta a las órdenes de su dueño – te meteré una bala en medio de la frente para que dejes de sufrir por las preferencias sexuales de tu hijo
-¡Basta! – retó Timoteo mientras los involucrados se calmaban regresando a sus asientos – esto es un asunto serio, pueden pelearse en otra ocasión
Dino se mantenía tenso debido a que percibía el aura oscura rodeando a su ex tutor, Squalo mientras tanto se reía a carcajadas por tan divertida escena, mientras las palabras seguían intercambiándose, planes a futuro, discusión sobre quién sería el candidato más apto para la sucesión, compartían información sobre los aliados, problemas con diferentes enemigos, algo común entre los líderes mafiosos. Ellos seguían sin tener en cuenta que cerca de la mansión un par de personas se encaminaban sin inmutarse por la torrencial lluvia que mojaba su ropa, al más alto apenas un paraguas lo cubría lo suficiente para poder ver el camino, el frio poderoso no le importaba, consumía una manzana con despreocupación, se acomodaba el parche en su ojo, gruñendo bajito cuando sentía que sus botas se inundaban de agua. El otro en cambio se mantenía oculto debajo de su abrigo usando una capucha que no permitía diferenciar más que un mechón castaño que sobresalía, jugaba con el paraguas dándole vueltas mientras al parecer disfrutaba de las gotas que entre sus manos caían cuando las estiraba fuera del objeto que intentaba mantenerlo seco, fueron interceptados por los guardias inmediatamente “tengo permiso” mencionó lanzándoles a los susodichos una pequeña tarjeta y su compañero hizo algo similar. Esperaron unos minutos hasta cuando los dejaron pasar, las miradas dirigidas hacia ellos eran de temor, duda, asco, el más alto se rio cuando vio al último guardia mirarlo amenazantemente “me dan ganas de arrancarte la lengua” susurró pasando a su lado “no me provoques”
-no puedo creer que “ese” sea el secreto – Dino se mantenía quieto mientras veía el humo escaparse de su taza de café – una rama experta en medicina… no suena muy interesante pero…
-no debes menospreciarlos – sonrió Squalo, hace mucho tiempo que se enteró de la existencia de esa rama, incluso peleó con un par de ellos, eran divertidos – aunque no lo creas son muy buenos y están un poco locos, se crían de una forma bastante particular
-además llevan a cuestas un secreto familiar, algo que ni nosotros sabemos, pero viene desde la época de Primo Vongola – terminó de explicar Timoteo a quien uno de sus guardianes le daba una información susurrándole en el oído – creo que es hora de presentarles a uno de ellos – sonrió ordenando a su guardián de la tormenta que dejase pasar al mencionado
-… - todas las miradas se posaron en la puerta que mostraba a alguien en pésimas condiciones, mojado hasta el alma, con una manzana a medio terminar en una de sus manos, acomodándose el abrigo que empezaba a pesarle – un placer verlo Nono Vongola – se inclinó ligeramente ignorando a los demás presentes mientras arrojaba el abrigo arruinado y seguía degustando de su fruta – me asombra que me llame en medio de una misión, tuve que dejar solo a… o… - se detuvo un instante fijándose recién a los presentes, hizo una mueca indescifrable y levantó su mano en forma de saludo – Reborn me alegra verlo
-parece que no has tenido un buen día – el no tan pequeño azabache sonrió acomodándose su fedora – ¿con cuántos acabaste hoy?
