Era una mañana cotidiana, tal vez era un lunes o miércoles, pero para mí no importaba en ningún carajo. Me voy levantando lentamente entre el nido de sabanas que se creó la noche anterior, de un perfecto color blanco, ahora que lo pienso, podría jurar que si alguien entraba a la habitación no me encontraría; la razón…Dios me dio una cabellera de un blanco algodón y una piel tan blanca como la leche…en fin, Dios tal vez me doto de una belleza algo… emmm… ¿Cuál es la palabra que busco?..oh si, exótica; pero no me advirtió de tal cual cretino y demonio me enamoraría.
De entre esas suaves y tersas sabanas se levantaba un joven peliblanco de ojos tan puros como el mismo invierno, al moverse como normalmente haría cualquier individuo un gran dolor punzante atacaba en su parte trasera, en sus piernas aún se podía observar perfectamente 5 dedos de una gran mano además de un camino seco de aquella semilla blanquicea que adornaba ese redondo trasero que poseía, demostrando el climax de esa noche, si bien todo eso sería absolutamente normal en una pareja, todo se va a la mierda por un insignificante detalle:
-Kanda?...-levantaba un poco su cabeza y lo llamaba dulcemente con su voz angelical- kanda~ -trato por última vez, pero al ver que no había respuesta hizo un puchero enojado y volvió a enterrar la cara en la almohada- eres un bastardo .-lo dice con odio puesto que de nueva cuenta lo había dejado abandonado ahí, a su suerte -sé que no eres la más dulce persona…pero…porque siempre me dejas solo…..-dio un gran suspiro para después dirigir su miranda al techo de color crema ya resignado por la actitud de su amado, para después cambiarlo por una pequeña sonrisa y tomar muchas energías para levantarse y comenzar su día.
Esas eran las mañanas de Allen Walker, un joven con una sonrisa encantadora, la cual poco a poco iba perdiendo la sinceridad por su “amor” el nada amable y amargado Kanda Yuu.
Como pudo quedo presentable para ir a su trabajo de medio tiempo en una humilde cafetería, con su delantal y gorra verde acompañado de unos pantalones negros entubados y una camisa blanca manga larga con un elegante moño rojo como adorno se emprendía a atender con calidez a los clientes, lo bueno de ese trabajo es que no estaba solo, sus inseparables amigos trabajan también en ese mismo lugar, sus nombres eran Lavi y leenalee, para ser más precisos el cajero y la mesera.
En su tiempo de comida platicaban plácidamente, a veces sobre películas, otras sobre comida o de las experiencias y aventuras que han vivido, risas y uno que otro regaño por parte de la chica se hacía presente, Allen siempre le regalaba sonrisas, sin embargo lo intuitivo de sus amigos salía a flote, los únicos capaces de ver detrás de ese gesto acostumbrado del peliblanco, precisamente hoy, ese don sale a flote al rescate del mencionado.
-Allen-kun….en verdad estas a gusto con kanda? –hablaba seria pero cálida la chica de las sexy coletas y ojos morados.
Sé cómo puede llegar a ser el carácter de Yuu….bien sabes que casi siempre quiere córtame en pedacitos con su katana – se rie un poco por su propio comentario el chico de cabello tan rojo como el fuego y una mirada verde esmeralda, para su mala suerte el japonés siempre cargaba su fiel katana- ese chico no tiene ni tantita pizca de humor- era cierto, lavi era un experto en el arte de las bromas de todo tipo, sabía que hacer una broma a Yuu era un suicidio, pero a él le gustaba la adrenalina que eso conllevaba – por cierto…veo que te está comiendo vivo…literalmente….- señala su propio cuello para darle a entender al peliblanco que tenía un visible chupetón, causándole un gran sonrojo-
Dime algo que no tenga conocimiento lavi –lo dice con una pizca de ironía después de tranquilizar ese sonrojo-…. no sé cómo acabar con esta relación, todavía lo amo…-recarga su mejilla en la mesa con una cara de cansancio- tengo mi propia dignidad, sin embargo a este ritmo la estoy perdiendo–desvía su mirada con muy clara impotencia, no es que sea un santo, pero desde que acepto ser novio de kanda, era de tener sexo todas las noches, por amor hacia todo, eso incluía satisfacer el gran apetito de su novio y sus raros fetiches, aun recordaba cómo fue obligado a ser “su gatito” todo un fin de semana, por esa experiencia odiaba los cascabeles y la lecha en todas sus presentaciones.