-el guardia de la entrada – sonrió de forma macabra mientras le daba un mordisco más a su manzana
-¡Carlo! Eso es imperdonable – se quejó Iemitsu levantándose de golpe – son parte de esta familia y…
-no me refiero a éste guardia… basura, aunque ganas no me faltan – se acercó al noveno ignorando el gruñido de enfado de Squalo. Se colocó a un lado, arrodillándose ante el líder de la familia – he venido por su mandato, estoy presto a cumplir con sus órdenes – el respeto que tenía hacia el líder era palpable
-levántate Carlo, te diré de que trata en seguida – el anciano explicó con brevedad el asunto tratado, los temas más importantes, las opciones de la familia y al final… - creo que no hace falta decirte lo que tienes que hacer
-no se preocupe terminaré rápidamente con mi tarea, pero a “él” lo llevaré también, empezaremos de inmediato – el hombre de cabellera castaña y parche en su ojo derecho hizo una reverencia ligera antes de encaminarse a la salida – que tenga un buen día Noveno… y también usted Reborn
-espera… quiero hablar con él directamente – sonrió el anciano mientras Carlo se dirigía a la puerta para en seguida hacer algunas señas
-NONO – un leve gritó sacó de ese estado tenso a los presentes – ¡NONO! – repitió el recién llegado mientras a pasos apresurados y arrojando su paraguas a un lado se colocaba en frente del anciano que sonreía emocionado – NONO me alegra verlo – sonrió el chico mientras se inclinaba tomando la mano del líder de la mafia Vongola y besándola con devoción
-tranquilízate mocoso – criticó Carlo mientras pateaba al más bajo para que dejara en paz a su líder – idiota… estás siendo demasiado efusivo
-oye papá, eso duele… además extrañaba a Nono y… – le respondió el menor mientras se levantaba para pelear, solo ahí se dio cuenta que las demás sillas también estaban ocupadas – Hello… Reborn-senpai – mencionó el encapuchado, levantado su mano en forma de saludo
-así que también llegaste – la media sonrisa del azabache hizo que Dino tuviera escalofríos debido a que el muchacho recién llegado tenía un aura un poco oscura al igual que su ex tutor – interesante
-¡Reborn-senpai! – se exaltó el chico mientras corría por el salón hasta estar al lado del asesino – me alegra verlo, se ve mucho más temible que la última vez – la capucha ocultaba la mirada del chico pero no la sonrisa que transmitía – y más guapo también – los presentes se descolocaron por ese último comentario – o eso me dijo Liliana hace unas semanas
-no me halagues si no sabes si es verdad o no – se quejó Reborn mirando al chico como si quisiera matarlo pero al parecer ese muchacho no se intimidaba
-solo quise ser cortés… aunque el sentido de belleza de Liliana es el más acertado por lo que sé… yo no tengo idea de esas cosas – mencionaba el más joven mientras estiraba su mano para tratar de alcanzar al pequeño camaleón en la fedora del azabache
-tu personalidad me hace enojar, Yasu – se quejó Reborn mientras dejaba que Leon bajara hasta su mano en busca de protección – eres un maldito mocoso
-usted es mi ídolo – sonrió el muchacho como si no entendiera la atmosfera amenazante que tenía el hitman – que me enseñe lo qué es el verdadero terror sería un sueño hecho realidad
-pues tienes suerte – el azabache apuntó su arma justo en la frente del chico que sonreía ampliamente – si quieres te mato en este momento
-dispare y veamos que pasa~ – apenas se lograba ver la mirada llena de felicidad de aquel chico, los demás presentes solo podían pensar en una palabra para describir a ese tipo “demente”. Reborn sonreía de forma maligna mientras pegaba el frío metal del arma en la frente del chico que se hallaba enfrente suyo, la diferencias de alturas era notable, aunque el chico no era demasiado alto seguía siendo mayor que el hitman pero… parecía un niño que no sabe lo que es el peligro
-¡ambos… dejen ese asunto de lado! – exigió Timoteo suspirando – Yasu deja de comportarte de esa manera, no has cambiado nada – Reborn dejó que Leon volviera a su forma normal mientras que Yasu solo se reía bajito
-en verdad es una pena que Yasu tenga prohibido pelear con alguien más de la familia Vongola – Carlo se cruzaba de brazos mientras veía al mencionado deprimirse y arrastrar su cuerpo para regresar a su antiguo lugar – sería interesante
-yo siempre quise pelear con mi senpai – el chico fingía sollozar mientras daba cada paso – eso sería divertido… más que cuando logré ir a Varia y… - de pronto el chico se detuvo fijándose en aquella persona – ¡Squalo-nisan! – de pronto el aura de felicidad volvió a Yasu quien agitaba sus manos como cuando un niño quiere atención
-VOOIII RECIÉN TE DAS CUENTA…. me das asco – gruñó Squalo mientras trataba de apuñalar al chico que en un movimiento rápido se quitó del alcance del segundo al mando de Varia – ¡mocoso quédate quieto!