No ha cambiado en nada ese tonto- claramente se veía molestia por parte de la chica de origen chino, no soportaba ver sufrir a su amigo, tenía que ayudarlo, pero ¿Cómo darle una lección a la persona más testaruda, amargada, pervertida e insensible del mundo?; como si la virgen le hablara tuvo la respuesta, Conocemos a kanda asi que –sonríe malévolamente Lenalee a sus amigos- porque no le das una despedida que jamás olvide eh?
¿Una despedida? –ladea su cabeza con una cara de extrañeza acompañado de un signo de interrogación imaginario, “¿Qué quiso decir?” no tenía ni una pisca de idea de lo que su amiga había propuesto de manera tan ¿extraña? Y el silencio se hizo presente hasta que….
Hum…- el pelirrojo queda observando a su amiga por un instante, ese tono pícaro que muy rara vez escuchaba de la chica, le advertía que en verdad tenía una buena idea, dotado por un don llamado “memoria fotográfica” sabía muy bien los gestos y personalidad de sus amados amigos, así que fue muy fácil leer perfectamente el mensaje escondido - ¿Qué tienes en mente lenalee? –ahora el veía a la oriental con una sonrisa traviesa, -oh Dios-….-fue lo único que pudo pronunciar el peliblanco al ver el cambio repentino de sus amigos, sabía muy bien que no lo dejarían en paz hasta que su malévolo plan fuera una realidad. Después de eso, solo basto 30 minutos para explicar el plan perfecto al peliblanco, el cual al captar cada palabra dio un grito al cielo -¡¿QUE YO HAGA QUEEEE?!
Ya había pasado una semana desde aquella platica, ahora era un hermoso y tranquilo sábado, por la poca luz que entraba en el departamento se hacía idea que ya estaba atardeciendo, en poco tiempo kanda llegaría de su trabajo, eso lo sabía perfectamente el dueño del humilde departamento, el cual claramente se veía inseguro y sobre todo nervioso.
No puedo hacerlo….-se agarraba de los cabellos mientras se paseaba por toda la pequeña sala, era un estúpido y sensual manojo de nervios, miraba a cada rato un pequeño disco que estaba sobre la mesa de centro, esa pequeño objeto significaba una muerte segura para su trasero, no tardó mucho en aprender esa sencilla pero penetrante letra que plasmaba perfectamente su situación sentimental- yo no sé provocar de esa manera….-se detiene un momento de su peregrinar al recordar lo que su amiga le dijo “le darás una cucharada de su propia medicina” –pero….pero…un movimiento en falso y es el fin para mi –“¿no estas harto de que te trate así?” ahora las palabras de lavi lo atormentaban y al mismo tiempo le daban valor, de eso se dio cuenta cuando tomó el disco y lo pone en el reproductor sin titubear- bueno, no tarda en venir, entonces…..que no se diga que no lo intente.
¿El destino puede jugar sucio? Quizás, puesto que al término de esas palabras el causante del “plan suicida” como bautizo él, entraba a su hogar;-estoy en casa moyashi- con una voz sumamente seductora, con un toque de cansancio y fastido un guapo, apuesto y sexy peliazul daba santo y seña de su llegada, aunque Vivian en estados unidos, aún conservaba su educación oriental;….. esa voz –se puso alerta de manera instantánea- “ahora me arrepiento de haber dado un juego de llaves”- esa voz que lo había embobado ahora le encrespaba los cabellos en este día, pero no se dejaría leer físicamente tan fácilmente, debía actuar natural, por ahora, -¿cuantas veces te he dicho que me llamo ALLEN! –Haciendo énfasis en su nombre,- se me olvida que te falta sesos para memorizar eso- caminaba hacia donde estaba el japonés, mismo que iba directo al refrigerador en busca de un refrescante vaso de agua-
Estúpido bakanda, llegaste un poco antes –se recarga en el marco de la puerta viendo los movimientos de su pareja, el cual ni se inmutaba de todo lo que había escuchado del peliblanco, o eso pensaba, ya que una vena claramente resaltada en su frente se notaba a leguas de distancia-
¿Te afecta en algo moyashi? –una sutil y fría contestación, más de lo normal- imbécil…..-con un toque de enojo fue la más rápida contestación que Allen le dio al peliazul-
Sí, pero este imbécil te parte el culo todas las noches, ¿o qué? –termina de servirse el agua y mira directo a eso ojos grises pertenecientes a su pareja, acompañada de una sonrisa prepotente, acercándose poco a poco a él, para apretar esas suaves mejillas y acercar esa cara algo enojada y sonrojada a unos centímetros de la suya- Esos gemidos que escucho de esa sucia boca tuya ¿son fingidos?-
La cara del peliblanco ahora le hacía competencia a un tomate, ¿Cómo alguien tenía la capacidad de juntar tanta palabra vulgar en una sola oración? –ca-callate! –Desvía rápidamente su mirada, pero eso no le importó a kanda, ya que dio una risa burlona además de que lamio los labios de su novio-
siempre gano enano….así que, si ya terminaste de comportarte como una nena – lo suelta de ese agarre para dirigirse a la sala, prender la tele barata de manera manual, no necesitaba tener el control a la mano, sabía perfectamente que lo encontraría en un solo canal , ¿Cómo era eso posible?, no era un vicioso de la TV, prefería los libros, pero desde que se enteró que uno de las historias que leyó tiempo atrás seria llevado a la pantalla chica decido darle una oportunidad a ese aparato de entretenimiento, así que hablo de manera muy “sutil” con su novio, puesto que el albino le encantaba estar horas pegados al televisor, obviamente nuestro querido japonés había ganado la discusión, con un argumento bastante ortodoxo, al prender el aparato y dejarlo en un volumen perfecto se dirigió a sentarse en el sillón para así disfrutar su programa-
Mientras tanto un cabreado Allen se mantenía inmóvil de aquel lugar, apretó ambos puños fuertemente, levantando su mirada, pero algo era diferente, sus ojos ya no demostraban inseguridad, solo querían una cosa…venganza -Ya no más…..-basto ese suceso para terminar de llenar sus dudas, darle valor para comenzar el plan, dar un “hasta luego bastardo”.
Toma dos controles que estratégicamente estaban guardados en las bolsas traseras de su jeans , el control remoto y el control del reproductor, sabía que no tenía problema, conocía muy bien a su pareja, en un suave movimiento se acerca a la sala para apagar el televisor con el control remoto.
¿Pero qué mierda crees que haces moyashi? –una mirada asesina era dirigida hacia su persona- “ya se enojó, no hay marcha atrás” rápidamente voltea el sillón, se veía delicado pero guardaba una fuerza descomunal, posiciona a kanda para que quede en frente de él, necesitaba que el de ojos negros no perdiera ni un solo momento, camina aproximadamente unos 60 centímetros, espacio algo amplio que ofrecía el departamento, escondiendo su mirada en su flequillo en un pequeño se posiciona el peliblanco “allá, sentado a lo lejos está” solo estiro un poco su brazo con control en mano para prender el reproductor.
La música empezó a sonar, la melodía era un tango algo peculiar “¿y si empiezo de a poco?” –le muestra una mirada algo insegura, la cual rápidamente conforme avanzaba la pista cambio a una picara “muévete, de manera que llame la atención, su atencion” avanza un paso y aun con esa misma mirada delinea suavemente sus propios labios, incitando, invitando al japonés el cual veía serio pero con una pizca de curiosidad a ese enano.
“uh, he llamado su atención, ¿le gusta? Comprobemos”, Allen no se consideraba un gran bailarín, pero había visto muchas películas y el tango era un ritmo que siempre quiso intentar, su novio sabia como bailarlo pero él no, asi que eligió un mejor momento, no….un peor momento para ponerlo a práctica, “sin titubear, ve de frente” ahora caminaba un poco más para acercarse, parar un momento, deslizando su pierna derecha solo para abrir su compas lentamente, agacharse como si fuera a tocar la punta de los pies, pero subiendo de una forma muy provocativa y sugestiva “toma el compás de la música, ¿Qué movimientos podrían salir de ello? No lo sé”- en eso llega hasta su objetivo, solo para sentarse sobre él, posicionando de cuquillas, mirándolo de forma sensual pero divertida, una posición perfecta para que la parte en donde el pantalón guardaba sus miembro tuvieran un pequeño contacto, en eso sabía que seguía, fase dos:
Nunca pensé que doliera el amor así, -oh si, estaba cantando, lo mejor que su voz le permitía,-
cuando se entierra en el medio de un no y un sí –se disponía en jugar con uno de los mechones del cabello de su víctima ahora poniendo una cara de fastidio-
es cada dia eso y ¿cómo quedo yo? –Rápidamente sonríe de manera picara-
me estás dejando sin corazón y cero de razón –en ese mínimo instante mueve su pelvis para empezar a estimular el amigo de su novio-