-¿Cómo está Xanxus-niisama? – mencionaba el chico castaño mientras buscaba algo entre su abrigo – ¿sigue de mal humor?... creo que iré a visitarlo
-ni pienses mostrar tu trasero por allí a menos que quieras que te descuartice – gruñó el pelilargo – eres un maldito sinónimo de desastre – los demás presentes se preguntaban qué pasaba por aquella cabeza, sonriendo mientras buscaba una muerte dolorosa en manos de los mejores asesinos de Vongola
-toma – de pronto Yasu sacó un par de botellas – es un regalo para Xanxus-niisama… y este es para ti – son de la mejor calidad y si le dices que le llevaste un recuerdo de este viaje… – puso otra botella en frente del peliplata – te dejará en paz toda la tarde y noche… estoy totalmente seguro de que podrás descansar un rato
-cómo si fuese a funcionar, vete a la mierda Yasu – se quejó el peliplata aunque curioseaba la marca admirándose al ver que el mocoso tenía razón, esas marcas lo comprobaban
-solo dáselo… cuando tenga tiempo iré por allí para una visita rápida – sonrió el menor mientras se alejaba
-espero que en esta misión te maten y no me causes problemas a futuro – se quejó Squalo sirviéndose un poco del licor de su “regalo”
-bueno creo que ya saludé a todos – sonrió el menor a su padre, quien le golpeaba la frente – aunque… siento que me olvido de algo
-Nono quiere decirte algo – le comentó su padre empujando al muchacho para que se colocara frente al jefe mafioso – escucha con atención y deja de jugar
-está bien – de pronto el aura de Yasu cambio mientras se quitaba la capucha mostrando la cabellera castaña que estaba sujeta en una coleta alta, el largo de las hebras no se apreciaba bien debido al abrigo, parecía ser largo pero no tanto como las de Squalo, la piel clara, el peinado ocultaba la parte superior del rostro del muchacho – lo lamento Timoteo-sama, estoy aquí para recibir sus órdenes
-Yasu… sabes que Tsuna tomará el lugar de décimo sucesor – el menor no dijo nada y solo asintió levemente – tu trabajo es vigilarlo de hoy en adelante… buscar la pareja perfecta para…
-sabe que aún no acepto a ese heredero… ¿es alguna clase de prueba? – los demás presentes miraron con interés la expresión de Timoteo que solo sonreía
-estoy seguro que ahora lo aceptarás… se ha vuelto fuerte y confiable, no es nada comparado con el niño de antes, los años no pasan en vano – el anciano le cedió los documentos necesarios – no debes olvidar que Reborn lo entrenó para que fuera un buen líder
-confío en las habilidades de senpai… Tsunayoshi Sawada será mi nuevo líder, supongo que debo acostumbrarme
-eso es lo que quiero, Carlo y tú serán los encargados de encontrar la pareja de Tsuna, lo dejaré a su criterio
-¿está seguro?... este niño está… demente – comentó Iemitsu pero Timoteo solo le hizo una seña para que se calmara
-Iemitsu es el padre de Tsunayoshi, ya veo de dónde sacó lo inútil – Yasu sonrió con malicia acompañado por la carcajada de Carlo que le revolvía el cabello
-no empieces Yasu – ordenó Timoteo mientras miraba a Carlo para que dejara de reírse
-lo siento… pero debía decirlo, es frustrante que yo tenga que usar mis habilidades para ser casamentero… no importa – suspiró el castaño mientras revisaba un poco los papeles
-hay algo que deben saber antes de partir – habló Reborn mientras se cruzaba de brazos – debe ser un hombre
-no me imaginé que pasaríamos por este problema – se quejó Carlo mientras de refilón observaba a Yasu que parecía en shock – ¿estás bien?