Kanda no podía creer lo que estaba pasando ¿Qué clase de droga se había tomado el moyashi?, ese último movimiento fue peligroso, lo estaba prendiendo de manera muy rápida, no iba a caer tan fácilmente en ese jueguito que estaba haciendo su novio, oh no…. su orgullo entra en acción para parar todo esto y darle una merecida follada al susodicho, iba a levantarse del sillón cuando es jalado de su camisa por Allen, el cual no quitaba esa expresión seductora de su cara-
Ay te aviso y te anuncio que hoy renuncio, a tus negocios sucios –en un momento lo levanto de ese cómodo asiento, para volver a tirarlo a este y alejarse-
ya sabes que estoy de ti vacunado, a prueba de patadas –dicho esto le da la espalda, mirándolo de reojo para luego morderse su labio inferior de manera lasiva darse una sensual nalgada que provoco que un gemido saliera de sus labios, el japonés al ver esa escena mando todo al carajo, nunca había visto tan erotico a su pareja, asi que no se perdería esta oportunidad, se levanto del sillón y siguiendo la melodía camina donde estaba el peliblanco, sus fuertes brazos rodearon a su pareja por la espalda, empezando a acariciar sobre la ropa el pecho del albino-
por ti me quedé como mona lisa, sin llanto y sin sonrisa –se dejaba acariciar, apoyando un poco su cabeza en el contrario, dejaría que lo tocara un poco solo para prenderlo más-
Sé que olvidarte no es asunto sencillo, te me clavaste en el cuerpo como un cuchillo –se voltea rápidamente para quedar frente a esos ojos tan oscuros y penetrantes que poseía su novio, un movimiento, simple…..agarra la mano de kanda y la guía a su cintura la otra la toma se apodera del brazo libre del japonés para tomar la posición clásica del tango-
pero todo lo que entra ha de salir, y los que están tendrán que partir, empezando por mí –al termino de eso empieza el tango, el japonés entiende solo el ritmo, la invitación, trata de tomar el mando pero le es inútil.
Talvez tú no eras ese para mí….no sé cómo se puede ya vivir….queriendo así -, seguía cantando, en esa parte sus ojos transmitieron algo de tristeza, pero sabía que tenía que completar esto y seguir su actuación.
Parte de la canción no es cantada, ya que ambos empezaban a subir el tango de intensidad, caricias, apretón de nalgas nada suaves, lamidas, besos rápidos erotismo a su más pura expresión, así fue por varios minutos, había conseguido desabrochar la camisa de kanda, al igual que la suya; la pista se volvía a repetir, ya que era lo único que contenía el disco,
Allen identifico una parte de la canción que esperaba cantar, llevo al peliazul de nuevo al sillón, quedando como la última vez, sobre él, una sincronización perfecta, tres segundos….baja el cierre, dos segundos, desabotona el jens, llevaba 5 segundos, le quedaba el tiempo suficiente para liberar el ya despierto miembro de su pareja, ya llegaba el momento así que empezó a masturbarlo de manera brusca pero certera-
estan patético, neurótico, satírico y sicótico
tu no lo ves
el tango no es de a tres
ahi voy planeando escapar y me sale al revés
pero voy a intentarlo una y otra vez voy
seguía masturbándolo, pero ahora a un ritmo más lento, había logrado encantar a ese pervertido, era el momento del final, aun dándole placer decide besarlo de manera apasionada, fue tan perfecto, tan caliente, pero el seguía con la mente en el juego, puso atención en la pista, era hora de la despedida, con ello corta el beso mordiendo el labio inferior de kanda a tal punto de sacar un poco de sangre, ni una sola palabra salió de la boca del japones, esta impactado…..no sabía que el moyashi pudiera ser tan lascivamente sádico.
que el cielo y tu madre cuiden de ti –lo dice de manera irónica con algo de dolo y pizcas de burla, al terminar esa frase deja de masturbarlo, un movimiento que sintió de inmediato el japonés, el albino se levanta rápidamente para caminar hacia la puerta de manera sexy tratando de mover más sus caderas a cada paso. Al llegar a la puerta se apoya en ella- ya me voy ya me fui, sera mejor así – empieza a tocarse, dando pequeños gemidos, así estuvo durante un momento, era hora del golpe final.
que el cielo y tu madre cuiden de ti….me voy será mejor asi –justo a tiempo, ya que acabo la música, abre la puerta rápidamente para salir de ahí, escapar de ese lugar cuando antes, porque sabía muy bien que pasaría.
Kanda vio que el albino había salido, estaba tan concentrado en esa escena erotica que no entendio el porqué, hasta que esa ultima frase penetro su cabeza, lo había terminado y lo peor de todo el estúpido moyashi lo dejo antes de que llegara al climax, lo único que pudo hacer fue - ¡MOYASHI ERES UN HIJO DE PUTA! Efectivamente damas y caballeros dar un grito tan lleno de ira que toda la calle pudo haber escuchado, en especial un chico de cabellera blanca.
Sayonara bakanda –lo dice de mare burlona- diviértete bajándote la calentura solo jejejeje – la adrenalina pura, esa sustancia que produce el cuerpo, por ella pudo llegar corriendo de manera consiente a la casa de lenalee, al llegar toca desesperadamente el timbre….
YA VOY –contesta de manera dulce, no esperaba visitas, así que cuando abrió la puerta y vio a su amigo con una sonrisa victoriosa se sorprendió un poco –allen-kun….¿que pasa? , es de noche– un lo hize acompañado de una fresca y victoriosa sonrisa fue lo último que salieron de los labios de su amigo, ya que cayo desmayado en frente de su amiga, ésta no dudo ni un momento en llamar a su hermano mayor para que metiera a su amigo a la casa.
Paso un mes aproximadamente, la vida del pequeño albino siguió adelante, había cambiado la cerradura de la puerta para que el japones no pudiera entrar a su departamento, ahora se veía mas tranquilo, mas contento, mas energético, ¿Quién no estaría asi? No forzaban su cuerpo al máximo todas las noches, todo era perfecto, sin embargo….¿que era esta sensación?....un vacio, no lo quería admitir pero extrañaba a ese bastardo.
El mencionado tardo un mes para entender la despedida que le había dado allen, encontró la letra completa de la canción, al leerla se sintió como un patán, si…el gran kanda yuu aceptaba que la había cagado en proporciones bíblicas, que por su deseo y carácter había perdido a un angel caído del cielo, su orgullo no le permitiría salir corriendo para buscarlo y decirle lamento mucho lo que te hize, me comporte como un idiota, lastime a la persona que amo, un rotundo no, él no era asi…pero haría lo que fuera con tal de tenerlo de vuelta, eso incluía rebajarse al punto de arrodillarse en frente de su amado.
Un día soleado, fue testigo de algo que jamás pensaría un trio de amigos presenciar, kanda yuu llegando a la cafetería con un ramo de flores.
Lo que paso en esa cafetería, justamente en el cuarto en donde los empleados tomaban su descanso, solo 4 personas presenciaron ese acto de arrepentimiento, lavi y lenalee hubieran deseado haber reaccionado rápido para grabar eso, lo único que si pudieron plasmar en una fotografía fue la siguiente escena “ kanda abrazando de manera dulce a Allen, claramente escondiendo su mirada en ese peculiar flequillo que poseia y el mencionado albino se dejaba abrazar mientras lagrimas salían de esos bellos ojos que poseía.
Era una mañana cotidiana, un fin de semana precisamente, de entre las sabanas se levantaba un joven peliblanco, al moverse un gran dolor punzante atacaba en su parte trasera, en sus piernas aún se podía observar perfectamente 5 dedos de una gran mano además de un camino seco de aquella semilla blanquicea que adornaba ese redondo trasero que poseía, demostrando el climax de esa noche, ¿un dejavú? Posiblemente puesto que en ese sentido no había cambiado la relación de esos dos loquillos, a excepción de unos pequeños detalles.
Kanda?...-levantaba un poco su cabeza y lo llamaba dulcemente con su voz angelical- kanda~ -trato por última vez esperando recibir respuesta ¿Qué quieres moyashi? –el mayor entraba al cuarto con dos tazas de café que deja en la mesa de noche- tan temprano empiezas a joder–dicho esto se acuesta de nuevo en la cama y abraza a su pareja de manera algo protectora- ups, perdón…es la costumbre bakanda –contesto el albino acompañado de una risita algo infantil, para después acomodarse mejor y cerrar sus ojos para disfrutar de ese cálido momento.
Esas eran las nuevas mañanas de Allen Walker, un joven con una sonrisa encantadora, la cual poco a poco iba recuperando la sinceridad, gracias a su amor el más o menos amable y un poco frio Kanda Yuu.
¿Quién diría que esa idea funcionaria tan perfectamente?
Solo tuvo que avisar y anunciar su despedida, daba gracias a dios por tener a esos dos amigos que de una manera poco convencional ayudaron a mejorar su vida y desarrollar una fase de él más altanera y erótica, que solo su pareja tenía el lujo de disfrutar todas las noches.