-cada vez es más bajo… - Yasu solo miró al noveno – ¿de verdad tengo que hacerlo?
-nunca pensé que tendrías problemas con eso – el anciano tomó la mano del chico acariciándola para calmarlo ya que empezaba a temblar – pero tienes que entender
-no quiero usar “eso” con alguien a quien no considero digno – se exaltó el castaño – yo llevo a cuestas el liderazgo de mi familia, decido quien lleva el secreto completo, el bien más preciado desde la época de Primo Vongola… la rama secundaria es la encargada de mantener la línea sucesora, yo llevo a cuestas todo eso y… no quiero que…
-¡YASU TE HAN DADO UNA ORDEN! – se quejó Carlo
-PERO NI SIQUIERA TÚ QUIERES QUE ESO SEA….
-YASU – levantó su voz Timoteo – cálmate – acercó al jovencito para abrazarlo – por eso te delego esta tarea – el anciano acarició la cabeza del castaño – debes decidir si ayudas a no a Tsuna… la pareja que necesita, el futuro de la familia… eres el único que puede usar “eso” los otros sobrevivientes no tienen la capacidad total, pero tampoco te obligaré a nada
-Nono – se aferró al anciano ocultando su rostro mientras suspiraba – sabe que al final terminaré cumpliendo con mi deber a pesar de que no me guste hacerlo
-y te lo agradeceré siempre, pequeño
-soy lo suficiente maduro como para entender que la misión es importante para la familia Vongola – el menor se alejó para observar al anciano – no se preocupe mantendré a línea sucesora fuerte y estable, así ha sido desde el principio y se mantendrá mientras Vongola siga en pie – sonrió levemente
-pero también es demasiado infantil como para primero probar el valor del décimo antes de hacer algo – sonrió Carlo, conocía bien a su hijo – Nono… tal vez no le guste los métodos de Yasu pero es necesario si quiere que ayudemos en todo. La rama secundaria debe sentirse segura con el nuevo líder de la rama principal, caso contrario habrá problemas
-tengo la seguridad que al final todos terminarán seguros de todo – sonrió el anciano
-entonces creo que empezaré de inmediato – sonrió Yasu con malicia – ya sé que hacer primero – guardó los documentos mientras se inclinaba ante Timoteo como despedida – nos veremos después – recogió su paraguas con rapidez mientras Carlo lo seguía más calmado
-solo tengo una exigencia – habló Reborn deteniendo la apresurada retirada de los castaños – no interfieras en los estudios universitarios de Tsuna
-claro Reborn-senpai… eso es sagrado – sonrió Yasu antes de despedirse con la mano y salir corriendo literalmente – me divertiré con este trabajo – susurró mientras saltaba por el pasillo
-creo que me sentí ignorado completamente – sonrió Dino después de escuchar la puerta cerrarse – ese hombre es muy extraño, el más joven está… ¿loco?
-te dije que esa rama era interesante – sonrió Squalo antes de levantarse dispuesto a terminar con esa odiosa reunión
-creo que tenías razón
-para que lo sepas Dino – Iemitsu se mantenía demasiado serio – esas personas son de cuidado, si no te reconocen como una persona poderosa serás basura para ellos
-entonces tú y Dino son basuras – se burló Reborn logrando que los mencionados se molestaran – les falta mucho por aprender para estar al nivel de esos seres
-¿a qué te refieres? – el más joven de ellos, Dino no entendía porque su antiguo tutor se veía feliz… eso le daba mala espina
-fui yo quien lo obligó a usar ese parche – explicó el pequeño azabache mientras terminaba su café – desde entonces la familia me reconoce, Carlo es uno de los más fuertes
-y uno de los más leales – sonrió Timoteo – el otro también lo es e incluso está más loco que Carlo
-creo que tendrás que ganarme su respeto partiéndoles la cara y el trasero – se burló Squalo mientras consumía el líquido de su copa, odiaba a ese mocoso, cada vez que llegaba al castillo empezaba el caos, era como un torbellino y no hace falta decir que de por si ese lugar ya era un caos sin ayuda de nadie – si eso es todo, me largo
Continuará…